domingo, 29 de agosto de 2010

81. El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada.”


“El camino del perezoso es como seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada.” Prov. 15:19.
A Julio no le gustaba trabajar. Cuando era pequeño, los padres le cumplieron todos los gustos y le satisficieron todos sus deseos. Hijo único, creció pensando que era el dueño del mundo, y que bastaba pedir para que todo se realizara de la manera como él quería.

Pero Julio creció. Se hizo adulto y los padres continuaron tratándolo como si fuese un niño dependiente. Hoy, los padres ya están muertos y Julio se encuentra solo. La herencia que los padres le dejaron no le duró mucho. Pronto vio que la vida no era una simple historia de hadas. En este mundo, no basta desear para que todo acontezca.

Julio vive hoy una vida llena de penurias y privaciones. Se casó dos veces y las esposas encontraron que era imposible vivir a su lado. Estuvo preso seis meses, debido a confusiones financieras de las cuales participó. Él cree que la vida es injusta con él, porque sus padres fallecieron en un trágico accidente. Todo padre pasa al descanso, más temprano o más tarde. El problema de Julio no es el hecho de que los padres estén muertos. Su tragedia es que nunca aprendió a darle valor al trabajo.

El texto de hoy dice que la vida del perezoso "es como un seto de espinos". Es una vida de sufrimiento y dolor. No arranca, no avanza, está presa. Me gusta cómo aparece este versículo en la versión La Biblia al día (paráfrasis): "El perezoso tiene dificultades toda su vida; la senda del bueno es fácil". La vida tiene sus complicaciones. Tú vas a encontrar dificultades en el camino. La felicidad no es la ausencia de problemas, pero la persona sabia es victoriosa a pesar de los obstáculos. El perezoso, no. Solo ve dificultades, no está dispuesto a luchar, no quiere pagar el precio.

Prepárate para la lucha de hoy. La vida es como el fútbol. Tú solo conviertes el gol si luchas. Sal de la rutina, enfrenta las dificultades. No tengas miedo de avanzar hacia lo desconocido. Nadie descubre nuevos océanos, a menos que pierda de vista el confort de la playa.

Busca a Dios. Pídele sabiduría y fuerzas. Tu lucha será infructuosa si Dios no está de tu lado y en el control de tus emprendimientos. ¡Ah, no te olvides!: "El camino del perezoso es como un seto de espinos; mas la vereda de los rectos, como una calzada".

Alejandro Bullón

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