Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
jueves, 7 de octubre de 2010
142. “Jehová será refugio al pobre, refugio para el tiempo de angustia.”
Sal 9:9. “Jehová será refugio al pobre, refugio para el tiempo de angustia.” Viste alguna vez un ratoncito desesperado, huyendo del gato? Aquel , escondrijo donde el ratoncito consigue meterse y ponerse a salvo de su predador es la figura exacta para definir lo que es un refugio. Eso es justamente lo que el Señor será para aquellos que en él confían.
Tú habrás percibido que en el texto de hoy aparece dos veces la palabra refugio. En español no es posible ver la diferencia entre una y otra, pero en el original hebreo hay una ligera variación de la palabra. La primera vez se da a entender que es un refugio alto, donde nadie puede alcanzarte.
En la segunda, la variante añade la idea de un refugio fuerte, que nadie puede destruir.
¿No es maravilloso? En este mundo en que tú vives rodeado de peligros constantes, en las calles, en el trabajo, en las más diversas circunstancias, acusado por enemigos sin rostro que están siempre dispuestos a destruir tu vida y herir a las personas que tú amas. En esta vida competitiva, donde no siempre los más capaces vencen, sino a veces los más desleales. ¿No te parece que es maravilloso saber que el Señor es un refugio alto y fuerte hacia donde tú puedes correr agotado para encontrar seguridad y consuelo?
El texto de hoy habla de la tribulación y del pobre, del oprimido. Literalmente “el tiempo de angustia” significa “tiempos de dificultades” y “pobres” significa humildes. Dios está hablando aquí de personas que por ser mansas, por buscar la paz, por querer el bien de los demás, guardan silencio y aceptan el dolor y, en consecuencia, pasan por tiempos difíciles, esperando que Dios se manifieste en algún momento. Y Dios se manifiesta. «No se adormecerá ni dormirá, el que guarda a Israel”.*
En esas horas dolorosas y amargas, cuando el mundo parece no comprenderte, corre a tu refugio y habla con tu Padre que todo lo ve y que es capaz de entender las aflicciones de tu alma.
No salgas hoy a las luchas y desafíos que en el camino te esperan sin tener la seguridad del compañerismo de Jesús y, no importa cuán oscuro parezca el horizonte o cuán escabroso el camino se presente, recuerda a lo largo del día que “Jehová será refugio al pobre, refugio para el tiempo de angustia”.
*Salmo 121:4.
Alejandro Bullón
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