martes, 29 de mayo de 2018

REFLEXIÓN 81. ¿QUE ES LA JUSTIFICACIÓN VERDADERA?


Pablo en los capítulos anteriores, en la carta a los Romanos dice que nadie se justifica por las obras de la ley, la ley ceremonial queda obsoleta y desactivada por el sacrificio de Cristo. Los judíos cristianos dijeron: ¡bien! ¡Cómo nadie se salva por las obras de la ley, y solo por gracia, entonces podemos vivir como bien nos plazca! Y comenzó el caos. Concluyeron y decían que mi vida interior no tiene nada que ver con mi vida exterior, y viceversa. ¡Somos libres de las ataduras de normas y reglamentos! Ante tal situación caótica Pablo explica en que consiste la verdadera justificación en el capítulo 6, es vivir en santidad total. Porque lo habían malentendido. 3:24-26,31. 

 *¿Qué, pues, diremos? ¿Perseveraremos en el pecado para que la gracia abunde? En ninguna manera. Porque los que hemos muerto al pecado, ¿cómo viviremos aún en él? Rom. 6:1,2. 

 ¿QUÉ, PUES, DIREMOS? 
En cuanto al uso de esta expresión, ver com. cap. 4: 1. En el capítulo 5 Pablo ha hablado de la degeneración universal del hombre como resultado de la caída de Adán; pero le ha asegurado al creyente que, a pesar de sus tendencias al mal, heredadas y cultivadas, la gracia de Dios es más que suficiente para salvarlo de sus pecados, llevarlo de las transgresiones a la justificación y de la muerte a la vida eterna. Cuanto más abundó el pecado tanto más sobreabundó la gracia de Dios. ¿Significa esto -pregunta Pablo- que los hombres pueden continuar pecando para que la gracia sobreabunde hasta lo máximo?

 ¿PERSEVERAREMOS EN EL PECADO PARA QUE LA GRACIA ABUNDE? 
 Gr. epiménÇ, que básicamente significa "permanecer", "quedar", (cf. 1 Cor. 16: 8; Fil. 1: 24); también significa "perseverar" (cf. Rom. 11: 23; Col. 1: 23). La pregunta de Pablo es: "¿Debemos persistir en el pecado?" Ya Pablo ha aludido al hecho de que la doctrina de la justificación por la fe sin las obras de la ley estaba siendo tergiversada por algunos enemigos, como que era una incitación al mal "para que vengan bienes" (ver com. Rom. 3: 8). También había el peligro de que los mismos creyentes pudieran abusar de la libertad que acababan de hallar (Gál. 5: 13). 

*Por lo tanto, como una tergiversación tan completa de la justificación por la fe implicaba un fracaso radical en la realización del propósito de Dios en su plan para la restauración del hombre, Pablo -cuidadosa y enfáticamente- explica la regla de vida que debe seguir a una experiencia genuina de justificación, a saber: “La Santificación”. 

EN NINGUNA MANERA. 
Ver com. cap. 3: 4. Los que hemos muerto al pecado. El tiempo del verbo griego indica un momento o un acontecimiento específico, en este caso la entrega del creyente a Cristo y su consiguiente 533 renacimiento y justificación. El argumento de Pablo es que vivir en pecado no armoniza con haber muerto una vez a él. 

 ¿CÓMO VIVIREMOS AÚN EN ÉL? 
Debido a la debilidad de la carne, una cosa es cometer ocasionalmente un pecado, y otra, muy diferente, vivir en el pecado. Vivir en pecado significa que el pecado es el ambiente en el cual vivimos, la atmósfera moral que respira nuestra alma. Una vida tal es absolutamente incompatible con la fe. 


 *La fe en Cristo que hace posible la justificación del pecador implica una disposición sin reservas para cumplir con la voluntad divina y un odio a todo lo que ocasionó tanto sufrimiento al Salvador (ver com. cap. 3: 28, 31). 
 *La fe que pretende tener derecho a la justificación, pero que al mismo tiempo permite persistir en las formas antiguas de pecado, de ninguna manera es fe. 

 *La evidencia de que un hombre está justificado, que ha nacido de nuevo y que ha pasado de muerte a vida, es que ahora se deleita en obedecer la ley de Dios.
(1 Juan 2: 1-6; cf. Rom. 13: 8). 

 *"En el nuevo nacimiento el corazón viene a quedar en armonía con Dios, al estarlo con su ley. Cuando se ha efectuado este gran cambio en el pecador, entonces ha pasado de la muerte a la vida" (CS 521). 

 *Es cierto que el creyente quizá alguna vez caiga en un pecado (ver 1 Juan 2: 1), pero la evidencia de que un hombre realmente ha renacido de Dios es que no continúa practicando el pecado (1 Juan 3: 9) o, como lo describe Pablo, no vive más en pecado. CBA 

 *En Conclusión: la verdadera justificación es vivir en santidad en la nueva vida que la justicia de Cristo nos da. No practicando ni amando las cosas de esta vida en sus concupiscencias. Eso es andar en santidad y obediencia a sus mandamientos. 

 “4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él; 5 pero el que guarda su palabra, en éste verdaderamente el amor de Dios se ha perfeccionado; por esto sabemos que estamos en él. 6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo. 

 15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. 17 Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre. 1Juan 2:4-6; 15-17. 

8 En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos. 9 Como el Padre me ha amado, así también yo os he amado; permaneced en mi amor. 10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15:8-10. Ministerio Hno. Pio

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