72. Los Pensamientos Habituales.
Los pensamientos forman el carácter.
El hombre, "cual es su pensamiento en su corazón,
tal es él" (Prov. 23: 7).
Muchos pensamientos forman la historia no escrita de un solo día, y tienen mucho que ver con la formación del carácter. Debemos vigilar estrictamente nuestros pensamientos, pues un pensamiento impuro deja profunda impresión en el alma. Un pensamiento malo deja una mala impresión en la mente. Si los pensamientos son puros y santos el hombre mejora por haberlos acariciado. Aceleran el pulso espiritual y aumentan el poder para hacer el bien. Y así como una gota de lluvia prepara el camino para otra en el humedecimiento de la tierra, un buen pensamiento prepara el camino para otro. MJ 142 (1901).
Elijamos los temas de los pensamientos.
Está al alcance de todos escoger los temas que han de ocupar los pensamientos y amoldar el carácter. Ed 127 (1903).
Se requiere un esfuerzo personal.
Nadie, fuera de vosotros, puede controlar vuestros pensamientos. En la lucha por alcanzar las normas más elevadas, el éxito o el fracaso 682 dependerá mucho del carácter, y de la manera como se disciplinen los pensamientos. Si los pensamientos están bien controlados, como Dios ha enseñado que se controlen cada día, se fijarán en aquellos temas que nos ayudarán a obtener una mayor devoción. Si son correctos, entonces como resultado, las palabras también serán correctas; las acciones serán de tal carácter que traerán gozo y consuelo a las almas.
NEV 114 (1886).
Hay que adiestrar los pensamientos.
Los pensamientos deben ser disciplinados. Controlad la mente para que trabaje en la dirección debida, y según las órdenes emanadas de planes bien formados. De esta manera, cada paso que se dé será hacia el progreso, y ningún esfuerzo o tiempo se perderá en seguir ideas vanas y planes trazados al azar. Debemos considerar el blanco y el objeto de la vida, y siempre mantener en vista propósitos dignos. Los pensamientos debieran disciplinarse cada día y mantenerse a punto, como la brújula al polo. Toda persona debiera tener blancos y propósitos, y luego hacer que cada pensamiento y acción contribuyan al cumplimiento de aquello que se ha propuesto. Los pensamientos deben ser controlados. Debe haber una firmeza de propósitos para realizar lo que se ha emprendido.
NEV 114 (1886).
Cómo adiestrar los pensamientos.
La verdadera disciplina de la vida depende de cosas pequeñas. El adiestramiento de los pensamientos es esencial. Ms 76, 1900.
El adiestramiento del corazón, el control de los pensamientos en cooperación con el Espíritu Santo, pondrá nuestras palabras bajo control. Esto es verdadera sabiduría, y le Asegurará paz mental y contentamiento. Habrá gozo en la contemplación de las riquezas de la gracia de Dios. Carta 10, 1894.
Los pensamientos correctos no surgen naturalmente.
Delante de cada uno de nosotros hay una obra ferviente que 683 hacer. Los pensamientos correctos, los propósitos puros y santos no nos surgen naturalmente. Tenemos que luchar por ellos.
RH, 28 de noviembre de 1899.
Los pensamientos cautivos.
Si se pone la vida bajo el control de la verdad, su poder será ilimitado. Los pensamientos estarán sujetos a Jesucristo. Del tesoro del corazón se extraen palabras apropiadas y adecuadas. En forma especial deberíamos guardar nuestras palabras. Al escribirle a Timoteo, Pablo dijo: "Retén la forma de las sanas palabras que de mí oíste, en la fe y amor que es en Cristo Jesús. Guarda el buen depósito por el Espíritu Santo que mora en nosotros" (2 Tim. 1: 13, 14). Ms 130, 1897.
La mente debe ser controlada con firmeza.
Los jóvenes deberían comenzar pronto a cultivar hábitos que les permitan pensar correctamente. Deberíamos disciplinar la mente para que los pensamientos recorran canales sanos, y no permitamos que se dediquen a cosas malas. El salmista exclama: "Sean gratos los dichos de mi boca y la meditación de mi corazón delante de ti, oh Jehová, roca mía, y redentor mío" (Sal. 19: 14).
Mientras Dios obra en el corazón por medio del Espíritu Santo, el hombre debe cooperar con él. Se deben sujetar los pensamientos; hay que restringirlos, impedir que divaguen y se dediquen a contemplar cosas que sólo debilitan y contaminan el alma. Los pensamientos deben ser puros, las meditaciones del corazón limpias, a fin de que las palabras de la boca sean aceptables al Cielo y beneficiosas para los que se relacionan con nosotros.
Cristo dijo a los fariseos: "¡Generación de víboras! ¿Cómo podéis hablar lo bueno, siendo malos? Porque de la abundancia del corazón habla la boca. El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas" (Mat. 12: 34, 35). RH, 12 de junio de 1888.684
El pecado abierto revela pensamientos subyacentes.
El momento de tentación, en que posiblemente se caiga en pecado gravoso, no crea el mal que se manifiesta; sólo desarrolla o revela lo que estaba latente y oculto en el corazón. "Porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es él", ya que del corazón "mana la vida"
(Prov. 23: 7; 4: 23). DMJ 54 (1896).
La obligación de controlar los pensamientos.
En el sermón de la montaña Jesús les presentó a sus discípulos los abarcantes principios de la ley de Dios. Les enseñó a sus oyentes que la ley se transgredía en pensamiento antes que el mal deseo se convirtiera en un acto. Tenemos la obligación de controlar nuestros pensamientos y ponerlos en sujeción a la ley de Dios. Las nobles facultades de la mente nos han sido dadas por Dios para que las empleemos en la contemplación de las cosas celestiales. El Señor ha provisto en abundancia para que el alma progrese continuamente en la vida divina. Nos ha puesto instrumentos en cada mano para ayudarnos en nuestro desarrollo en el conocimiento de la virtud. RH, 12 de junio de 1888.
Las mentes naturales, no adiestradas, no están motivadas
por elevados ideales.
Si se le permite a la mente natural y egoísta seguir sus propios deseos pecaminosos, obrará sin motivos elevados, sin propender a la gloria de Dios, o al beneficio de la humanidad. Los pensamientos serán pecaminosos, única y continuamente pecaminosos. . . El Espíritu de Dios produce una nueva vida en el alma, conduciendo los pensamientos y los deseos a la obediencia de la voluntad de Cristo. NEV 115 (1888).
El adversario no puede leer los pensamientos.
El adversario de las almas no puede leer los pensamientos de los hombres, pero es un agudo observador y toma nota de las palabras. Registra las acciones y hábilmente adapta sus tentaciones a los casos de quienes se colocan al alcance de su 685 poder. Si trabajáramos para reprimir los pensamientos y sentimientos pecaminosos, sin darles expresión en palabras o acciones, Satanás sería derrotado, pues no podría preparar sus engañosas tentaciones adecuadas para el caso. ¡Pero con cuánta frecuencia abren la puerta al adversario de las almas los profesos cristianos por su falta de dominio propio! 1MS 143 (1887).
Perturbados por malos pensamientos.
Hay muchos que están realmente perturbados porque pensamientos subalternos y degradantes invaden sus mentes y no los pueden ahuyentar con facilidad. Satanás ha enviado a sus malos ángeles para que nos rodeen, y aunque no pueden leer los pensamientos de los hombres, observan muy de cerca sus palabras y actos. Satanás aprovecha las debilidades y los defectos de carácter que se manifiesten de esta manera, y proyecta sus tentaciones hacia el lugar de menor capacidad de resistencia. Hace sugerencias malignas e inspira pensamientos mundanos, consciente de que, de esa manera, puede lograr que el alma caiga en condenación y esclavitud. A los que son egoístas, mundanos, avaros, orgullosos, criticones, o dados a la maledicencia, a todos los que albergan errores y defectos de carácter, Satanás les presenta la complacencia del yo y conduce el alma a la senda que la Biblia condena, pero
que él consigue que parezca atrayente.
Para toda clase de tentaciones hay un remedio. No se nos deja solos en la lucha contra el yo y nuestra naturaleza pecaminosa para que lo hagamos basándonos en nuestra fuerza finita. Jesús es un poderoso auxilio, un apoyo que nunca falla. . . Hay que ponerle freno a la mente y no permitirle que divague. Deberíamos adiestrarla para que se concentre en las Escrituras y en temas nobles y elevados. Habría que aprender de memoria algunas porciones de la Biblia, incluso capítulos enteros, para repetirlos cuando Satanás aparece con sus tentaciones. . . Cuando Satanás trata de conducir la mente para que piense en cosas terrenas y 686 sensuales, la forma más eficaz de resistirlo es decir: "Escrito está".RH, 8 de abril de 1884.
La única seguridad consiste en pensar correctamente.
Necesitamos la constante conciencia del poder ennoblecedor de los pensamientos puros y de la influencia dañina de los malos pensamientos. Concentremos nuestros pensamientos en cosas santas. Que sean puros y verdaderos, porque la única seguridad de toda alma consiste en pensar correctamente. Tenemos que usar todos los medios que Dios ha puesto a nuestro alcance para el gobierno de los pensamientos y su cultivo. Tenemos que poner nuestras mentes en armonía con la suya. Su verdad nos santificará en cuerpo, alma
y espíritu. Carta 123, 1904.
No pensemos en cosas frívolas.
Deberíamos esforzarnos por tener nuestra mente en condiciones de recibir las impresiones del Espíritu Santo. Pero aquellos que permiten que sus pensamientos se espacien constantemente en cosas frívolas, no pueden recibir mayor luz. Debiera atesorarse en la mente el tesoro celestial, y el alimento que la capacitará para crecer espiritualmente, a fin de prepararnos de esta manera para un cielo santo. NEV 286 (1912).
Se ha hecho provisión para elevar los pensamientos.
Dios ha hecho amplia provisión para que nuestros pensamientos puedan llegar a ser puros, elevados, refinados y ennoblecidos. No sólo ha prometido purificarnos de toda injusticia, sino que ha hecho real provisión para suplirnos de gracia con el fin de elevar nuestros pensamientos hacia él y capacitarnos para apreciar su santidad. Debemos comprender que pertenecemos a Cristo y que debemos manifestar su carácter ante el mundo. Preparados por la gracia celestial, llegamos a estar revestidos de la justicia de Cristo con el manto nupcial, y estamos listos para participar de la cena de bodas. Llegamos a unirnos con Cristo, a participar de la naturaleza divina, purificados, refinados, elevados 687 y reconocidos como hijos de Dios; herederos del Señor y coherederos de Jesucristo. YI, 28 de octubre de 1897.
Apártense del terreno encantado de Satanás
(consejo a una familia egocéntrica).
Deberían apartarse del terreno encantado de Satanás y no permitir que sus mentes se alejen de la lealtad a Dios. Por medio de Cristo Uds. pueden y deben ser felices y adquirir hábitos de dominio propio. Hasta sus malos pensamientos deberían ser puestos en sujeción a la voluntad de Dios, y sus sentimientos bajo el control de la razón y la religión. No se les dio la imaginación para que se descarriara y anduviera por donde le da la gana, sin que hagan ningún esfuerzo
para imponerle restricción o disciplina.
Si los pensamientos son malos, los sentimientos también lo serán. Los pensamientos y sentimientos combinados constituyen el carácter moral. Cuando Uds. deciden que como cristianos no se les requiere que restrinjan sus pensamientos y sentimientos, caen bajo la influencia de los malos ángeles e invitan su presencia y su control. Si ceden ante sus impresiones y permiten que sus pensamientos transcurran por canales de sospecha, duda y lamentaciones, se encontrarán entre los más infelices de los mortales, y sus vidas serán un fracaso. 5T 310 (1885).
Consejo dado a una joven que construía castillos en el aire.
Ud. debería controlar sus pensamientos. No será fácil; no podrá lograrlo sin un esfuerzo estricto y hasta severo. Pero Dios se lo requiere; es un deber que descansa sobre todo ser responsable. Ud. tiene que responder ante Dios por sus pensamientos. Si se abandona a su vana imaginación, y permite que su mente se dedique a temas impuros, en cierto modo es tan culpable delante de Dios como si sus pensamientos se hubieran convertido en actos. Todo lo que impide que esto sea así
es la falta de oportunidad.
Soñar de día y de noche y hacer castillos en el aire es un hábito malo y sumamente peligroso. Una vez que se ha 688 consolidado, es casi imposible quebrantarlo y orientar los pensamientos hacia lo puro, santo y elevado. Tiene que convertirse en una fiel centinela de sus ojos, sus oídos y todos sus sentidos, si quiere controlar su mente e impedir que los pensamientos vanos y corrompidos le manchen el alma. Sólo el poder de la gracia puede llevar a cabo esta obra tan deseable. Ud. es débil en cuanto a esto. 2T 561 (1870).
Eliminemos el mal por medio del bien.
Los padres pueden elegir, si quieren, si las mentes de sus hijos serán llenas de pensamientos y sentimientos puros y santos; pero sus gustos deben ser disciplinados y educados con el mayor cuidado. Deben comenzar temprano a desplegar las Escrituras ante las mentes de sus hijos, para que se formen hábitos y gustos correctos. Los elementos del mal sólo pueden ser exterminados por la introducción de un alimento que proporcione un pensamiento puro y sólido. NEV 204 (1886).
Evitemos los pensamientos negativos.
Puesto que no nos pertenecemos, pues hemos sido comprados por precio, es deber de quien profesa ser cristiano poner sus pensamientos bajo el dominio de la razón y obligarse a si mismo a ser alegre y feliz. Por amarga que sea la causa de su pena, debe cultivar una actitud de tranquilidad y quietud en Dios. ¡Qué preciosa y sanadora es la influencia de la tranquilidad que hay en Cristo Jesús, de su paz, y cuán sedante es para el alma oprimida! Por oscuras que sean las perspectivas, albergue una actitud de esperanza para bien. Nada se gana con el desaliento, y en cambio se pierde mucho. Si bien es cierto que la alegría, la tranquila resignación y la paz harán mucho en favor de la felicidad y la salud de los demás, nos dará a nosotros el mayor beneficio. La tristeza y el hablar de cosas negativas promueven imágenes mentales desagradables y producen sobre nosotros mismos un efecto negativo. Dios quiere que nos olvidemos de todo esto, ¡que no miremos hacia abajo sino hacia arriba! Carta 1, 1883. 689
El peligro de pensar en las cosas terrenales.
Si vuestros pensamientos, planes y propósitos están dirigidos hacia la acumulación de las cosas terrenales, vuestra ansiedad, vuestro estudio y vuestros intereses se concentrarán en el mundo. Las atracciones celestiales perderán su belleza. . . Vuestro corazón estará con vuestro tesoro. . . Careceréis de tiempo para dedicaros al estudio de las Escrituras y a la oración ferviente que os ayudará a escapar de las trampas de Satanás. NEV 202 (1910).
Cambiemos nuestra manera de pensar.
Cuando se ha permitido que la mente piense por mucho tiempo solamente en cosas terrenales, es difícil cambiar los hábitos de pensar. Lo que el ojo ve y el oído oye demasiado a menudo, atrae la atención y absorbe el interés. Pero si entráramos en la ciudad de Dios y contempláramos a Jesús en su gloria, nos acostumbraríamos a verlo aquí con el ojo de la fe. Las palabras y el carácter de Cristo serían a menudo el objeto de nuestra conversación, y cada día se dedicaría un poco de tiempo para meditar con oración en estos sagrados temas.
RH, 3 de mayo de 1881; (SL 91, 92).
Un nivel más elevado de pensamiento.
El hombre se reveló contra Dios y desde entonces ha tratado de lograr que su plan tenga éxito de hacer las cosas a su manera, en su afán de conseguir felicidad. Pero cada vez que ha tratado de llenar su mente con algo que no sea Dios, ha fracasado. Debe haber definidamente un nivel más elevado de pensamiento, una clase más alta de estudios, cosas más sublimes que buscar que lo que ha habido en lo pasado. Los desórdenes y las imperfecciones de las palabras y los caracteres humanos pueden restaurarse sólo por medio de Jesucristo. Por lo tanto, él debería ser el objeto de la contemplación, el tema de conversación. Debe haber definidamente un nivel más elevado de pensamiento y acción para que comprendamos el gran plan de redención.
Ms 13, 1897. 690
Una ley que rige pensamientos y sentimientos.
Es una ley de la naturaleza que nuestros pensamientos y sentimientos resultan alentados y fortalecidos al darles expresión. Aunque las palabras expresan los pensamientos, éstos a su vez siguen a las palabras. MC 195 (1905).
Hacia la perfección del carácter.
Una vida cristiana se revelará mediante pensamientos cristianos, palabras cristianas y comportamiento cristiano. En Cristo hay una divina integridad de carácter. NEV 186 (1879).
Una nueva dotación de poder.
Aquellos que consagran alma, cuerpo y espíritu a Dios, purificando sus pensamientos por la obediencia a la ley divina, recibirán continuamente una nueva dotación de poder físico y mental. El corazón suspirará por Dios, y elevará fervientes súplicas a lo alto por una clara percepción para discernir la misión y la obra del Espíritu Santo. No nos toca a nosotros usar al Espíritu, sino al Espíritu usarnos a nosotros, amoldando y formando cada facultad. COES 43 (1900). 691
73. El Modo Correcto De Pensar.
La capacidad de pensar es un don de Dios.
La mente es algo que Dios nos ha confiado. Hay que cultivar las facultades de la mente. Hay que usarlas con tanta sabiduría que aumenten en fortaleza. Cada cual debería usar los talentos que se le han confiado de manera que hagan el mayor bien posible. Se debe educar la mente de tal manera que aparezcan las mejores energías del alma y se desarrolle cada facultad. No deberíamos conformarnos con una norma inferior. Deberíamos avanzar de una línea de progreso en la obra hacia otra. Carta 106, 1901.
La mente debe ser adiestrada.
La mente es la mejor posesión que tenemos; pero debe ser adiestrada en la escuela de Cristo, el mejor y verdadero educador que el mundo ha conocido, mediante el estudio, la reflexión y el aprendizaje. El obrero cristiano debe crecer. Debe edificar el carácter para que sea útil; debe adiestrarse a fin de soportar dificultades y ser sabio en la planificación y ejecución de la obra de Dios. Debe ser un hombre puro mentalmente y en su 692 conversación, alguien que se abstenga de toda apariencia de mal y que no dé ocasión a la crítica por causa de sus maneras descuidadas. Debe ser de corazón veraz; en sus labios no se debe hallar engaño. RH, 6 de enero de 1885.
El [Cristo] murió por mí para que yo pudiera ser bendecida y para que su gozo permaneciera en mí. Por eso mantengo mi mente en este canal; la adiestro; adiestro mi lengua; adiestro mis pensamientos; adiestro todo lo que hay en mí para poder aferrarme a Jesucristo. Ms 36, 1891.
Cada facultad de la mente. . . demuestra que Dios destinó nuestras facultades a ser ejercitadas, no a permanecer inactivas. OE 294 (1880).
El pensamiento correcto es nuestra única seguridad.
La única seguridad para el alma consiste en pensar bien, pues acerca del hombre se nos dice: "Cual es su pensamiento en su alma, tal es él" (Prov. 23: 7). El poder del dominio propio se acrecienta con el ejercicio. Lo que al principio parece difícil, se vuelve fácil con la práctica, hasta que los buenos pensamientos y acciones llegan a ser habituales. Si queremos, podemos apartarnos de todo lo vulgar y degradante y elevarnos hasta un alto nivel, donde gozaremos del respeto de los hombres y del amor de Dios. MC 392 (1905).
El pensamiento cristocéntrico.
Vuestro último pensamiento de la noche, y vuestro primer pensamiento de la mañana, debieran dirigirse a Aquel en quien se centra vuestra esperanza de vida eterna. NEV 118 (1895).
Hay que desarrollar lo positivo.
El carácter positivo y enérgico, sólido y fuerte que manifestó Cristo, debe desarrollarse en nosotros, mediante la misma disciplina que él soportó. Y a nosotros se nos ofrece la gracia que recibió él. DTG 53, 54 (1898).
El esfuerzo debe ser proporcionado al objeto que se persigue.
Los pensamientos deben concentrarse en Dios. Debemos 693 dedicar nuestro esfuerzo más enérgico a dominar las malas tendencias del corazón natural. Nuestros esfuerzos, nuestra abnegación y perseverancia deben corresponder al valor infinito del objeto que perseguimos. Sólo venciendo como Cristo venció podremos ganar la corona de vida. MC 361(1905).
Piense por usted mismo.
Si permite que otros piensen por usted, sus energías se paralizarán y sus habilidades disminuirán. Hay muchos cuyos intelectos se empequeñecen porque piensan sólo en temas comunes. Debería luchar con problemas que lo obliguen a pensar y que le exijan el uso de las mejores facultades de su mente. RH, 16 de abril de 1889.
El refinamiento del corazón se aprende en la escuela de Cristo.
Se aprende más acerca del verdadero refinamiento del pensamiento y los modales en la escuela del divino Maestro, que por la observancia de reglas establecidas. Su amor, al llenar el corazón, da al carácter esos toques de refinamiento que lo asemejan al suyo. Esta educación imparte una dignidad nacida en el cielo y una noción clara de lo que es correcto. Da una dulzura al carácter y una suavidad a los modales que jamás podrá igualar el barniz superficial de la sociedad elegante.
Ed 241 (1903).
Se necesita disciplina mental.
La capacidad de fijar los pensamientos en la obra emprendida es una gran bendición. Los jóvenes temerosos de Dios deberían esforzarse por desempeñar sus deberes con reflexiva consideración, manteniendo los pensamientos en su debido curso y poniendo de su parte lo mejor de que son capaces. Deberían reconocer sus deberes actuales y cumplirlos sin permitir que la mente se desvíe. Esta clase de disciplina mental será útil y beneficiosa durante toda la vida. Aquellos que aprenden a concentrar sus pensamientos en todo lo que emprenden, por pequeña que parezca la obra, serán útiles en el mundo. MJ 147 (1903). 694
Ideas bien relacionadas.
Algunas mentes se parecen más a una tienda de antigüedades que a cualquier otra cosa. Han recogido y almacenado trozos sueltos de información, pero no saben cómo presentarlos en forma clara y bien hilvanada. Lo que le da valor a estas ideas es la relación que tienen unas con otras. Todas las ideas y declaraciones debieran estar unidas tan estrechamente como los eslabones de una cadena. Cuando un ministro arroja un montón de conceptos ante la gente para que ésta los recoja y los ponga en orden, sus esfuerzos se han perdido porque hay pocos que harán tal orden. Ev 471 (1886).
Por qué la mente desciende a un nivel tan bajo.
Si la mente humana desciende a un nivel bajo, generalmente se debe a que se la deja espaciarse en hechos comunes, y no se la estimula a fin de que se ejercite para captar verdades nobles y elevadas, tan duraderas como la eternidad. Algunas sociedades literarias e institutos están ejerciendo casi universalmente una influencia totalmente contraria a la que pretenden tener, y están causándole daño a la juventud. No siempre es así; pero siendo que ciertos individuos no santificados asumen la dirección, y que los mundanos quieren que las cosas se hagan como a ellos les gusta, sus corazones no están en armonía con Jesucristo. Se encuentran en las filas de los enemigos del Señor, y no se sienten a gusto con los entretenimientos que podrían fortalecer y confirmar la espiritualidad de los miembros de la sociedad. Se presentan asuntos de mala calidad, de bajo nivel, que no elevan ni instruyen sino que sólo entretienen. Ms 41, 1900.
Pensar en cosas sin importancia.
Durante las horas de vigilia la mente está constantemente ocupada. Si piensa en cosas sin importancia, el intelecto se atrofiará y debilitará. Pueden surgir intermitentemente algunos pensamientos brillantes; pero la mente no estará adiestrada para la reflexión sostenida y sobria. Hay temas que requieren seria consideración. . . Al meditar en estos temas de interés eterno, la 695 mente se fortalece y el carácter se desarrolla. RH, 10 de junio de 1884.
Los pensamientos dejan su huella indeleble en el alma.
Absténganse de todo mal. Los pecados comunes, por insignificantes que se los considere, malograrán su concepto de lo moral, y borrarán la impresión del Espíritu de Dios. El carácter de los pensamientos deja su impronta en el alma, y toda conversación de bajo nivel contamina la mente. Toda mala obra arruina al que la lleva a cabo. Dios perdona al pecador arrepentido, pero aunque esté perdonado, su alma estará malograda; la posibilidad que tiene la mente intacta de tener pensamientos elevados, está destruida en este caso. El alma llevará para siempre las cicatrices. Por lo tanto, busquemos esa fe que obra por el amor y purifica el corazón, para que podamos representar el carácter de Cristo ante el mundo. RH, 8 de diciembre de 1891; (FE 195).
Rodeemos el alma de una atmósfera pura.
No deberíamos ser entremetidos o importunos, sino vivir sosegadamente nuestra religión, con la vista puesta en la gloria de Dios. . . Entonces brillaremos como luces en el mundo, sin ruido ni aspaviento. No necesitamos fracasar, porque está con nosotros Uno que es sabio en sus consejos, excelente en sus obras y poderoso para cumplir sus propósitos. Obra por medio de sus instrumentos, visibles e invisibles, humanos y divinos. Esta obra es grandiosa, y será llevada adelante hacia la gloria de Dios, si todos los que se relacionan con ella efectúan sus tareas de acuerdo con su profesión de fe. La pureza de pensamiento debe estimarse indispensable en la obra de salvar a otros. El alma debe rodearse de una atmósfera pura y santa, una atmósfera que tienda a vivificar la vida espiritual de todos los que la respiren. HHD 318 (1896).
Contribuir con toda energía (consejo a una joven).
No se puede sostener la vida del alma a menos que se la ponga en sujeción a la voluntad de Dios. Hay que aplicar toda energía 696 para hacer la voluntad divina. Si nuestros pensamientos permanecen en Dios, serán guiados por el amor y el poder divinos. Por lo tanto, mi querida hija, viva de las palabras que proceden de los labios de Cristo. Quiera Dios fortalecerla, bendecirla y guiarla. Siga adelante y crea que si pide algo, lo recibirá. Carta 339, 1905.
Cristo cambia los pensamientos.
Cristo vino para cambiar la corriente de sus [de los hombres] pensamientos y afectos. 1JT 68 (1859).
Como la flor que gira hacia el sol.
Extiéndase y elévese el alma para que Dios pueda concedernos respirar la atmósfera celestial. Podemos mantenernos tan cerca de Dios que en cualquier prueba inesperada nuestros pensamientos se vuelvan a él tan naturalmente como la flor se vuelve al sol. CC 100 (1892).
La transformación comienza con los pensamientos.
Las palabras "os daré corazón nuevo" (Eze. 36: 26), significan, os daré una mente nueva. Ese cambio de corazón va siempre acompañado por un claro concepto del deber cristiano, por la comprensión de la verdad, que nos es proporcionada por la Palabra de Dios.
CM 436,437 (ed. PP); 347 (ed. ACES) (1913).
Queremos que la gracia transformadora de Dios tome posesión de nuestra capacidad de pensar. Podemos pensar el mal, podemos continuar manteniendo nuestras mentes concentradas en cosas objetables, pero, ¿qué provecho lograremos? Toda nuestra experiencia asume la forma de lo que contemplamos. Si contemplamos a Jesús, nos transformaremos a su semejanza. El siervo del Dios viviente tiene en vista un propósito. Los ojos y oídos están santificados, y quien cierre sus ojos y oídos al mal, se transformará. Ms 17, 1894. 697
74. Las Dudas.
Misterios que no podemos sondear.
La Palabra de Dios, como el carácter de su divino Autor, presenta misterios que nunca podrán ser plenamente comprendidos por seres finitos. La entrada del pecado en el mundo, la encarnación de Cristo, la regeneración, la resurrección y otros muchos asuntos que se presentan en la Biblia, son misterios demasiado profundos para que la mente humana los explique, o aun para que los capte plenamente siquiera. Pero no tenemos razón para dudar de la Palabra de Dios porque no podamos entender los misterios de su providencia.
En el mundo natural estamos siempre rodeados de misterios que no podemos sondear. Aun las formas más humildes de la vida presentan un problema que el más sabio de los filósofos es incapaz de explicar. Por todas partes se presentan maravillas que superan nuestro conocimiento. ¿Debemos sorprendernos de que en el mundo espiritual haya también misterios que no podamos sondear? La dificultad está únicamente en la debilidad y estrechez de la mente humana. Dios nos ha dado en las Santas Escrituras pruebas suficientes del carácter divino de ellas, y no debemos dudar de su Palabra porque no podamos entender los misterios de su providencia. CC 107, 108 (1892). 698
La posibilidad de dudar no se ha eliminado.
Si bien es cierto que Dios ha dado pruebas evidentes para la fe, él no quitará jamás todas las excusas que pueda haber para la incredulidad. Todos los que buscan motivos de duda los encontrarán. Y todos los que rehusan aceptar la Palabra de Dios y obedecerla antes que toda objeción haya sido apartada y que no se encuentre más motivo de duda, no llegarán jamás a la luz.
La desconfianza hacia Dios es producto natural del corazón irregenerado, que está en enemistad con él. Pero la fe es inspirada por el Espíritu Santo y no florecerá más que a medida que se la fomente. Nadie puede robustecer su fe sin un esfuerzo determinado. La incredulidad también se robustece a medida que se la estimula; y si los hombres, en lugar de meditar en las evidencias que Dios les ha dado para sostener su fe, se permiten ponerlo todo en tela de juicio y entregarse a cavilaciones, verán confirmarse más y más sus dudas. CS 582 (1888).
El peso de la evidencia.
Los que desean dudar, tendrán abundante ocasión para ello. Dios no se propone evitarnos toda oportunidad de ser incrédulos. El da evidencias, que deben ser investigadas cuidadosamente con mente humilde y espíritu susceptible de ser enseñado; y todos deben decidir por el peso de la evidencia. Dios da suficiente evidencia para que el espíritu sincero pueda creer; pero el que se aparta del peso de la evidencia porque hay unas pocas cosas que su entendimiento finito no puede aclarar, será dejado en la atmósfera fría y helada de la incredulidad y de la duda, y perderá su fe. 2JT 290 (1889).
No confíe en los sentimientos (consejo a alguien que dudaba).
El gran plan misericordioso consiste desde el principio del tiempo en que cada alma afligida confíe en el amor de Dios. Su seguridad en este momento, cuando su mente está torturada por la duda, se basa en el hecho de que no debe confiar en sus sentimientos sino en el Dios viviente. 699 Todo lo que el Señor le pide es que ponga su confianza en él, reconociéndolo como su fiel Salvador, que lo ama y le ha perdonado todos sus errores y equivocaciones. Carta 299, 1904.
Ningún pensamiento de duda debería ver la luz del día.
Velad tan fielmente como lo hizo Abrahán para que los cuervos o las aves de presa no se posen sobre vuestros sacrificios u ofrendas a Dios. Hay que cuidar cada pensamiento de duda, de tal modo que no salga a la luz del día por haberlo expresado. La luz siempre se aleja de las palabras que honran a los poderes de las tinieblas. La vida de nuestro Señor resucitado debería manifestarse diariamente en nosotros.
2MS 279 (1892).
Quien duda en forma crónica es egocéntrico.
Es una gran desgracia dudar constantemente, con el ojo y los pensamientos concentrados en uno mismo. Mientras se contemple a sí mismo, mientras el yo y sus pensamientos sean el tema de su conversación, no podrá esperar que se lo transforme a la imagen de Cristo. El yo no es su salvador. No tiene en sí mismo cualidades redentoras. El "yo" es un bote agujereado, y no le conviene embarcar su fe en él. Si Ud. pone su confianza en él,
ciertamente se hundirá.
¡El bote salvavidas, el bote salvavidas es su única seguridad! Jesús es el capitán del bote salvavidas, y nunca ha perdido
un solo pasajero.
Uds. que dudan y están desanimados, ¿cómo pueden esperar que sus corazones resplandezcan con el amor de Cristo? ¿Cómo pueden esperar que su gozo permanezca y sea cumplido en Uds. si siguen meditando en sus propios caracteres imperfectos y alimentándose de ellos?
Carta 11, 1897.
Fe versus incredulidad.
No nos damos cuenta de cuánto perdemos por causa de la incredulidad. Si no tenemos fe estaremos librando una batalla perdida. Tenemos un Salvador 700 que comprende cada aspecto de nuestra vida. Conoce nuestros desalientos y sabe exactamente qué ayuda necesitamos. Debemos tener fe en él, una fe que obre por el amor y que purifique el alma. Ms 41, 1908.
La fe crece gracias a los conflictos que tiene con las dudas; la virtud aumenta en fortaleza al resistir las tentaciones. YI, abril de 1873.
Alberguemos fe.
No hay nada que fomente la incredulidad. El Señor manifiesta su gracia y su poder vez tras vez, y esto debe enseñarnos que siempre es provechoso, en todas las circunstancias, fomentar la fe, hablar de la fe, proceder con fe. No debemos permitir que nuestros corazones y nuestras manos se debiliten al permitir que las sugestiones de mentes incrédulas planten en nuestros corazones las semillas de duda y desconfianza [Heb. 3: 12]. 7CBA 939, 940 (1898).
La duda produce enfermedades nerviosas.
La seguridad de la aprobación de Dios promueve la salud física. Fortalece al alma contra la duda, la perplejidad y el pesar excesivo que, con tanta frecuencia, minan las fuerzas vitales y causan enfermedades nerviosas tremendamente debilitantes y aflictivas. El Señor ha empeñado su palabra infalible de que sus ojos estarán sobre los justos, y sus oídos abiertos a sus oraciones, pero que está contra todos los que proceden mal. Nos imponemos un trabajo muy arduo cuando tomamos un camino que pone al Señor contra nosotros. 3CBA 1164 (1883).
Ninguna sospecha debería dominar la mente.
Ni la sospecha ni la desconfianza deberían posesionarse de nuestra mente. Ningún temor acerca de la grandeza de Dios debería confundir nuestra fe. Que Dios nos ayude a humillarnos con mansedumbre y sencillez. Cristo depuso su ropaje real y su corona regia, a fin de asociarse con la humanidad, y demostrar que los seres humanos pueden llegar a ser perfectos. 701 Ataviado con el ropaje de la misericordia, él vivió una vida perfecta en nuestro mundo, para mostrarnos su amor. El ha llevado a cabo aquello que debería tornar imposible el no creer en él. Descendió de su elevada posición en la corte celestial para tomar sobre sí la naturaleza humana. Su vida es un ejemplo de lo que deberían ser las nuestras. Para que el temor a la grandeza de Dios no borrara nuestra creencia en el amor de Dios, Cristo se convirtió en varón de dolores, experimentado en quebrantos. Si el ser humano le entrega el corazón, éste se convertirá en un arpa sagrada que producirá música sacra.
2MS 290, 291 (1904).
No hay excusa para hablar de desánimo.
"El cual [el Padre] nos ha librado de la potestad de las tinieblas" (Col. 1: 13). Si esto es cierto, ¿qué excusa tenemos entonces para hablar acerca del desánimo, la incredulidad y la duda, para rodearnos de tinieblas como si éstas fueran un manto? Hagamos retroceder la oscura sombra de la duda, poniéndola a un lado para que la lleve Satanás, originador de toda duda y desánimo. El está tratando de extender su sombra infernal a lo largo de nuestra senda. Nuestra fe debe pasar a través de la oscura nube de la duda y la incredulidad y aferrarse del brazo de Cristo, que está más allá. Ms 102, 1901.
Cómo rechacé la sombra de la duda.
Cuando Satanás tiende su sombra infernal sobre mi senda, no la miro ni hablo de ella, ni glorifico al diablo hablando de él y de su poder, y de los momentos difíciles que me ha hecho pasar. No, atravieso la sombra, y por fe me aferro de Jesucristo. Al contemplarlo somos "transformados de gloria en gloria a su misma semejanza". Hablen acerca de la fe. Cada duda que manifiestan es una semilla que se siembra, y esa semilla echará raíces en algún corazón. No querramos pronunciar una sola palabra de duda para alabar así al diablo por el gran poder que ha ejercido con el fin de mantenernos en sujeción. 702 No; Cristo me ha adquirido y me ha redimido. Satanás no tiene poder sobre mí.
Ms 16, 1894.
Falsas ideas acerca de Dios.
Satanás triunfa cuando puede inducir a los hijos de Dios a la incredulidad y al desaliento. Se regocija cuando nos ve desconfiar de Dios, dudando de su buena voluntad y de su poder para salvarnos. Le agrada hacernos sentir que el Señor nos hará daño
por sus providencias.
Es la obra de Satanás representar al Señor como falto de compasión y piedad. Tergiversa la verdad respecto a él. Llena la imaginación de ideas falsas con relación a Dios; y en vez de espaciarnos en la verdad respecto de nuestro Padre celestial, muchísimas veces fijamos la mente en las falsas representaciones de Satanás y deshonramos a Dios desconfiando de él y murmurando contra él.
Satanás siempre procura presentar la vida religiosa como una vida de tinieblas. Desea hacerla aparecer penosa y difícil; y cuando el cristiano, por su incredulidad, presenta en su vida la religión bajo este aspecto, secunda la falsedad de Satanás. CC 117 (1892).
Cierre la puerta de su corazón a las dudas.
Cuando venga el diablo con sus dudas y sus incredulidades, cierre la puerta de su corazón. Cierre los ojos para no ver su sombra infernal. Levántelos para que puedan contemplar las cosas eternas, tendrá fortaleza en cada momento. La prueba de su fe es mucho más preciosa que el oro. . . la da valor para librar la batalla del Señor, "porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes" (Efe. 6: 12).
Satanás reclama el mundo como suyo. Pretende que sea suyo. Entonces, ¿le daremos lo que reclama? No. Yo soy propiedad de otro. He sido comprada por precio, y mi tarea consiste en glorificar a Dios en mi cuerpo y en mi espíritu. 703 No tengo tiempo para hablar acerca de la incredulidad. Debo hablar acerca de la fe. Tengo que fortalecer la fe por medio del ejercicio. Y entonces mi fe crecerá a medida que me aventure basándome en las promesas de Dios,
y así puedo abarcar cada vez más.
Bendito, bendito Jesús. Lo amo porque es mi consuelo, mi esperanza, mi oportunidad y mi recurso. No sólo para mí sino también para ustedes como individuos. Quiero que usted se considere propiedad suya. Ponga su rostro como pedernal y oriéntelo en dirección del monte de Sión. Decida que allí hay un tesoro que usted puede conseguir. Ms 17, 1894.
Una palabra de duda da lugar a muchas más.
Una sola palabra de duda, o relativa a malos pensamientos y malas expresiones, da lugar a muchas más de la misma clase. Es la siembra de una semilla que dará lugar a una cosecha que nadie tendrá interés en levantar. Carta 117, 1896.
Las semillas de la duda yacen ocultas.
Los que están perturbados por las dudas y tienen dificultades que no pueden resolver, no deberían arrojar a otras mentes débiles en las mismas perplejidades. Algunos han sugerido su incredulidad, han hablado acerca de ella, y la han transmitido a otros, sin darse cuenta del efecto que esto produce. En algunos casos las semillas de incredulidad han producido un efecto inmediato, mientras que en otros han permanecido sepultadas por mucho tiempo, hasta que el individuo ha asumido una conducta equivocada y le ha dado lugar al enemigo, se le ha quitado la luz de Dios y ha caído bajo las poderosas tentaciones de Satanás. Entonces las semillas de incredulidad, que habían sido sembradas hacía tanto tiempo, comenzaron a germinar. Satanás las cultivó, y dieron su fruto.
Todo lo que provenga de los ministros que deberían estar en la luz, ejerce una poderosa influencia. Y cuando no permanecen en la clara luz de Dios, Satanás los usa como instrumentos suyos, y lanza sus dardos de fuego por medio 704 de ellos hacia las mentes que no están preparadas para resistir lo que estaban recibiendo de sus ministros.
1T 378 (1863).
Nuestro deber es creer.
Crean que la palabra de Dios no fallará, sino que el que prometió es fiel. Es deber de Uds. creer que Dios cumplirá su palabra y perdonará sus pecados, tanto como lo es el confesarlos. Deben ejercer fe en Dios como en alguien que hará justamente lo que ha dicho, a saber, perdonarles todas sus transgresiones.
¿Cómo podemos saber que el Señor es realmente nuestro Salvador, que perdona nuestros pecados, y así experimentar profundamente su bendición, la gran gracia y el amor que ha asegurado a los de contrito corazón, a menos que creamos cabalmente en su palabra? Oh, cuántos hay que andan dolientes, pecando y arrepintiéndose, siempre bajo una nube de condenación. No creen en la palabra del Señor. No creen que obrará como lo ha dicho. Carta 10, 1893.
El amor al pecado es la causa de la duda.
Disfráceselo como se quiera, el amor al pecado es casi siempre la causa real de la duda y el escepticismo. Las enseñanzas y restricciones de la Palabra de Dios no agradan al corazón orgulloso, amante del pecado; y los que no quieren obedecer sus mandamientos, fácilmente dudan de su autoridad. Para llegar al conocimiento de la verdad, debemos tener un deseo sincero de conocer la verdad, y buena voluntad en el corazón para obedecerla. Todos los que estudien la Biblia con este espíritu, encontrarán abundante evidencia de que es la Palabra de Dios y pueden obtener un conocimiento de sus verdades que los hará sabios para la salvación. CC 112, 113 (1892).
Fomentadas por quienes no caminan rectamente.
La duda y la incredulidad son fomentadas por los que no caminan rectamente. Son penosamente conscientes de que su vida no soportará la prueba del Espíritu de Dios, ya sea 705 hablando mediante su Palabra, o mediante los testimonios de su Espíritu que los llevarían a su Palabra. En vez de comenzar con su propio corazón y ponerse en armonía con los puros principios del evangelio, encuentran faltas y condenan precisamente los medios que Dios ha elegido para preparar a un pueblo que esté en pie en el día del Señor. 1MS 51 (1883).
Dudas consideradas como hechos reales.
El método general que se aplica para educar a los jóvenes, no cumple con la norma de la verdadera educación. La infidelidad está entretejida en los temas que se publican en los libros de texto, y se considera que los oráculos de Dios son cuestionables y hasta objetables. De este modo las mentes de los jóvenes se familiarizan con las sugerencias de Satanás, y las dudas que antes se albergaban se convierten supuestamente en hechos probados, y la investigación científica que se lleva a cabo resulta engañosa como consecuencia de la manera como se interpretan y se pervierten los descubrimientos hechos.
YI, 31 de enero de 1895; (MM 90).
Qué hacer con la duda.
Ud. hiere el corazón de Cristo al dudar, cuando él nos ha dado tantas evidencias de su amor al dar su vida para salvarnos para que no pereciéramos sino que tuviéramos vida eterna. Nos ha dicho exactamente lo que tenemos que hacer: "Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar" (Mat. 11: 28).
Carta 10, 1893.
Las dudas desaparecen cuando somos bendición
para los demás.
Hay muchos que se quejan de sus dudas, que se lamentan de inseguridad en su relación con Dios. Esto a menudo es consecuencia de que no están haciendo nada en favor de la causa del Señor. Traten fervientemente de ayudar y bendecir a los demás, y sus dudas y desánimo desaparecerán. 5T 395 (1885).
Los que están constantemente hablando de sus dudas y 706 exigiendo evidencia adicional para disipar su nube de incredulidad, no están edificando sobre la Palabra. Su fe reposa sobre circunstancias; se basa en los sentimientos. Pero éstos por placenteros que sean, no son fe. La Palabra de Dios es el fundamento sobre el cual se debe edificar nuestra esperanza del cielo. Carta 11, 1897.
La duda crece cuando se habla de ella
(consejo a un ministro que dudaba).
Vi que los ángeles de Dios lo contemplaban con pesar. Habían salido de su lado y se alejaban tristes, mientras Satanás y sus ángeles hacían muecas entusiasmados por causa de Ud. Si hubiera luchado contra sus dudas y no hubiera animado al diablo para que lo tentara hablando acerca de su incredulidad, deseoso de referirse al tema, no habría atraído tantos ángeles caídos a su alrededor. Pero decidió hablar de sus tinieblas; decidió referirse a ellas; y mientras más hablaba y más se refería a ellas, más sombrío se volvía.
Se está apartando de todo rayo de luz del cielo, y se está abriendo un gran abismo entre Ud. y los únicos que pueden ayudarlo. Si continúa así como ha comenzado, la miseria y el dolor estarán delante de Ud. Dios lo detendrá de una manera que no le gustará. Su ira no se adormecerá. Ahora lo está invitando. Ahora, precisamente ahora lo invita a que vuelva a él sin demora, y por su gracia le perdonará todas sus apostasías, y lo sanará de ellas. Dios está conduciendo a un pueblo peculiar. Lo limpiará y lo purificará de modo que esté preparado para la traslación. Eliminará todo lo carnal de su tesoro peculiar, hasta que éste se asemeje al oro purificado siete veces. 1T 430, 431 (1864).
Permita que los rayos de luz disipen las sombras de la duda.
Necesitamos llenarnos de toda la plenitud de Dios, y entonces tendremos vida, poder, gracia y salvación.
¿Cómo podremos lograr estas grandes bendiciones? Cristo murió para que pudiéramos recibirlas por la fe en su nombre. Nos ha ofrecido ampliamente luz y vida. Entonces, ¿por 707 qué tenemos que insistir en fijar clavos para colgar en ellos nuestras dudas? ¿Por qué tenemos que llenar la galería de la mente con los sombríos cuadros de la duda? ¿Por qué no permitimos que los brillantes rayos del Sol de Justicia resplandezcan en las cámaras del corazón y la mente, y disipen las sombras de la incredulidad? Vuélvanse a la Luz,
a Jesús, el precioso Salvador.
En lugar de contemplar las fallas y los defectos de otro ser humano, vuélvanse para considerar a Aquel en quien no hay imperfección. Jesús es el "señalado entre diez mil", el que es "todo amable". Ningún ser humano debe ser nuestro modelo. Dios nos ha dado un modelo perfecto en su Hijo unigénito, y al contemplarlo nos transformaremos a su imagen. Miren a Cristo, cuyo trono es alto y sublime, y cuyo manto de gloria llena el templo. Ms 23, sin fecha. 708
75. Imaginación Y Enfermedad.
La imaginación puede producir enfermedades graves.
Hay que controlar la mente, porque ejerce una poderosa influencia sobre la salud. La imaginación a menudo se desvía, y cuando se le da libertad, produce en sus víctimas enfermedades graves. Muchos mueren de enfermedades que son mayormente imaginarias. Conozco a varios que se han enfermado realmente como resultado de la influencia de la imaginación. 2T 523 (1870).
Algunos están muriendo cuando podrían estar bien.
Miles que están enfermos y muriendo alrededor de nosotros, podrían estar bien y vivir si quisieran, pero su imaginación se lo impide. Temen que empeorarán si trabajan o hacen ejercicio, cuando ése es exactamente el cambio que necesitan hacer para mejorar. Sin eso nunca mejorarán. Deberían ejercer fuerza de voluntad, elevarse por encima de sus dolores y su debilidad, dedicarse a una actividad útil, y olvidarse de sus espaldas, costados, pulmones y cabezas 709 doloridos. Si no ejercitan todo el cuerpo, o una parte de él, caerán en una condición morbosa. La inactividad de cualquiera de los órganos del cuerpo produce una atrofia de los músculos, disminuye su fortaleza y contribuye para que la sangre fluya lentamente por los vasos sanguíneos. 3T 76 (1872).
La imaginación puede controlar algunas partes del cuerpo.
La falta de acción armoniosa en el organismo humano produce enfermedad. La imaginación puede controlar para su mal algunas partes del cuerpo. Cada parte del organismo debe trabajar armoniosamente.
Ms 24,1900; (MM 291).
Casi murió a causa de su imaginación enferma.
Una vez fui llamada para ver a una joven a quien conocía bien. Estaba enferma y empeoraba rápidamente. La madre quería que orara por ella. Estaba allí cerca, llorando, mientras decía: "Pobre chica; no vivirá mucho más". Le tomé el pulso. Oré con ella y después le dije: Hermana, si Ud. se viste y va a trabajar a la oficina, toda esta invalidez pasará.
¿Cree que pasará?me preguntó.
Por supuestole contesté. Ud. casi ha destruido sus fuerzas vitales a causa de esta invalidez imaginaria.
Me volví a la madre y le dije que su hija podría haber muerto como consecuencia de una imaginación enferma si no se la hubiera convencido de su error. La había estado adiestrando para una invalidez imaginaria. Por supuesto, ésta es una clase de educación muy pobre. Pero le dije: "Cambie todo esto, levántese y vístase". Fue obediente, y vive hasta el día de hoy. Carta 231, 1905; (MM 109).
Imaginación afectada por la enfermedad.
Usted es sumamente sensible, y sus sentimientos son intensos. Es estrictamente consecuente y hay que convencerla antes que ceda a la opinión de los demás. Si su salud no estuviera 710 malograda, habría sido una mujer muy útil. Ha estado enferma hace ya mucho tiempo, y eso le ha afectado la imaginación, de modo que sus pensamientos se concentran en usted misma, y la imaginación le ha afectado el cuerpo. 3T 74 (1872).
Cómo vencer una imaginación enfermiza.
Por la luz que se me ha dado, la hermana que Ud. menciona debería esforzarse y cultivar el gusto por los alimentos sanos, y todos esos desmayos desaparecerían. Ha cultivado su imaginación; el enemigo se ha aprovechado de la debilidad de su cuerpo, y su mente no ha luchado para estar a la altura de las dificultades de la vida diaria. La cura que necesita es una mente buena y santificada, un aumento de la fe y el servicio activo en favor de Cristo. También necesita ejercitar sus músculos en trabajo práctico al aire libre. El ejercicio físico será para ella la mayor bendición de su vida. No necesita ser inválida, sino una mujer de mente sana y saludable,
preparada para hacer su parte noble y acabadamente.
Todos los tratamientos que se le den a esta hermana no servirán de mucho a menos que ella haga su parte. Necesita fortalecer sus músculos y sus nervios mediante el trabajo físico. No es necesario que sea inválida; puede trabajar bien y con entusiasmo. Como muchos otros, tiene una imaginación enfermiza. Pero puede vencer y ser una mujer sana. He recibido este mensaje para dárselo a muchos, con los mejores resultados. Carta 231, 1905; (MM 108, 109).
Requiera la ayuda de la voluntad.
La ociosidad es un gran mal. Los hombres, las mujeres y los jóvenes, al pensar en ellos mismos, creen que están peor de lo que realmente están. Arrullan sus malestares, piensan en ellos y hablan acerca de ellos, hasta que les parece que su utilidad ha terminado. Muchos han muerto cuando podrían y deberían estar viviendo. Su imaginación estaba enferma. Si hubieran resistido la tendencia a ceder a la enfermedad y a dejarse vencer por ella; si hubieran requerido la ayuda de la fuerza de 711 voluntad, podrían haber vivido para bendecir al mundo con su influencia. RH, julio de 1868.
Liberación del pecado y curación de la enfermedad
están relacionadas.
En el ministerio de curación, el médico ha de ser colaborador de Cristo. El Salvador asistía tanto al alma como al cuerpo. El evangelio que enseñó fue un mensaje de vida espiritual y de restauración física. La salvación del pecado y la curación de la enfermedad iban enlazadas. El mismo ministerio está encomendado al médico cristiano. Debe unirse con Cristo en la tarea de aliviar las necesidades físicas y espirituales del prójimo. Debe ser mensajero de misericordia para el enfermo, llevándole el remedio para su cuerpo desgastado y para su alma enferma de pecado.MC 75 (1905). 712
76. La Voluntad Y La Decisión.
El poder que gobierna la naturaleza del hombre.
La voluntad es el poder que gobierna la naturaleza humana, sometiendo todas las otras facultades a su dominio. La voluntad no es el gusto o la inclinación, sino el poder que decide, que obra en los hijos de los hombres para obedecer a Dios, o para desobedecerlo. 4TS 157 (1889).
Todo depende de su acción correcta.-
El tentado necesita comprender la verdadera fuerza de la voluntad. Ella es el poder gobernante en la naturaleza del hombre, la facultad de decidir y elegir. Todo depende de la acción correcta de la voluntad. Desear lo bueno y lo puro es justo; pero si no hacemos más que desear, de nada sirve. Muchos se arruinan mientras esperan y desean vencer sus malas inclinaciones. No someten su voluntad a Dios. No escogen servirlo. MC 131 (1905).
Fuente de toda acción.
Debemos recordar que la voluntad es el resorte de todas las acciones. Esta voluntad, que constituye un factor tan importante del carácter humano fue, en ocasión de la caída, entregada al dominio de Satanás; 713 desde entonces él ha estado obrando en el hombre para expresar y ejecutar su propia voluntad,
pero para completa ruina y miseria del hombre.
Sin embargo, el sacrificio infinito de Dios al dar a Jesús, su Hijo amado, como expiación por el pecado, lo habilita para decir, sin violar un solo principio de su gobierno: "Entregaos a mí; dadme esa voluntad; quitadla del dominio de Satanás, y yo tomaré posesión de ella; entonces podré obrar en vosotros para querer y hacer mi beneplácito". Cuando recibimos el ánimo de Cristo, nuestra voluntad viene a ser como su voluntad, y nuestro carácter se transforma a semejanza del suyo.
4TS 158, 159 (1889).
La voluntad del hombre es agresiva.
La voluntad del hombre es agresiva, y constantemente se esfuerza por someter todas las cosas a sus designios. Si se alista del lado de Dios y del bien, los frutos del Espíritu aparecerán en la vida; y Dios ha señalado gloria, honra y paz a cada persona que obra el bién. NEV 155 (1896).
La imposibilidad reside en la propia voluntad.
Toda nuestra vida es de Dios y debe ser usada para su gloria. Su gracia consagrará y mejorará cada facultad. Que nadie diga: no puedo remediar mis defectos de carácter; porque si alguien llega a esa conclusión ciertamente no alcanzará la vida eterna. La imposibilidad reside en su propia voluntad. Si Ud. no quiere, no podrá vencer. La verdadera dificultad proviene de la corrupción de los corazones no santificados, y de la falta de disposición para someterse al control de Dios.
YI, 28 de enero de 1897.
Un sedante efectivo.
La mente y los nervios se entonan y fortalecen por el ejercicio de la voluntad. En muchos casos, la fuerza de voluntad resultará ser un potente calmante de los nervios. 1JT 136 (1863).
Satanás usa la voluntad.
Cuando se permite que Satanás 714 moldee la voluntad, él la utiliza para cumplir sus fines. . . Estimula las propensiones al mal, despierta las pasiones y ambiciones impías. El dice: "Yo te daré todo este poder, honores, riquezas y placeres pecaminosos", pero pone por condición la entrega de la integridad y el embotamiento de la conciencia. Así degrada las facultades humanas, y las pone en cautividad para obrar el mal.
NEV 155 (1896).
La tentación prueba al máximo la fuerza de voluntad.
Es nuestro privilegio como hijos de Dios mantenernos firmes en la profesión de nuestra fe, sin ser conmovidos. A veces el engañoso poder de la tentación parece exigir hasta el máximo nuestra fuerza de voluntad, y ejercer fe parece completamente contrario a todas las evidencias del sentido o la emoción; pero nuestra voluntad debe mantenerse del lado de Dios. Debemos creer que en Jesucristo se encuentran la fuerza y la eficiencia duraderas. . . Hora a hora debemos mantener triunfante nuestra posición en Dios, poderosa en su fuerza. NEV 126 (1890).
Educación no es adiestramiento.
La educación de los niños, en el hogar y en la escuela, no debe ser como el adiestramiento de los animales. Los niños tienen una voluntad inteligente, que debe ser dirigida para que controle todas sus facultades. Los animales necesitan ser adiestrados porque no tienen razón ni intelecto. Pero a la mente humana se le debe enseñar el dominio propio. Debe educársela para que rija al ser humano, mientras que los animales son controlados por un amo, y se les enseña a someterse a él. El amo es mente, juicio y voluntad para la bestia. 1JT 315 (1872).
La voluntad debe ser orientada, no destruida.
Un niño puede ser educado de manera que no tenga voluntad propia, como el animal. Aun su individualidad puede fundirse con la de aquel que dirige su adiestramiento; para todos los fines y propósitos, su voluntad está sometida a la voluntad 715
del maestro. Los niños así educados serán siempre deficientes en energía moral y responsabilidad individual. No se les ha enseñado a obrar por la razón y los buenos principios; sus voluntades han sido controladas por otros y su mente no ha sido despertada para que se expanda y fortalezca por el ejercicio. Sus temperamentos peculiares y capacidades mentales no han sido dirigidos ni disciplinados para ejercer facultades más poderosas cuando lo necesiten.
Los maestros no deben detenerse allí, sino que deben dar atención especial al cultivo de las facultades más débiles, para que se cumplan todos los deberes, y se las desarrolle de un grado de fuerza a otro a fin de que la mente alcance las debidas proporciones. 1JT 315 (1872).
Economice toda la fuerza de la voluntad.
El intento de quebrantar la voluntad contraria los principios de Cristo. La voluntad del niño debe ser dirigida y guiada. Salvad toda la fuerza de la voluntad, porque el ser humano la necesita toda; pero dadle la debida dirección. Tratadla sabia y tiernamente, como un tesoro sagrado. No la desmenucéis a golpes; sino amoldadla sabiamente, por precepto y verdadero ejemplo, hasta que el niño llegue a los años cuando pueda llevar responsabilidad. CM 111 (ed. PP); 90 (ed. ACES) (1913).
Los maestros no deben ser dictadores.
Aquellos que son egoístas, irritables, imperiosos, groseros y ásperos, y que no tienen mucha consideración para con los sentimientos ajenos, nunca deberían ser empleados como maestros. Tendrían una influencia desastrosa sobre sus alumnos, amoldándolos según su propio carácter y perpetuando así el mal. Las personas de este genio harán un esfuerzo para quebrantar la voluntad del niño, si se muestra ingobernable; pero Cristo no ha autorizado semejante manera de tratar a los que yerran. Mediante la sabiduría celestial, la mansedumbre y humildad de corazón, los maestros pueden ser capaces de dirigir la voluntad y guiar a sus alumnos en el camino 716 de la obediencia; pero nadie se imagine que con amenazas podrá ganar sus afectos. Tenemos que trabajar como Cristo. COES 195, 196 (1900).
La voluntad dividida es una trampa.
Todos los jóvenes necesitan cultivar la decisión. La voluntad dividida es una trampa, y será la ruina de muchos jóvenes. Sea firme; en caso contrario su casa-es decir, su carácter--estará edificada sobre la arena. Hay quienes tienen la desgracia de estar siempre en el lado equivocado, cuando el Señor querría que fueran fieles, capaces de discernir entre el bien y el mal. Ms 121, 1898.
Dos elementos del carácter.
La fortaleza del carácter depende de dos cosas: de la fuerza de voluntad y de la capacidad de dominio propio. Muchos jóvenes confunden fortaleza de carácter con una pasión fuerte e incontrolada, pero la verdad es que el que se deja dominar por sus pasiones es débil. La verdadera grandeza y nobleza del hombre se mide por el poder de los sentimientos que subyuga, y no por el poder de los que lo dominan. El hombre fuerte es el que, aunque sensible al mal trato, domina sus pasiones y perdona a sus enemigos. Los tales son verdaderos héroes. 4T 656 (1881).
Voluntad unida al poder divino.
Todos pueden llegar a ser hombres de responsabilidad e influencia si, mediante la fuerza de voluntad unida al poder divino, se entregan fervientemente a la obra. Ejerciten las facultades mentales, y en ningún caso descuiden las físicas. No permitan que la desidia intelectual les cierre la senda de un conocimiento mayor. Aprendan a reflexionar y a estudiar, para que sus mentes puedan expandirse, fortalecerse y desarrollarse. Nunca piensen que han aprendido lo suficiente y que pueden disminuir sus esfuerzos. La mente cultivada es la medida del hombre. Su educación debería continuar durante 717 toda su vida; cada día debería estar aprendiendo y dándole un uso práctico al conocimiento adquirido. 4T 561 (1881).
El correcto ejercicio de la voluntad resiste la enfermedad.
Se me mostró que muchos que son aparentemente débiles y que siempre están quejándose, no están tan mal como se imaginan. Algunos de ellos tienen una fuerte voluntad que si se la ejerciera en la correcta dirección, sería un medio poderoso para controlar la imaginación y así resistir la enfermedad. Pero con demasiada frecuencia se ejerce la voluntad en la dirección equivocada, y ésta rehusa tenazmente someterse a la razón. La voluntad ya ha definido el asunto; ha decidido que son inválidos, y recibirán la atención que merecen los inválidos, a pesar de la opinión de los demás. 2T 524 (1870).
La voluntad en el tratamiento de la enfermedad.
El poder de la voluntad no se aprecia debidamente. Mantened despierta la voluntad y encaminadla con acierto, y comunicará energía a todo el ser y constituirá un auxilio admirable para la conservación de la salud. La voluntad es también poderosa en el tratamiento de las enfermedades...
Ejercitando la fuerza de voluntad para ponerse en armonía con las leyes de la vida, los pacientes pueden cooperar en gran manera con los esfuerzos del médico para su restablecimiento. Son miles los que pueden recuperar la salud si quieren. El Señor no desea que estén enfermos, sino sanos y felices;
y ellos mismos deberían decidirse a estar bien.
Muchas veces los enfermizos pueden resistir la enfermedad, negándose sencillamente a rendirse al dolor y a permanecer inactivos. Sobrepónganse a sus dolencias y emprendan alguna ocupación provechosa adecuada a su fuerza. Mediante esta ocupación y el libre uso de aire y sol, muchos enfermos demacrados podrían recuperar salud y fuerza. MC 189, 190 (1905).
Se promete mejor salud.
Los malos hábitos y las malas costumbres 718 están produciendo entre los hombres toda clase de enfermedades. Logremos que el entendimiento se convenza, por medio de la educación, de la pecaminosidad de abusar y degradar las facultades que Dios nos ha dado. Que la mente adquiera inteligencia y la voluntad sea puesta del lado del Señor, y entonces la salud física mejorará maravillosamente.
Pero esto nunca puede lograrse sólo sobre la base de la fuerza humana. Junto a los esfuerzos fervientes realizados por la gracia de Cristo para renunciar a las malas costumbres y asociaciones, y para ser temperantes en todas las cosas, debe existir además la profunda convicción de que tenemos que procurar de Dios, por medio del sacrificio expiatorio de Cristo, el arrepentimiento y el perdón de los pecados pasados. Estas cosas deben manifestarse en la experiencia diaria; debe haber una estricta vigilancia y un incansable intento de que Cristo ponga todo pensamiento en cautividad. Su poder renovador debe manifestarse en el alma de modo que, como seres responsables, presentemos nuestros cuerpos a Dios como un sacrificio vivo, santo y agradable a él, que es nuestro culto racional.Medical Missionary [El misionero médico], noviembre-diciembre de 1892; (CH 504, 505).
Los narcóticos y la voluntad.
Hay quienes están usando narcóticos, y gracias a esta transigencia están formando malos hábitos que ejercen un poder dominante sobre la voluntad, los pensamientos y todo el ser. Carta 14, 1885.
Enséñese el poder de la voluntad.
También debería presentarse el poder de la voluntad y la importancia del dominio propio, tanto en la conservación de la salud como en su recuperación, como asimismo el efecto depresivo y hasta ruinoso de la ira, el descontento, el egoísmo o la impureza y, por otra parte, el maravilloso poder vivificador que se encuentra en la alegría, la abnegación y la gratitud.Ed 197 (1903). 719
El Espíritu Santo no toma el lugar de la voluntad.
No es el propósito del Espíritu de Dios hacer nuestra parte, ya sea en el querer como en el hacer. Esta es obra del ser humano cuando coopera con los agentes divinos. Tan pronto como sometamos nuestra voluntad para que armonice con la de Dios, aparecerá la gracia de Cristo para cooperar con el hombre; pero no será un sustituto de nuestra actividad independiente, resultante de nuestra resolución y decidida acción. Por lo tanto, no es la abundancia de luz y de evidencia lo que convertirá el alma, sino sólo la aceptación de la luz por parte del ser humano, que despierta las energías de la voluntad cuando comprende y reconoce que lo que sabe es justicia y verdad, y coopera con los ministerios celestiales señalados por Dios para la salvación del alma. Carta 135, 1898.
Segura sólo cuando se une con la divina.
La voluntad del hombre está segura únicamente cuando se une con la voluntad de Dios. NEV 106 (1896).
La voluntad humana debe amalgamarse con la divina.
En este conflicto de la justicia contra la injusticia, podemos tener éxito únicamente mediante la ayuda divina. Nuestra voluntad finita debe someterse a la voluntad del Infinito; la voluntad humana debe unirse a la voluntad divina. Esto nos proporcionará la ayuda del Espíritu Santo, y cada conquista ayudará a recuperar la posesión adquirida por Dios y a restaurar su imagen en el alma. NEV 155 (1896).
La conversión no crea nuevas facultades.
El Espíritu de Dios no crea nuevas facultades en el hombre convertido, sino que obra un cambio decidido en el empleo de aquellas facultades. Cuando se efectúa un cambio en la mente, en el corazón y en el alma, al hombre no se le da una nueva conciencia, sino que su voluntad queda sometida a una conciencia renovada, cuyas sensibilidades adormecidas son despertadas por la obra del Espíritu Santo. NEV 106 (1899). 720
Satanás controla la voluntad del que no está sometida
al dominio de Dios.
Cristo declaró: "He descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sin la voluntad del que me envió" (Juan 6: 38). Su voluntad se puso en ejercicio activo para salvar las almas de los hombres. Su voluntad humana fue orientada por la divina. Sus siervos de hoy harán bien en preguntarse: "¿Qué clase de voluntad estoy cultivando individualmente? ¿Estoy complaciendo mis propios deseos y obstinación?" Si estamos haciendo esto corremos un grave peligro, porque Satanás siempre gobernará la voluntad que no está bajo el control del Espíritu de Dios. Cuando coloquemos nuestra voluntad al unísono con la voluntad de Dios, se verá en nuestras vidas la santa obediencia manifestada en la vida de Cristo. NEV 109 (1899).
Voluntad dirigida por una conciencia pura.
La paz interior y una conciencia libre de ofensas a Dios despertará y vigorizará el intelecto como el rocío que cae sobre las tiernas plantas. Entonces la voluntad recibirá una recta orientación, estará controlada y será más decidida y, por lo tanto, más libre de perversidad.
2T 327 (1869).
La voluntad decide la vida o la muerte.
Sólo la eternidad podrá revelar el destino glorioso del hombre en quien se restaure la imagen de Dios.
Para que podamos alcanzar este alto ideal, debe sacrificarse todo lo que causa tropiezo al alma. Por medio de la voluntad, el pecado retiene su dominio sobre nosotros. La rendición de la voluntad se representa como la extracción del ojo o la amputación de la mano. A menudo nos parece que entregar la voluntad a Dios es aceptar una vida contrahecha y coja...
Dios es la fuente de la vida, y sólo podemos tener vida cuando estamos en comunión con él... Si os aferráis al yo y rehusáis entregar la voluntad a Dios elegís la muerte...
Requiere sacrificio entregarnos a Dios, pero es sacrificio de lo inferior por lo superior, de lo terreno por lo espiritual, 721 de lo perecedero por lo eterno. No desea Dios que se anule nuestra voluntad, porque solamente mediante su ejercicio podemos hacer lo que Dios quiere. Debemos entregar nuestra voluntad a él para que podamos recibirla de vuelta purificada y refinada, y tan unida en simpatía con el Ser divino que él pueda derramar por nuestro medio los raudales de su amor y su poder. DMJ 55, 56 (1896).
Para comprender la verdadera fuerza de voluntad
(consejo a un joven inestable).
Estará en constante peligro hasta que comprenda la verdadera fuerza de la voluntad. Puede creer y prometer todas las cosas, pero sus promesas o su fe no tendrán valor hasta que ponga su voluntad de parte de la fe y la acción. Si pelea la batalla de la fe con toda su fuerza de voluntad, vencerá. 4TS 156 (1889).
No tiene que confiar en sus sentimientos, ni en sus impresiones, ni en sus emociones, porque no son dignos de confianza. 5T 513 (1889).
Puedes controlar tu voluntad.
No tienes por qué desesperar. . . A ti te toca someter tu voluntad a la voluntad de Jesucristo, y al hacerlo, Dios tomará inmediatamente posesión de ella y obrará en ti el querer y el hacer su beneplácito.
Tu naturaleza entera será puesta entonces bajo el gobierno del Espíritu de Cristo, y hasta tus pensamientos le estarán sujetos.
No puedes dominar como deseas tus impulsos y emociones, pero puedes dominar la voluntad y lograr un cambio completo en tu vida. Sometiendo tu voluntad a Cristo, tu vida se ocultará con Cristo en Dios, y se unirá al poder que está por encima de todos los principados y las potestades. Tendrás fuerza procedente de Dios que te mantendrá unido a su fuerza y te será posible alcanzar una nueva luz, la luz misma de la fe viviente. Pero tu voluntad debe cooperar con la voluntad de Dios.
MJ 150 (1889).
Vínculo que une con la energía divina.
Somos colaboradores 722 de Dios. Este es el sabio arreglo del Señor.
La cooperación de la voluntad y el esfuerzo humanos con la energía divina es el vínculo que une a los hombres unos con otros y con Dios.
El apóstol dice: "Porque nosotros somos colaboradores de Dios, y vosotros sois labranza de Dios, edificio de Dios" (1 Cor. 3: 9).
El hombre tiene que trabajar con los recursos que Dios le ha dado. "Ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor dice, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad" (Fil. 1: 12, 13). Ms 113, 1898.
Cuando la voluntad se pone de parte del Señor, el Espíritu Santo la toma y la hace una con la voluntad divina. Carta 44, 1899. 2 MCP EGW
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