miércoles, 16 de febrero de 2011

170. Estos son los descendientes de Noé:



Noé, hombre justo, era perfecto entre los hombres de su tiempo; caminó Noé con Dios. Génesis 6:9.
En la vida de Noé, como sucede con muchos seres humanos, hubo un episodio que, sin duda, lo perturbó por mucho tiempo. Fue un momento vergonzoso que trajo oprobio a toda la familia. Quedó borracho y, bajo los efectos de la embriaguez, apareció desnudo delante de los vecinos y la familia, provocando escándalo y burlas.

Seguramente al día siguiente, cuando le contaron lo que había hecho, Noé no tuvo coraje de salir a la calle y mirar a los vecinos.

Pero cuando el escritor bíblico hace un resumen de la vida de este patriarca, dice que era un hombre justo e íntegro entre sus contemporáneos, porque andaba con Dios.

Aquí hay algo maravilloso que necesitamos entender. En el momento en que Noé se embriagó, sin duda que estaba lejos de Dios, porque no es posible estar en comunión con Dios y practicar actos pecaminosos al mismo tiempo. Pero la gracia de Dios lo alcanzó, y Noé se levantó y, aunque en su pasado había episodios vergonzosos, al fin de su vida fue considerado un hombre justo y perfecto.

Cuánta esperanza para los que un día fueron heridos por los dardos del enemigo. Cuánta esperanza para quienes un día resbalaron, cayeron y conocieron el gusto de la derrota.

El secreto de Noé fue aprender a andar con Dios. No es fácil, no. A veces, atraídos por el brillo de este mundo, soltamos el brazo poderoso de Jesús y nos golpeamos, pero él siempre está con el brazo extendido.

Alguien dijo que muchas veces la caída puede ser tan fuerte que no queden fuerzas ni para levantar la mano. Pero con sólo mirar a Jesús -quien sabe todo, interpreta nuestro grito de socorro y corre hasta nosotros-, él nos levanta, nos cura las heridas y nos declara justos, como si nunca hubiésemos caído.

Sea nuestra oración hoy: "Gracias, Señor, por ser así, por amarme y comprenderme y por darme siempre nuevas oportunidades. Toma mi mano y guíame por los caminos de la vida".



Alejandro Bullón

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