Si fueres sabio, para ti lo serás; y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo.” Prov. 9:12.
Todo ser humano nace libre. Las cosas y los caminos que luego elija, es lo que hace la diferencia. Unos escogen para el bien, otros para el mal. En el versículo de hoy, Salomón coloca la responsabilidad de la victoria o de la derrota en las manos de la propia persona. Es verdad que para la derrota hay muchas explicaciones. El clima, las circunstancias, la falta de oportunidades, los problemas. Nos resulta difícil aceptar el hecho de que la mayoría de las derrotas tienen raíces en las decisiones erradas que tomamos.
Si tú buscas el consejo divino y ajustas tu vida a él, el resultado natural será la sabiduría que te conducirá a la victoria. La única persona beneficiada con esa decisión eres tú. Si en medio de la noche oscura decido encender una lámpara, ¿quién va a salir ganando con mi decisión? Por el contrario, si decido andar a oscuras, ¿quién va a acabar tropezando y lastimándose? Las instrucciones divinas son luz. Iluminan el camino oscuro a fin de llegar con seguridad al destino. Sin luz, la persona tropieza, cae, se lastima y no encuentra lo que busca.
Nunca como hoy las personas hablaron tanto acerca de la luz. "Él tiene luz", "tú tienes aura", "Raúl es una persona iluminada". Existe la idea de que este mundo está lleno de energía positiva y negativa. Dicen que las personas positivas tienen luz y las negativas son tenebrosas. Pero la vida no depende de la energía. La vida es energía. La vida depende de decisiones. No puedo dejar mi "suerte" en las manos de la luna, de las estrellas, de las pirámides, de los números o de las piedras. Si existe algo que Dios entregó a todo ser humano, es la capacidad de decidir. En lugar de pensar que unos nacen con la luz y otros sin ella, la criatura debe buscar la verdadera luz que viene de las enseñanzas divinas y accesibles a todos. La Palabra de Dios es una antorcha que ilumina, no un lugar de lamentos.
Haz de este día un día de decisiones sabias. Busca la luz de la Palabra de Dios. Decide seguir los principios divinos y prepárate para recibir las grandes victorias que Jesús tiene reservadas para ti y tu familia, porque: "Si fueres sabio, para ti lo serás; y si fueres escarnecedor, pagarás tú solo".
Alejandro Bullón
Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
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