Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
domingo, 1 de agosto de 2021
24. JOSAFAT – OCOZIAS. Josafat era hombre de valor. Durante años había fortalecido sus ejércitos y sus ciudades. Estaba bien preparado para arrostrar casi cualquier enemigo; sin embargo en esta crisis no confió en los brazos carnales. No era mediante ejércitos disciplinados ni ciudades amuralladas, sino por una fe viva en el Dios de Israel, como podía esperar la victoria sobre estos paganos que se jactaban de poder humillar a Judá a la vista de las naciones… Durante el reinado de su padre, Ocozías había presenciado las obras prodigiosas del Altísimo. Había visto que Dios había dado al apóstata Israel terribles evidencias de cómo considera a los que desechan las obligaciones de su ley. Ocozías había obrado como si esas pavorosas realidades fuesen cuentos ociosos. En vez de humillar su corazón delante del Señor había seguido a Baal, y por fin se había atrevido a realizar su acto más audaz de impiedad. . .
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