miércoles, 6 de octubre de 2010

120. “El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado.”


No hay nada mejor que empezar el día con un pensamiento bíblico. Escogí hoy Prov. 16:20.
“El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado.” La vida es una rosa llena de espinas. Hay problemas. Todos los días. Ante ellos, el ser humano tiene solo dos alternativas, o confía en Dios y sigue las instrucciones divinas, o confía en su propio entendimiento y trata de encontrar la salida para sus problemas, con sus propias fuerzas.
Confiar es una condición necesaria para desarrollar cualquier relación. No es posible vivir sin confiar. Todo lo que hacemos exige confianza. Confiamos en el panadero, en el chofer del ómnibus, en el piloto del avión. Muchas veces, la confianza es traicionada. Por más que el ser humano sea bueno y trate de cumplir sus promesas, está limitado por su propia humanidad. Por ejemplo: Yo prometo darle una bicicleta a mi nieto, al final del año y ¿qué pasa si yo muero dentro de un mes?

Las promesas humanas son falibles, por ser humanas. Las intenciones humanas con frecuencia son egoístas y mentirosas. Nacen de un corazón contaminado por el "virus" del pecado. Los proyectos humanos son pasajeros y limitados, debido a la temporalidad de la criatura.

Por eso, el consejo de Salomón es: "El que confía en el Señor, ese es feliz". Es una locura confiar en Dios y al mismo tiempo, tratar de encontrar la solución para los problemas de la vida en el esfuerzo humano. Confiar en el Señor significa entrega, sumisión y obediencia. Estas actitudes no son propias de la naturaleza humana, pero son la única garantía de victoria. Por eso, el texto dice: "Mira con atención la enseñanza y halla el bien".
Como todos los días, hoy también es un día de decisiones. Tú estás vivo. Vivir es decidir. Para el bien o para el mal, para la tristeza o para la alegría. Dale a Dios la oportunidad de ser tu Guía. Al fin de cuentas, el Creador conoce el camino mejor que la criatura. Él es Dios. Sus promesas nunca fallan.

Antes de salir de casa o de comenzar tus actividades diarias en este día, coloca tu vida en las manos de Dios, pídele que te enseñe a vivir, porque: "El entendido en la palabra hallará el bien, y el que confía en Jehová es bienaventurado".

Alejandro Bullón

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