Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
miércoles, 6 de octubre de 2010
95. “El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.”
¿Cómo estás … ? Mira lo que dice Prov. 10:8.
“El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá.”
El corazón no siente. Es solo un músculo cuya principal función es bombear la sangre para llevar vida al cuerpo. El corazón, sin embargo, es usado para simbolizar el lugar más secreto del ser. No genera solo la vida, puede generar también la muerte. La persona sabia hace de su corazón un cofre para guardar los mandamientos de Dios. Los mandamientos de Dios no son solo obligación y deber, son consejos de amor para hacer de la vida una experiencia gratificante. Los mandamientos son instrucciones que muestran el camino y orientan al extraviado, son señales de tránsito a lo largo de la carretera, advirtiendo las curvas peligrosas y los defectos del pavimento. Las personas sabias siguen las reglas porque saben que la obediencia a ellas garantiza el éxito de la jornada. La desobediencia es fatal. Conduce a la muerte.
En la Biblia, la desobediencia se llama pecado. En griego, pecado significa errar el blanco. Las personas que se rehúsan a obedecer los mandamientos pueden estar bien intencionadas, al buscar caminos mejores para llegar al puerto deseado, pero están condenadas a errar el blanco. La consecuencia es que "caerán", afirma el texto. Nadie en pleno uso de razón desea ese final para la historia que está escribiendo. Todos buscan el éxito, y corren detrás del éxito, pero yerran el blanco. Las buenas intenciones no son garantía de llegar al destino. Los sentimientos humanos son traicioneros. ¡Ay de la criatura que se deja gobernar por ellos!
Tú tienes en tus manos los mandamientos divinos. ¿Qué harás con ellos? ¿Filosofarás acerca de ellos? ¿Tratarás de adaptarlos a la cultura que te rodea o los obedecerás con humildad, en tu peregrinación rumbo al blanco?
• Vive este día con sabiduría. Sométete al Dios de la vida. Entrega en las manos del Señor tus sueños y planes, y recuerda que: "El sabio de corazón recibirá los mandamientos; mas el necio de labios caerá".
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