Entonces les dijo: "¿No entendéis esta parábola? Entonces, ¿cómo entenderéis las otras parábolas? "El sembrador es el que siembra la Palabra. "Los de junto al camino, son los que oyen la Palabra, pero después que la oyen, viene Satanás, y quita la Palabra que fue sembrada en sus corazones. "Los que son sembrados en pedregales, son los que al oír la Palabra, la reciben con gozo. "Pero no tienen raíz en sí, antes son de corta duración, y cuando viene la tribulación o la persecución por causa de la Palabra, en seguida tropiezan. "Los que son sembrados entre espinos, son los que oyen la Palabra; "pero los cuidados de este mundo, el engaño de las riquezas, y otras codicias, entran y ahogan la Palabra, y no da fruto. "En cambio, los que fueron sembrados en buena tierra, son los que oyen la Palabra, la reciben, y dan fruto, treinta, sesenta y ciento por uno".
(San Marcos 4: 13-20).
Las enseñanzas de Jesús eran tan precisas que todos podían comprenderlo, algunos se molestaban, algunos murmuraban, otros planeaban como deshacerse del odioso enemigo, pero otros no pocos lo recibían con gozo y daban gloria a Dios.
Además debemos tener en cuenta que existen cuatro clases de terrenos, que tienen distintas actitudes cuando el sembrador siembra. En algunos la semilla no hace nada importante, en otros germina, y dura poco, o vive esclavo de las circunstancias, pero hay un terreno ideal, es aquel que nada pierde de la semilla del sembrador, este es que da fruto a treinta, sesenta, cien por ciento.
Hasta ahora te puedes estar preguntando ¿Cómo sé qué clase de terreno soy? ¿Se puede cambiar te terreno? Recuerda que todos tenemos libertad de elegir, no está predestinado, es nuestro elegir qué clase de relación queremos tener con Dios.
Pio Pablo Huamán Julca
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