jueves, 19 de noviembre de 2009

7 ¡ MARANATA EL SEÑOR VIENE ! "La Fe Que Obra"


LA FE QUE OBRA.
El fin de todas las cosas se acerca; sed, pues, sobrios, y velad en oración. (1 Ped. 4: 7).
¿Creéis que el fin de todas las cosas está cerca, que están por concluir rápidamente las escenas de la historia de la tierra? En ese caso, manifestad vuestra fe mediante vuestras obras. Cada hombre manifestará toda la fe que tiene. Algunos piensan que tienen una buena medida de fe, cuando realmente, si la tienen, está muerta, porque no recibe el apoyo de sus obras. "La fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma" (Sant. 2: 17). Pocos poseen esa fe genuina que obra por medios del amor y purifica el alma. Pero todos los que sean considerados dignos de la vida eterna, deben lograr una preparación moral para ella. "Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque lo veremos tal como él es. Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro" (1 Juan 3: 2, 3). Esta es la obra que tenéis por delante. . .
Debéis experimentar una muerte al yo, y vivir para Dios. "Si, pues, habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de arriba, donde está Cristo sentado a la diestra de Dios" (Col. 3: 1). No debemos consultar con el yo. El orgullo, el amor propio, el egoísmo, la avaricia, la codicia, el amor al mundo, el odio, la suspicacia, los celos, las malas sospechas, todas esas cosas deben ser subyugadas y sacrificadas para siempre. Cuando Cristo aparezca, no lo hará para corregir esos males y darnos un carácter adecuado para su venida. Esa preparación debe estar completa antes de que venga. Las preguntas "¿Qué hemos de hacer para ser salvos? ¿Qué conducta debemos seguir para que Dios nos apruebe?" debieran ser objeto de meditación, estudio y profunda investigación.
Cuando nos sintamos tentados a murmurar, censurar y abandonarnos a la desconformidad, causando daño a los que nos rodean y dañando nuestra propia alma, ¡oh! surja de nuestra alma esta profunda, sincera y anhelante pregunta: "¿Compareceré sin mancha delante del trono de Dios?" Sólo los inmaculados estarán allí. Nadie será transportado al cielo mientras su corazón esté lleno de la basura de la tierra. Todo defecto del carácter moral debe ser remediado previamente, toda mancha eliminada por la sangre purificadora de Cristo.* 57

CUIDADO CON LOS INSTRUMENTOS DE SATANÁS
Pero el Espíritu dice claramente que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe, escuchando a espíritus engañadores y a doctrinas de demonios. (1 Tim. 4: 1).
Después de 1844 tuvimos que hacer frente a toda especie de fanatismos. . . Lo experimentado en lo pasado se repetirá. En lo porvenir las supersticiones satánicas cobrarán formas nuevas. El error será presentado de un modo agradable y halagüeño. Falsas teorías, revestidas de luz, serán presentadas al pueblo de Dios. Así procurará Satanás engañar a los mismos escogidos, si fuere posible. Se ejercerán influencias extremadamente seductoras e hipnotizarán las mentes.
Para cautivarlas, se introducirán todas las formas de corrupción similares a las que existieran entre los antediluvianos. La exaltación de la naturaleza como Dios, la desenfrenada licencia de la voluntad humana, los consejos de los impíos, son instrumentos de Satanás para alcanzar ciertos fines. Se valdrá del poder de la mente sobre la mente para ejecutar sus planes. Lo más triste de todo es que, colocados bajó esa influencia engañosa, los hombres tendrán una apariencia de piedad sin estar en verdadera comunión con Dios. Como Adán y Eva, que comieron el fruto del árbol del conocimiento del bien y del mal, muchos se alimentan ahora de los frutos del error.
Los agentes satánicos revisten las falsas teorías de un vestido atractivo, así como en el huerto de Edén Satanás ocultó su identidad a nuestros primeros padres, hablándoles por intermedio de la serpiente. Esos agentes introducen en la mente humana lo que en realidad es un error mortal. La influencia hipnótica de Satanás se ejercerá sobre quienes se aparten de la Palabra de Dios para aceptar fábulas agradables.
A aquellos que han tenido más luz es a quienes Satanás trata con mayor empeño de seducir. Sabe que si puede engañarlos, ellos, bajo su dirección, habrán de revestir al pecado de ropas de justicia, y así extraviarán a muchos.
A todos digo: Estad apercibidos porque, semejante a un ángel de luz, Satanás entra en cada reunión de obreros cristianos y en cada iglesia, para atraer a los miembros a su lado. Se me ha ordenado que transmita al pueblo de Dios la amonestación: "No os engañéis; Dios no puede ser burlado" (Gál. 6: 7).* 58

TENTACIONES DISFRAZADAS
Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. (Hech. 20: 29).
Dios no ha pasado por alto a su pueblo ni ha elegido a un hombre solitario aquí y otro allí como los únicos dignos de que les sea confiada su verdad. No da a un hombre una nueva luz contraria a la fe establecida del cuerpo. En todas las reformas se han levantado hombres que aseveraban esto. . .
Uno acepta alguna idea nueva y original que no parece estar en conflicto con la verdad. Se espacia en ella hasta que le parece que está revestida de belleza e importancia, porque Satanás tiene poder para dar esa falsa apariencia. Al fin llega a ser el tema que lo absorbe todo, el único gran punto alrededor del cual gira todo, y la verdad queda desarraigada del corazón. . .
Os amonesto a que desconfiéis de estas cuestiones laterales, que tienden a distraer la mente de la verdad. Nunca es el error inofensivo ni santifica, sino que siempre es peligroso y produce confusión y disensión. El enemigo ejerce gran poder sobre las mentes que no están cabalmente fortalecidas por la oración y establecidas en la verdad bíblica.
Hay mil tentaciones disfrazadas y preparadas para aquellos que tienen la luz de la verdad; y la única seguridad para cualquiera de nosotros consiste en no recibir ninguna nueva doctrina, ninguna nueva interpretación de las Escrituras, sin someterla primero a hermanos de experiencia. Presentádsela con un espíritu humilde y dispuesto a recibir enseñanza, con ferviente oración, y si ellos no la aceptan, ateneos a su juicio. . .
Satanás está trabajando constantemente; pero pocos tienen idea alguna de su actividad y sutileza. El pueblo de Dios debe estar preparado para resistir al astuto enemigo. Esta resistencia es lo que Satanás teme. Él conoce mejor que nosotros el límite de su poder, y cuán fácilmente puede ser vencido si le resistimos y le hacemos frente. Por la fuerza divina, el santo más débil puede más que él y todos sus ángeles, y si se lo sometiese a prueba podría demostrar su poder superior. Por eso los pasos de Satanás son silenciosos, sus movimientos furtivos, y sus baterías enmascaradas. Él no se atreve a mostrarse abiertamente, no sea que despierte las energías dormidas del cristiano, y le impulse a ir a Dios en oración.* 59

POR QUÉ SE DEMORA LA VENIDA DE JESÚS
Pero esto digo, hermanos: que el tiempo es corto. (1 Cor. 7: 29).
Los ángeles de Dios, en sus mensajes para los hombres, representan el tiempo como muy corto. Así me ha sido siempre presentado. Es cierto que el tiempo se ha extendido más de lo que esperábamos en los primeros días de este mensaje. Nuestro Salvador no apareció tan pronto como lo esperábamos. Pero, ¿ha fallado la palabra del Señor? ¡Nunca! Debiera recordarse que las promesas y amenazas de Dios son igualmente condicionales.
Dios ha confiado a su pueblo una obra que debe efectuarse en la tierra. Había de ser dado el mensaje del tercer ángel, las mentes de los creyentes había de ser dirigidas al santuario celestial, donde Cristo ha entrado para hacer expiación por su pueblo. La reforma del día de reposo había de ser llevada adelante. Debe ser reparada la brecha de la ley de Dios. El mensaje debe ser proclamado con fuerte pregón para que todos los habitantes de la tierra puedan recibir la amonestación. El pueblo de Dios debe purificar su alma mediante la obediencia a la verdad y estar preparado para encontrarse con él sin falta, en su venida.
Si después del gran chasco de 1844 los adventistas se hubiesen mantenido firmes en su fe, y unidos en la providencia de Dios que abría el camino, hubieran proseguido recibiendo el mensaje del tercer ángel y proclamándolo al mundo con el poder del Espíritu Santo. . . el Señor hubiera obrado poderosamente acompañando sus esfuerzos, se habría completado la obra y Cristo habría venido antes de esto para recibir a su pueblo y darle su recompensa.
Pero muchos de los creyentes adventistas claudicaron en su fe en el período de duda e incertidumbre que siguió al chasco. . . Así se estorbó la obra y el mundo fue dejado en tinieblas. . .
Durante cuarenta años, la incredulidad, la murmuración y la rebelión impidieron la entrada del antiguo Israel en la tierra de Canaán. Los mismos pecados han demorado la entrada del moderno Israel en la Canaán celestial. En ninguno de los dos casos faltaron las promesas de Dios. La incredulidad, la mundanalidad, la falta de consagración y las contiendas entre el profeso pueblo de Dios nos han mantenido en este mundo de pecado y tristeza tantos años.* 60

UNA META QUE ALCANZAR
Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. (1 Tes. 5: 23).
Cuando Pablo escribió: "Y el mismo Dios de paz os santifique por completo", no exhortó a su hermanos a que trataran de alcanzar una norma imposible de lograr; no oró para que pudieran recibir bendiciones que Dios no estaba dispuesto a dar. Sabía que todos los que estuvieran en condiciones de salir en paz al encuentro de Jesús, deberían poseer un carácter puro y santo.*
Si los adventistas del séptimo día practicaran lo que profesan creer, si fueran sinceros en la aplicación de la reforma sanitaria, ciertamente serían un espectáculo para el mundo, los ángeles y los hombres. Y manifestarían mucho mayor celo por los que permanecen en la ignorancia de la verdad.
Debieran verse mayores reformas entre la gente que pretende aguardar la próxima aparición de Cristo. La reforma sanitaria debiera hacer entre nuestros hermanos una obra que todavía no ha hecho. Hay quienes debieran despertar al peligro que implica el comer carne, que todavía están comiendo carne de animales, poniendo de ese modo en peligro su salud física, mental y espiritual. Muchos que actualmente están convertidos a medias con respecto al consumo de carne, se apartarán del pueblo de Dios, para no andar más con él.*
El poder dominante del apetito será la ruina de miles que, si hubieran vencido en este aspecto, habrían dispuesto de poder moral para lograr la victoria sobre toda otra tentación de Satanás. Pero los esclavos del apetito no lograrán perfeccionar el carácter cristiano. La constante desobediencia del hombre, por seis mil años, ha dado como fruto la enfermedad, el dolor y la muerte. Y a medida que nos acerquemos al fin del tiempo, las tentaciones de Satanás para complacer el apetito serán más fuertes y difíciles de vencer.*
Una y otra vez se me ha mostrado que Dios está tratando de llevarnos de vuelta, paso a paso, hacia su plan original, es a saber, que el hombre subsista dependiendo de los productos naturales le la tierra. El consumo de carne será abandonado oportunamente entre los que esperan la venida del Señor; la carne dejará de formar parte de su régimen alimentario.* 61

NO HAY TIEMPO PARA HACER LA OBRA DEL DIABLO
Puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir, esperando y apresurándoos para la venida del día de Dios. . . ! (2 Ped. 3: 11, 12).
Es esencial que todos sepamos qué atmósfera envuelve nuestras almas, si estamos en sociedad con el enemigo de la justicia, y hacemos inconscientemente su obra, o si estamos unidos en yugo con Cristo para hacer la suya. . .
Satanás se complace en disponer de cualquiera y de todos para que sean sus aliados en la obra de debilitar la confianza mutua de los hermanos, y sembrar discordia entre los que profesan creer la verdad. Satanás logra cumplir su propósitos con mucho éxito por medio de profesos amigos de Cristo que no están avanzando ni trabajando de acuerdo con las pautas del Señor. . .
Este es el día de la preparación del Señor. No tenemos tiempo para hablar en tono incrédulo o. . . para hacer la obra del diablo. Todos debemos cuidarnos de no debilitar la fe de los demás mediante la siembra de semillas de envidia, celos y desunión; porque Dios escucha estas palabras y juzga, no por las declaraciones positivas o negativas, sino por el fruto de la conducta de cada cual. . .
Hasta este momento se están reteniendo los cuatro vientos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces avanzarán los poderes de la tierra para librar la última gran batalla. ¡Con cuánto cuidado debiéramos aprovechar el poco tiempo de prueba que nos queda! ¡Con cuánta sinceridad debiéramos examinarnos a nosotros mismos! . . . Se necesita disciplina de espíritu y pureza de corazón y pensamiento. Son de más valor que los brillantes talentos, el tacto o el conocimiento. Una mente común, educada para obedecer un "así dice Jehová", está mejor calificada para hacer la obra de Dios que las de aquellos que tienen capacidad, pero no la emplean correctamente. . . Los hombres se pueden enorgullecer de su conocimiento relativo a las cosas mundanas; pero si no tienen un conocimiento del verdadero Dios, de Cristo, el Camino, la Verdad y la Vida, son lamentablemente ignorantes y su conocimiento perecerá con ellos. El conocimiento secular implica poder; pero el conocimiento de la Palabra, que tiene una influencia transformadora sobre la mente humana, es imperecedero. Es conocimiento santificado.* 62

LA ÚLTIMA CAMPAÑA DE SATANÁS. Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo. (1 Juan 2: 18).
El enemigo se está preparando para su última campaña contra la iglesia. Está de tal manera oculto de la vista que para muchos es difícil creer que existe, y mucho menos pueden ser convencidos de su asombrosa actividad y poder. . .
El hombre es cautivo de Satanás, y está naturalmente inclinado a seguir sus sugestiones y cumplir sus órdenes. No tiene en sí mismo poder para oponer resistencia eficaz al mal. Únicamente en la medida en que Cristo more en él por la fe viva, influyendo en sus deseos e impartiéndole fuerza de lo alto, puede el hombre atreverse a arrostrar a un enemigo tan terrible. Todo otro medio de defensa es completamente vano. Únicamente por Cristo es limitado el poder de Satanás. Esta es una verdad portentosa que todos debieran entender. Satanás está ocupado en todo momento, yendo de aquí para allá en la tierra, buscando a quien devorar. Pero la ferviente oración de fe frustrará sus esfuerzos más arduos. . .
Satanás espera envolver al pueblo remanente de Dios en la ruina general que está por sobrevenir a la tierra. A medida que la venida de Cristo se acerque, será más resuelto y decidido en sus esfuerzos para vencerlo. Se levantarán hombres y mujeres, profesando tener alguna nueva luz o alguna nueva revelación que tenderá a conmover la fe en los antiguos hitos. Sus doctrinas no soportarán la prueba de la Palabra de Dios, pero habrá almas que serán engañadas. Harán circular falsos informes, y algunos serán prendidos en esta trampa. . .*
Ciertos hombres no tienen un carácter firme. Son como un puñado de masilla que se puede modelar de cualquier manera. Debemos vencer esta debilidad, indecisión e ineficiencia. En el carácter cristiano genuino encontramos una firmeza tal, que no le permite ser modelado o subyugado por las circunstancias adversas. Los hombres deben tener solidez moral, una integridad que no se deje adular, ni sobornar ni asustar.* 63

EN LOS UMBRALES DEL MUNDO ETERNO
Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte. . . y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. (Heb. 11: 5).
Estamos viviendo en una época perversa. . . Debido al aumento de la iniquidad, el amor de muchos se ha enfriado. Enoc caminó trescientos años con Dios. Parecería que actualmente se está empleando el hecho de que el tiempo es corto como motivo para instar a la gente a practicar la justicia. ¿Será necesario que se nos tengan que presentar los terrores del día de Dios para inducirnos a obrar correctamente? El caso de Enoc está delante de nosotros. Caminó por cientos de años con Dios. Vivió en una época corrompida, cuando la contaminación moral abundaba a su alrededor; no obstante, orientó su mente hacia la devoción, el amor y la pureza. Su conversación se refería a las cosas celestiales. Educó su mente para que discurriera por esas vías, y llevó el sello de lo divino. Su rostro resplandecía con la luz que emana del rostro de Jesús.
Enoc fue tentado como nosotros. Vivió en medio de una sociedad que no era más amiga de la justicia que la nuestra, La atmósfera que respiraba estaba contaminada de pecado y corrupción, como la nuestra; no obstante, vivió una vida santa. Los pecados que prevalecían en la época en que vivió, no lo mancillaron. Del mismo modo nosotros podemos mantenemos puros e incorruptos. Enoc representaba a los santos que han de vivir en medio de los peligros y las corrupciones de los últimos días. Fue trasladado al cielo gracias a su fiel obediencia a Dios. De esa misma manera serán trasladados los fieles que estén vivos y subsistan.*
"Bienaventurados los de limpio corazón, porque ellos verán a Dios ". (Mat. 5: 8). Durante trescientos años Enoc procuró la pureza de corazón, para poder estar en armonía con el cielo. Durante trescientos años caminó con Dios. Día tras día anhelaba una unión más íntima; la comunión se hizo cada vez más estrecha, hasta que Dios se lo llevó consigo. Había permanecido en los umbrales del mundo eterno, con sólo un paso de separación entre él y la tierra de los bienaventurados; y entonces los portales se abrieron; su caminar con Dios, por tanto tiempo proseguido en la tierra, continuó en el cielo, y así pasó por las puertas de la santa ciudad, el primero de los hombres que entró allí.* 64

LA VISIÓN SE CUMPLIRÁ CIERTAMENTE
Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá, no tardará. (Hab. 2: 3).
La fe que fortaleció a Habacuc y a todos los santos y justos de aquellos tiempos de prueba intensa, era la misma fe que sostiene al pueblo de Dios hoy. En las horas más sombrías, en las circunstancias más amedrentadoras, el creyente puede afirmar su alma en la fuente de toda luz y poder. Día tras día, por la fe en Dios, puede renovar su esperanza y valor. . . Al servir a Dios, no hay por qué experimentar abatimiento, vacilación o temor. El Señor hará más que cumplir las más altas expectativas de aquellos que ponen su confianza en él. Les dará la sabiduría que exigen sus variadas necesidades.
Acerca de la abundante provisión hecha para toda alma tentada, el apóstol Pablo da un testimonio elocuente. Le fue asegurado divinamente: "Bástate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en la debilidad". Con gratitud y confianza, el probado siervo de Dios contestó: "Por tanto, de buena gana me gloriaré más bien en mis debilidades, para que repose sobre mí el poder de Cristo. Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte" (2 Cor. 12: 9, 10).
Debemos apreciar y cultivar la fe acerca de la cual testificaron los profetas y los apóstoles, la fe que echa mano de las promesas de Dios y aguarda la liberación que ha de venir en el tiempo y de la manera que él señaló. La segura palabra profética tendrá su cumplimiento final en el glorioso advenimiento de nuestro Señor y Salvador Jesucristo, como Rey de reyes Señor de señores. El tiempo de espera puede parecer largo; el alma puede estar oprimida por circunstancias desalentadoras; pueden caer al lado del camino muchos de aquellos en quienes se puso confianza; pero con el profeta que procuró alentar a Judá en un tiempo de apostasía sin parangón, declaremos con confianza: "Jehóvá está en su santo templo; calle delante de él toda la tierra" ( Hab. 2: 20). Recordemos siempre el mensaje animador: "Aunque la visión tardará aún por un tiempo, mas se apresura hacia el fin, y no mentirá; aunque tardare, espéralo, porque sin duda vendrá. . . El justo por su fe vivirá" (vers. 3, 4).* 65

SEGURO REFUGIO
Porque he aquí que Jehová sale de su lugar para castigar al morador de la tierra por su maldad contra él; y la tierra descubrirá la sangre derramada sobre ella, y no encubrirá ya más a sus muertos. (Isa. 26:21).
Con rapidez y seguridad se está acumulando una culpabilidad casi universal sobre los habitantes de las ciudades, por causa del constante aumento de la resuelta impiedad. La corrupción que prevalece supera la capacidad descriptiva de la pluma humana. Cada día nos comunica nuevas revelaciones de las contiendas, los cohechos y los fraudes; cada día nos trae aflictivas noticias de violencias e iniquidades, de la indiferencia hacia el sufrimiento humano, de una destrucción de vidas realmente brutal e infernal. . .
Nuestro Dios es un Dios de misericordia. Trata a los transgresores de su ley con longanimidad y tierna compasión. . . El Señor soporta durante mucho tiempo a los hombres y las ciudades, enviando misericordiosamente amonestaciones para salvarlos de la ira divina; pero llegará el momento en que ya no se oirán las súplicas en demanda de misericordia. . .
Las condiciones que prevalecen en la sociedad, y especialmente en las grandes ciudades de las naciones, proclaman con voz de trueno que la hora del juicio de Dios ha llegado, y que se acerca el fin de todas las cosas terrenales. Nos hallamos en el mismo umbral de la crisis de los siglos. En rápida sucesión se seguirán unos a otros lo castigos de Dios: incendios e inundaciones, terremotos, guerras y derramamiento de sangre. . .
Se está preparando la tempestad de la ira de Dios; y sólo subsistirán los que respondan a las invitaciones de la misericordia. . . y sean santificados por la obediencia a las leyes del Gobernante divino. Sólo los justos serán escondidos con Cristo en Dios hasta que pase la desolación. Sea éste el lenguaje del alma:
"Otro asilo aquí no hay, indefenso acudo a ti;
Mi necesidad me trae, porque mi peligro vi.
Solamente en ti, Señor, hallo paz, consuelo y luz;
Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús.
"Cristo, encuentro en ti poder, y no necesito más;
Me levantas, al caer; débil, ánimo me das.
Al enfermo das salud, vista das al que no ve.
Con amor y gratitud tu bondad ensalzaré".*

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