En el tema de la salvación existen: El pasado, el presente y el futuro en la que Dios actúa activamente.
I. La Salvación Como Pasado:
Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, (2 Tesalonicenses 2:13 R60).
Y habiendo sido perfeccionado, vino a ser autor de eterna salvación para todos los que le obedecen; (Hebreos 5:9 R60).
…y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo… (2Timoteo 1:9-10 R60).
El…Cordero… inmolado desde el principio del mundo.
(Apocalipsis 13:8 R60).
II. La Salvación Como Presente:
Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. (San Lucas 19:9 R60).
Porque la gracia de Dios se ha manifestado para salvación a todos los hombres. (Tito 2:11 R60).
y sacándolos, les dijo: Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? Ellos dijeron: Cree en el Señor Jesucristo, y serás salvo, tú y tu casa. (Hechos 16:30-31 R60).
Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor,
(Filipenses 2:12 R60).
¿Cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron (Hebreos 2:3 R60).
Desead, como niños recién nacidos, la leche espiritual no adulterada, para que por ella crezcáis para salvación, (1Pedro 2:2 R60).
Porque dice: En tiempo aceptable te he oído, Y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación. (2 Corintios 6:2 R60).
Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos. (Romanos 13:11 R60).
Quien nos salvó y llamó con llamamiento santo, no conforme a nuestras obras, sino según el propósito suyo y la gracia que nos fue dada en Cristo Jesús antes de los tiempos de los siglos, pero que ahora ha sido manifestada por la aparición de nuestro Salvador Jesucristo, el cual quitó la muerte y sacó a luz la vida y la inmortalidad por el evangelio. (2Timoteo 1:9-10 R60).
Jesús le dijo: Hoy ha venido la salvación a esta casa; por cuanto él también es hijo de Abraham. (San Lucas 19:9 R60).
III. La Salvación Como Futuro.
El que creyere y fuere bautizado, será salvo; más el que no creyere, será condenado. (San Marcos 16:16 R60).
¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación? (Hebreos 1:14 R60).
Porque no nos ha puesto Dios para ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo, (1Tesalonicenses 5:9 R60).
Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo, a quien amáis sin haberle visto, en quien creyendo, aunque ahora no lo veáis, os alegráis con gozo inefable y glorioso; obteniendo el fin de vuestra fe, que es la salvación de vuestras almas. (1Pedro 1:3-9 R60).
Por tanto, todo lo soporto por amor de los escogidos, para que ellos también obtengan la salvación que es en Cristo Jesús con gloria eterna. (2Timoteo 2:10 R60).
En él también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la posesión adquirida, para alabanza de su gloria. (Efesios 1:13-14 R60).
Pero si somos atribulados, es para vuestra consolación y salvación; o si somos consolados, es para vuestra consolación y salvación, la cual se opera en el sufrir las mismas aflicciones que nosotros también padecemos. (2Corintios 1:6 R60).
Y cualquiera que haya dejado casas, o hermanos, o hermanas, o padre, o madre, o mujer, o hijos, o tierras, por mi nombre, recibirá cien veces más, y heredará la vida eterna. (San Mateo 19:29 R60).
Y clamaban a gran voz, diciendo: La salvación pertenece a nuestro Dios que está sentado en el trono, y al Cordero. (Apocalipsis 7:10 R60)
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder, y el reino de nuestro Dios, y la autoridad de su Cristo; porque ha sido lanzado fuera el acusador de nuestros hermanos, el que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche.
(Apocalipsis 12:10 R60).
Después de leer u oír la palabra de Dios, podemos ir concluyendo, que grande y sublime es el amor de Dios, que planificó, y ejecutó el plan salvación. Y como está escrito a través de toda la historia de la humanidad, aunque pocos lo haya notado su presencia. Debemos resaltar que en todas las latitudes su presencia bendita siempre estuvo acompañando a la humanidad.
El Señor Puso En El Interior Del Ser Humano de todas las edades una voz por la cual se manifestó: Llamado La Conciencia: De acuerdo a esa luz, muchos vivieron, y en base a esa luz serán salvos o condenados; porque Dios es Justo.
“Porque cuando los gentiles que no tienen ley, hacen por naturaleza lo que es de la ley, éstos, aunque no tengan ley, son ley para sí mismos, mostrando la obra de la ley escrita en sus corazones, dando testimonio su conciencia, y acusándoles o defendiéndoles sus razonamientos, en el día en que Dios juzgará por Jesucristo los secretos de los hombres, conforme a mi evangelio….El cual pagará a cada uno conforme a sus obras: vida eterna a los que, perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad”… (Romanos 2: 14-16, 6,7 R60).
Por tanto en el pasado,
el presente y el futuro
su misericordia,
su gracia
siempre nos guió
y nos guiará.
Mientras estemos en esta vida, debemos, tenemos que llevar adelante su palabra, predicando, enseñando y salvando a otros, mientras lo hacemos; nos salvaremos y en aquel día, cuando vuelva nuestro Señor Jesucristo, nos dará nuestra recompensa la corona de la vida eterna.
Y mientras no vuelva el Señor en nuestro tiempo; al final de nuestro Ministerio diremos como el Apóstol San Pablo:
"He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida". (2Timoteo 4:7-8 R60). Amen.
Ministerio: Hno. Pio
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