viernes, 9 de diciembre de 2011

205. “Por Amor De Su Nombre‏”


Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás. Salmos 31:3.

Este es un salmo de aparentes contradicciones. El salmista afirma que el Señor es su roca y su “fortaleza”, pero en el versículo 10 se lamenta: “Porque mi vida se va gastando de dolor, y mis años de suspirar”. ¿Qué tipo de roca o fortaleza es esa, que no puede sacarlo de la tristeza y de los gemidos?

Este salmo es una fotografía de la realidad humana. Es la lucha entre la fe y los sentimientos. De un lado, la confianza y la certidumbre. Del otro, la duda y la ansiedad. “Yo sé que Dios me va a proteger, pero ¿y si no me protege?” Este es el frecuente drama del cristiano.

El versículo de hoy nos da la seguridad de que Dios actuará. El salmista enfatiza: “por tu nombre me guiarás y me encaminarás”. Aquí aparece la teología del conflicto cósmico y la razón del sufrimiento humano.

¿Por qué el enemigo trae dolor, lágrimas y tragedias a los hijos de Dios? Porque quiere que la criatura piense que el sufrimiento es causado por Dios y así se rebele contra el Creador. Fue por eso que Satanás le dijo a Dios con relación a Job: “Extiende ahora tu mano, y toca su hueso y su carne, y verás si no blasfema contra ti en tu propia presencia”. Después, el relato afirma:
“Entonces salió Satanás de la presencia de Jehová, e hirió a Job con una sarna maligna desde la planta del pie hasta la coronilla de la cabeza”. (Job 2:5,7). 

¿Quién es el que trae sufrimiento al ser humano?


Satanás. Pero él quiere que tú pienses que es Dios el que te hace sufrir.

Ante esta realidad, David dice: “por tu nombre me guiarás y me encaminarás”.

Cuando tú sufres, está en juego el nombre de Dios. Su carácter y su soberanía. El enemigo hace que tú cierres los oídos a los consejos divinos y que termines lastimándote. Inmediatamente después, coloca en tu mente la idea de que Dios es injusto, que no se acuerda de ti o que te abandonó. En esa hora es cuando Dios será tu roca y tu fortaleza. Te extenderá la mano, por dos razones. Porque te ama y quiere verte feliz, y también porque su nombre está en juego. Cada vez que tú sufres, los ángeles del universo están ansiosos para ver cómo reaccionas. Con tu manera de reaccionar estarás enalteciendo la misericordia divina o denigrando el carácter del Creador.

Por eso, hoy, descansa en las promesas de Jesús. “Porque tú eres mi roca y mi castillo; por tu nombre me guiarás y me encaminarás”.



Alejandro Bullón

204. “Mi Paz Os Doy‏”


La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo. Juan 14:27.

Anochece. Siempre anochece. El sol puede brillar en todo su esplendor, pero eso no significa que el día será eterno. En este mundo, la noche llega más tarde o más temprano. Las sombras vienen y, con ellas, muchas veces, vienen también las inseguridades y los miedos. Es la ley de la vida: hay día, pero también hay noche. 

Aquella noche, sin embargo, en la vida de Casiano, era la más terrible. Su hogar había sido destruido por una insensatez suya. El peso de la culpa lo abrumaba; golpeaba su cabeza como un martillo. Lo atormentaba, y lo crucificaba en el madero de sus errores. Cómo hubiese querido volver a ser niño, despreocupado con la vida, ajeno a los problemas de los adultos. Un niño cansado de correr por los campos verdes de su tierra, que dormía en paz cuando la noche llegaba. ¿Paz? ¡Hace mucho tiempo ignoraba lo que era paz! Pero, ¡cómo son las ironías de la vida! Acababa de regresar de una misión de paz, en un país extranjero. Él, buscando paz para los demás cuando, en lo recóndito de su ser, no sabía lo que era eso.

Hundido en su mundo de dolor y remordimiento, una noche se detuvo en un programa de televisión. Allí se hablaba del maravilloso amor de Jesucristo. No le prestó atención, al principio. Pero, a medida que el pensamiento del presentador avanzaba, despertó su interés. El hombre de traje oscuro y voz suave, hablaba de paz. No se refería a una paz pasajera, humana. No hablaba de un acuerdo de concordia entre seres humanos; hablaba de un sentimiento de quietud y bonanza que se apodera del corazón, a pesar de las circunstancias terribles que la vida presenta. Casiano anheló esa paz para él. Con asombro, veía describir la historia de su vida; sus encuentros y desencuentros; sus noches de amargura, sin poder dormir. Repentinamente los ojos del presentador se fijaron en los suyos.“¿Adónde irás”, le preguntó, “si no vienes a Jesús?” Casiano no lo pensó dos veces. Se aproximó a la televisión, y cayó arrodillado, entregando el corazón a Jesús. Ya pasaron más de veinte años desde aquel día. Hoy, Casiano sabe, por experiencia propia, lo que Jesús quiso decir al anunciar:“La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro corazón, ni tenga miedo”.



El hacer maldad es como una diversión al insensato, mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento. Prov. 10:23.

Cuatro jóvenes de la clase media alta volvían de una fiesta cuando vieron a un hombre durmiendo en el banco de una parada de ómnibus. Uno de ellos tuvo la idea y los otros concordaron. Compraron tres litros de alcohol, lo rociaron y le prendieron fuego. El hombre se transformó en una antorcha humana, mientras los jóvenes huían riéndose a carcajadas.

El cuadro que acabo de describir no es una historia para hacer una película de terror. Sucedió en la capital de un gran país. Los abogados de los jóvenes presos, alegaron que sus clientes no querían cometer un crimen, que “solo querían divertirse”.

Hace casi veintitrés siglos que Salomón describió a este tipo de personas. Lo único que le faltó fue escribir el nombre de estos cuatro jóvenes. Hay gente que solo quiere “divertirse”, pero va dejando un rastro de dolor, sangre y sufrimiento en personas inocentes. Esa gente comienza con cosas consideradas inocentes, como colocar una cucaracha en el bolso de una chica o tirar a un compañero vestido a la piscina. Actitudes “de chicos” que son festejadas. Más tarde, serán paredes pintarrajeadas y monumentos públicos depredados, después “picadas” de vehículos “tuneados* por las calles de la ciudad y, finalmente, asesinatos u otros delitos mayores. Todo en nombre de la diversión. A veces, los padres son los primeros defensores de las “picardías” de sus hijos.

¿Qué tipo de persona eres tú? ¿Qué clase de hijos estás criando? ¿Qué clase de educación les estás dando? ¿Justificas los errores de ellos? ¿Tratas de “explicar” sus deslices?


La paternidad es un don del cual un día el ser humano tendrá que rendir cuenta. Cuando el fundamento es Cristo, los valores espirituales son parte de la educación. No apenas los valores morales. Generalmente la persona es moral para los otros, pero es espiritual para Dios, que todo lo ve. Es posible tener valores morales y no espirituales. Pero es imposible ser espiritual y no tener valores morales. Reflexiona hoy en tus actitudes. Como ser humano, como padre, como educador, no comiences las actividades de este día sin recordar que “El hacer maldad es como una diversión al insensato, mas la sabiduría recrea al hombre de entendimiento”. 

* Nota del editor. Se refiere a automóviles modificados para competir en carreras urbanas clandestinas.

Alejandro Bullón  

domingo, 27 de noviembre de 2011

203. “Cuida Tus Pasos‏”


No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal Proverbios 4:27

La palabra 'mal' en el original hebreo es beliya'al, que significa destrucción. El consejo divino que elegí par hoy, es: "retira tu pie de la destrucción". Aunque el ser humano de nuestros días tiene ante sí una infinidad de caminos, desde el punto de vista bíblico solo existen dos: el bien y el mal, la felicidad y la destrucción, la vida y la muerte. Rechazar uno, implica automáticamente aceptar el otro. Nadie puede permanecer en la neutralidad.

El proverbio de hoy es el clímax del capítulo 4, que presenta los beneficios de vivir con sabiduría. La sabiduría provee vida, protección, prosperidad, larga vida y evita tropezar. *

Vivir con sabiduría es andar en el camino que conduce a la felicidad. Todos los seres humanos desean ser felices. ¿Por qué muchos llegan al fin de la jornada y descubren que desperdiciaron la vida tratando de ser felices?

 Para ser feliz no basta desear ser feliz, es preciso encontrar el camino. Éste no puede ser establecido por la criatura, porque es finita y limitada por su propia humanidad. La fuente de información necesita ser absoluta, concreta e ilimitada. Esa fuente es Jesús.

Cuando Jesús todavía estaba en la tierra, Tomás le preguntó: "¿Cómo podemos saber el camino?" Y Jesús le respondió: "Yo soy el camino, y la verdad, y la vida". **

Andar en el camino es andar con Jesús. Todos los días, a toda hora, siempre. No mirar ni para la izquierda ni para la derecha significa no soltar su brazo poderoso, no apartarse de él ni perderlo de vista. Tenerlo presente en las diferentes actividades de la vida. Vivir de otro modo es caminar rumbo a la destrucción. Claro que es un camino seductor, imperceptible y disimulado. Vivir sin Cristo es entrar en el mundo de sombras, confusión, tristeza y desesperanza.

Hoy es un día para evaluar los pasos por donde vamos. ¿A dónde estoy yendo? ¿Qué es lo que motiva mis acciones? ¿Cuáles son las intenciones íntimas por detrás de las palabras socialmente aceptables que mis labios pronuncian? ¿Necesito retirar mi pie del mal?

Encara los desafíos de este nuevo día. Sin temor. Con la certeza de que tu vida y tus proyectos están en las manos de Dios y recuerda: "No te desvíes a la derecha ni a la izquierda; aparta tu pie del mal".

* Prov. 4:4, 6, 8, 10, 12. ** Juan 14:5, 6.

viernes, 25 de noviembre de 2011

202. “Promesa De Prosperidad‏”


Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad; mas los rebeldes habitan en tierra seca. Salmos 68:6.

El salmista presenta la rebeldía como la causa del fracaso y de la improductividad. Este salmo es el reflejo de la experiencia de Israel. Aquel pueblo conocía la Palabra de Dios y, sin embargo, a veces vivía como si Dios no existiera. Esta actitud es llamada "rebeldía". El significado del original hebreo, marah, apunta al acto de desafiar a Dios. El profeta Isaías describe la consecuencia triste de la desobediencia, de la siguiente manera: "Pues arruinada está Jerusalén, y Judá ha caído; porque la lengua de ellos y sus obras han sido contra Jehová para irritar los ojos de su majestad". *

Es trágica la consecuencia en la vida de quien no toma en cuenta los consejos divinos. Los israelitas terminaron esparcidos por tierras extrañas. La soledad, el cautiverio y el fracaso fueron parte de su historia.

 ¿Hay esperanza para el que pierde todo en la vida por vivir obstinadamente? ¿Hay solución para una vida desterrada y solitaria?

En el versículo de hoy, David describe el sufrimiento de los rebeldes y presenta la promesa de restauración para aquellos que buscan al Señor. "Dios hace habitar en familia a los desamparados". Es una promesa para los solitarios, los solteros y los exilados. Habían sido arrancados de sus familias. En aquellos tiempos, sin los medios de transporte y comunicación de nuestros días, la esperanza de ver de nuevo a los seres amados era mínima.

Esta promesa era un bálsamo curador en la herida de aquellas personas, y continúa siéndolo hoy para aquellos que, por desviarse de los caminos de Dios, perdieron el amor y el respeto de las personas amadas. Vuelve los ojos a Dios y a sus enseñanzas. Aplica los principios de vida a tu experiencia. Prueba a andar en los caminos de Dios. Los sueños sin Dios, generalmente acaban en pesadillas. Los planes sin él, conducen a una tierra de lágrimas, dolor y cautiverio.

No comiences las actividades de hoy sin entregar tus caminos y tus planes a Dios, y recuerda: "Dios hace habitar en familia a los desamparados; saca a los cautivos a prosperidad; mas los rebeldes habitan en la tierra seca",

* Isaías 3:8.

viernes, 18 de noviembre de 2011

201. “El Resultado De La Soberbia‏”


Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría. Proverbios 11:2.

El primer balance de la empresa fue extraordinario. El sol parecía brillar en la vida de Julio César. Había pedido dinero prestado. Varios amigos le extendieron la mano con el solo propósito de ayudarlo. No creían que la empresa funcionara bien. Pero funcionó. En pocos meses las puertas se abrieron y las oportunidades aparecieron. De repente, Julio César se dió cuenta que ahora era rico, y entonces comenzaron sus verdaderos problemas.

Hirió a los amigos, peleó con las personas que le habían prestado el dinero, humilló, ofendió y maltrató a gente inocente. Nadie lo conocía ya. Hubo un cambio completo en su manera de ser. Orgulloso, prepotente y vanidoso, se creía el rey del mundo, y olvidó que un día había sido la persona más pobre y humilde. La situación financiera que atravesó Brasil durante los años de la gran inflación lo ayudó a enriquecerse. De repente, sin embargo, el cuadro económico del país cambió y con dolor, tuvo que aceptar que nunca había sido un gran empresario. Había sido apenas un jugador que sabía apostar su capital.

Se empobreció. Tan rápido como creció, cayó. Se rebeló contra Dios, contra el Gobierno, contra la sociedad y contra la familia. Huía de los acreedores y se escondía de los amigos. Creía que se reirían de su situación. La vida de pobreza y limitaciones no era ya para él. Se había acostumbrado a despilfarrar el dinero. Por eso, no le resultó difícil comenzar a andar por las sendas de la deshonestidad. Lamentablemente para él, fue preso y condenado.

¡Cuánta sabiduría hay en las personas que se mantienen humildes aunque la vida las conduzca a las montañas más altas de la tierra! Cuán gran tontería es dejarse manejar por los triunfos y victorias. Creerse un semi-dios, indestructible y eterno. Olvidar que el hombre es apenas una criatura. Transitoria, pasajera y mortal.

Sal hoy de casa para cumplir tus actividades diarias, pero ve con humildad, recordando que "cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; mas con los humildes está la sabiduría".

lunes, 7 de noviembre de 2011

200. “El Precio De La Locura‏”


Los sabios heredarán honra, mas los necios llevarán ignominia. Proverbios  3:35.

El texto de hoy dice literalmente: "Los sabios brillarán". La palabra hebrea es ti'parah, que significa recibir una corona brillante. La persona que recibe ti'parah, recibe una distinción especial que lo destaca de las personas comunes. Dios le promete eso a los sabios. Sabio, en el sentido bíblico, no es la persona que tiene mucho conocimiento, sino el que sabe usar el conocimiento para administrar la vida. La Biblia está llena de consejos que abarcan todas las áreas. La persona que escucha estos consejos, es una persona sabia, que se destacará nítidamente entre la multitud.

Lo contrario de la sabiduría es la necedad. En el versículo de hoy, Salomón se refiere a la locura. Solo una persona sin equilibrio, ni amor por la vida, rechaza los consejos divinos. Con esa actitud, desdichadamente, "llevarán ignominia". El sinónimo de ignominia es "vergüenza".

El camino de la vergüenza es ilógico. Las personas desprecian los consejos de Dios creyendo que son anticuados y obsoletos; y pensando que descubrieron un camino mejor, siguen sus instintos e inclinaciones, racionalizan los conceptos divinos, humanizan los principios establecidos por Dios. Todo eso, en nombre de la felicidad y de la libertad. No obstante, el fin es ignominia y vergüenza. ¡Qué ironía! Querían brillar y son estrellas sin luz. Ansiaban aparecer y andan ocultos en el polvo de sus propios errores. Ambicionaban deslumbrar y envejecieron apagados por la vergüenza que su espíritu de independencia les trajo.

Otro contraste entre los locos y los sabios, es que éstos "heredarán" honra.

Mientras que aquellos "llevarán ignominia". Para heredar tú no necesitas hacer nada. La herencia es el fruto del amor. Los sabios no esperan nada y, sin embargo, reciben todo. Los locos luchan para conseguir todo y solo encuentran ignominia. Aprende a ser sabio. Ese aprendizaje lleva tiempo. Es un proceso que lleva esfuerzo y, muchas veces, es lento y doloroso, pero vale la pena.

No salgas hoy para enfrentar los desafíos de la vida sin la certeza de que Jesús está en el control de tu vida. Porque "Los sabios heredarán honra, mas los necios llevarán ignominia".

jueves, 3 de noviembre de 2011

199. “La Recompensa Del Justo”‏


Entonces dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra. Salmos 58:11.

Hay una pregunta que siempre ha perturbado a la humanidad: "¿Por qué ves a los menospreciadores, y callas cuando destruye el impío al más justo que él?". *
 Parece que el profeta Habacuc sintetizó en pocas palabras el clamor de mucha gente ante las aparentes injusticias de esta vida. Si tú eres honesto, es probable que tu futuro sea pobreza, limitaciones y hasta la cárcel. Pero si tú observas a tu alrededor, verás personas sin escrúpulos que crecen, progresan y consiguen lo que quieren. La cultura de la injusticia, tan corriente en este mundo, lleva a veces a las personas a cuestionar si vale la pena ser honesto, puntual, puro, verdadero y abnegado.

El tema central del Salmo 58 es el abuso del poder judicial. Algunos estudiosos creen que este salmo lo escribió David cuando dejó de ser rey, se mezcló con el pueblo y se dio cuenta de la administración errada de la justicia en Israel. Eso rebeló su espíritu. Personas que habían sido colocadas en lugares estratégicos para hacer justicia al pueblo, estaban promoviendo la opresión, vendiendo conciencias y dejando que la corrupción se apoderase de la corte. Era insoportable. No hay frustración mayor que apelar a un juez por justicia y ante todas las pruebas a favor de su inocencia, ser declarado culpable; o ver que un hombre público se apodera de una gran fortuna, y aprovecha su posición para ser declarado inocente.

David comienza el salmo de hoy, preguntando: "¿Pronunciáis en verdad justicia? ¿Juzgáis rectamente, hijos de los hombres?" Todo el salmo está lleno de indignación, pero en el versículo de hoy el salmista expresa la certeza de que, finalmente, Dios obrará dando la recompensa al justo. Esta no es una justicia que sucederá en la vida eterna o cuando Jesús regrese. No. Es una promesa para esta tierra; Dios es un Dios justo y vigilante. No hay nada que sea oculto ante sus ojos. Cuando él no interviene es simplemente porque está aguardando el momento más oportuno para recompensarte. Guarda esta promesa en tu corazón. No permitas que la decepción se apodere de ti ni que el veneno del odio destruya tu alma. Más pronto de lo que te imaginas "dirá el hombre: Ciertamente hay galardón para el justo; ciertamente hay Dios que juzga en la tierra".

* Habacuc 1:13 úp.
Pr. Alejandro Bullón

198. ¡Sálvame, Oh Dios!


Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma. 
Salmos 69:1.

El salmo de hoy es el segundo más citado por los escritores del Nuevo Testamento. Juan, Lucas, Mateo, Marcos y el apóstol San Pablo, usaron varias referencias de este maravilloso poema. El salmista está en dificultades. Eso no es novedad. Los problemas siempre lo acompañan, incluso en la vejez. Estaban presentes, tratando de destruir su fe y su confianza en Dios. Esta vez, el espíritu de David estaba terriblemente conturbado. Sus emociones estaban afectadas. El estrés había logrado dominado.

"Las aguas han entrado hasta el alma". Clama en busca de ayuda, y el socorro divino aparece. Este salmo va más allá del libramiento del salmista. Se refiere también al libramiento de Sión en un tiempo de crisis. En realidad, los sufrimientos personales del salmista son una especie de figura de los sufrimientos colectivos de la nación.

Parece que el dolor emocional de David era causado por una falsa acusación, levantada contra él. En el versículo 4 expresa: "Se han aumentado más que los cabellos de mi cabeza los que me aborrecen sin causa; se han hecho poderosos mis enemigos, los que me destruyen sin tener por qué. ¿Y he de pagar lo que no robé?" ¿Quiénes eran esos enemigos? Poco importa. Lo que interesa es saber que en la hora de la angustia el salmista sabía dónde buscar el socorro. Los problemas de la vida son como aguas turbias y amenazadoras. A veces son tan torrenciales que la persona pierde hasta el deseo de seguir viviendo. El salmo anterior habla de triunfo, de victoria y éste, tiene como tema central los peligros y las dificultades. ¡Cuán cerca está la victoria de la derrota, la alegría de la tristeza y la vida de la muerte!

El hecho de que tú no tengas problemas hoy, no es garantía de que mañana continuarás igual. Por eso, es necesario que cada minuto aprendamos a depender de Dios. De ese modo, cuando las aguas turbulentas lleguen hasta el "alma", sabremos echar mano de los recursos invisibles de la fe y de la confianza en Dios. ¿Cuán triste o cuán alegre te sientes hoy? No importa. En esta vida siempre habrá sol y lluvia, primavera e invierno. Pero si tú tienes la seguridad de que tu vida está en las manos del Señor, sabrás decir: "Sálvame, oh Dios, porque las aguas han entrado hasta el alma".

Pr. Alejandro Bullón

martes, 1 de noviembre de 2011

197. “Bien O Mal‏”


El que procura el bien buscará favor; mas al que busca el mal, este le vendrá. Prov. 11:27.

Cuando era adolescente me gustaba ver cómo corrían las aguas del río. El río Rímac, que desciende de las montañas heladas del Perú y desemboca en el Océano Pacífico, pasa al lado del colegio donde estudiaba. Rímac significa “río hablador”. El nombre era perfecto. Es un río ruidoso, especialmente en las épocas de lluvia, que arrastra muchas piedras. Me gustaba aquel ruido. Así nadie me podía oír cuando leía poesías en voz alta, tratando de perfeccionar mi dicción.

Cierto día, cuando regresaba del río, descubrí en la rama de un viejo sauce un nido de avispas. Rápidamente se me vino a la mente la idea de tirar abajo el nido. El texto de hoy afirma: “el que busca el bien lo alcanza”. En este salmo aprendí también que el que corre detrás del mal, también lo alcanza. Derribar aquel nido de avispas, evidentemente, no era ningún bien. Por inocente que pareciese mi diversión, estaba corriendo tras el mal. No fue fácil conseguir mi objetivo. A medida que los días pasaban, el propósito de mis idas al río ya no era practicar la dicción, sino tirar abajo el nido de avispas. Pasaba mucho tiempo tirándole piedras. Hasta que un fatídico día, logré lo que buscaba. El nido se vino abajo y en cuestión de segundos una nube de avispas volaba detrás de mí. La única salida fue tirarme con ropa y todo en el río y después luchar con la corriente para no ser llevado por las aguas.

Salomón ya había dicho con siglos de anticipación lo que me pasaría. Yo no conocía este proverbio, y si lo conocía no le había dado importancia. Gracias a Dios, el “mal” fue apenas un enjambre de avispas persiguiéndome. Si tú estás vivo, hoy estas seguramente buscando algo. La vida es una búsqueda permanente. Todos vamos en alguna dirección, y los que no avanzan, retroceden, La pregunta es: ¿A dónde vas tú? ¿En qué dirección te diriges? ¿Andas en busca del bien o del mal? Esto es indispensable. Tú no puedes salir de casa hoy sin responder con honestidad estas preguntas, porque: “El que procura el bien buscara favor; mas al que busca el mal, éste le vendrá”.

Pr. Alejandro Bullón

martes, 18 de octubre de 2011

196. “Te Necesito, Señor”


Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios. Ayuda mía y mi libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas. Salmos 70:5.

¿Qué sería del universo si por un instante Dios dejara de sostenerlo? ¿Qué cataclismo universal ocurriría si el Señor se olvidara de su creación? Sin embargo, cuando el dolor visita al ser humano, el primer pensamiento que sube a la mente es que Dios lo abandonó y que no se acuerda de sus promesas. El mismo salmista dice con vehemencia: “No te detengas”. No tenía la mínima idea de la tragedia que acontecería si el Señor se detuviera.

Cuando el Señor estaba en esta tierra, dijo: “Mi Padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”. * 
Dios nunca para, nunca se detiene, jamás ignora lo que le pasa a sus hijos. Su trabajo es diario. Protege y libra. Sus ojos, siempre vigilantes, siguen los pasos de cada ser humano, listo para socorrer. El versículo de hoy muestra el secreto de disfrutar del cuidado de Dios. Reconocer que tú eres “afligido y menesteroso”. Porque Dios no puede hacer mucho por el que dice: “Yo soy rico, y me he enriquecido, y de ninguna cosa tengo necesidad”. **

La suficiencia propia es una barrera infranqueable entre la criatura y el Creador. El humanismo de nuestros días es atrevido e impide que las bendiciones de Dios nos alcancen. El camino más corto para llegar al trono de la gracia divina, es reconocer: Yo soy un pecador. Nada hay bueno en mi, vengo a ti sin nada y necesitado, haz por mí lo que yo no puedo hacer con mis propias fuerzas”.

¿Cómo anda tu vida financiera, familiar, profesional o espiritual? ¿Luchaste por ti mismo tratando de recuperar el control de la situación, pero parece que no funciona? “Yo estoy afligido y menesteroso; apresúrate a mí, oh Dios, ayuda mía y mi libertador eres tú; oh Jehová, no te detengas”.

* Juan 5:17. ** Apoc.3:17.                                     Pr. A. Bullón  MHP

jueves, 13 de octubre de 2011

195. "Ser Real‏”


No intentes mal contra tu prójimo que habita confiado junto a ti.
Proverbios 3:29.

De todos los defectos de carácter, la deslealtad es seguramente uno de los peores. El hombre desleal actúa callado, en silencio, aparenta y finge que es amigo. El otro día recibí una carta de cierta persona que estaba indignada. Su mejor amigo, a quien había ayudado a ingresar en la empresa, lo traicionó cobardemente y le robo el cargo. “Podía esperar eso de cualquier otro, menos de quien consideraba ser mi mejor amigo”, decía la carta.

Conversé telefónicamente con una señora que invitó a su mejor amiga a vivir con ella por un tiempo, debido a los momentos difíciles que la amiga pasaba y cuando abrió los ojos, la amiga estaba teniendo un caso con su esposo. “¿Cómo puede haber gente tan fingidora, mentirosa e hipócrita?”, decía ella. En el texto de hoy, Salomón se dirige a ese tipo de personas. Gente que por envidia, inseguridad, ambición o complejo, no sabe ser leal.

La traición perjudica más al traidor que al traicionado. Cualquier dolor que viene de afuera pasa. Puede necesitar un poco de tiempo, pero pasa. La herida cierra y después quedan solamente las cicatrices. Pero las heridas interiores son fatales. Destruyen la vida lentamente. Un día me caí en la bañera, me golpeé la cabeza y perdí el sentido. Cuando desperté, revisé mi cuerpo y aparentemente estaba bien. No sangraba, no había hematomas, nada que llamara la atención. Pero media hora más tarde, me volví a desvanecer. Me llegaron al hospital y después de algunos exámenes me internaron. Cuando el peligro pasó, el médico me dijo: “Si hubiera tardado un poco más en llegar al hospital, estaría muerto”. Por fuera no tenía nada, por dentro estaba sangrando.

El traidor Sangra. Puede ser que no lo sepa, pero Sangra por dentro. No es feliz. No disfruta de la vida. Su deslealtad lo lastima más de lo que lastimo al amigo, y lo que consigue con su traición, solo destruye la paz de su corazón. En Jesús hay plenitud. En Jesús tú adquieres fuerza para luchar legítimamente por tus sueños sin recurrir a actitudes cobardes como la traición. En Jesús la vida cobra dimensiones altruistas. Haz de este día un día de amistad leal con aquellos que te admiran y confían en ti. “No intentes mal contra tu prójima que habita confiado en ti”.

                                              Pr. Alejandro Bullón    MHP

lunes, 10 de octubre de 2011

194. “Dios Cuidará De Ti”‏


No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares. Salmos 71:9.

Rechazo y desamparo. Palabras terribles. Sentimientos que estremecen las entrañas de cualquier mortal. Dos realidades de un mundo de pecado. Todo lo que comienza llega al fin. El tiempo es irreversible. Implacable. Las agujas del reloj del tiempo no paran. Cuando un día te miras en el espejo descubres que la belleza de la juventud se fue y la fuerza de la mocedad huyó. La mayoría de los países latinos se preocupan poco por las personas de edad. Ser viejo en algunos lugares es sinónimo de agresión. Los ancianos acaban siendo rechazados y desamparados. En el versículo de hoy, el salmista no está preocupado por el rechazo y el desamparo humano. No por el desamparo de los hombres. Después de todo, dice muchas veces en los salmos que no temería lo que el hombre le pudiera hacer. Su preocupación es con Dios. Eso es lo que realmente cuenta.

La vida con Cristo es bella y gratificante en todas sus etapas. Ser niño tiene sus ventajas y desventajas. El niño puede dormir y saltar todo el día sin preocuparse, pero no puede ir a donde quiere. La juventud llega trayendo sus cosas buenas y malas. El joven toma sus propias decisiones, tiene fuerza, energía, puede escalar el pico más alto o bucear en las aguas cristalinas del mar en busca de corales, pero no tiene la experiencia que solo la vida da, y muchas veces paga un precio muy alto por eso. Un día llega la vejez. Jubilado, tú ves que tus responsabilidades están cumplidas y que tus hijos son grandes y prósperos, pero sientes el peso de los años, la visión se apaga, la audición disminuye, y las fuerzas menguan. Esta es una realidad de la cual nadie escapa. Tú necesitas sabiduría para administrar la vejez y disfrutar de las cosas buenas que la vida te reserva. Lo que importa es lo que David pide en el versículo 12 del salmo de hoy: “Oh Dios, no te alejes de mi”.

Una vida sin Dios es una vida vacía, hueca y sin sentido. Una vejez sin él es como una tarde gris. Anuncia la llegada de las tinieblas, la soledad y el desamparo. Vale la pena vivir cada minuto de la existencia en comunión con el Dios que da vida. Hoy, no importa cuál sea la etapa de la vida en la que tu estas, di en tu corazón: “No me deseches en el tiempo de la vejez; cuando mi fuerza se acabare, no me desampares”.

Pr. Alejandro Bullón  MHP 

miércoles, 5 de octubre de 2011

193. ¿Por Qué Sufrir?


No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti. Salmos 32:9.

El pecado es paradójico. Destruye y enseña. Abre las heridas que son capaces de matar y, sin embargo, deja marcas que quedan como instrumentos de instrucción. David sabía muy bien cómo el pecado puede destruir y enseñar. En el Salmo 51, que es una oración de arrepentimiento, el salmista le promete a Dios: “enseñaré a los transgresores tus caminos, y los pecadores se convertirán a ti”.* David está dispuesto a enseñar las lecciones que aprendió con su trágica y dolorosa experiencia. En el salmo de hoy, David cumple su promesa. Este es un salmo de instrucción. El primero de doce salmos de este tipo.

La preocupación del salmista en este salmo es que tú y yo aprendamos la mayor lección que alguien puede aprender: que el pecado destruye lo que toca, y que por tanto, es sabio huir de él. David sabía de lo que estaba hablando. Había pasado noches enteras sin dormir, atormentado por el peso de la culpa y días de angustia y desesperanza, castigado por la propia conciencia. “Mientras calle, se envejecieron mis huesos en mi gemir todo el día. Porque de día y de noche se agravo sobre mi tu mano” afirma en los versículos 3 y 4. Había aprendido la lección a golpes, con dolor y lagrimas. Y después de haber pasado por esa experiencia trágica, aconseja: “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento”.

¿Qué diferencia hay entre el animal y el ser humano? La libertad. El hombre puede escoger y decidir. El animal es apenas un esclavo de sus propios instintos. Pero, hasta los animales rechazan a veces las cosas que los perjudican. Mientras que el ser humano, siendo libre, insiste en andar por sendas que lo llevarán a la destrucción. Caballo y mulo. Dos figuras interesantes. El caballo tiene la tendencia natural de correr hacia lo lejos. El mulo se empaca. Figuras de la naturaleza que David usa para instruir.

Hoy es un día de decisiones para ti. Decisiones para vida o para muerte. Tú eres libre para sufrir, para pecar, para llorar, o para vivir feliz al lado de las personas que amas. Camina con Dios por los senderos escabrosos de esta vida. Sal con la lección que el salmista enseña. Yo quiero tomar el consejo para mi hoy: “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento, que han de ser sujetados con cabestro y con freno, porque si no, no se acercan a ti”.
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* Sal 51:13

Pr. Alejandro Bullón 

viernes, 30 de septiembre de 2011

192. ¡Reflexiona!‏


La insensatez del hombre tuerce su camino, y luego contra Jehová se irrita su corazón. Proverbios 19.3

La vida es un camino. Esta metáfora la encontramos en muchos clásicos de la literatura, y no solamente en la Biblia. En La odisea, Homero presenta a Ulises caminando durante diez años, desde Troya hasta su lugar en Itaca. Bunyan, en su célebre obra El peregrino, relata la jornada del cristiano desde la ciudad llamada Destrucción hasta la ciudad Celestial.

Si tú haces un análisis serio de la Biblia, llegarás a la conclusión de que en ella se presenta un único camino en dirección a la felicidad eterna. Las personas en nuestros días piensan diferente. Creen que no hay un solo camino, sino que “hay muchos caminos” para llegar a Dios, y que lo importante es ser sincero en aquello que se cree. Pensar de manera diferente hoy es poéticamente incorrecto.

Cuando Jesús estuvo en esta tierra, dijo: “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”*

Si Jesús viviese en nuestros días, sería considerado políticamente incorrecto. Pero su enseñanza está ahí, mostrando que la felicidad en este mundo depende de escoger el camino correcto. En el libro de Proverbios se repite la palabra “camino” aproximadamente cien veces. La sabiduría, según Salomón, no consiste solo en el algo que tú haces, sino en el camino por el cual tú transitas. Rechazar el camino de Dios, es rechazar al mismo Dios.

Junto a la metáfora del camino, tú encuentras también el énfasis en la libertad humana. Es frecuente el tema del contraste entre la vida de aquellos que aceptan andar en el camino y los que lo rechazan. La verdadera religión no es una religión de prohibiciones, sino de elecciones. Tú eliges, tú decides. Tú también cosechas el fruto de la decisión que tomaste. “Quien planta vientos, recoge tempestades”, dice un viejo refrán popular.
El texto de hoy es un llamado a la reflexión. ¿Para dónde estás yendo? ¿A dónde te llevará el camino que transitas? Si tú crees que ese es el camino correcto, ¿quién determino que ese es el camino correcto?
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* Mat. 7:13,14

Alejandro Bullón

191. “El Ángel Del Señor”‏


El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende. Salmos 34:7.

Era una noche oscura. Más oscura todavía en la cueva de Adulam donde David estaba escondido temblando de miedo, perseguido por Saúl. El salmista huía al sur, y llegó a la tierra de los filisteos, donde fue capturado. Llevado ante Aquis, rey de Gat, fingió estar loco. “Se fingió loco entre ellos dice el relato, y escribía en las portadas de las puertas, y dejaba correr la saliva por su barba. Aquis tuvo compasión y lo mando soltar. David entonces anduvo errante por el desierto hasta llegar a la cueva de Adulam, donde se escondió durante varios meses y donde escribió el Salmo 34. En el presente el camino para librarse del miedo que invade la vida cuando llegan dificultades aparentemente insolubles.

"El salmista trata hoy de hacerte ver a ti, con los ojos de la fe, lo que tus ojos físicos no pueden ver. Dicen él: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”. Tú nunca estás solo cuando la tormenta llega".

Debían de ser las cuatro de la mañana cuando llegamos al río aquella madrugada fría del mes de septiembre. Estábamos viajando rumbo a Cruzero, el punto más alto del altiplano peruano. Cruzero es una ciudad bucólica, enclavada en las montañas a cuatro mil metros sobre el nivel del mar. Uno de nuestros equipos había partido para allá la noche anterior para preparar los detalles de nuestra llegada, pero al llegar al río, aquella mañana encontramos la camioneta del equipo atascada, siendo casi arrastrada por la correntada. Dos mujeres empujaban el vehículo, descalzas, con los pies dentro del agua fría, con temperatura bajo cero.

Todos los esfuerzos parecían inútiles, cuando de repente vimos aparecer un jeep. El chofer sacó una cuerda de acero, ató la camioneta, la arrastro al otro lado, guardó luego el cable y desapareció misteriosamente. ¿Quien llamó a aquel hombre en los prados solitarios del altiplano? ¿De dónde vino para ayudarnos?
Vi lágrimas en los ojos de mis compañeros. Vi la emoción escrita en sus rostros. Nadie decía nada, pero todos sabíamos que era el cumplimiento de la promesa divina: “El ángel de Jehová acampa alrededor de los que le temen, y los defiende”.
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* 1 Sam. 21:13

Alejandro Bullón

jueves, 29 de septiembre de 2011

190. “Los Peligros Del Crédito”‏


Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; más el que aborrece las fianzas vivirá seguro.
Prov. 11:15.

En este versículo la palabra “extraño” se puede traducir también por “otro”, alguien que tú no conoces o conoces poco. No es prudente ser fiador de un desconocido, aunque muchas veces, tú solo conoces verdaderamente a una persona cuando le das dinero o poder. Hay algo fascinante, misterioso y deslumbrante con el dinero. Ciega, confunde y corrompe a mucha gente. Las amistades se deshacen, las familias se destruyen y las relaciones se rompen porque alguien fue garante de una persona que decía ser amigo de confianza.

El texto de hoy no tiene que ver simplemente con el acto de ser el garante de otro. El tema de fondo es el mal uso del crédito. No hay base bíblica para afirmar que el uso del crédito sea malo, pero hay abundantes consejos sobre el uso sabio del dinero. Cuando tú pides dinero prestado, te colocas en una situación de dependencia que no es sana. La cultura de nuestros días es una cultura consumista. La propaganda tiene como propósito vender lo que tú nunca pensaste en comprar. Hay algo perverso en la publicidad, algo que crea en ti necesidades que no existen. La persona se siente infeliz y miserable por no poder comprar lo que ve en la televisión o en el diario, y termina gastando el dinero que no tiene.

La tarjeta de crédito o el cheque se transforman con suma facilidad en un pasaporte de autodestrucción. Las deudas van formando una bola de nieve que aumenta y aumenta de dimensión a medida que el tiempo pasa. El consejo de hoy es: No pienses que la mejor ayuda que tú puedes ofrecerle a una persona que se está ahogando en el mar de las deudas, es prestarle dinero o salir como garante a su favor.

Lo mejor en esas circunstancias es parar y repensar el sistema de vida y las prioridades. Ver en qué estás gastando tu dinero. Después, confiar en Dios, clamar, ser fiel a él en la administración de los recursos financieros y creer que Dios puede colocar en orden tu escala de valores y tus prioridades, para salir de la situación en la cual te encuentras, porque: “Con ansiedad será afligido el que sale por fiador de un extraño; mas el que aborrece las fianzas vivirá seguro”.

Alejandro Bullón

miércoles, 28 de septiembre de 2011

189. “La Tormenta Pasará”‏


Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de como el insensato te injuria cada día. Salmos 74:22.

El salmo de hoy nos enseña como orar cuando la aflicción toca a la puerta del corazón y da la impresión de que Dios está siendo ciego ante los acontecimientos. Hay gente que no toma a Dios en cuenta. Se burla de la fe de los que buscan al Señor. A veces, es un profesor universitario ridiculizándote en el aula, o el jefe incrédulo riéndose de tus principios, o el patrón sin escrúpulos queriendo que tú concuerdes con algo que va contra tu conciencia.

Este es otro de los salmos escritos por Asaf. Por el contexto, entendemos que Asaf vivió en un momento de la historia de Israel en que el ejército enemigo había destruido el Santuario. ¿Cuál es el mensaje de este salmo para ti hoy, ante los enemigos que persiguen tu cuerpo, pero tratan de llegar también al santuario de tu ser, que es tu conciencia?

El blanco final de los ataques del enemigo, no eres tú. El verdadero sufrimiento que los hijos de Dios experimentan, no es físico. El enemigo de Dios quiere distorsionar el carácter de Dios, hacer que tú creas que Dios no se interesa por tus problemas, que es injusto al permitir que sucedan tragedias en tu vida. La mayoría de los seres humanos no se da cuenta de este propósito maligno del enemigo, pero el salmo de hoy demuestra que Asaf lo entendió muy bien. Por eso, clama: “Levántate, oh Dios, aboga tu causa”.

Cada vez que el dolor llega a tu vida, está en juicio la soberanía de Dios. Su amor, su misericordia y su carácter justo, son juzgados. Esta es la explicación existencial para el sufrimiento de los inocentes. Todos los días hay millones de seres angelicales observando la reacción del ser humano ante el dolor. ¿Qué harás? ¿Maldecirás a Dios, como desea el enemigo, o te esconderás en los brazos de Jesús hasta que la tormenta pase?

El momento doloroso que tú estás viviendo ahora tiene explicación a la luz del conflicto universal entre Cristo y Satanás, pero la promesa divina es segura. Dios no se olvidó de ti y más pronto de lo que te imaginas, el enemigo tendrá que tragar todo el dolor y la tristeza que te causó.

Con esta certeza, enfrenta las dificultades y clama como Asaf: “Levántate, oh Dios, aboga tu causa; acuérdate de como el insensato te injuria cada día”.



Alejandro Bullón

188. “Hazlo Ahora”‏


No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo qué darle. Proverbios 3:28.

¿Por qué alguien le diría a su prójimo que vuelva mañana si tiene condiciones de ayudarlo hoy? La única razón es que no desea ayudarlo. En este caso, por qué no decirle simplemente: ¡No!

Tal vez en su respuesta este vecino está usando de delicadeza, esperando que el prójimo entienda que no le va a ayudar, y finalmente lo deje en paz. Para muchos, esa manera de proceder puede ser una manera sutil de librarse de un “problema”. Pero, para Dios, es falta de sabiduría. Más tarde o más temprano, la propia persona es víctima de su “viveza”. Nada destruye el alma más que la sensación del deber no cumplido.

"Hay dos asuntos en cuestión en el texto de hoy. El primero es: ayuda siempre que puedas. Tú serás el más beneficiado". 

Era un día caluroso en Samaria cuando un peregrino se acercó a una mujer y le pidió ayuda: “Dame de beber”, le dijo. La samaritana podía ayudar. Tenía un balde para sacar el agua del pozo y darle de beber a aquel cansado peregrino, pero dudó, vaciló, argumentó y como dice el relato, casi perdió la gran oportunidad de vivir la más extraordinaria experiencia de su vida. Jesús no estaba simplemente pidiéndole agua porque la necesitara. El es el dueño de todas las fuentes de aguas. Jesús le pidió de beber porque quería ayudarle y reafirmar el principio de que cuando tú ayudas, tú eres la persona más beneficiada.

El otro punto en cuestión es el hecho de pensar que tú estás siendo amable cuando mientes en nombre de la “delicadeza”. Si el hombre de quien habla Salomón en el versículo de hoy dijera: “No”, el prójimo seguramente buscaría otros caminos para solucionar su problema, pero al escuchar la falsa promesa, la persona no solo es dejada sin ayuda, sino también perjudicada.

La sabiduría no es librarse de los problemas de manera “elegante”. Eso es “lavarse las manos”. Y eso genera un vació inconsciente que perturba el alma e incomoda la vida. 

Este es un nuevo día para ti. Vas a salir por ahí, tratando de evitar los problemas, ¿o vas a hacer todo lo que venga a tus manos para hacer? Nada es tan bueno como llegar a la noche con la conciencia del deber cumplido. Haz, con la ayuda de Dios, del día de hoy un día de realizaciones. “No digas a tu prójimo: Anda, y vuelve, y mañana te daré, cuando tienes contigo que darle”

Alejandro Bullón  MHP

sábado, 24 de septiembre de 2011

187. “El Tiempo De Dios‏”


Entonces mi alma se alegrará en Jehová: se regocijara en su salvación. Salmos 35:9.

¿Fuiste alguna vez víctima de una injusticia? ¿Hay alguien que trata de destruirte y tú sientes que estás llegando al límite? Si es así, entenderás lo que David sentía cuando escribió este salmo. “Se levantan testigos malvados, de lo que no sé me preguntan; me devuelven mal por bien… como lisonjeros, escarnecedores y truhanes, crujieron contra mí sus dientes”, se lamenta el salmista.*

¿Qué harías tú en esas circunstancias? David escribió este salmo, conocido como uno de los cuatro salmos imprecatorios. Imprecar es desear el mal al enemigo. El Salmo 109 es el peor de todos ellos. Algunos comentaristas cuentan, por lo menos, 30 maldiciones en él. Creo que es muy humano querer ver al enemigo tragando su propio veneno. Es humano, digo. No cristiano. Jesús vino a enseñarnos un camino mejor. “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos… y orad por los que os ultrajan y persiguen”, ** y San Pablo confirmo: “ No os venguéis vosotros mismos, amados míos, sino dejad lugar a la ira de Dios; porque escrito está: Mía es la venganza, yo pagare, dice el Señor.***

Por este motivo escogí el versículo de hoy para su meditación. En él se encuentra retratada la actitud de Cristo ante las injusticias. El contexto en que David escribió este salmo se narra en el libro de Samuel, de la siguiente manera: “Y tomando Saúl tres mil hombres… fue en busca de David y de sus hombres… y cuando llegó a un redil de ovejas en el camino, donde había una cueva, entro Saúl en ella para dormir; y David y sus hombres estaban sentados en los rincones de la cueva”. ****

Aquel era el momento. Saúl estaba en las manos de David. Inclusive sus soldados le dijeron: “He aquí el día de que te dijo Jehová; he aquí que entrego a tu enemigo en tu mano, y harás con él como te pareciere”. ****
Si David hubiese tomado la justicia en sus manos, tal vez en ese momento hubiera sentido un “gusto” de venganza, pero después habría sentido el amargo sabor de la culpa. David prefirió esperar. Dios le había prometido el reino, y él se lo daría a su debido tiempo. Aquel que deja la justicia en las manos del Señor nunca fracasa.

Por eso, ante las peores injusticias que tu estés sufriendo, permite que Dios intervenga en tu favor, porque podrás decir: “Entonces mi alma se alegrará en Jehová: se regocijara en su salvación”.
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*Salmos 35:11,12,16; ** Mateo 5:44; *** Romanos 12:19; **** 1 Samuel 24:2,3,4.


Alejandro Bullón

186. ¿En Quién Confías?


El que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas. Prov. 11:28.

Augusto y Adela formaban un matrimonio feliz hasta que Adela conoció el evangelio y se encontró con principios de vida que ignoraba. Augusto creía que Adela era demasiado ingenua para creer en las “tonterías” antiguas de la Biblia. Juntos habían construido una gran fortuna. Pero Adela reconocía que no hubieran conseguido todo ese dinero, si no hubieran entrado en el terreno de la deshonestidad y la mentira, si no hubieran abusado de la Buena fe de las personas. Cosas que no estaba dispuesta a continuar practicando, ahora que conocía los principios y normas morales que la Biblia enseña.

Entonces comenzaron las discusiones y las desavenencias. Ambos vivían en la misma casa y eran propietarios de la misma empresa, pero tenían conceptos completamente diferentes de la vida y de los negocios. La situación llegó a tornarse insostenible y, como consecuencia natural, se produjo el divorcio. Adela quedó insegura con la separación. Tenían dos hijos pequeños y aunque hizo todo para salvar el matrimonio, llego a la conclusión de que si quería ser leal a su conciencia y a Dios, tendría que aceptar aquella solución inevitable.

Augusto aprovechó la fragilidad de su esposa y los principios que ahora norteaban la vida de ella, y se apoderó de la empresa dejándola prácticamente en la miseria. El único Dios que el reconocía era el dinero, y lo tenía en abundancia. En su Corazón no había lugar para la generosidad, ni para la comprensión. Decía que la esposa estaba viviendo la vida que había escogido. El tiempo pasó. Cinco años.

Al comienzo, Adela parecía como hierba seca y sin vida. Parecía. La realidad era otra, porque creía en las promesas divinas y estas decían que ella “reverdecería”. Y así fue. Comenzó otra empresa en el fondo de su casa, con la ayuda de algunos vecinos, y hoy posee una floreciente empresa de alimentos precocinados.
Augusto quebró, víctima de sus ambiciones desmedidas.

¿No crees que vale la pena pensar en la experiencia de Augusto y de Adela? Sí, porque “el que confía en sus riquezas caerá; mas los justos reverdecerán como ramas”.


Alejandro Bullón

miércoles, 21 de septiembre de 2011

185. “Dios Es El Juez‏”


Más Dios es el juez; a éste humilla, y a aquél enaltece. Salmos 75:7.

Cuando Adolfo Hitler estaba en el pináculo de la Gloria, el mundo entero estaba atento a cualquier declaración suya. Al revisar los diarios de aquel tiempo, puedo ver cuándo espacio ocupaba en los noticieros internacionales. Ya pasaron más de cinco décadas desde entonces. Si hoy tú preguntas a los transeúntes que pasan por la calle quien fue Adolfo Hitler, te sorprenderás con el número de jóvenes que ni siquiera oyeron hablar alguna vez del nombre del verdugo nazi.

¿Quién determina la historia? “Dios es el juez”, afirma el salmista en el versículo de hoy. “A éste humilla, y a aquél enaltece”. El poder. Cualquier poder humano es transitorio. Los reinos caen y se levantan, uno tras otro, las naciones cambian sus gobernantes. Ningún poder humano es eterno. Solo el poder de Dios controla el destino de las naciones y de las personas, sirviéndose de los errores y de los aciertos de cada uno.

Hubo momentos en la historia de Israel en los que el pueblo pensaba que Dios había perdido el control de la situación. ¿Qué se puede pensar cuando los justos sufren y los perversos crecen y progresan? ¿A qué conclusión se puede llegar cuando los ejércitos enemigos destruyen la ciudad de Dios y esparcen a sus hijos hacia los cuatro extremos de la tierra? Todavía hoy se repiten los mismos dramas en la vida de las personas. ¿Cuántas veces herido, agonizante, sin fuerzas, tú te esfuerzas para ver a Dios sentado en su trono, controlado las situaciones, y las lágrimas te impiden ver al Gobernante supremo del universo? Da la impresión de que el trono está vacío y de que los malos triunfan.

Pero, en el salmo de hoy, el salmista cuenta los actos heroicos del libertador de Israel. Este salmo es un himno de gratitud porque la noche pasó, las sombras se esfumaron, y el sol de la liberación volvió a brillar.“Gracias te damos, oh Dios, gracias te damos, pues cercano está tu nombre; los hombres cuentan tus maravillas”.*

Cualquier persona que circunstancialmente recibió el poder, puede creerse que es un pequeño dios. Tú puedes estar en este momento viviendo las consecuencias de una actitud soberbia por parte de alguien. Esa persona piensa que el poder va a estar en sus manos para siempre. Pero no es verdad. El poder, en esta vida, el poder que realmente vale, no viene del oriente, ni del occidente, ni del desierto”.* Cuando Dios quiere, ese poder llega a su fin.

Recuerda eso si tú estás sufriendo, y recuérdalo más todavía cuando te confíen el poder, porque “Dios es el juez; a este humilla, y a aquél enaltece”.


Alejandro Bullón

jueves, 15 de septiembre de 2011

184. “Sueño Tranquilo‏”


Cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostarás, y tu sueño será grato. Prov. 3:24

En la noche hay tinieblas. Inclusive cuando la luna llena brilla esplendorosa, hay penumbras por todos lados. La noche siempre es un período de tiempo que da temor. Envuelve peligros. Todas las guerras comenzaron de noche. El enemigo siempre espera que el sol se oculte, para atacar. Durante la noche, el cuerpo tiende a relajarse. Aparece el sueño y la oscuridad oculta amenazas que asustan.

"Hay gente que no puede dormir cuando llega la noche. Entre los remedios más vendidos sin receta médica, están los comprimidos para el dolor de cabeza y para dormir".

 Hay personas que tiene miedo de la oscuridad y solo se duermen si tienen una luz encendida. El miedo que la noche trae no tiene origen conocido. Es simplemente un miedo inconsciente e instintivo. La dificultad para dormir está asociada muchas veces al estrés y a otros problemas psico-emocionales. En el versículo de hoy encontramos una promesa extraordinaria. “Cuando te acuestes, no tendrás temor”. Si tú analizas la expresión, verás que es más que una simple promesa. Es la descripción de una experiencia. Es una realidad concreta.

¿Quién disfruta de esta experiencia bendita? Recuerda que este versículo es parte del capítulo 3 de Proverbios. Dicho capitulo comienza diciendo: “Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos”. Después viene una promesa: “Porque largura de días y años de vida y paz te aumentara”.

La promesa divina no es simplemente vida. Es vida y paz. ¿De qué sirve una vida atribulada, desesperada y perturbada? La paz es primordial para darle sentido a la vida. Una persona con paz es mucho más productiva durante el día y cuando llega la noche, se acuesta y duerme un sueño suave, sin alteraciones, ni tormentos, ni temores.

La clave es: Sigue los consejos divinos. No trates de vivir solo, ten presente a Dios en todos tus planes. La perspectiva de un nuevo día esta ante ti. ¿Estás seguro de que Jesús esta en el comando de tu vida? ¿Entregaste ya tus proyectos a él? Entonces, sal sin miedo a las luchas y desafíos que la vida te presente, seguro de que nada puede destruir a quien está en las manos de Dios. Y esta noche, “cuando te acuestes, no tendrás temor, sino que te acostaras, y tu sueño será grato”.

Pr. Alejandro Bullón

183. “La Autoridad Divina‏”


Ciertamente la ira del hombre te alabará; tú reprimirás el resto de las iras. Salmos 76:10.

Ningún juicio tiene un final feliz mientras el culpable no reconozca la culpa. Lamentablemente, cada día se multiplican los culpables que alegan inocencia, aun ante el veredicto del juez y la montan de pruebas. El versículo de hoy tiene una proyección profética extraordinaria. Habla del fin del conflicto universal entre Cristo y Satanás. Allá en los cielos, en un distante pasado, se levanto un ángel de luz tratando de quitar el gobierno de las manos del Creador, los acusó de ser injustos y egoísta, y reclamo para sí la adoración y la obediencia.

Sedujo con astucia a una tercera parte de los ángeles. Entonces hubo una batalla y Lucifer y sus huestes enemigas salieron derrotadas. Esta Guerra no fue con armas físicas. Fue una lucha de ideas. El campo a ser conquistador era el corazón de las criaturas. Aquella Guerra se traslado a esta tierra, y los argumentos del enemigo continúan siendo los mismos del principio: Dios es injusto y no merece ser adorado ni obedecido.

De un lado, a través del engaño, la seducción y la mentira, el enemigo trata de atraer a la mayor cantidad posible de seguidores. Del otro, con la verdad de su Palabra. Jesús llama a aquellos que están dispuestos a obedecer sus consejos. De modo que el mundo está hoy dividido en dos grandes grupos. No existen, como mucha gente cree, muchas iglesias, filosofías y maneras de encarar la vida, porque no existen muchos señores.

Solo hay dos comandantes, dos caminos y dos grupos. El Señor Jesucristo, en cierta ocasión dijo; “ El que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama’. “ Esto es dramático. Soy o no soy. No hay un tercer territorio.

Finalmente, cuando Jesús vuelva por segunda vez, mucha gente entenderá que estaba equivocada. Eso revelará a las personas. Quedara demostrado que la Biblia tenía razón. Y aun sabiendo que su futuro próximo es la muerte, esas personas se arrodillaran delante de Jesús y reconocerán la autoridad de Dios y su soberanía.

Esta escena es la que describe el salmista en el versículo de hoy. “Ciertamente la ira del hombre te alabará”, dice Asaf. Si más temprano o más tarde, la humanidad entera va a tener que reconocer la soberanía divina, ¿no es prudente entregar ahora el corazón a Jesús? Hazlo antes de salir para los deberes diarios, y no olvides que hasta la ira humana tendrá que alabar un día a la persona de Jesús.

                                                                              Alejandro Bullón

miércoles, 14 de septiembre de 2011

182. “Cambio De Ruta”‏


El que ama la instrucción ama la sabiduría; mas el que aborrece la reprensión es ignorante. Prov. 12:1.

Aquella tarde el mar parecía enloquecido. De un momento a otro, las olas se agitaron con violencia y perdí el control de la situación. Fueron minutos que parecían horas. Los intentos de mis colegas para ayudarme, eran inútiles. A cierta distancia vi la silueta de mi esposa que esperaba a nuestro primer hijo. Aquella escena me conmovió profundamente. Imaginar que mi hijo crecería sin un padre, produjo en mí una voluntad sobrehumana de seguir luchando contra el enfurecido mar. Fue inútil, perdí la conciencia.

Cuando desperté, estaba en la playa. Un salvavidas me había llevado hasta la arena. Aquella noche, acostado en el silencio de mi alcoba, reflexioné en todo lo que había sucedido. Joven todavía, con apenas 23 años, estaba pensando en renunciar a un ministerio que apenas había comenzado. Las cosas no marchaban de la manera que yo quería. En algún momento, imperceptiblemente, estaba perdiendo la ruta del vuelo que Dios había trazado para mi. Necesitaba una corrección. Corrección no es castigo, es crear circunstancias para cambiar el rumbo.

Al conducir el avión, frecuentemente el piloto encuentra tormentas en el camino. Esas tormentas pueden destruirlo o hacer que cambia de rumbo, para llegar salvo al destino. La vida en esta tierra es un viaje rumbo al glorioso destino que Dios tiene preparado. Con frecuencia, imperceptiblemente, olvidamos eso y salimos de la ruta. Dios permite entonces que aparezcan nubes atemorizantes para forzarnos a corregir el plan de vuelo. No rechaces la disciplina. Acéptala como un instrumento de redención.

Vale la pena repasar y evaluar la ruta todos los días. Es preciso. Es imprescindible. Es necesario. Ninguna corrección que viene de Dios tienes propósitos destructivos. La corrección divina es un instrumento de amor. El versículo de hoy dice: “El que aborrece la reprensión es ignorante”. Siéntete amado por Dios, aunque soplen vientos contrarios en tu vida. Acepta la reprensión divina, medita y cambia el rumbo. Porque “el que ama la instrucción ama la sabiduría; pero el que aborrece la represión es ignorante”.

Alejandro Bullón

martes, 13 de septiembre de 2011

181. “Sed Del Alma”‏


Como el siervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Sal. 42:1.

En ciudades como Nueva York o Paris, el agua no es mas simplemente agua, es una bebida de lujo. Con mas de 700 marcas para escoger, la “eau de bouteille” [agua embotellada] puede costar hasta el escandaloso precio de 15 dólares en un restaurante sofisticado, como el Alain Ducase de Nueva York. En los últimos anos, la venta del agua envasada en el mundo ha aumentado muchísimo. Y la industria de aquello que los americanos están llamando “la esencia de la vida”, llega hoy a 7 mil millones de dólares anuales, solo en los Estados Unidos. Todo porque de repente la humanidad parece haber redescubierto los beneficios del agua para la salud.

Está comprobado que las personas beben poca agua. Se calcula que la mayoría de los habitantes del planeta viven crónicamente deshidratados. Cada día, un adulto pierde alrededor de un litro de líquido, y si ese líquido no se repone será prejudicial para su organismo. El texto de hoy presenta la figura del ciervo, suspirando por las corrientes de las aguas. En las tierras desérticas era común ver las manadas de ciervos, moviéndose de un lugar a otro, buscando un pozo de agua. A veces, el ciervo solitario y perseguido por sus depredadores, quedaba exhausto y lastimado de tanto correr. Entonces buscaba como su último refugio un pozo de agua. El animal descendía la colina y nadaba en medio del agua, tratando de ocultarse de sus enemigos. El agua no era para el ciervo algo opcional, era asunto de vida o muerte.

Pero el salmo de hoy no habla solo del agua, esta hablando de Dios, que es el único ser capaza de suplir la sed del alma. “Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo”, dice David en el versículo 2. “Sed del Dios vivo”. Nuestros días están llenos de dioses muertos. Inventamos pequeños dioses, manejables, dirigibles, solo para tratar de engañar la sed del alma. Los llamados: “energía”, “luz”, “fuerza interior”, “aura”. Jugamos haciendo de cuenta que creemos en Dios, pero el Corazón continua sediento.

Como un desierto sin vida, esperando una gota de agua, una palabra de amor, un gesto de ternura, una actitud de cariño. ¡Ah! si el ser globalizado de hoy abandonase un poco sus “grandiosas” conexiones y parase, en su loca carrera, descubriría el secreto de la vida victoriosa del salmista, y también diría: “Como es ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía”.

Alejandro Bullón

viernes, 9 de septiembre de 2011

180. “Colecciona Pequeñas Victorias”‏


El que labra su tierra se saciara de pan; mas el q sigue a los vagabundos es falto de entendimiento. Prov. 12:11.

Setenta y cuatro de los 915 versículos que tiene el libro de Proverbios, tratan de un modo u otro, acerca de la importancia de tomar la vida en serio y construir sueños sobre fundamentos seguros. Hay gente derrotada porque“sigue a los vagabundos”. En el original la palabra reqen significa “cosas vacías, vanas o fantasiosas”. La ilustración perfecta seria una cosa bien adornada y atractiva por fuera, pero vacía por dentro; como las pompas de jabón tras las cuales los niños corren entusiasmados, pero que solo traen frustración, porque explotan justo cuando las alcanzan. Existen, pero no existen. No tienen consistencia. Nada las sustenta, fuera de la imaginación.

En el proverbio de hoy, Salomón parece decir: “¡Despiértate! Pon los pies sobre la tierra. Labra la tierra, traspira tu camisa. No te quedes ahí sentado en la butaca de la vida, alentando fervorosamente para que todo acont4ezca. Entra y participa”. Dios va a bendecir lo que tú crees que mereces y por lo cual estés dispuesto a luchar. Pero, recuerda que David derrotó al gigante Goliat usando una Honda. La mayoría de las guerras de Israel, fueron ganadas porque Dios iba delante del ejército, pero el pueblo necesitaba salir al campo de batalla. Confía en Dios no significa permanecer de brazos cruzados, esperando que el éxito caiga del cielo. El verdadero éxito no es un gran acontecimiento, ni una única y gran Victoria. El éxito que Dios ofrece esta hecho de pequeñas victorias diarias.

Correr detrás de fantasías, esperar un “golpe de suerte”, o una “herencia” es falta de sentido, locura, ingenuidad. Las personas que piensan así forman la larga fila de los derrotados. Haz de este día un día de pequeñas victorias. En el trabajo. En el hogar, en la vida personal, en fin, labra tu tierra, arregla el grifo que gotea, cambia la lámpara quemada, arregla la relación destruida. Acumula pequeñas victorias. No te quedes sonando solamente con grandes conquistas, porque: “El que labra su tierra se saciara de pan; mas el que sigue a los vagabundos es falto de entendimiento”.

Por Alejandro Bullón