Los simples heredarán necedad
más los prudentes se coronarán de sabiduría.
Prov. 14:18.
Una persona prudente es sabia. Sabe lo que hace. La vida no es para ella solo una sucesión de acontecimientos casuales. El prudente piensa, medita, reflexiona en su procedimiento, corrige el rumbo de su vida y retrocede cuando se da cuenta que está equivocado.
El termómetro para medir la “temperatura” de sus acciones es la Palabra, que es la antorcha que ilumina su camino.
Por este motivo, los minutos que tú pasas a solas con Dios antes de iniciar las actividades del día, son indispensables para una vida productiva.
No es suficiente saber “cómo” realizar bien tu trabajo. Haciendo las cosas con eficiencia, tú siempre serás un buen empleado, pero si tomas tiempo para pensar por qué haces lo que haces, acabarás siendo un líder.
“Los prudentes se coronarán de sabiduría”, dice Salomón. O, en otras palabras: La sabiduría del prudente consiste en entender su propio camino. Antes de intentar entender el camino de los otros, entiende el tuyo. Antes de liderar personas, déjate liderar por el Señor Jesús. No hay fórmula más perfecta para la eficiencia.
El camino de los tontos es diferente. Creen que saben todo y en realidad no saben nada. Solo creen que saben. El resultado es frustración y chasco.
¿Tú sabes lo que haces y por qué lo haces?
No tengas miedo de aprender. Busca consejo, consulta. La receta para permanecer en la ignorancia sobre cualquier asunto de la vida es sentirte satisfecho con tus opiniones y contento con lo que sabes.
La vida se encargará de demostrarte que estabas equivocado.
Haz de este día un día de evaluación. Revisa tus procedimientos, analiza tu trayectoria. Nunca es tarde para comenzar de nuevo. Siempre es tiempo de aprender.
¿Cómo anda tu matrimonio?
¿Puedes mejorar tu relación con las personas?
¿Estás separando el tiempo necesario para dialogar con tus hijos? ¿O esperas que todo suceda por casualidad?
Reflexiona en estas preguntas. Reflexionar es propio de gente sabía.
¿Ser sabio o insensato? ¡Esa es la cuestión! Dios siempre está listo para guiar y mostrar un camino mejor a aquellos que con humildad de corazón lo buscan. No olvides: “Los simples heredarán necedad; mas los prudentes se coronarán de sabiduría”. Alejandro Bullón
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