Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
miércoles, 6 de octubre de 2010
117. “Más yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.”
“Más yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios.” Sal 31:14
La vida espiritual es una experiencia individual. Tú no puedes ser fiel a Dios en grupo. Es verdad que el grupo ejerce influencia en la vida de la persona, pero el Dios "de la iglesia" puede no ser tu Dios, y el crecimiento espiritual de la iglesia no garantiza tu propio crecimiento personal. La tendencia natural del ser humano es mirar a los demás a fin de tranquilizar su propia conciencia. Es natural esconderse detrás de los otros, o mirar en la misma dirección que ellos antes de tomar una decisión. Pero el salmista declara hoy: "Mas yo...". Puede ser que todo aquello que Dios hizo en la vida de las personas no sea motivo para que lo reconozcan y acepten como Dios. Tal vez los milagros cotidianos que acontecen en la vida de tanta gente no llevan a esas personas a depositar su confianza en Dios. No lo sé y no quiero que eso influya en mi vida, "mas yo en ti confío, oh Jehová".
Esta es la expresión de una fe particular, íntima y personal. "Tú eres mi Dios". Aquí está el secreto de una gran victoria. Dios es mío. Lo tengo en mi corazón. Las personas pueden quitarme todo, menos la confianza que tengo en mi Dios porque yo lo conozco.
A lo largo de los salmos, se enfatiza la vida espiritual como una relación permanente de amor entre Dios y el hombre. David alababa el nombre de ese Dios que amaba, de mañana, al mediodía y a la noche. ¿Por qué crees tú que el cristianismo se llama cristianismo y no "iglesismo"? Porque el cristianismo es la comunión diaria con Cristo. La iglesia tiene un lugar importante y vital en la vida del cristiano, pero cobra vida en virtud de la experiencia personal del ser humano con Cristo. Sin él, es posible ser miembro de la iglesia y no cristiano.
Antes de salir a la calle para enfrentar los desafíos de la vida, piensa hoy en el tipo de cristianismo que tú vives. ¿Es Jesús el centro de tus sueños, planes y proyectos, o es apenas un nombre bonito para recordar una vez por semana? Haz de este día un día de comunión especial con Jesús, consulta con él tus dudas, las dudas que atormentan tu corazón, pídele sabiduría para tomar las decisiones acertadas, y no salgas sin él. Repite con convicción: "Mas yo en ti confío, oh Jehová; digo: Tú eres mi Dios".
' Gen. 3:5.
Alejandro Bullón
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