miércoles, 6 de octubre de 2010

118. “El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.”


“El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento.” Prov. 15:32
Cuando el fuego abrasa la madera, la destruye; cuando abrasa el oro, lo purifica. El fuego es símbolo de la disciplina divina, de las pruebas y adversidades que aparecen en la vida. Necesitamos entender que la disciplina divina no es como el castigo humano. Nada que trae dolor. Las lágrimas y la tristeza no nacen en la mente divina. Dios solo es el autor de las cosas buenas. Si yo rechazo la disciplina, me coloco en un camino peligroso. "Menosprecia su alma", advierte Salomón.

Nada sucede en este mundo sin el permiso divino y si él permite que la adversidad toque a la puerta de tu corazón, es porque desea que escribamos capítulos más brillantes de nuestra propia historia. Teológicamente, la adversidad llega a la vida del hijo de Dios, porque el Señor quiere despertarlo ante el peligro que se aproxima.

El verbo hebreo mas que Salomón usa aquí, ha sido traducido como "el que tiene en poco", es decir, el que "rechaza". Rechazar significa literalmente sentirse sublevado, incomodado, no estar de acuerdo. ¿No es así como nos sentimos cada vez que las cosas no salen como queremos? Y no obstante, esa aparente adversidad es el instrumento que Dios usa para librarnos de tragedias mayores.

Si aceptamos la prosperidad y la alegría, dones preciosos de Dios para hacernos felices, ¿no deberíamos también aceptar que el Señor nos despierte a la realidad, cuando nuestra humanidad nos induce a dormirnos en el volante de las circunstancias favorables?

Ningún dolor es permanente. Ninguna adversidad dura para siempre. No para los hijos de Dios. Porque el objetivo no es destruir, sino educar y edificar. El dolor que tú estás viviendo en este momento es pasajero. Mañana será un nuevo día. El sol brillará de nuevo y tú habrás crecido en tu manera de ver la vida. Escucha la reprensión con humildad.

Por eso hoy, aunque las cosas no sean todas "color de rosa", aunque en el cielo haya nubes amenazadoras, vale la pena recordar el consejo divino: "El que tiene en poco la disciplina menosprecia su alma; mas el que escucha la corrección tiene entendimiento".

Alejandro Bullón

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