miércoles, 26 de marzo de 2014

REFLEXIÓN 46.- El Misterio De La Salvación: “La Salvación Sólo, Y Únicamente En El Nombre Jesucristo Y Por Jesucristo”

Todos los cristianos saben que el único que salva es Cristo. Pero entenderlo que solo Jesús salva, del cómo y qué medios usa, es el detalle del asunto en cuestión. Por tanto es el propósito de la reflexión de hoy abarcar este tema y con la ayuda del Espíritu Santo dejarlo claro. Amén.
I).- JESUS EL UNICO SALVADOR
Y en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.
(Hechos 4:12 R60).
Desde la caída del hombre; se han formado toda clase de salvadores del ser: por ejemplo los egipcios; creían que en la muerte, ellos podían seguir viviendo y con los mismos privilegios;  por eso en las pirámides se han encontrado, toda clase de objetos desde metales preciosos, y otras comodidades que tuvieron, juntamente con todo sus servidores, estos mismo conceptos, tenían los antiguos emperadores chinos. Y las culturas en el continente americano. Por eso eran celosos adoradores de sus dioses, que según se creía podían trascender el tiempo y el espacio.
  La religión oriental habla de otra forma de salvación por medio de los méritos. Que en la muerte no termina todo, al contrario es cuando continúa el desarrollo ascendente, si fue bueno en esta vida… (Llamado la reencarnación). La nueva era (Amalgama de distintas creencias), tiene como base el panteísmo: “Que todo el universo es Dios” y por tanto lo único que tiene que hacer el hombre es buscar el dios que tiene dentro y desarrollar las virtudes mediante la meditación, “Yoga”. Si eres dios, ¿Paraqué salvación? dicen.
En el catolicismo hay más de un salvador: Jesucristo; La Virgen María; Los Santos…
En cambio para la iglesia de Dios, solo Cristo; es el único y suficiente abogado, Sumo Sacerdote, Intercesor  y Salvador.
(1Juan 2:1; Hebreos Capítulos 8 al 10; Hechos 4:12).
Al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos. Amén.
(Judas 1:25 R60).
  Que por esto mismo trabajamos y sufrimos oprobios, porque esperamos en el Dios viviente, que es el Salvador de todos los hombres, mayormente de los que creen. (1Timoteo 4:10 R60).
Tenemos que dar a conocer a ese Bendito Salvador a toda la humanidad, para que también sean salvos. Entonces dirán: …Ya no creemos solamente por tu dicho, porque nosotros mismos hemos oído, y sabemos que verdaderamente éste es el Salvador del mundo, el Cristo. (San Juan 4:42 R60).
En aquél fausto día; juntamente con todos los redimidos diremos: …He aquí, éste es nuestro Dios, le hemos esperado, y nos salvará; éste es Jehová a quien hemos esperado, nos gozaremos y nos alegraremos en su salvación. (Isaías 25:8 R60).
He aquí que viene con las nubes, y todo ojo le verá…
(Apocalipsis 1:7 R60).
 
Vendrá nuestro amado Salvador con su premio para cada uno; ¡que felicidad recibir su aprobación!: “Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras”
(1Tesalonicenses 4:16-18 R60).
Porque ¿qué aprovechará al hombre, si ganare todo el mundo, y perdiere su alma? ¿O qué recompensa dará el hombre por su alma? Porque el Hijo del Hombre vendrá en la gloria de su Padre con sus ángeles, y entonces pagará a cada uno conforme a sus obras.
(San Mateo 16:26-27 R60). Amen.
II.- MEDIOS POR LOS CUALES JESUS SALVA
Pero Jesús Salva Por Tres Medios, Hasta Ahora Encontrados En La Santa Biblia. O mejor entendido, da su aprobación, justificación:
1° Medio: Por medio de La Gracia o Misericordia: Este medio es el más conocido en la cristiandad. Pero poco entendido. Y podemos atrevernos a decir que es la base para los demás medios; ya que esta entretejido en todos. Ya que nos alcanza en nuestro mundo pecaminoso y luego nos mantiene habilitados para alcanzar la salvación.
Veremos que a veces la gracia, la misericordia se da en el último minuto de la vida dela persona. Y que hay una causa para que la gracia nos alcance…
Pero Dios, que es rico en misericordia, por su gran amor con que nos amó, aun estando nosotros muertos en pecados, nos dio vida juntamente con Cristo (por gracia sois salvos), y juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús, para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.
Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; no por obras, para que nadie se gloríe. Porque somos hechura suya, creados en Cristo Jesús para buenas obras, las cuales Dios preparó de antemano para que anduviésemos en ellas.
Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo.
Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades.
Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el Espíritu. (Efesios 2:4-22 R60).
Es un misterio hasta ahora no comprendido totalmente de como tú y yo y los cristianos de todos los tiempos. Aceptamos a Cristo, mientras la mayoría lo rechaza. Y viven y mueren en completa rebeldía.
A veces se quiere entender por medio de la predestinación, que Dios elige arbitrariamente, quien se salva o se pierde. Pero no es así, lo que pasa es que Dios nos llama permanentemente, en cada instante de nuestra vida. Y es nuestro deber oír su voz y seguirlo.
Pero para un tema tan complejo, se necesita más de un texto o pasaje. ¿Verdad?
El mismo autor da una pequeña luz en 2 Tesalonicenses: Y con todo engaño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se complacieron en la injusticia. Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.
  (2 Tesalonicenses 2:10-14 R60).
El amor de la verdad, ¡eso! lo recibimos tu y yo. Por eso creemos en él. A eso se llama gracia. Misericordia, compasión…
Hay mucho por saber sobre este punto desde lo que dice San Pablo a Los Efesios: En él asimismo tuvimos herencia, habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad, a fin de que seamos para alabanza de su gloria, nosotros los que primeramente esperábamos en Cristo. En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, 14 que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. (Efesios 1:11-14 R60).
En San Juan 3: 16 -21. Que el deseo de Dios es que todos se salven. Todos es todo el mundo. Pero… ahí esta el detalle mencionado. ¿Porque no todos alcanzan o son alcanzados por la compasión divina? Solo encontramos una de las posibles causas como la de creer en Jesús. Y se desarrolla poco a poco en algunos casos y en otros rápidamente. Por qué El Señor dice: …ahora ha dicho Jehová: Nunca yo tal haga, porque yo honraré a los que me honran, y los que me desprecian serán tenidos en poco. (1Samuel 2:30 R60).
UN EJMPLO: EL LADRÓN EN LA CRUZ. De cómo la gracia lo alcanzó. Porque según el plan romano era que estos ladrones murieran juntamente con Jesús llamado Barrabas. Pero la última hora se hizo los cambios. Muriendo Junto a Jesús. Nuestro Salvador. Llamado el Cristo.
Respondiendo el otro, le reprendió, diciendo:
 ¿Ni aun temes tú a Dios, estando en la misma condenación?Nosotros, a la verdad, justamente padecemos, porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos; mas éste ningún mal hizo. Y dijo a Jesús: Acuérdate de mí cuando vengas en tu reino. Entonces Jesús le dijo: De cierto te digo que hoy estarás conmigo en el paraíso. (San Lucas 23:40-43 R60).
Este ejemplo muestra la gracia en acción. Este Ladrón no hizo nada para merecer este privilegio salvífico. Solo pidió y recibió. El Espíritu de Profecía en el Deseado de Todas Las Gentes amplia más el tema:
"Nunca antes hubo un conocimiento tan general de Jesús como una vez que fue colgado de la cruz. En el corazón de muchos de aquellos que presenciaron la crucifixión y oyeron las palabras de Cristo resplandeció la luz de la verdad. Durante su agonía sobre la cruz, llegó a Jesús un rayo de consuelo. Fue la petición del ladrón arrepentido. Los dos hombres crucificados con Jesús se habían burlado de él al principio; y por efecto del padecimiento uno de ellos se volvió más desesperado y desafiante. Pero no sucedió así con su compañero. Este hombre no era un criminal empedernido. Había sido extraviado por las malas compañías, pero era menos culpable que muchos de aquellos que estaban al lado de la cruz vilipendiando al Salvador. Había visto y oído a Jesús y se había convencido por su enseñanza, pero había sido desviado de él por los sacerdotes y príncipes.
Procurando ahogar su convicción, se había hundido más y más en el pecado, hasta que fue arrestado, juzgado como criminal y condenado a morir en la cruz. En el tribunal y en el camino al Calvario, había estado en compañía de Jesús. Había oído a Pilato declarar: "Ningún crimen hallo en él."* Había notado su porte divino. Vio las cabezas que se sacudían, oyó cómo su compañero de culpabilidad repetía las palabras de reproche: "Si tú eres el Cristo, sálvate a ti mismo y a nosotros." Entre los que pasaban, oía a muchos que defendían a Jesús. Les oía repetir sus palabras y hablar de sus obras. Penetró de nuevo en su corazón la convicción de que era el Cristo. Volviéndose hacia su compañero culpable, dijo: "¿Ni aun tú temes a Dios, estando en la misma condenación?"
 Los ladrones moribundos no tenían ya nada que temer de los hombres. Pero uno de ellos sentía la convicción de que había un Dios a quien temer, un futuro que debía hacerle temblar. Y ahora, así como se hallaba, todo manchado por el pecado, se veía a punto de terminar la historia de su vida. "Y nosotros, a la verdad, justamente padecemos --gimió,-- porque recibimos lo que merecieron nuestros hechos: mas éste ningún mal hizo." Nada ponía ya en tela de juicio. No expresaba dudas ni reproches. Al ser condenado por su crimen, el ladrón se había llenado de desesperación; pero ahora brotaban en su mente pensamientos extraños, impregnados de ternura.
Recordaba todo lo que había oído decir acerca de Jesús, cómo había sanado a los enfermos y perdonado el pecado. Había oído las palabras de los que creían en Jesús y le seguían llorando. Había visto y leído el título puesto sobre la cabeza del Salvador. Había oído a los transeúntes repetirlo, algunos con labios temblorosos y afligidos, otros con escarnio y burla. El Espíritu Santo iluminó su mente y poco a poco se fue eslabonando la cadena de la evidencia. En Jesús, magullado, escarnecido y colgado de la cruz, vio al Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. La esperanza se mezcló con la angustia en su voz, mientras que su alma desamparada se aferraba de un Salvador moribundo.
"Señor, acuérdate de mí --exclamó,-- cuando vinieres en tu reino."* Prestamente llegó la respuesta. El tono era suave y melodioso, y las palabras, llenas de amor, compasión y poder: De cierto te digo hoy: estarás conmigo en el paraíso. Durante largas horas de agonía, el vilipendio y el escarnio habían herido los oídos de Jesús. Mientras pendía de la cruz, subía hacia él el ruido de las burlas y maldiciones. Con corazón anhelante, había escuchado para oír alguna expresión de fe de parte de sus discípulos. Había oído solamente las tristes palabras: "Esperábamos que él era el que había de redimir a Israel." ¡Cuánto agradecimiento sintió entonces el Salvador por la expresión de fe y amor que oyó del ladrón moribundo! (DTG 697, 698).
Según todos estos conceptos vertidos alcanzar la gracia no están simple como se nos presenta hoy por la gran hueste de cristianos. Ya que depende mucho que actitud tomamos en cada etapa de nuestra vida; y por fin estar en el redil verdadero, que el Señor Estableció, su iglesia verdadera, que se ha mantenido a través del tiempo. (Porque muchos engañadores (iglesias), han salido por el mundo, hablando de salvación por la gracia, pero ellos nunca salieron del error y se mantienen aun dentro de la iglesia madre, como sus hijas de la gran ramera de apocalipsis 17. Y que están contaminados por sus doctrinas).
Y puedo agregar más, la actitud que tomaron nuestros ancestros. Y como tal nos dejaron o estorbaron nuestra herencia de fe.  Sí; nuestra herencia de fe, que nos predispone a aceptar su generosa invitación. Realmente aceptar la gracia de Dios; es recibir la bendición de Dios; ya que toda persona bendecida apreciará lo que Dios quiere darle y lo que quiere lograr en su vida toda.
¿Preguntamos porque otros aceptan y otros rechazan la voz de Dios? Aquí se no aclara, que todo se va entretejiendo a lo largo de nuestras vidas desde el inicio, o decir más claro desde cuando nos interesamos en Dios.
La Compasión, La Misericordia, La Gracia de Dios abarca cada átomo de este mundo y el universo.
LA BENDITA MISERICORDIA NOS ALCANZO.Para nosotros esta bendita misericordia, gracia se fue concibiendo hace 3 generaciones especialmente. Por qué mi abuelo un buen católico, leía la biblia y nos dejó literatura sobre la necesidad de conocer a Dios. Un día encontré estos escritos en el taller de mi Padre, cuando era aún niño. Y lo leí totalmente, y lo que me llamó la atención fue el título en una de sus páginas, que decía: “Quienes Moraran en la Tierra Nueva” y la respuesta decía solo los santos. Entonces empecé a preocuparme; ¿Solo los santos? Porque había una imagen que veía en la página, donde estaba la figura de un fraile que caminaba rumbo a la iglesia. 
¿Y yo? Me preguntaba, que pasara conmigo, si solo los santos vivirán en la nueva tierra. Y en otra página había el tema sobre el juicio y eso me preocupaba aún más. Entonces mi corazón anhelaba conocer más y entender más los propósitos de Dios para mi vida. Todo fue gracias a que mi abuelo materno quien sembró, sembró las bendiciones para mí y mi familia. A los 16 años acepte los planes de Dios para mi vida. Y han pasado más de 30 años y sigo gozando en esa bendita gracia, que Dios me concedió, a la par con dos de mis hermanos; porque un día lo dejamos entrar a nuestras vidas.
Mi Madre pocos años antes de fallecer acepto esa bendita gracia, mi padre lo hizo 5 días antes de fallecer. Actualmente la mayoría de mi familia ha aceptado esa bendita gracia, esa bendita misericordia. Porque fiel es Dios, porque la bendición, la gracia que proclamara nuestro creador y salvador Jesucristo nos alcanzó y puede alcanzarte a ti también.
El Señor dice: …hago misericordia a millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos” Éxodo 20:6.
La palabra Misericordia en el Antiguo y en el Nuevo Testamento Gracia: Son similares. Ya que son diferencias solo idiomáticas del hebreo primeramente y el segundo del griego.
Concluyendo esta parte podemos señalar y reflexionar:
¿Cómo está nuestra actitud hoy?
¿Estamos valorando al Señor?
  ¿Estamos Sembrando Bendiciones?
  ¡Que el Señor sea el primero, el ultimo
 y el mejor en nuestras vidas!
Porque por gracia habéis sido alcanzados para salvación. Y Dios da su gracia; y esa gracia es un don para todos, pero pocos lo valoran. Lo buscan y lo aceptan.
  2° Medio: Por Medio de La Obediencia a Sus Mandamientos: Así como la gracia entreteje toda la salvación. La Ley de Dios no es menos, está escrita en cada célula de cada ser vivo. Todo el universo gira en torno de él. Antes de que el Hombre necesitara de Gracia, La Ley ya existía. Porque es el carácter de Dios, el fundamento de su gobierno.
La Justificación, Salvación, y la Aprobación divina por guardar los mandamientos. Es visto con mucho encono y aberración por la gran mayoría de Cristianos Evangélicos y hasta de los adventistas en su grande mayoría.
Veamos los textos bíblicos.
Por lo cual eres inexcusable, oh hombre, quienquiera que seas tú que juzgas; pues en lo que juzgas a otro, te condenas a ti mismo; porque tú que juzgas haces lo mismo. Más sabemos que el juicio de Dios contra los que practican tales cosas es según verdad. ¿Y piensas esto, oh hombre, tú que juzgas a los que tal hacen, y haces lo mismo, que tú escaparás del juicio de Dios? ¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?
Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad, pero ira y enojo a los que son contenciosos y no obedecen a la verdad, sino que obedecen a la injusticia; tribulación y angustia sobre todo ser humano que hace lo malo, el judío primeramente y también el griego.
Pero gloria y honra y paz a todo el que hace lo bueno, al judío primeramente y también al griego; porque no hay acepción de personas para con Dios. Porque todos los que sin ley han pecado, sin ley también perecerán; y todos los que bajo la ley han pecado, por la ley serán juzgados; porque no son los oidores de la ley los justos ante Dios, sino los hacedores de la ley serán justificados. (Romanos 2:1-13 R60).
Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan. ¿Más quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta? ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar? ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia, y fue llamado amigo de Dios. Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe. Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta. (Santiago 2:19-26 R60).
 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para tener derecho al árbol de la vida, y poder entrar por las puertas en la ciudad. (Apocalipsis 22:14 RVG).
Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con Él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria; y todas las naciones serán reunidas delante de Él; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos; pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a la izquierda.
LOS SALVADOS POR GUARDAR SUS MANDAMIENTOS.Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber; fui extranjero, y me recogisteis; desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos extranjero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuándo te vimos enfermo o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo: En cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
LOS PERDIDOS POR NO GUARDAR SUS MANDAMIENTOS. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui extranjero, y no me recogisteis; desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán, diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, o sediento, o extranjero, o desnudo, o enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá, diciendo: De cierto os digo, en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. 
(Mat. 25:31-46 RVG).
Tiempo es de actuar, oh Jehová; porque han invalidado tu ley. (Salmos 119:126 RVG).
  Los Mandamientos de Dios son Diez Principios. Dados por el Creador y Redentor Jesucristo. (Génesis 2:1-3; Éxodo 20: 3 - 17; Colosenses 1:15-17).
Porque es Celeso de su ley. Porque no adorarás a dios ajeno; pues Jehová, cuyo nombre es Celoso, Dios celoso es. (Éxodo 34:14 RVG). Porque Jehová tu Dios es fuego consumidor, Dios celoso. (Deuteronomio 4:24 RVG)
No te inclinarás a ellas ni les servirás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen.
(Deuteronomio 5:9 RVG).
  Aparta de mí el camino de mentira; y concédeme con gracia tu ley. (Salmos 119:29 RVG). Amén.
3° Medio: Por Medio de La Conciencia: Otro de los medios presentados en la Biblia en que Cristo Nuestro Creador Y Redentor salvará, Justificará a la humanidad que nunca escucho de sus principios ni de su presencia clara y diáfana en sus vidas es por medio de la conciencia, donde escribió su ley.
Que hizo el papel regulador de su voluntad en los pueblos antiguos como por ejemplos los Incas, Aztecas, las culturas precolombinas, y de más culturas del mundo. Y mucha gente que ha obrado con caracteres propios de un creyente en el Dios verdadero. Será justificado. Por eso dice: Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, no teniendo ley, son ley a sí mismos, mostrando ellos, la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia y sus pensamientos, acusándose o aun excusándose unos a otros, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo, los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio.
(Romanos 2:14-16 RVG).
Y muchas naciones que nunca han escuchado del Plan de Salvación y la obra redentora de Cristo, le preguntaran a Jesús en aquel día: ¿Qué heridas son éstas en tus manos? Y Él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos. (Zacarías 13:6 RVG). Amén.
CONCLUSION: Como el lector habra podido notar, los conceptos vertidos de los medios de salvacion es de un mismo autor: El Apostol San Pablo, inspirado por El Espíritu Santo.
Nada de estos medios de salvación tendría sentido, ni valor, si no fueran validados por Cristo Jesús. Quien extiende la salvación por medio de su gracia propiamente, por medio de la obediencia a sus mandamientos y por medio de la conciencia. Jesús es el único que salva y muestra su aprobación por los medios que ha provisto. Hasta ahora conocidos y mostrados en su palabra. La Santa Biblia.
Porque…en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos”.
(Hechos 4:12 R60). 
Porque sin la sangre de Cristo nada sería posible.
(Hebreos 9: 26, 28). Amén.
Ministerio: Hno. Pio

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