jueves, 7 de octubre de 2010

143. “Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos.”

Mira… ! Lo mejor que puedes hacer es empezar el día meditando en Sal 105:1.
“Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos.” Alguien me hizo una pregunta extraña: “Yo sé que debo orar y meditar en la Palabra de Dios todos los días, porque esa es la manera de mantener la relación con Jesús, pero conmigo no resulta. Muchas veces me propuse separar un tiempo diario para Jesús, pero a los pocos días, mis determinaciones desaparecieron. ¿Qué es lo que me pasa? ¿Por qué no puedo ser constante en mi vida devocional?”
El salmista responde a esa pregunta. Para que la vida devocional del cristiano sea una experiencia duradera, debe incluir tres cosas: Alabar, invocar y dar a conocer los actos de Dios. Este tercer elemento es el “conservante” de la vida devocional.
Si tú limitas tu devoción diaria a orar y estudiar la Biblia , en poco tiempo perderás la motivación. Lo que sostiene el deseo de buscar diariamente a Jesús es “dar a conocer sus obras en los pueblos”.

Cualquier verdad aprendida y no transmitida, desaparece en poco tiempo. Pero, cuando tú le cuentas a alguien lo que Jesús hace diariamente en tu favor, tu experiencia cristiana se profundiza y tú sientes deseos de continuar buscando a Jesús en oración a través del estudio de las Sagradas Escrituras.

La testificación diaria no es una opción, es el único camino para continuar creciendo en la experiencia espiritual. Cuando Jesús le dejó a sus discípulos la misión de predicar el evangelio, no fue porque él no pudiera hacerlo de otras maneras, sino que somos nosotros, los seres humanos, los que necesitamos “dar a conocer sus obras en los pueblos” para que no se pierda el recuerdo del pasado. Esas obras, esos hechos de Dios, se vuelven vida cuando son contados a otros.

No te quedes callado hoy. Cuéntale a otros las cosas maravillosas que Jesús hizo por ti. Verás que, además de afirmar esas verdades en tu vida, tú te olvidarás de las tristezas, dificultades y pruebas que estaban distrayendo tu atención. Sigue e1 consejo del salmista: “Alabad a Jehová, invocad su nombre; dad a conocer sus obras en los pueblos”.

Alejandro Bullón

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