Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
miércoles, 6 de octubre de 2010
103. “Conmigo está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder.”
Prov. 8:14.
“Conmigo está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder.”
El héroe infantil He Man, alza su espada y grita: "Yo tengo el poder". Pero en el versículo de hoy, Dios afirma: "Mío es el poder". ¿Quién tiene razón? Alguien está mintiendo. No puede haber dos verdades al mismo tiempo. El humanismo de nuestros días enseña que hay una energía, casi divina, dentro del ser humano. "Concéntrate, saca la energía de tu interior, mentalízate" —afirman. ¿Cuánta verdad hay en estas afirmaciones? ¿Cuánto poder y fuerza interior tiene un hombre?
La Biblia, a su vez, enseña que la fuerza viene de Dios. De él viene el consejo y la verdadera sabiduría. El valor de la criatura es extrínseco. Valemos porque Dios nos considera valiosos, no porque tengamos valor en nosotros mismos. Por tanto, para ser feliz y sentirte realizado en esta vida, tú necesitas ir diariamente a la Fuente inagotable de sabiduría. Dios es el Creador y conoce mejor que nadie la obra de sus manos. ¿Quién mejor que él para mostrarte el camino de la prosperidad?
Al ser humano no le gusta recibir consejos, prefiere aconsejar. No acepta ser el segundo, quiere ser siempre el primero. Fue así desde el principio. La serpiente le dijo a Eva: "Seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal".* ¡Qué idea seductora! Ser como Dios. Desde aquel día la humanidad inició la desesperada corrida en dirección de su propia divinización. Le gusta jugar a ser Dios. Inventa pequeños dioses. Se siente Dios.
¿Para qué el consejo? ¿O la instrucción? "Yo tengo el poder", grita bien alto. En el fondo, ni él mismo cree en su teoría hueca, pero persiste e insiste a pesar de sus frustraciones y derrotas.
¿Necesitas hoy sabiduría y consejo para tomar una decisión importante? ¿Te sientes cansado, triste, angustiado y necesitas ser fortalecido? Acude a Jesús. El siempre está con los brazos abiertos esperando el regreso de sus hijos. Solo en él podrás encontrar refugio, alivio y fuerzas para llevar el peso
del fardo que las circunstancias te imponen. El afirma: "Conmigo está el consejo y el buen juicio; yo soy la inteligencia; mío es el poder".
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