domingo, 6 de junio de 2010

26. “El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel.”


¿Cómo estás? Mira lo que dice Prov. 12:10. “El justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel.”

¿Sabias tú que el carácter de una persona se puede medir por la manera como trata a los animales? "El justo —afirma Salomón— cuida de la vida de su bestia". En verdad, el justo está atento a la vida. Sabe que la vida es una expresión del amor de Dios. En el caso de los animales, es una vida dependiente.

Cuando Dios creó al ser humano, le dijo: "Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra".* El verbo dominar o "señorear", no significa solo subyugar con propósitos egoístas, sino cuidar y proteger. La vida humana es una vida inteligente y los animales son seres irracionales.

La manera como tratamos a los animales expresa de cierto modo la manera como tratamos la vida. Inclusive, como tratamos a los seres humanos que están bajo nuestra responsabilidad. Las personas no merecen solamente compasión. Merecen también justicia. Sé justo. "El justo cuida de la vida..." En el lado opuesto de la justicia está la injusticia, que termina siendo crueldad. El perverso es déspota, hasta cuando es compasivo. Mira de arriba a abajo. Como si por el hecho de precisar de ayuda, las personas fuesen humanas que él.

Si pudiésemos llevar al laboratorio los sentimientos del perverso, veríamos que la crueldad no pasa de ser un auto castigo inconsciente, por el desasosiego que su corazón siente. No es feliz. No sabe explicar por qué, pero siente que le falta algo y se culpa, por eso se maltrata a sí mismo realizando actos de crueldad para con los demás. Cree que eso aumentará el dolor que él inconscientemente cree que merece.

Si pudiera mirar en la otra dirección, se daría cuenta que ser feliz es simple. Que no tiene complicación alguna. Es apenas reconocerse criatura. Reconocer que existe un Dios. Seguir sus consejos y enfrentar las luchas de la ' con la certeza de que no está solo. Vive hoy una experiencia de amor y de justicia. Haz el bien a quien supuestamente necesita de ti, porque "el justo cuida de la vida de su bestia; mas el corazón de los impíos es cruel".

*Gén. 1:28.

Alejandro Bullón

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