domingo, 13 de diciembre de 2009

SECCIÓN VIII. PRINCIPIOS GUIADORES EN LA EDUCACIÓN


35. La influencia de la percepción
Una ley en los mundos intelectual y espiritual.
Hay una ley de la naturaleza intelectual y espiritual según la cual modificamos nuestro ser mediante la contemplación. La inteligencia se adapta gradualmente a los asuntos en que se ocupa. Se asimila lo que se acostumbra a amar y a reverenciar. CS 611 (1888).

Contemplar el mal corrompió a los antediluvianos.
Al contemplar el mal, los hombres fueron cambiados a su semejanza, hasta que Dios no pudo soportar su maldad por más tiempo, y fueron barridos por el diluvio. -FE 422,1896.

Transformados para lo mejor.
Mirando a Jesús obtenemos vislumbres más claras y distintas de Dios, y por la contemplación somos transformados. La bondad, el amor por nuestros semejantes, llegan a ser nuestro instinto natural. Desarrollamos un carácter que será la copia del carácter divino. Creciendo a su semejanza, ampliamos nuestra capacidad de conocer a Dios. Entramos cada vez en mayor relación con el mundo celestial, y llegamos a poseer un poder creciente para recibir las riquezas del conocimiento y 340 la sabiduría de la eternidad. -PVGM 289, 290 (ed PP); 250 (ed ACES) (1900).

Transformados para lo peor.
Por medio de la contemplación nos transformamos. Pero como esos sagrados preceptos en los cuales Dios reveló a los hombres su perfección y santidad son tenidos en poco y el espíritu del pueblo se deja atraer por las enseñanzas y teorías humanas, nada tiene de extraño que en consecuencia se vea un enfriamiento de la piedad viva en la iglesia. El Señor dice: "Dejáronme a mí, fuente de agua viva, por cavar para sí cisternas, cisternas rotas que no detienen aguas" (Jeremías 2: 13). 
CS 532 (1911).

La vida cambia por el mirar.
La Palabra de Dios es una lámpara para nuestros pies y una luz para nuestra senda. "En mi corazón he guardado tus dichos, para no pecar contra ti" (Sal. 119: 11). El corazón preocupado con la Palabra de Dios es fortalecido contra Satanás. Los que hacen de Cristo su compañero diario y su amigo familiar sentirán que los poderes de un mundo invisible los rodean completamente, y mirando a Jesús llegarán a ser semejantes a su imagen. Contemplándolo llegan a ser transformados según el modelo divino; su carácter es suavizado, refinado y ennoblecido para el reino celestial. -4T 616 (1881).

Percepción selectiva.
Dios no desea que escuchemos todo lo que se puede oír, o miremos todo lo que se puede ver. Es una gran bendición cerrar los oídos para no oír, y los ojos para no ver. La mayor ansiedad debería ser tener una visión clara para discernir nuestras propias limitaciones y un oído atento para captar toda reprensión e instrucción necesarias, no sea que por nuestra falta de atención y nuestro descuido las dejemos escapar y lleguemos a ser oidores olvidadizos y no hacedores de la obra. 
1T 707, 708 (1868). 341

Mantener los poderes de la percepción alerta.
Si se le pide que asista a una reunión del concilio, pregúntese si sus facultades de percepción están en condiciones apropiadas para pesar la evidencia. Si no está en condiciones apropiadas, si su cerebro está confundido, no tiene derecho de tomar parte en la reunión. ¿Es usted indócil? ¿Es su temperamento dulce y fragante, o está perturbador y es desagradable de modo que sea conducido a tomar decisiones apresuradas? ¿Siente como que le gustaría pelear con alguien? Entonces no vaya a la reunión; porque si va seguramente deshonrará a Dios.
Tome un hacha y corte leña o realice algún ejercicio físico hasta que su espíritu sea suave y fácil de recibir una súplica. Tan ciertamente como su estómago está creando una perturbación en su cerebro, sus palabras crearán un disturbio en la asamblea. Se producen más dificultades por órganos digestivos perturbados de lo que muchos perciben. 
MM 295 (1900).

Los hábitos físicos controlados por la conciencia influyen sobre la percepción.
Los que quieran tener mentes despejadas para discernir las estratagemas de Satanás deben poner sus apetitos físicos bajo el dominio de la razón y de la conciencia. La acción virtuosa y vigorosa de las facultades superiores de la mente es esencial para la perfección del carácter cristiano. Y la fuerza o debilidad de la mente tienen mucho que ver con nuestra utilidad en este mundo y con nuestra salvación final.  RH, 8 de sept. de 1874; MJ 235.

El ejercicio mejora la percepción.
El cerebro y los músculos deben utilizarse proporcionalmente si se quiere conservar la salud y el vigor. Los jóvenes pueden entonces aportar al estudio de la Palabra de Dios una percepción sana y nervios bien equilibrados. Tendrán pensamientos saludables y podrán retener las cosas preciosas deducidas de la Palabra. Se asimilarán sus verdades y como resultado tendrán 342 fuerza intelectual para discernir lo que es verdad. Luego, según la ocasión lo requiera, podrán dar, con mansedumbre y temor, a todo aquel que lo demande, razón de la esperanza que hay en ellos. -2JT 446 (1900).

Aumentando la perfección se aumenta la percepción.
Cuanto más se acerca el hombre a la perfección moral, tanto más delicada es su sensibilidad, tanto más vivo su sentimiento del pecado y tanto más profunda su simpatía por los afligidos. -CS 626 (1911).

El dolor debilitó la percepción de María.
Entonces ella se apartó, hasta de los ángeles, pensando que debía encontrar a alguien que le dijese lo que habían hecho con el cuerpo de Jesús. Otra voz se dirigió a ella: "Mujer, ¿por qué lloras? ¿a quién buscas?" A través de sus lágrimas, María vio la forma de un hombre, y pensando que fuese el hortelano dijo: "Señor, si tú lo has llevado, dime dónde lo has puesto, y yo lo llevaré". -DTG 734 (1898).

Percibió a Jesús por su voz.
Pero ahora, con su propia voz familiar, Jesús le dijo: "¡María!" Entonces supo que no era un extraño el que se dirigía a ella y, volviéndose, vio delante de sí al Cristo vivo. En su gozo, se olvidó que había sido crucificado. Precipitándose hacia él, como para abrazar sus pies, dijo: "¡Rabboni!". -DTG 734 (1898).

El apetito disminuye las facultades de percepción.
El Redentor del mundo sabía que la complacencia del apetito estaba produciendo debilidad física y disminuyendo las facultades de percepción de modo que no se puedan discernir las cosas sagradas y eternas. El sabía que la complacencia propia estaba pervirtiendo las facultades morales y que la gran necesidad del hombre era la conversión tanto del corazón, la mente y el alma, como de una vida de complacencia propia a una de negación y sacrificio propios. -Carta 158, 1909; MM 264. 343

El pecado ofusca nuestras percepciones.
El pecado entenebrece nuestras mentes y ofusca nuestras percepciones. Cuando el pecado es eliminado de nuestro corazón, la luz del conocimiento de la gloria de Dios en la faz de Jesucristo, que ilumina su Palabra y es reflejada por la naturaleza, declarará en forma más y más cabal que Dios es "misericordioso, y piadoso; tardo para la ira, y grande en benignidad y verdad" (Éxodo 34: 6).
En su luz veremos luz, hasta que la mente, el corazón y el alma estén transformados a la imagen de su santidad. -MC 370 (1905).

Las facultades de percepción se oscurecen.
El orgullo, el amor a sí mismo, el egoísmo, el odio, la envidia y los celos han oscurecido los poderes de percepción. -2T 605 (1871).

Cómo afrontó Cristo las percepciones enturbiadas
 por el pecado.
Cristo se rebajó hasta revestirse de la naturaleza humana, a fin de alcanzar a la especie caída y elevarla. Pero la mente de los hombres había sido obscurecido por el pecado, sus facultades estaban embotadas y sus percepciones enturbiadas, de manera que no podían discernir su carácter divino debajo del manto de la humanidad. Esta falta de aprecio de parte de los hombres obstaculizó la obra que él deseaba realizar por ellos; y a fin de dar fuerza a su enseñanza se vio con frecuencia en la necesidad de definir y defender su posición.
Refiriéndose a su carácter misterioso y divino, trató de encauzar su mente hacia pensamientos que fuesen favorables al poder transformador de la verdad. Además, empleó las cosas de la naturaleza con las cuales estaban familiarizados, para ilustrar las verdades divinas. El terreno del corazón quedó así preparado para recibir la buena semilla. Hizo sentir a sus oyentes que sus intereses se identificaban con los suyos, que su corazón simpatizaba con ellos en sus goces y aflicciones. Al mismo tiempo vieron en él la manifestación 344 de un poder y una excelencia que superaban en mucho a los que poseían los rabinos más alabados.
Las enseñanzas de Cristo se caracterizaban por su sencillez, una dignidad y un poder hasta entonces desconocidos para ellos, y exclamaron involuntariamente: "Nunca ha hablado hombre así como este hombre" (Juan 7: 46). El pueblo le escuchaba gustosamente. 
2JT 344, 345 (1889).

Las pasiones incontroladas dañan las facultades de percepción.
Las pasiones inferiores deben ser estrictamente vigiladas. Las facultades de percepción son maltratadas, terriblemente maltratadas, cuando se da rienda suelta a las pasiones. Cuando uno se deja dominar por las pasiones, la sangre, en vez de circular por todo el cuerpo, con lo que se alivia el corazón y se aclara la mente, se concentra en cantidades indebidas en los órganos internos. El resultado es la enfermedad. El hombre no puede ser sano hasta que vea el mal y lo remedie. 
CH 587 (1900).

Se puede educar la mente para aceptar el pecado.
Antes que el cristiano peque abiertamente, se verifica en su corazón un largo proceso de preparación que el mundo ignora. La mente no desciende inmediatamente de la pureza y la santidad a la depravación, la corrupción y el delito. Se necesita tiempo para que los que fueron formados en la semejanza de Dios se degraden hasta llegar a lo brutal o satánico. Por la contemplación nos transformamos. Al nutrir pensamientos impuros en su mente, el hombre puede educarle de tal manera que el pecado que antes odiaba se le vuelva agradable. 
PP 490 (1890).

Las facultades llegan a ser juguetes del enemigo.
Dios no da permiso al hombre para violar las leyes de su ser. Pero el hombre, al ceder a las tentaciones de Satanás complaciéndose en la intemperancia, pone las facultades superiores bajo el dominio de los apetitos y pasiones animales. Cuando éstos logran ascendiente, el hombre, que fue creado poco inferior 345 a los ángeles, con facultades susceptibles del más elevado cultivo, se entrega al control de Satanás, y éste tiene fácil acceso a aquellos que están esclavizados por los apetitos. Por causa de la intemperancia, algunos sacrifican una mitad, y otros los dos tercios, de sus facultades físicas, mentales y morales, y se hacen juguetes del enemigo. RH, 8 de sept. de 1874; MJ 234.

Consejo a alguien que imaginaba tener un daño inexistente.
La Hna. D ha sido engañada en algunas cosas. Ella pensó que Dios le dio instrucción en un sentido especial, y ambos han creído y actuado de acuerdo con esto. El discernimiento que ella pensó que poseía en un sentido especial es un engaño del enemigo. Ella por naturaleza es rápida para ver, rápida para comprender y rápida para prever, y es de una naturaleza muy sensible. Satanás ha aprovechado estos rasgos de carácter y los ha descarriado a ambos.
Hermano D, usted ha sido un esclavo por bastante tiempo. Mucho de lo que la Hna. D pensó que era discernimiento ha sido celos. Ella ha estado dispuesta a considerar todo con ojos celosos, a tener sospechas, imaginando el mal, desconfiando de casi todas las cosas. Esto produce desdicha mental, desaliento y dudas, donde deberían existir la fe y la confianza. Estos indeseables rasgos de carácter encaminan sus pensamientos por un canal tenebroso, donde se complace en anticipar el mal, mientras un temperamento altamente sensible la conduce a imaginar la negligencia, el desprecio y el daño, cuando no existen. . .
Estos rasgos de carácter desdichados, junto a una voluntad fuerte y decidida, deben ser corregidos y reformados, o eventualmente lograrán que ambos sufran el naufragio de su fe. 1T 708, 709 (1868).

No nos espaciemos en el poder de Satanás.
Contemplando es como somos transformados. Espaciándonos en el amor de Dios y de nuestro Salvador, admirando la perfección del carácter divino y apropiándonos la justicia de Cristo por la 346 fe, hemos de ser transformados a su misma imagen. Por lo tanto, no reunamos todos los cuadros desagradables, las iniquidades, las corrupciones y los desalientos, evidencias del poder de Satanás, para grabarlos en nuestra memoria, para hablar de ellos y lamentarlos hasta que nuestra almas estén llenas de desaliento. Un alma desalentada está en tinieblas, y no sólo deja de recibir ella misma la luz de Dios, sino que impide que llegue a otros. Satanás se deleita viendo los cuadros de los triunfos que obtiene al restar fe y aliento a los seres humanos. -2JT 341, 342 (1889).

La influencia del ambiente.
Cuanto más tiempo esté el paciente afuera, menos cuidados exigirá. Cuanto más alegre sea la atmósfera en que se encuentre, más esperanzado estará. Por muy elegantemente amueblada que esté la casa, al estar encerrado en ella se volverá irritable y sombrío. Ponedlo en medio de las bellezas de la naturalezas donde pueda ver crecer las flores y oír cantar a los pajarillos, y su corazón prorrumpirá en cantos que armonicen con los de las aves. Su cuerpo y su mente obtendrán alivio. La inteligencia se le despertará, la imaginación se le avivará, y su mente quedará preparada para apreciar la belleza de la Palabra de Dios.
MC 204 (1905).

El ambiente afecta la experiencia.
Se me mostró entonces a una jovencita... que se había apartado de Dios y estaba envuelta en tinieblas. Dijo el ángel. "Ella corrió bien por un tiempo; ¿qué la estorbó?" Se me indicó que mirara hacia atrás y vi que fue un cambio de ambiente. Ella se estaba asociando con jóvenes como ella misma, quienes estaban llenos de hilaridad y alegría, orgullo y amor al mundo. Si hubiera tomado en cuenta las palabras de Cristo, no hubiera necesitado ceder ante el enemigo. "Velad... y orad, para que no entréis en tentación". La tentación puede estar a nuestro alrededor, pero esto no nos obliga a entrar en tentación. La verdad tiene muchísimo valor. Su influencia tiende no a degradar sino a elevar, refinar, purificar y exaltar 347 a la inmortalidad y al trono de Dios. Dijo el ángel: "¿Quieres tener al mundo o a Cristo?"
Satanás presenta al mundo con sus encantos más seductivos y lisonjeros a los pobres mortales, y ellos lo contemplan, y su brillo y oropel eclipsan la gloria del cielo y de esa vida que es tan duradera como el trono de Dios. Una vida de paz, de felicidad, de gozo indecible, que no conocerá el pesar, la tristeza, el dolor o la muerte, es sacrificada por una corta vida de pecado. -2T 1001 101 (1868).

Mirar modela la personalidad.
Lo que vieron sus ojos y oyeron sus oídos pervirtieron su corazón. 
4T 108 (1876).

Las percepciones se confunden al elegir las ventajas temporales.
Lot escogió a Sodoma como lugar de residencia porque se preocupó más de las ventajas temporales que iba a lograr que de las influencias morales que lo rodearían a él y a su familia. ¿Qué ganó en lo que a las cosas de este mundo se refiere? Fueron destruidas sus propiedades, algunos de sus hijos perecieron en la destrucción de la impía ciudad, su esposa se convirtió en una estatua de sal por el camino, y él mismo se salvó "así como por fuego". Y no terminan aquí los malos resultados de su elección egoísta; la corrupción moral del lugar estaba tan entretejida con el carácter de sus hijos, que no pudieron distinguir entre el bien y el mal, el pecado y la rectitud. -ST, 29 de mayo de 1884; MJ 417.

Las percepciones oscurecidas para las realidades eternas.
A los que han usado mal los medios dedicados a Dios se les exigirá dar cuenta de su mayordomía. Algunos han tomado egoístamente esos medios por su amor a la ganancia. Otros no tuvieron una conciencia sensible; llegó a estar cauterizada por el egoísmo por largo tiempo acariciado...
Sus mentes han corrido por tanto tiempo en un canal bajo y egoísta que no pueden apreciar las cosas eternas. No 348 valoran la salvación. Parece imposible elevar sus mentes hasta apreciar correctamente el plan de salvación o el valor de la expiación. Los intereses egoístas han acaparado el ser entero; como un imán han capturado la mente y los afectos, y los han mantenido en un nivel bajo. Algunas de estas personas nunca alcanzarán la perfección del carácter cristiano porque no ven el valor y la necesidad de tener tal carácter. Sus mentes no pueden ser elevadas de modo que queden embelesadas con la santidad. El amor a sí mismo y los intereses egoístas han distorsionado de tal manera el carácter que no pueden distinguir lo sagrado y eterno de lo común. -2T 519, 520 (1870).

Lo que aviva las percepciones.
Cuando los corazones son purificados del egoísmo y del egocentrismo, están en armonía con el mensaje que Dios les envía. Las percepciones se avivan, la sensibilidad se refina. Las cosas similares se aprecian entre sí. "El que es de Dios, las palabras de Dios oye" (Juan 8: 47).
5T 696 (1889). 349

36. Principios de motivación
El éxito requiere una meta.
El éxito en cualquier actividad requiere una meta definida. El que desea lograr verdadero éxito en la vida debe mantener constantemente en vista esa meta digna de su esfuerzo. -Ed 262 (1903).

Apuntar tan alto como sea posible.
El lugar definido señalado para nosotros en la vida lo determinan nuestras aptitudes. No todos alcanzan el mismo desarrollo, ni hacen con igual eficiencia el mismo trabajo. Dios no espera que el hisopo adquiera las proporciones del cedro, ni que el olivo alcance la altura de la majestuosa palmera. Pero todos deberíamos aspirar a la altura a que la unión del poder humano con el divino nos permita alcanzar. 
Ed 267 (1903).

Los estudiantes han de tener una meta real.
Enseñe a los estudiantes a usar para los propósitos más elevados y santos los talentos que Dios les ha dado, para que puedan realizar el mayor bien posible en este mundo. Los estudiantes necesitan aprender lo que significa tener una meta real en la vida, y a obtener una comprensión exaltada de lo que significa la verdadera educación. 
SpT Serie B, No. 11, pág. 16, 14 de nov. de 1905. 350

Cristo estimula a tener blancos elevados.
Quisiera estimular nuestros más elevados blancos, asegurar nuestro más selecto tesoro. -PVGM 308 (ed PP); 264 (ed ACES) (1900).

Dejar de alcanzar el potencial de uno.
Muchos no llegan a ser lo que debieran porque no emplean el poder que hay en ellos. No echan mano, como deberían hacerlo, de la fuerza divina. Muchos se desvían de la actividad en la cual alcanzarían verdadero éxito. En procura de más honores, o de una tarea más agradable, intentan algo para lo cual no están preparados.
Más de un hombre cuyos talentos se adaptan a una vocación determinada, desea ser profesional; y el que hubiera tenido éxito como agricultor, artesano o enfermero, ocupa inadecuadamente el puesto de pastor, abogado o médico. Hay otros que debieran haber ocupado un puesto de responsabilidad, pero por falta de energía, aplicación o perseverancia, se contentan con un puesto más fácil. -Ed 267 (1903).

Grandes posibilidades en la vida.
Y en cuanto a las posibilidades de la vida, ¿quién es capaz de decidir cuál es grande y cuál pequeña? ¡Cuántos obreros que ocupan lugares humildes en la vida, al crear factores de bendición para el mundo, han logrado resultados que los reyes envidiarían! -Ed 266 (1903).

"Algo mejor" -la ley de la verdadera vida-.
"Algo, mejor", es el santo y seña de la educación, la ley de toda vida verdadera. Al pedirnos Cristo que abandonemos alguna cosa, nos ofrece en su lugar otra mejor.
A menudo los jóvenes albergan propósitos y anhelan ocupaciones y placeres que no parecen malos, pero que distan mucho de ser buenos. Desvían la vida de su más noble propósito. Las medidas arbitrarias o la acusación directa pueden no servir para inducir a esos jóvenes a renunciar a lo que desean. Diríjaseles a algo mejor que la ostentación, la 351 ambición o la complacencia. Póngaselos en contacto con una belleza más verdadera, con principios más elevados y con vidas más nobles. Permítaseles ver a Aquel que es "del todo amable".
Una vez que la mirada se fija en él, la vida halla su centro. El entusiasmo, la devoción generosa, el ardor apasionado de la juventud hallan en esto su verdadero objeto. El deber llega a ser un deleite y el sacrificio un placer. Honrar a Cristo, asemejarse a él, es la ambición superior de la vida, y su mayor gozo. -Ed 296, 297 (1903).

Desarrollar las motivaciones más elevadas para progresar.
Los que se están, preparando para ser médicos y enfermeros deberían recibir una instrucción diaria que desarrollará las motivaciones más elevadas para el progreso. Deberían asistir a nuestros colegios y escuelas de preparación; y los maestros de estas instituciones de enseñanza deberían percibir su responsabilidad de trabajar y orar con los estudiantes. En estas escuelas, los estudiantes deberían aprender a ser verdaderos misioneros médicos, firmemente unidos al ministerio evangélico. -SpT Serie B, No. 11, pág. 12, 14 de nov. de 1905.

La falta de metas del hombre insensato.
Los ideales de este hombre no eran más elevados que los de las bestias que perecen. Vivía como si no hubiese Dios, ni cielo, ni vida futura; como si todo lo que poseía fuese suyo propio, y no debiese nada a Dios ni al hombre. El salmista describió a este hombre rico cuando declaró: "Dijo el necio en su corazón: No hay Dios". -PVGM 202 (ed PP); 176 (ed ACES) (1900).

Una vida sin metas es una muerte viviente.
Una vida sin metas es una muerte viviente. La mente debería espaciarse en temas relacionados con nuestros intereses eternos. Esto favorecerá la salud del cuerpo y de la mente.-RH, 29 -de julio de 1884; CH 51., 352

Los hongos se arraigan en la falta de metas.
Una de las principales causas de la ineficacia mental y la debilidad moral es la falta de concentración para lograr fines importantes. Nos enorgullecemos de la vasta difusión de las publicaciones, pero esa gran cantidad de libros -aun de los que en sí mismos no son perjudiciales- puede ser definidamente dañina...
Gran parte de los periódicos y libros que, como las ranas de Egipto, se esparcen por la tierra, no son solamente vulgares, inútiles y debilitantes, sino que corrompen y destruyen el alma.
La mente y el corazón indolentes, que no tienen propósito definido, son fácil presa del maligno. El hongo se arraiga en organismos enfermos, sin vida. Satanás instala su taller en la mente ociosa. Diríjase la mente a ideales elevados y santos, dése a la vida un propósito noble, absorbente, y el enemigo hallará poco terreno para afirmarse. -Ed 189, 190 (1903).

La falta de metas predispone a la intemperancia.
A fin de llegar a la raíz de la intemperancia, debemos ir más allá del uso del alcohol o el tabaco. La ociosidad, la falta de ideales, las malas compañías, pueden ser las causas que predisponen a la intemperancia. Ed 202, 203 (1903).

Pocos males deben ser más temidos.
Pocos males deben ser más temidos que la indolencia y la falta de propósito. Sin embargo, la tendencia de la mayor parte de los deportes atléticos es causa de preocupación para los que se interesan en el bienestar de la juventud. . . Estimulan el amor al placer y a la excitación, fomentan la antipatía hacia el trabajo útil, y desarrollan una disposición a evitar las responsabilidades y deberes prácticos. Tienden a destruir el gusto por las realidades serias de la vida y sus apacibles satisfacciones. Así se abre la puerta a la disipación y a la ilegalidad, con sus terribles resultados.- Ed 210, 211 (1903). 353

Ninguno ha de vivir sin metas.
Todos deben ministrar. El [el que ministra] debe usar cada facultad física, moral y mental por medio de la santificación del Espíritu para que pueda colaborar con Dios. Todos están moralmente obligados a dedicarse activamente y sin reservas al servicio de Dios. Deben cooperar con Jesucristo en la gran obra de ayudar a otros. Cristo murió por cada ser humano. Ha rescatado a cada uno dando su vida en la cruz. Hizo esto para que el hombre no viviera una vida egoísta y sin objeto, sino para que pudiera vivir para Jesucristo quien murió por su salvación. No todos están llamados a entrar en el ministerio, y sin embargo deben ministrar a otros. Es un insulto para el Espíritu Santo de Dios el que alguien prefiera una vida de complacencia propia. -Carta 10, 1897; 4CBA 1181.

Deben cultivarse los motivos correctos.
Los verdaderos motivos del servicio han de ser mantenidos ante ancianos y jóvenes. Se debe enseñar a los estudiantes de tal manera que se desarrollen como hombres y mujeres útiles. Se ha de emplear todo medio que los eleve y ennoblezca. Se les ha de enseñar a usar de la mejor manera posible sus facultades. Los poderes físicos y mentales deben ser ejercitados por igual. Se deben cultivar hábitos de orden y disciplina. Ha de mantenerse ante los estudiantes el poder que ejerce una vida pura y fiel. Esto les ayudará en la preparación para el servicio útil. Diariamente crecerán más puros y fuertes, mejor preparados mediante la gracia de Dios y el estudio de su Palabra para realizar esfuerzos agresivos contra el mal. -RH, 22 de agosto de 1912; FE 543.

Los actos revelan las motivaciones.
Los actos revelan los principios y las motivaciones. Muchos que pretenden ser plantas en la viña del Señor llevan frutos que muestran que son sólo espinos y zarzas. Una iglesia entera puede aprobar la conducta equivocada de algunos de sus miembros, pero esa sanción no demuestra que el error sea correcto. 354 No se pueden transformar en uvas los frutos de las zarzas. -5T 103 (1882).

Se juzgarán los motivos, no las apariencias.
Es un deber importante para todos familiarizarse con el tenor de su conducta diaria y con los motivos que impulsan sus actos. Necesitan conocer los motivos específicos que impulsan los actos específicos. Cada hecho de su vida es juzgado, no por su apariencia externa, sino por los motivos que dictan ese acto. -3T 507 (1875).

Los seguidores de Cristo encuentran nuevas motivaciones.
Ninguna ciencia equivale a la que desarrolla el carácter de Dios en la vida del estudiante. Los que llegan a ser discípulos de Cristo encuentran que se les proporcionan nuevos motivos de acción y que adquieren nuevos pensamientos, de los que deben resultar nuevas acciones. Pero los tales pueden progresar únicamente por medio de conflictos; porque hay un enemigo que contiende si contra ellos, presentándoles tentaciones que hacen el alma dude y peque. Hay tendencias al mal, hereditarias y cultivadas, que deben ser vencidas. El apetito y la pasión han de ser puestos bajo el dominio del Espíritu Santo. No tiene término la lucha de este lado de la eternidad. Pero, aunque hay que sostener batallas constantes, también hay preciosas victorias que ganar; y el triunfo sobre el yo y el pecado es de más valor de lo que la mente puede estimar. -CM 21 (ed PP); 20 (ed ACES) (1913).

Dos poderes motivadores contrarios.
La Biblia es su propio intérprete. Debe compararse texto con texto. El estudiante debería aprender a considerar la Biblia como un todo y a ver la relación que existe entre sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios hacia el mundo, del comienzo de la gran controversia y de la obra de la redención. Debería comprender la naturaleza de los dos principios que luchan por la 355 supremacía, y aprender a rastrear su obra a través de las crónicas de la historia y la profecía, hasta la gran culminación. Debería verificar cómo interviene este conflicto en todos los aspectos de la vida humana; cómo en su mismo caso cada acto de su vida revela uno u otro de esos dos motivos antagónicos; y cómo, consciente o inconscientemente, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la contienda se va a encontrar. -Ed 190 (1903).

Todo acto tiene un carácter doble.
Todo curso de acción tiene un doble carácter e importancia. Es virtuoso o malo, correcto o erróneo, de acuerdo con el motivo que lo impela. La frecuente repetición de un hábito erróneo deja una impresión permanente en la mente del que lo ejecuta y también en la mente de los que están relacionados con él en alguna manera, ya sea espiritual o temporal. Los padres o maestros que no prestan atención a las pequeñas acciones que no son correctas, establecen esos hábitos en los jóvenes. -RH, 17 de mayo de 1898; CN 186, 187.

Los actos derivan su valor de los motivos.
Cada acto deriva su valor del motivo que lo impulsa, y si los motivos no son elevados, puros y abnegados, la mente y el carácter nunca serán bien equilibrados. . .-YI, 7 de abril de 1898; HHD 173.

Los motivos dan carácter a las acciones.
Es el motivo lo que da carácter a nuestros actos, marcándolos con ignominia o con alto valor moral. No son las cosas grandes que todo ojo ve y que toda lengua alaba lo que Dios tiene por más precioso. Los pequeños deberes cumplidos alegremente, los pequeños donativos dados sin ostentación, y que a los ojos humanos pueden parecer sin valor, se destacan con frecuencia más altamente a su vista. Un corazón lleno de fe y de amor es más apreciable para Dios que el don más costoso. La pobre viuda dio lo que necesitaba para vivir al dar lo poco que dio. Se privó de alimento para entregar esas dos 356 blancas a la causa que amaba. Y lo hizo con fe, creyendo que su Padre celestial no pasaría por alto su gran necesidad. Fue este espíritu abnegado y esta fe infantil lo que mereció el elogio del Salvador. -DTG 567 (1898).

Dios revela los motivos.
Dios guía a su pueblo hacia adelante, paso a paso. Lo pone en posiciones calculadas para manifestar los motivos del corazón. Algunos permanecen firmes en un punto, pero fallan en el punto siguiente. En cada paso dado hacia adelante el corazón es probado y vuelto a probar una vez más. Si la gente encuentra que su corazón se opone a la recta obra de Dios debiera convencerse de que tiene una obra que hacer para vencer, o bien serán rechazados finalmente por el Señor. 
RH, 8 de abril de 1880; NEV 164.

Nuestros motivos secretos deciden el destino.
Nuestros actos, nuestras palabras, hasta nuestros más secretos motivos, todo tiene su peso en la decisión de nuestro destino para dicha o desdicha. Podremos olvidarlos, pero no por eso dejarán de testificar en nuestro favor o contra nosotros. -CS 540, 541 (1911).

Dios estima a los hombres por la pureza de sus motivos.
No estima Dios a los hombres por su fortuna, su educación o su posición social. Los aprecia por la pureza de sus móviles y la belleza de su carácter. Se fija en qué medida poseen el Espíritu Santo, y en el grado de semejanza de su vida con la divina. Ser grande en el reino de Dios es ser como un niño en humildad, en fe sencilla y en pureza de amor.
MC 379 (1905).

Dios juzga por los motivos.
Hay mucho en la conducta de un ministro que él puede mejorar. Muchos ven y sienten su necesidad, pero parecen ignorar la influencia que ejercen. Son conscientes de sus actos mientras los realizan, pero 357 los dejan escapar de su memoria, y por lo tanto no se reforman.
Si los ministros repasaran cuidadosa y deliberadamente sus actos de cada día, con el objeto de familiarizarse con sus propios hábitos de vida, se conocerían mejor a sí mismos. Mediante un cuidadoso escrutinio de su vida diaria bajo todas las circunstancias, conocerían sus propios motivos, los principios que los impulsan. Este repaso diario de nuestros actos, para ver si la conciencia los aprueba o los condena, lo necesitan hacer todos los que deseen llegar a la perfección del carácter cristiano.
Se descubrirá que muchos actos que pasan como buenas obras, aun actos de benevolencia, cuando se los investiga con cuidado, son impulsados por motivos equivocados. Muchos reciben aplausos por virtudes que no poseen. El Investigador de los corazones inspecciona los motivos, y a menudo los hechos que son muy aplaudidos por los hombres son registrados por El como procedentes de motivos egoístas y baja hipocresía. Cada acto de nuestra vida, sea excelente y digno de alabanza o sea merecedor de censura, es juzgado por el Investigador de los corazones de acuerdo con los motivos que lo impulsaron. 
2T 511, 512 (1870).

A veces es difícil discernir los motivos.
En medio de los cuidados de una vida activa a veces es difícil discernir nuestros propios motivos, pero se hace un progreso diario ya sea hacia el mal o hacia el bien. -5T 420 (1889).

La verdadera conversión cambia los motivos.
La verdadera conversión es un cambio decidido de sentimientos y motivos; es una separación de las conexiones mundanas, un alejamiento de su atmósfera espiritual, un retiro del poder que controla sus pensamientos, opiniones e influencias. -5T 82, 83 (1889).

Los grandes poderes motivadores.
Las grandes fuerzas motrices del alma son la fe, la esperanza y el amor; y a ellas 358 se dirige el estudio de la Biblia, hecho debidamente. La hermosura exterior de las Escrituras, la belleza de las imágenes y la expresión, no es sino el engarce, por así decirlo, de su verdadera joya: La belleza de la santidad. En la historia que ofrece de los hombres que anduvieron con Dios, podemos ver fulgores de su gloria. En el que es "del todo amable" contemplamos a Aquel de quien toda la belleza del cielo y de la tierra no es más que un pálido reflejo. "Y yo, si fuere levantado de la tierra -dijo-, a todos atraeré a mí mismo"(Juan 12: 32).-Ed 192 (1903). 359

37. Principios de estudio y aprendizaje
La mente y los afectos deben ser educados.
Dios ha dado la razón, las facultades de la mente; pero si se las deja sin educar ni adiestrar, dejan al hombre en la condición que se revela en los salvajes paganos. La mente y los afectos requieren maestros para su educación y dirección. Se necesita enseñar línea sobre línea, y precepto sobre precepto, para guiar y adiestrar al agente moral humano para que trabaje en cooperación con Dios. Dios obra en el agente humano mediante la luz de su verdad. La mente iluminada por la verdad, distingue la verdad del error. -Carta 135, 1898.

Dios aprueba el más elevado cultivo de la mente.
La mente humana es capaz del cultivo más elevado. Una vida dedicada a Dios no debiera ser una vida de ignorancia. Muchos hablan en contra de la educación porque Jesús escogió pescadores sin educación para predicar su Evangelio. Aseguran que mostró una preferencia por los que no tenían educación. Muchos hombres educados y honorables creyeron en sus enseñanzas. Si éstos hubieran obedecido sin temor a las convicciones de sus conciencias, hubieran seguido a 360 Cristo. Sus capacidades hubieran sido aceptadas y empleadas en el servicio de Cristo si se las hubieran ofrecido. Pero no tuvieron el poder moral de confesar a Cristo, de arriesgar su reputación al relacionarse con el humilde Galileo, frente a los ceñudos sacerdotes y celosos gobernantes...
Jesús no despreció la educación. El cultivo más elevado de la mente, si es santificado por medio el amor y del temor de Dios, recibe su total aprobación. Los humildes hombres escogidos por Cristo estuvieron tres años con El, sujetos a la influencia refinadora de la Majestad de los cielos. Cristo fue el mayor educador que este mundo alguna vez conoció.
Dios aceptará a los jóvenes con sus talentos y la riqueza de sus afectos si ellos se consagran a El. Pueden alcanzar la cima más elevada de la grandeza intelectual; y si están equilibrados por los principios religiosos, pueden llevar adelante la obra que Cristo vino del cielo para realizar, y al hacerlo, llegar a ser colaboradores con el Maestro. 
RH, 21 de junio de 1877; FE 47, 48.

No satisfechos con trabajo de calidad inferior.
El verdadero maestro no se satisface con un trabajo de calidad inferior. No se conforma con dirigir a sus alumnos hacia un ideal más bajo que el más elevado que les sea posible alcanzar. No puede contentarse con transmitirles únicamente conocimientos técnicos, con hacer de ellos meramente contadores expertos, artesanos hábiles o comerciantes de éxito. Su ambición es inculcarles principios de verdad, obediencia, honor, integridad y pureza, principios que los conviertan en una fuerza positiva para la estabilidad y elevación de la sociedad. Desea, sobre todo, que aprendan la gran lección de la vida, la del servicio abnegado. 
Ed 29, 30 (1903).

Se debe elevar la mente.
Se me ha instruido que debemos elevar la mente de nuestros estudiantes más arriba de lo que ahora muchos piensan que es posible. El corazón y la mente han de ser adiestrados para conservar su pureza por la 361 recepción diaria de provisiones de la fuente de la verdad eterna. La Mente y la Mano divinas han conservado a través de los siglos el registro de la creación en toda su pureza. Sólo la Palabra de Dios nos da un informe auténtico de la creación de nuestro mundo. Esta Palabra ha de ser el estudio principal en nuestras escuelas. Aquí podemos conversar con los patriarcas y los profetas; aquí podemos aprender cuánto le costó nuestra redención al que era igual al Padre desde el principio, y quien sacrificó su vida para que ante El un pueblo pudiera estar redimido de entre las cosas comunes y terrenales, y ser renovado a la imagen de Dios.-Carta 64, 1909.

La verdadera educación combina lo intelectual con lo moral.
El Señor ha estado esperando por mucho tiempo que nuestros maestros caminaran en la luz que les envió, Hay necesidad de humillar el yo para que Cristo pueda restaurar la imagen moral de Dios en el hombre. El carácter de la educación que se ofrece debe ser grandemente cambiada antes de que pueda dar el molde correcto a nuestras instituciones. Sólo cuando las facultades intelectuales y morales se combinan para el logro de la educación se alcanza la norma de la Palabra de Dios.
RH, 3 de sept. de 1908; FE 527.

La verdadera piedad eleva y refina.
Nuestro pueblo en todas partes permite que sus mentes se eleven muy poco y tengan una visión muy estrecha. Permiten que los planes de las agencias humanas los guíen y que un espíritu mundano los moldee, en vez de que lo hagan los planes de Cristo y el Espíritu de Cristo. Se me ha instruido que diga a nuestro pueblo: Miren por sobre lo terrenal a lo celestial. Los números no son evidencias de éxito; si lo fueran, Satanás podría pretenderlo. Es el grado de poder moral que permea nuestras instituciones, nuestras escuelas y nuestras iglesias. Representar a Cristo por medio de virtudes como las de El debiera ser el gozo de todos, desde el mayor hasta el menor. Aprendan todos nuestros maestros que la verdadera 362 piedad y el amor manifestados en obediencia a Dios elevará y refinará. -Carta 316, 1908.

Es necesaria la entereza.
La entereza es necesaria para obtener éxito en la edificación del carácter. Debe haber un ferviente deseo de llevar a cabo los planes del Maestro constructor. Las maderas que se utilicen deben ser sólidas; no puede hacerse un trabajo descuidado e indigno de confianza, porque arruinaría la edificación. En esta obra debe ponerse al trabajo todo el ser. Exige fortaleza y energía; ninguna reserva debe malgastarse en asuntos sin importancia. Debe ponerse al trabajo la decidida fuerza humana, en colaboración con el Obrero divino. Debe realizarse un esfuerzo ferviente y perseverante por romper con las costumbres y las máximas y asociaciones de este mundo. El pensamiento profundo, el propósito ferviente, y la firme integridad son esenciales. No debe haber ociosidad. La vida es un depósito sagrado, y cada momento debiera ser aprovechado sabiamente. -YI, 19 de feb. de 1903; NEV 86.

Asuntos triviales debilitan la mente.
El estudiante que, en lugar de los amplios principios de la Palabra de Dios, acepte las ideas comunes y permita que su tiempo y atención sean absorbidos por asuntos triviales y vulgares, descubrirá que su mente se empequeñecerá y debilitará; perderá la capacidad de crecer. La mente debe ser adiestrada para comprender las importantes verdades que conciernen a la vida eterna.-Carta 64, 1909.

No descuidar los asuntos temporales.
La vida es demasiado solemne para que sea absorbida en asuntos temporales o terrenos, en un tráfago de cuidados y ansiedades por las cosas que no son sino un átomo en comparación con las de interés eterno. Sin embargo, Dios nos ha llamado a servirle en los asuntos temporales de la vida. La diligencia en esta obra es una parte de la verdadera religión tanto como lo es la devoción. La Biblia no sanciona la ociosidad. 363 Esta es la mayor maldición que aflige a nuestro mundo. Cada hombre y mujer verdaderamente convertido será un obrero diligente. -PVGM 278 (ed PP); 241 (ed ACES) (1900).

La calidad de los hombres llamados a enseñar.*
La causa de Dios necesita maestros que tengan altas cualidades morales, y a los cuales se pueda confiar la educación de otros: hombres de fe sana, que tengan tacto y paciencia; que anden con Dios, y se abstengan de la misma apariencia del mal; que estén tan íntimamente relacionados con Dios que puedan ser conductos de luz -en fin, caballeros cristianos. Las buenas impresiones que harán los tales no se borrarán nunca; y la educación así impartida perdurará durante toda la eternidad. Lo que se descuide en este proceso de educación permanecerá probablemente sin hacerse. 
¿Quién quiere emprender esta obra?
Cuánto quisiéramos que hubiese jóvenes fuertes, arraigados y afirmados en la fe, que tuviesen tal comunión viva con Dios que pudieran, si así se lo aconsejasen nuestros hermanos dirigentes, entrar en los colegios superiores de nuestro país, donde tendrían un campo más amplio de estudio y observación. El trato con diferentes clases de mentes, el familiarizarse con los trabajos y los métodos populares de educación, y un conocimiento de la teología como se enseña en las principales instituciones del saber, serían de gran valor para tales obreros, y los prepararían para trabajar en favor de las clases educadas y para hacer frente a los errores que prevalecen en nuestros tiempos. Tal era el método seguido por los antiguos valdenses; y, si fuesen fieles a Dios, nuestros jóvenes, como los suyos, podrían hacer una buena obra, aun mientras adquirieran su educación, sembrando la semilla de la verdad en otras mentes. -2lT 228, 229 (1885). 364

Los hábitos correctos dejan impresiones en el carácter.
La formación de hábitos correctos ha de dejar su impresión en la mente y el carácter de los niños para que puedan ejercitarse en el buen camino. Significa mucho conducir a esos niños bajo la influencia directa del Espíritu de Dios, adiestrarlos y disciplinarios en la amonestación del Señor. La formación de hábitos correctos, la manifestación de un espíritu correcto, requerirá esfuerzos fervientes en el nombre y el poder de Jesús. El instructor debe perseverar, y dar línea sobre línea, precepto sobre precepto, un poquito aquí y un poco allá, con toda paciencia y longanimidad, simpatía y amor, uniendo a esos niños con su corazón por el amor de Cristo revelado en sí mismo. -FE 268 (1893).

Los caracteres no se forman en un mismo molde.
Los maestros han de considerar que no están tratando con ángeles, sino con seres humanos con pasiones semejantes a las de ellos mismos. Los caracteres no se forman en un mismo molde. Los niños reciben como herencia todos los aspectos del carácter. De este modo en sus rasgos de carácter se revelan los defectos y las virtudes. Cada instructor debe tomar esto en consideración. Las deformidades heredadas y cultivadas del carácter humano, así como también su belleza de carácter, tendrán que ser afrontadas, y el instructor necesitará cultivar mucha gracia para saber cómo tratar con los que yerran para su bien presente y eterno. Si se abrigan el impulso, la impaciencia, el orgullo, el egoísmo y la estima propia, harán mucho mal que puede arrojar el alma al campo de batalla de Satanás sin la sabiduría para conducir su nave, pero además estará en peligro de ser arrojado al antojo de las tentaciones de Satanás hasta que naufrague. Cada maestro tiene sus propios rasgos de carácter peculiares que vigilar, no sea que Satanás lo use como su agente para destruir almas, mediante sus propios rasgos de carácter no consagrados. -FE 277, 278 (1893).

Debe ser como Cristo al tratar con las mentes.
Debe ejercitarse 365 diariamente una agencia operativa, una fe que obra por amor y purifica el alma del educador. ¿Ha puesto usted como su más elevada autoridad la voluntad revelada de Dios? Si Cristo, la esperanza de gloria, ha sido formado en el interior, entonces la verdad de Dios actuará de tal manera sobre su temperamento natural que su agencia transformadora se revelará en un carácter cambiado, y usted no cambiará la verdad de Dios en mentira ante sus alumnos por su influencia que opera mediante la revelación de un corazón no santificado y genio fuerte; ni revelará, por medio de la presentación de un temperamento egoísta, impaciente y no semejante al de Cristo al tratar con la mente humana, que la gracia de Cristo no es suficiente para usted en todo tiempo y lugar. De este modo mostrará que la autoridad de Dios sobre usted no es meramente nominal sino real verdadera. Debe haber una separación de todo lo que es objetable y no semejante a Cristo, por difícil que sea para el verdadero creyente. -FE 263, 264 (1893).

La censura continua confunde al niño.
El cielo ve en el niño al hombre o a la mujer no desarrollado, con capacidades y facultades que, si son guiadas correctamente y desarrolladas con sabiduría celestial, llegarán a ser agentes humanos mediante los cuales las influencias divinas pueden cooperar para ser colaboradores con Dios. Las palabras ásperas y la censura continua confunden al niño pero nunca lo reforman. Contenga ese regaño; mantenga su propio espíritu bajo la disciplina de Jesucristo; entonces aprenderá a tener compasión y simpatía con los que han sido puestos bajo su influencia. No exhiba impaciencia o aspereza, porque si estos niños no necesitaran educación, no necesitarían las ventajas de la escuela. Han de ser conducidos por la escalera del progreso con paciencia, bondad y amor, subiendo escalón tras escalón en la obtención del conocimiento. -FE 263 (1893).

Cuidado al suspender a los alumnos.
Sean cuidadosos con 366 lo que hacen al suspender a los alumnos. Este es un asunto solemne. Debería ser una falta muy grave la que requiera esta disciplina.
Además, deberían considerarse con cuidado todas las circunstancias relacionadas con el caso. Los estudiantes enviados desde sus casas a corta o larga distancia, miles y miles de kilómetros, están lejos y privados de las ventajas del hogar, y si se los expulsa se les impide aprovechar los privilegios de la escuela. Alguien que tuvo confianza y esperanza en ellos tuvo que afrontar todos sus gastos, considerando que su dinero no sería invertido en vano. El estudiante entra o cae en tentación y ha de ser disciplinado por su mal. El siente agudamente que se ha manchado su registro, y que chasquea a los que confiaron en que él desarrollaría el carácter bajo la influencia de su educación en la vida escolar, lo cual compensaría todo lo que se había invertido en él.
Pero se lo suspende por su necia actuación. ¿Qué hará? El valor está en su nivel más bajo, no abriga ni valor ni hombría. Es un gasto y se ha perdido tiempo precioso. ¿Quién será tierno y bondadoso y sentirá la carga de estas almas? No es extraño que Satanás se aproveche de estas circunstancias. Se los arroja al campo de batalla de Satanás y se ponen en ejercicio los peores sentimientos del corazón humano, los que se fortalecen y confirman. -Carta 50, 1893.

Evite crear sentimientos de injusticia.
Cuando usted lucha contra los elementos manifestados por los que no tienen la religión bíblica sino sólo la profesan, no olvide que usted es un cristiano. Usted disminuye grandemente su influencia y arruina su propia experiencia cristiana cuando pierde su dominio propio y les da la menor ocasión de pensar que los ha tratado mal. No deje esta impresión en sus mentes si puede evitarlo. En este tiempo de prueba estamos formando nuestros caracteres para la futura vida inmortal; pero eso no es todo, porque en ese mismo proceso de edificar el carácter necesitamos ser extremadamente cuidadosos 367 de cómo edificamos, pues otros edificarán siguiendo el modelo que les damos. -MM 209 (1892).

La mente necesita alimento puro.
La mente, a semejanza del cuerpo, necesita de alimento puro a fin de disfrutar de salud y fortaleza. Dad a vuestros hijos algo para pensar que esté fuera de ellos y por encima de ellos. La mente que vive en una atmósfera pura y santa no negará a ser trivial, frívola, vana y egoísta.
Vivimos en un tiempo cuando todo lo que es falso y superficial se exalta por encima de lo real, lo natural y lo duradero. La mente debe estar exenta de todo lo que la lleve en una dirección equivocada. No debiera ser sobrecargada con relatos baladíes que no añaden fortaleza a las facultades mentales. Los pensamientos serán del mismo carácter del alimento que se proporciona a la mente.- CN 174,175 (1890).

Libros de incrédulos.*
El estudio de libros escritos por incrédulos hace mucho daño. Así se siembra cizaña en las mentes y los corazones de los alumnos. Sin embargo, este es el alimento que a menudo se da al cerebro, mientras muchos tienen poco conocimiento de los tomas que se relacionan con los intereses eternos, los cuales debieran comprender.
El talento del tiempo es precioso. Cada día se nos da como un legado, y Dios nos pedirá cuenta de él. Ha de ser usado para la gloria de Dios, y si queremos prolongar nuestras vidas, si queremos ganar la vida que se mide con la vida de Dios, debemos dar alimento puro a la mente. No debería perderse el tiempo que podría haberse usado en buena manera.- Ms 15, 1898.

Los estudiantes aprenden a obedecer a Dios.
Veo que debe 368 trabajarse en favor de un gran concepto en nuestras escuelas, que debe lograrse bajo la conducción divina. Pero la gran lección que deben aprender los estudiantes es buscar con todo su corazón, con toda su mente y con todas sus fuerzas el conocer a Dios y el obedecerle sin reservas. La ciencia de la salvación del alma humana es la primera lección de la vida. Ningún estudio literario o educación de los libros ha de ser supremo. Pero conocer a Dios y a Jesucristo, a quien El ha enviado, es vida eterna.
Lleven los alumnos el amor y el temor de Dios consigo a su vida escolar. Esta es la sabiduría más preciosa que la que pueden expresar las palabras. Conectados con Dios, podrá decirse de ellos lo que se dijo de Daniel, que Dios le dio sabiduría y conocimiento en todos los misterios.
Aprender es bueno. La sabiduría de Salomón es deseable; pero la sabiduría de alguien que es mayor que Salomón es mucho más deseable y esencial. Por medio del aprendizaje en nuestras escuelas no podemos alcanzar a Cristo, pero gracias a El podemos alcanzar el extremo superior de la escalera de la ciencia; porque la palabra de la inspiración dice:"Vosotros estáis completos en él" (Colosenses 2: 10). Nuestra primera preocupación es ver y reconocer a Dios, y entonces él dirigirá nuestro sendero.- Carta 120, 1896. 369

38. Equilibrio en la educación
La educación tiene implicaciones eternas.
La educación es una obra cuyos efectos se verán durante los siglos sin fin de la eternidad.- 2JT 427 (1900).

Restaurar la armonía en el ser.
El verdadero propósito de la educación es restaurar la imagen de Dios en el alma. En el principio, Dios creó al hombre a su propia semejanza. Le dotó de cualidades nobles. Su mente era equilibrada, y todas las facultades de su ser eran armoniosas. Pero la caída y sus resultados pervirtieron estos dones. El pecado echó a perder y casi hizo desaparecer la imagen de Dios en el hombre. Restaurar ésta fue el objeto con que se concibió el plan de la salvación y se le concedió un tiempo de gracia al hombre. Hacerle volver a la perfección original en la que fue creado, es el gran objeto de la vida, el objeto en que estriba todo lo demás. Es obra de los padres y maestros, en la educación de la juventud, cooperar con el propósito divino; y al hacerlo son "coadjutores... de Dios" (1 Corintios 3: 9).- PP 645, 646 (1890).

Desarrollar todas las capacidades.
Todas las distintas capacidades 370 que el hombre posee -de la mente, del alma y del cuerpo- le fueron dadas por Dios para que las dedique a alcanzar el más alto grado de excelencia posible. Pero esta cultura no puede ser egoísta ni exclusiva; porque el carácter de Dios, cuya semejanza hemos de recibir, es benevolencia y amor. Toda facultad y todo atributo con que el Creador nos haya dotado deben emplearse para su gloria y para el ennoblecimiento de nuestros semejantes. Y en este empleo se halla la ocupación más pura, más noble y más feliz.
PP 646 (1890).

La verdadera educación es abarcante.
La verdadera educación significa más que seguir cierto curso de estudios. Es amplia. Incluye el desarrollo armonioso de todas las facultades físicas y mentales. Enseña a amar y temer a Dios, y es una preparación para el fiel cumplimiento de los deberes de la vida.
 CM 63 (ed PP); 53, (ed ACES) (1913).

El desarrollo simétrico para todos los deberes.
Y todos los que quieran ser obreros juntamente con Dios, deben esforzarse por alcanzar la perfección de cada órgano del cuerpo y cada cualidad de la mente. La verdadera educación es la preparación de las facultades físicas, mentales y morales para la ejecución de todo deber; es el adiestramiento del cuerpo, la mente y el alma para el servicio divino. Esta es la educación que perdurará en la vida eterna.
 PVGM 265 (ed PP); 231 (ed ACES) (1900).

Todas las facultades han de alcanzar su máximo potencial.
Dios quiere que el colegio en Battle Creek llegue a una más elevada norma de cultura intelectual y moral que cualquier otra institución de su tipo en nuestro país. Debería enseñarse a los jóvenes la importancia de cultivar las facultades físicas, mentales y morales para que puedan alcanzar no sólo los más elevados logros en las ciencias, sino que, por medio del conocimiento de Dios, puedan ser educados para glorificarlo; que puedan desarrollar caracteres 371 simétricos y así estar preparados para ser útiles en este mundo y obtener la idoneidad moral para la vida inmortal. -4T 425 (1880).

El conocimiento de todas las ciencias es poder
Las escuelas establecidas entre nosotros son asuntos de grave responsabilidad, porque están involucrados intereses importantes. De una manera especial nuestras escuelas son un espectáculo a los ángeles y a los hombres. El conocimiento de las ciencias de todo tipo es poder, y es el propósito de Dios que se enseñe ciencia avanzada en nuestras escuelas como preparación para la obra que ha de preceder a las escenas finales de la historia de la tierra. La verdad ha de ir a los lugares mas remotos de la tierra, por medio de agentes preparados para la obra pero aunque el conocimiento de la ciencia es poder, el conocimiento que Jesús en persona vino a impartir al mundo era el conocimiento del evangelio. La luz de la verdad había de enviar sus brillantes rayos a las partes más lejanas de la tierra, y la aceptación o el rechazo del mensaje de Dios involucra el destino eterno de las almas. -RH 1° de dic. de 1891; FE 186

Los jóvenes han de ser pensadores
Cada ser humano, creado a la imagen de Dios, está dotado de una facultad semejante a la del Creador: la individualidad, la facultad de pensar y hacer. Los hombres en quienes se desarrolla esta facultad son los que llevan responsabilidades, los que dirigen empresas, los que influyen sobre el carácter. La obra de la verdadera educación consiste en desarrollar esta facultad, en educar a los jóvenes para que sean pensadores, y no meros reflectores de los pensamientos de otros hombres.
En vez de restringir su estudio a lo que los hombres han dicho o escrito, los estudiantes deben ser dirigidos a las fuentes de la verdad, a los vastos campos abiertos a la investigación en la naturaleza y en la revelación. Contemplen las grandes realidades del deber y del destino, y la mente se
372 expandirá y robustecerá. En vez, de jóvenes educados, pero débiles, las instituciones del saber debieran producir hombres fuertes para pensar y obrar, hombres que sean amos y no esclavos de las circunstancias, hombres que posean amplitud de mente, claridad de pensamiento y valor para defender sus convicciones.-Ed 17, 18 (1903).

La verdadera educación desarrolla el carácter.
La educación y el adiestramiento de los jóvenes es una obra importante y solemne. El gran objetivo que ha de lograrse debería ser el apropiado desarrollo del carácter, que la persona pueda estar preparada adecuadamente para cumplir los deberes de la vida presente y entrar al fin en la vida futura e inmortal. La eternidad revelará la manera en que se ha realizado el trabajo. Si los ministros y los maestros sintieran plenamente su responsabilidad, veríamos hoy un estado diferente de cosas en el mundo. Pero son demasiado estrechos en sus opiniones y propósitos. No se dan cuenta de la importancia de su obra ni de sus resultados.-4T 418 (1880).

El mayor valor es edificar el carácter.-
Los alumnos [en la escuela de Avondale] trabajan duramente y con fidelidad. Están acrecentando la fortaleza de sus nervios y su solidez, como también su actividad muscular. Esta es la debida educación; como resultado de ella nuestras escuelas producirán hombres que no serán ni débiles ni ineficientes y unilateralmente educados, sino que dispondrán de una preparación equilibrada, tanto en lo físico como en lo moral y lo espiritual.
Los edificadores del carácter no deben olvidarse de poner un fundamento que permita que la educación sea del máximo valor. Exigirá abnegación, pero hay que hacerlo. El adiestramiento físico, debidamente dirigido, prepara para el trabajo mental intenso. Pero cuando se atiende uno solo de estos factores, el resultado es siempre un ser humano deficiente.373
El trabajo físico intenso, combinado con el esfuerzo mental, mantiene la mente y el ánimo en mejores condiciones de salud, y el trabajo se hace mucho mejor. Con esta preparación, los alumnos saldrán de nuestros colegios educados para la vida práctica, aptos para emplear sus facultades intelectuales de la mejor manera. El ejercicio físico y el mental deben combinarse si queremos hacer justicia a nuestros alumnos. Aquí hemos estado cumpliendo este plan satisfactoriamente, a pesar de la incomodidad con que trabajan los alumnos.-TM 241, 242 (1895).

Muchos no comprenden los verdaderos principios.
Muchos estudiantes están tan apurados por completar su educación que no son cabales en nada de lo que emprenden. Pocos tienen el suficiente valor y dominio propio como para actuar por principios. La mayoría de los alumnos dejan de entender el verdadero objetivo de la educación, y por ello dejan de actuar como para alcanzarlo. Se aplican al estudio de las matemáticas o de las lenguas, mientras descuidan el estudio mucho más esencial para la felicidad y el éxito de la vida. Muchos que pueden explorar las profundidades de la tierra con el geólogo o atravesar los cielos con el astrónomo no muestran el menor interés en el maravilloso mecanismo de su propio cuerpo. Otros pueden decir cuántos huesos hay en el esqueleto humano y describir correctamente cada órgano del cuerpo, y sin embargo son tan ignorantes de las leyes de la salud y la curación de las enfermedades, como si la vida fuera controlada por el destino ciego en lugar de serlo mediante leyes definidas e invariables.- ST, 29 de junio de 1892; FE 719 72.

La educación no es sólo la del cerebro.-
Los alumnos que han obtenido conocimiento de los libros sin adquirir un conocimiento del trabajo práctico no pueden aseverar que tienen una educación simétrica. Las energías que debieran haberse consagrado a los quehaceres de diversos ramos, han sido descuidadas. La educación no consiste en usar solamente 374 el cerebro. El trabajo físico es parte también de la educación esencial para todo joven. Falta una fase importante de la educación si no se enseña al alumno a dedicarse a un trabajo útil.-CM 292 293 (ed PP); 235 (ed ACES) (1913).

Se debe esforzar la mente y el cuerpo por igual.-
Mucho se ha dicho y escrito con respecto a la importancia de educar la mente para servir al máximo. Esto ha llevado a veces a la opinión de que si se educa el intelecto para desarrollar sus más elevadas capacidades, se fortalecerán la naturaleza física y moral para el desarrollo de un hombre completo. El tiempo y la experiencia han demostrado que esto es un error. Hemos visto hombres y mujeres que se graduaron de los colegios que de ningún modo estaban capacitados para usar adecuadamente el maravilloso organismo físico con que Dios los proveyó. El cuerpo entero está diseñado para la acción, no para la inacción.
Si no se ejercitan las capacidades físicas tanto como las mentales, se fuerzan en exceso estas últimas. A menos que cada parte de la maquinaria humana realice sus tareas asignadas, las capacidades mentales no pueden ser usadas al máximo por largo tiempo. Las capacidades naturales deben ser gobernadas por las leyes naturales, y las facultades deben ser educadas para trabajar en forma armoniosa y de acuerdo con estas leyes. Los maestros de nuestras escuelas no pueden descuidar ninguno de estos detalles sin rehuir su responsabilidad. El orgullo puede conducirlos a procurar alcanzar una elevada norma mundana de logros intelectuales a fin de que los alumnos hagan una demostración brillante; pero cuando se viene a las adquisiciones sólidas - las que son esenciales para capacitar a los hombres y las mujeres para todas las emergencias de la vida práctica- tales alumnos sólo están parcialmente preparados para hacer de la vida un éxito. Su educación defectuosa a menudo los conduce al fracaso en cualquier ramo de trabajo que emprendan.-5T 522 (1889).  375

No para rehuir las cargas de la vida.-
Instrúyase a los jóvenes en el sentido de que la educación no tiene como propósito enseñarles a esquivar las tareas desagradables ni las pesadas responsabilidades de la vida; que su propósito, en cambio, consiste en alivianar el trabajo mediante la enseñanza de mejores métodos y la fijación de metas más elevadas. Enséñeseles que el verdadero propósito de la vida no consiste en obtener toda la ganancia posible para sí mismo, sino en honrar a su Hacedor al hacer su parte en una tarea que beneficie al mundo, y al ayudar a los que son más débiles e ignorantes.
Ed 221, 222 (1903).

Se necesita un desarrollo armonioso.-
El correcto empleo de uno mismo es la lección más valiosa que se puede aprender, No debemos realizar trabajo mental y detenernos allí, ni hacer trabajo físico solamente; debemos emplear de la mejor manera las diversas piezas que componen la maquinaria humana: el cerebro, los huesos, los músculos, la cabeza y el corazón.
YI, 7 de abril de 1898; HHD 173.

La ignorancia no aumenta la espiritualidad.-
Los jóvenes no deberían ocuparse en la obra de explicar las Escrituras y disertar sobre las profecías, cuando no conocen las importantes verdades bíblicas que tratan de dar a conocer a otros. Pueden ser deficientes en los ramos comunes de educación y dejar, por tanto, de hacer el bien que podrían si hubiesen gozado de las ventajas de una buena escuela. La ignorancia no aumenta la humildad o espiritualidad de ningún seguidor profeso de Cristo. Un cristiano intelectual apreciará mejor que nadie las verdades de la Palabra divina. Cristo puede ser glorificado mejor por los que le sirven inteligentemente. El gran objeto de la educación es habilitarnos para hacer uso de las facultades que Dios nos ha dado, de manera tal que exponga mejor la religión de la Biblia y se acreciente la gloria de Dios.-EC 39 (1872).

La educación requiere esfuerzos esmerados.-
Los maestros 376 deben inducir a los alumnos a pensar y a comprender claramente la verdad por sí mismos. No basta que el maestro explique o que el alumno crea; se ha de provocar la investigación e incitar al alumno a enunciar la verdad en su propio lenguaje para demostrar que ve su fuerza y se la aplica. Con esmerado esfuerzo deben grabarse así en la mente las verdades vitales. Podrá ser éste un procedimiento lento; pero vale más que recorrer con demasiada prisa asuntos importantes sin darles la consideración debida. Dios espera de sus instituciones que sobrepujen a las del mundo por cuanto le representan. Los hombres verdaderamente unidos con Dios mostrarán al mundo que él es quien maneja el timón.-2JT 427 (1900).

Establecer hitos bien definidos.-
Establezcán los jóvenes hitos bien definidos mediante los cuales puedan guiarse en las emergencias. Cuando venga una crisis que exija poderes físicos activos y bien desarrollados y una mente clara, fuerte y práctica; cuando se deba hacer un trabajo difícil en el que cada movimiento sea importante, y en el que las perplejidades sólo puedan afrentarse buscando la sabidoría de Dios, entonces los jóvenes que hayan aprendido a vencer las dificultades por el ferviente esfuerzo podrán responder al llamado por obreros: "Heme aquí, envíame a mí". Sean los corazones de los jóvenes y las señoritas tan transparentes como el cristal; que sus pensamientos no sean triviales sino santificados por la virtud y la santidad. No necesitan ser de otra manera. Con la pureza del pensamiento mediante la santificación del Espíritu, sus vidas pueden ser refinadas, elevadas y ennoblecidas.
SpT, Serie B, nº 1, págs. 31, 32, julio de 1900.

Es importante la formación de hábitos correctos.-
Debiera ser el firme propósito de cada joven apuntar alto en todos sus planes para la obra de su vida. Adopten para su gobierno en todas las cosas la norma que presenta la Palabra de Dios. Este es el deber positivo del cristiano, y debiera ser 377 también su placer positivo. Cultiven el respeto por sí mismos porque ustedes son la posesión adquirida de Cristo.
El éxito en la formación de hábitos correctos, el progreso en lo que es noble y justo, les dará una influencia que todos valorarán. Vivan para algo además del yo.
Si sus motivos son puros y abnegados, si siempre están buscando el trabajo que alguien debe hacer, si siempre están atentos para mostrar atenciones bondadosas y actos de cortesía, inconscientemente están edificando su propio monumento. Esta es la obra que Dios invita a realizar a todo niño y joven. SpT, Serie B, nº 1, pág. 32, julio de 1900.

El sostenerse a sí mismos es una parte importante de la educación.
Mientras estudian, muchos alumnos recibirán una educación más valiosa si se sostienen a si mismos. En vez de incurrir en deudas o depender del sacrificio de los padres, los jóvenes de ambos sexos deben depender de sí mismos. Así apreciarán el valor del dinero y el tiempo, las fuerzas y las oportunidades, y estarán menos expuestos a la tentación de adquirir hábitos de ociocidad y derroche. Las lecciones de economía, laboriosidad, abnegación, administración práctica de los negocios y firmeza de propósito que así aprendan, constituirán una parte importante del equipo necesario para librar la batalla de la vida. Y la lección del sostén propio, aprendida por el alumno, contribuirá en gran medida a preservar las instituciones de enseñanza de las deudas con las cuales tantos colegios han tenido que luchar, y que han contribuido a menoscabar su utilidad. -Ed 221 (1903).

La educación moldea la organización social.-
En el mundo entero la sociedad está en desorden, y se necesita una transformación radical. La educación dada a la juventud moldeará toda la organización social.-MC 317 (1905).

Necesidad de enseñar agricultura.-
Nuestros colegios podrían ayudar eficazmente a disminuir la desocupación. Miles 378 de seres impotentes y hambrientos, que diariamente incrementan las filas de los criminales, podrían ganarse la vida en forma feliz, sana e independiente, si se los orientara hacia el trabajo de labrar la tierra para que lo hicieran con inteligencia y habilidad.- Ed 220 (1903).

La educación continúa toda la vida.-
En la escuela de Cristo, los estudiantes nunca se gradúan. Entre los alumnos se cuentan tanto viejos como jóvenes. Los que prestan atención a las instrucciones del divino Maestro, adelantan constantemente en sabiduría, refinamiento y nobleza del alma. Y así están preparados para entrar en aquella escuela superior donde el progreso continuará durante toda la eternidad.- CM 50 (ed PP); 41 (ed ACES) (1913).

La verdadera ambición.
Queridos jóvenes, cuál es el blanco y el propósito de la vida de ustedes? Ambicionan una educación a fin de tener renombre y posición en el mundo? ¿Han pensado lo que no se atreven a expresar, de que un día puedan estar en la cima de la grandeza intelectual; que pueden sentarse en los concilios deliberantes y legislativos y ayuden a dictar leyes para la nación? No hay nada de malo en esas aspiraciones. Cada uno de ustedes puede dejar su huella. No deberían conformarse con logros insignificantes. Apunten alto y no escatimen esfuerzos para alcanzar esa norma.- RH, 19 de agosto de 1884; FE 82.

El conocimiento más esencial.
Progresen los jóvenes tan rápidamente y tanto como puedan en la adquisición de conocimientos. . . Al aprender algo, comuníquenlo a otros. . . Así su inteligencia adquirirá disciplina y poder. El uso que hagan de sus conocimientos determinará el valor de su educación. Dedicar mucho tiempo al estudio, sin hacer esfuerzo alguno por comunicar a otros lo que se aprende, es a menudo un impedimento más bien que una ayuda para el verdadero desarrollo. En el hogar y en la escuela debe el estudiante esforzarse por aprender a estudiar y a comunicar 379 el conocimiento adquirido. Cualquiera que sea su vocación, tendrá que aprender y enseñar durante toda su vida.- MC 313 (1905).

La educación más esencial para que obtengan nuestros jóvenes hoy, y que los preparará para los grados más altos en la escuela de arriba, es una educación que les enseñará cómo revelar la voluntad de Dios al mundo.- RH, 24 de oct. de 1907; FE 512.

El conocimiento esencial es el conocimiento de Dios 
y de Aquel a quien envió.
Todo niño y todo joven deben tener algún conocimiento de sí mismos. Deben conocer la habitación física que Dios les ha dado, y las leyes mediante las cuales pueden conservarla sana. Todos deben obtener una comprensión cabal de los ramos comunes de la educación. Todos deben adquirir una preparación industrial que haga de ellos hombres y mujeres prácticos, idóneos para los deberes de la vida diaria. A esto hay que añadir la enseñanza y la experiencia práctica en varios ramos del esfuerzo misionero.- MC 312, 313 (1905).

¿Qué "curso universitario" puede igualar a éste?
"Cercano está el día grande de Jehová, cercano y muy próximo". Tenemos un mundo que amonestar. . . Miles de jóvenes. . . debieran estar entregándose a esta obra. . . Preste todo educador cristiano. . . y ayude a los jóvenes que están bajo su cuidado a obtener la preparación necesaria para unirse a las filas de los obreros.
No hay tarea en el que sea posible a los jóvenes recibir mayor beneficio. . . Colaboran con los ángeles, o más bien, son los instrumentos humanos por medio de los cuales aquellos llevan a cabo su misión. Los ángeles hablan por medio de sus voces y trabajan por medio de sus manos. Y los obreros humanos al cooperar con los agentes celestiales, reciben el beneficio de su educación y su experiencia. Como medio educativo, ¿qué "curso universitario" puede igualar a éste? 
Ed 270, 271 (1903). 380

Es esencial impartir conocimiento.-
Es necesario para su completa educación que los estudiantes tengan tiempo para hacer obra misionera, tiempo para familiarizarse con las necesidades espirituales de las familias que viven en derredor de ellos. No deben estar tan recargados de estudios que no tengan tiempo para usar el conocimiento que han adquirido. Tienen que ser estimulados a hacer esfuerzos misioneros en favor de los que están en el error, llegando a conocerlos y llevándoles la verdad. Trabajando con humildad, buscando sabiduría de Cristo, orando y velando en oración, pueden comunicar a otros el conocimiento que ha enriquecido sus vidas. 
CM 531, 532 (ed PP); 422 (ed ACES) (1913). 1MCP 

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