domingo, 15 de octubre de 2017

211. GUARDA TU CORAZÓN


Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón;
 porque de él mana la vida. Prov. 4:23. 

La discusión de aquel matrimonio en la puerta del avión llamó la atención de los pasajeros. Nadie entendía nada. Discutían en español, en pleno aeropuerto de Sheremetevo, en Moscú. 
Casi se agredieron. Lo curioso es que presentaron los documentos en el sector de migraciones y después, en el corto trayecto hasta el avión, los pasaportes desaparecieron. Resultado: No pudieron embarcar y el vuelo salió atrasado. 
Un pasaporte mal guardado creó un tremendo tumulto, demoró la salida de la aeronave y causó pérdidas. 

El proverbio de hoy dice: 
"Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón". 

El corazón es vital. La vida termina cuando deja de Latir. Pero no es el aspecto físico lo que el texto resalta, es el corazón como fuente de los valores. Una vida sin valores es una vida sin sentido. Cuando tu corazón está enfermo, tus valores están enfermos. Se invierte todo y se trata de justificar las actitudes más absurdas.

 Todos los días le pido a Dios que guarde mi corazón, porque siento los ataques del enemigo queriendo contaminar la fuente de mi alma. Confieso que alguna vez flaqueé y mi corazón fue alcanzado. Sentí mi vida escapándose, y me vi luchando, sin fuerzas, para permanecer de pie. En esas horas, cuan bueno es saber que quien guarda el corazón es Dios. Sin él, la autodisciplina, la cultura, el dominio propio y el moralismo no consiguen defender la ciudadela interior. 

¿Y de qué vale fingir que todo anda bien, hacer de cuenta que soy bueno, si allá adentro las aguas están envenenadas? 

 Aquel día, el vuelo de Air France de Moscú a París partió sin dos pasajeros. Habían hecho el check in, tenían el pase de embarque en la mano, pero no habían guardado los pasaportes. Tiemblo solo de pensar que un día el Señor Jesús quiera ver el pasaporte de mi corazón y yo descubra que no lo guardé. Toda mi vida de actividades espirituales en favor de tanta gente, habrá sido en vano, quedaré con todas esas obras en la mano sin poder recibir la bienvenida de Jesús. Perdí el pasaporte y también el viaje. 

 Antes de comenzar las actividades del día,
 te pregunto: ¿Cómo está tu corazón? 
¿Cuáles son tus motivaciones? 
¿Estás seguro que la medida que vas a tornar hoy 
proviene de un corazón puro? 

Salomón dice: "Sobre toda cosa guardada, guarda tu corazón; 
porque de él mana la vida". 

Alejandro Bullón 

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