domingo, 17 de abril de 2011

"Comprendamos a los Demás" Testimonios acerca de la Conducta Sexual. EGW


Luchas producidas por el remordimiento
Cuando el que ha cometido una falta se da cuenta de su error, guardémonos de destruir su estima propia. No lo desalentemos con nuestra indiferencia o desconfianza. No digamos: "Antes de depositar en él mi confianza, voy a esperar para ver si permanece firme".  Muchas veces es precisamente esta desconfianza la que hace tropezar al tentado. Deberíamos tratar de comprender la flaqueza de los demás.  Poco sabemos de las pruebas que soporta el corazón de los que han estado encadenados en las tinieblas, y a quienes faltan resolución y fuerza moral. Por demás de lamentar es la condición del que sufre remordimiento; está como quien, aturdido y tambaleante, se hundiese en el polvo. No puede ver nada con claridad. Tiene el espíritu nublado, no sabe qué pasos dar. Muchos viven sin que nadie los entienda ni los aprecie, llenos de desesperación y de angustia; como pobres ovejas perdidas y descarriadas, No pueden encontrar a Dios, y sin embargo, tienen ansias intensas de obtener perdón y paz.

Influencias poderosas para el mal
¡Ah, no les digamos una sola palabra que ahonde su dolor! Al que se siente apesadumbrado por una vida de pecado, pero que no sabe dónde encontrar alivio, presentémosle al Salvador compasivo. Tomémoslo de la mano, levantémoslo, digámosle palabras de aliento y esperanza. Ayudémoslo a asirse de la mano del Salvador... Debemos ponernos en el lugar de los tentados. Consideremos la fuerza de la herencia, la influencia de las malas compañías, el poder de los malos hábitos. ¿Qué tiene de extraño que bajo semejantes influencias muchos se degraden?  ¿Debe sorprendernos que no se apresuren a corresponder a los esfuerzos que se hacen para levantarlos? MC 125t 126.

Tierna simpatía
¡Oh, que amor maravilloso el que ha hecho posible que Dios, el Dios infinito, nos haya concedido el privilegio de acercarnos a él con el cariñoso nombre de "Padre"! Ningún padre terrenal podría suplicar más seriamente por un hijo que ha cometido un error de lo que suplica por nosotros, transgresores, Aquel que nos ha hecho. Jamás ser humano alguno ha ido detrás de un penitente con invitaciones más tiernas. Por eso, pues, ¡con cuánta simpatía deberíamos nosotros trabajar por los errantes y pecadores que perecen a nuestro alrededor! Debemos trabajar con el espíritu con que Cristo trabajó, y con la ternura compasiva que él manifestó. Cuandoquiera clamemos por las promesas de Dios con fe viviente, cuando vivamos de toda palabra que sale de la boca de Dios, nos colocaremos del lado de Cristo, y podremos contar con la operación de su Espíritu y su gracia en nuestros esfuerzos para conducir a las almas al conocimiento de la voluntad divina.-Ms 35, 1886.

Compasión por el culpable
¡Cuán poco simpatizamos con Cristo en lo que debería ser el lazo de unión más fuerte entre nosotros y él, esto es, la compasión por los depravados, culpables y dolientes, que están muertos en delitos y pecados! La inhumanidad del hombre para con el hombre es nuestro mayor pecado. Muchos se figuran que están representando la justicia de Dios, mientras dejan por completo de representar su ternura y su gran amor. Muchas veces, aquellos a quienes tratan con aspereza y severidad están pasando por una violenta tentación. Satanás se está ensañando en esas almas, y las palabras duras y despiadadas las desalientan y las hacen caer en las garras del tentador. Delicada cosa es tratar con las mentes. Sólo Aquel que lee el corazón sabe llevar a los hombres al arrepentimiento. Sólo su sabiduría nos proporcionará éxito en alcanzar a los perdidos.

Podemos erguirnos, imaginándonos ser más santos que ellos, y por acertado que sea nuestro razonamiento o veraz nuestra palabra, no conmoverán los corazones. El amor de Cristo, manifestado en palabras y obras, se abrirá camino hasta el alma, cuando de nada valdría la reiteración de preceptos y argumentos. Necesitamos más simpatía cristiana; y no simplemente simpatía para con los que nos parecen sin tacha, sino para con los pobres y los que padecen, para con las almas que luchan y son muchas veces sorprendidas en sus faltas, para los que van pecando y arrepintiéndose, los tentados y desalentados. Debemos allegarnos a nuestros semejantes, conmovidos, como nuestro misericordioso Sumo Sacerdote, por sus flaquezas.-MC 120, 121.

Resultado de la frialdad y la negligencia
Pero entre nosotros como pueblo hace falta una simpatía profunda y ferviente, que conmueva el alma, y necesitamos tener amor por los tentados y los que yerran. Muchos han manifestado gran frialdad y la negligencia pecaminosa que Cristo representó por el hombre que pasó de largo [parábola del buen samaritano]; se han mantenido tan alejados como podían de aquellos que necesitan ayuda. El alma recién convertida tiene con frecuencia fieros conflictos con costumbres arraigadas, o con alguna forma especial de tentación y, siendo vencida por alguna pasión o tendencia dominante, comete a veces una indiscreción o un mal verdadero. Entonces es cuando se requieren energía, tacto y sabiduría de parte de sus hermanos, para que pueda serle devuelta la salud espiritual.

A tales casos se aplican las instrucciones de la Palabra de Dios: "Hermanos, si alguno fuere tomado en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restaurad al tal con el espíritu de mansedumbre; considerándote a ti mismo, porque tú no seas también tentado". "Así que, los que somos más firmes debemos sobrellevar las flaquezas de los flacos, y no agradarnos a nosotros mismos" (Gál. 6: 1; Rom. 15: 1). ¡Pero cuán poco de la compasiva ternura de Cristo manifiestan los que profesan seguirlo! Cuando uno yerra, con frecuencia los otros se sienten con libertad para hacer aparecer el caso tan malo como sea posible. Los que son tal vez culpables de pecados tan grandes en otra dirección tratan a su hermano con severidad cruel. Los errores cometidos por ignorancia, irreflexión o debilidad son exagerados hasta presentarse como pecados voluntarios y premeditados. Al ver a las almas que se extravían, algunos se cruzan de brazos y dicen: "Ya le dije. Sabia que no se podía fiar en ellas". Así adoptan la actitud de Satanás, regocijándose en espíritu de que sus malas sospechas resultaron correctas.-  2JT 247, 248.

Amor por los que yerran
No estamos todos organizados de la misma manera, y muchos no han sido educados correctamente. Su educación ha sido deficiente. A algunos se les ha trasmitido un temperamento rápido y no se les ha enseñado dominio propio en la niñez. Al temperamento fogoso se les une, frecuentemente, la envidia y los celos. Otros son deficientes en otras áreas. Algunos son deshonestos en los negocios, astutos en sus transacciones. Otros son arbitrarios con sus familias: les gusta regir. Sus vidas distan mucho de la corrección. Su educación fue defectuosa. No se les informó acerca del pecado de rendirse al control de esos malos rasgos. Por eso el pecado no les parece tan pecaminoso. Otros, cuya educación no ha sido tan defectuosa, que han tenido una preparación mejor, han desarrollado un carácter menos objetable. La vida cristiana de muchos ha sido muy afectada, para bien o para mal, por la educación previa. Jesús, nuestro abogado, conoce bien las circunstancias que nos rodean, y nos trata de acuerdo con la luz que hemos recibido, y las circunstancias bajo las cuales hemos sido colocados. Unos tienen una organización mucho mejor que otros. Mientras que algunos son continuamente acosados, afligidos y atribulados a causa de sus desdichados rasgos de carácter, y tienen que luchar contra los enemigos internos y la corrupción de su naturaleza, otros, quizá no tengan ni la mitad de esto contra lo cual luchar. Pasan de largo, casi libres de las dificultades por las cuales tienen que trabajar sus hermanos y hermanas que no han sido tan favorablemente organizados.- 2T 74.

Bienvenida al arrepentido
"A algunos que dudan, convencedlos" (Jud. 22). [La versión inglesa King James, citada aquí por Elena de White, se traduce: "Y de otros tened misericordia, estableciendo una diferencia".] Los que son sabios, con la sabiduría que procede de Dios, sabrán de almas que necesitan ayuda, que han sido vencidas y que, aunque se han arrepentido sinceramente, apenas se atreverán a asirse de la esperanza sin ser animadas.  El Señor pondrá palabras de ánimo en los corazones de los dispensadores de su gracia para que den la bienvenida a la confraternidad amante a esas almas temblorosas y arrepentidos. Sus verdaderos seguidores no tratarán a los pecadores como si estuvieran más allá de las posibilidades de perdón. Sentirán compasión por aquellos cuyas circunstancias hayan sido desfavorables y que han permitido que Satanás los condujera a las sendas prohibidas.

Esas almas han pecado contra Dios, pero si se arrepienten y demuestran que su arrepentimiento es genuino; manifestado en esfuerzos serios en el servicio del Señor, ¿quién se atrevería a ponerles estorbo en su camino? Hay que animarlas. Habría que darles la oportunidad de recobrar lo que perdieron. Posiblemente el orgullo, la codicia y la sensualidad hayan sido los pecados que las acosaban continuamente. Habría que señalarles sus errores, pero no de una manera que los aleje de Cristo. Acerquémoslos a él con expresiones de amorosa compasión. Aunque hayan caído, no destruyamos su esperanza de perdón. Trabajemos y oremos por ellas, y señalémosles al Redentor...

No condenemos a los demás
Es por medio de esfuerzos diligentes, como los de Cristo, como los hombres serán convencidos, se convertirán y Dios les extenderá el perdón. Que nadie rechace a un alma que, habiendo abandonado el servicio de Satanás, recurra a Cristo por perdón. "Y de otros tengamos compasión. estableciendo una diferencia". Cuando den evidencia de que el Espíritu ha estado contendiendo con ellas, animémoslas lo más posible para que entren en el servicio del Señor. No las desanimemos con indiferencia, alejándonos de ellas con aire de "yo soy más santo que tú"(Isa. 65: 5). Es posible que, quienes actúen como fariseos, no sean culpables de los mismos pecados que condenan en los demás, pero podrían ser culpables de pecados mayores a la vista de Dios. Cada cual será recompensado de acuerdo con su obra. Que los que condenan a los demás se consideren a sí mismos, no sea que terminen siendo condenados por Dios a causa de su fariseísmo.-Ms 37, 1902.

Las personas que aman no son como erizos de castañas
Debemos esperar encontrar y tolerar grandes imperfecciones en los jóvenes e inexpertos. Cristo nos ha invitado a restaurar a los tales con el espíritu de mansedumbre, y nos tiene por responsables si seguimos una conducta que los impulse al desaliento, la desesperación y la ruina. A menos que cultivemos diariamente la preciosa planta del amor, estamos en peligro de volvernos estrechos y fanáticos, faltos de simpatía y criticones, estimándonos justos cuando distamos mucho de ser aprobados por Dios. Algunos son descorteses, bruscos y rudos. Son como erizos de castañas: pinchan cuandoquiera se les toque. Los tales causan un daño incalculable representando falsamente a nuestro amante Salvador.

Debemos alcanzar una norma más elevada o seremos indignos de llamarnos cristianos. Para salvar a los que yerran, debemos cultivar el espíritu con que Cristo trabajó. Ellos le son tan caros como nosotros. Son igualmente capaces de ser trofeos de su gracia y herederos de su reino. Pero están expuestos a las trampas del astuto enemigo, al peligro de la contaminación, y sin la gracia salvadora de Cristo, a la ruina segura. Si nosotros considerásemos este asunto en su debida luz, ¡cómo se vivificaría nuestro celo y se multiplicarían nuestros esfuerzos fervientes y abnegados con el fin de acercarnos a los que necesitan nuestra ayuda, nuestras oraciones, nuestra simpatía y nuestro amor.
2JT 248, 249.

 Jesús, nuestro ejemplo

Era el desechado, el publicano y el pecador, el despreciado de las naciones, a quien Cristo llamaba, y a quien su ternura amorosa apremiaba para que acudiese a él. La única clase de gente a quien él nunca quiso favorecer era la de los que se engreían por amor propio, y menospreciaban a los demás... Aun a aquellos que habían caído más bajo los trataba con respeto. Era un dolor continuo para Cristo arrastrar la hostilidad, la depravación y la impureza; pero nunca dijo nada que denotase que su sensibilidad había sido herida u ofendido su gusto refinado. Cualesquiera fueran los hábitos viciosos, los fuertes prejuicios o las pasiones despóticas de los seres humanos, siempre les hacía frente con compasiva ternura. Al participar de su espíritu, miraremos a todos los hombres como a hermanos, que sufren las mismas tentaciones y pruebas que nosotros, que caen a menudo y se esfuerzan por levantarse, que luchan contra desalientos y dificultades, y que anhelan simpatía y ayuda. Entonces los trataremos de tal manera que no los desalentaremos ni los rechazaremos, sino que despertaremos esperanza en sus corazones.-MC 121-123.

(Testimonios Acerca de la Conducta Sexual 292-300)

"El Amor de Dios por el Pecador" Testimonios acerca de la Conducta Sexual. EGW


El cielo y el corazón del hombre.-Y a la par que Cristo abre el cielo al hombre, la vida que imparte abre el corazón del hombre al cielo. El pecado no sólo nos aparta de Dios, sino que destruye en el alma humana el deseo y la aptitud para conocerlo. La misión de Cristo consiste en deshacer toda esta obra de mal. El tiene poder para vigorizar y restaurar las facultades del alma paralizadas por el pecado, mente oscurecida, y la voluntad pervertida. Abre ante nosotros las riquezas del universo y nos imparte poder para discernir estos tesoros y apropiarnos de ellos.- Ed 28, 29.

Cada individuo es conocido por Jesús.- Jesús nos conoce individualmente, y se conmueve por el sentimiento de nuestras flaquezas. Nos conoce a todos por nombre. Conoce la casa donde vivimos, y el nombre de cada ocupante. Dio a veces instrucciones a sus siervos para que fueran a cierta calle en cierta ciudad, a una casa determinada, para hallar a una de sus ovejas. Cada alma es tan plenamente conocida por Jesús como si fuera la única por la cual el Salvador murió. Las penas de cada uno conmueven su corazón. El clamor por auxilio penetra en su oído. El vino para atraer a todos los hombres a sí. Los invita: "Seguidme", y su Espíritu obra en sus corazones para inducirles a venir a él. Muchos rehúsan ser atraídos. Jesús conoce quiénes son. Sabe también quiénes oyen alegremente su llamamiento y están listos para colocarse bajo su cuidado pastoral. El dice: "Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen".  Cuida, de cada una como si no hubiera otra sobre la faz de la tierra. -DTG 445.

 Posesión demoníaca reprendida siete veces.-
María había sido considerada como una gran pecadora, pero Cristo conocía las circunstancias que habían orientado su vida. El hubiera podido extinguir toda chispa de esperanza de su alma, pero no lo hizo. Era él quien la había librado de la desesperación y la ruina. Siete veces ella había oído la reprensión que Cristo hiciera a los demonios que dirigían su corazón y su mente. Había oído su intenso clamor al Padre en su favor. Sabía cuán ofensivo es el pecado para su inmaculada pureza, y con su poder ella había vencido.

La transformación de María.- Cuando a la vista humana su caso parecía desesperado, Cristo vio en María aptitudes para lo bueno. Vio los mejores rasgos de su carácter. El plan de la redención ha investido a la humanidad con grandes posibilidades, y en María estas posibilidades debían realizarse. Por su gracia, ella llegó a ser participante de la naturaleza divina. La que había caído, y cuya mente había sido habitación de demonios, fue puesta en estrecho compañerismo y ministerio con el Salvador. Era María la que se sentaba a sus pies y aprendía de él. Fue María la que derramó sobre su cabeza el precioso ungüento, y bañó sus pies con sus lágrimas. María estuvo junto a la cruz y lo siguió hasta el sepulcro. María fue la primera que proclamó al Salvador resucitado.

Cuanto mayor el pecado, mayor la necesidad de Jesús.- Jesús conoce las circunstancias que rodean cada alma. Tú puedes decir: Soy pecador, muy pecador. Puedes serlo; pero cuanto peor seas, tanto más necesitas a Jesús. El no se aparta de nadie que llore contrito. No dice a nadie todo lo que podría revelar, pero ordena a toda alma temblorosa que cobre aliento. Perdonará libremente a todo el que acuda a él en busca de perdón y restauración. Cristo podría encargar a los ángeles del cielo que derramen las redomas de su ira sobre nuestro mundo, para destruir a los que están llenos de odio contra Dios. Podría limpiar este negro borrón de su universo. Pero no lo hace. El está ahora junto al altar del incienso presentando las oraciones de los que desean su ayuda. A las almas que se vuelven a él en procura de refugio, Jesús las eleva por encima de las acusaciones y contiendas de las lenguas. Ningún hombre ni ángel malo puede acusar a estas almas. Cristo las une a su propia naturaleza divino-humana. Ellas están de pie junto al gran Expiador del pecado, en la luz que procede del trono de Dios. "¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, está a la diestra de Dios, y también intercede por nosotros" (Rom, 8: 33, 34)".-DTG 521,522.

Un Ayudador que nunca falla.- El alma que se ha entregado a Cristo es más preciosa a sus ojos que el mundo entero, El Salvador habría pasado por la agonía del Calvario para que uno solo pudiera salvarse en su reino. Nunca abandona a un alma por la cual murió. A menos que sus seguidores escojan abandonarlo, él los sostendrá siempre.

En todas nuestras pruebas, tenemos un Ayudador que nunca nos falta. El no nos deja solos para que luchemos con la tentación, batallemos contra el mal, y seamos finalmente aplastados por las cargas y tristezas. Aunque ahora esté oculto para los ojos mortales, el oído de la fe puede oír su voz que dice: No temas; yo estoy contigo. Yo soy "el que vivo, y he sido muerto; y he aquí que vivo por siglos de siglos" (Apoc. 1: 18). He soportado vuestras tristezas, experimentado vuestras luchas, y hecho frente a vuestras tentaciones. Conozco vuestras lágrimas: yo también he llorado. Conozco los pesares demasiado hondos como para ser susurrados en algún oído humano. No penséis que estáis solos y desamparados. Aunque en la tierra vuestro dolor no toque cuerda sensible alguna en ningún corazón, miradme a mí, y vivid. "Porque los montes se moverán, y los collados temblarán; mas no se apartará de ti mi misericordia, ni el pacto de mi paz vacilará, dijo Jehová, el que tiene misericordia de ti" (Isa. 54: 10).-DTG 469, 447.

Odio por el pecado, amor por los pecadores.- Jesús se enderezó y mirando a la mujer le dijo: "¿Mujer, dónde están los que te acusaban? ¿Ninguno te ha condenado? Y ella dijo: Señor, ninguno. Entonces Jesús le dijo. Ni yo te condeno; vete y no peques más". La mujer había estado temblando de miedo delante de Jesús. Sus palabras: "El que de vosotros esté sin pecado, arroje contra ella la piedra el primero", habían sido para ella como una sentencia de muerte. No se atrevía a alzar sus ojos al rostro del Salvador, sino que esperaba silenciosamente su suerte. Con asombro vio a sus acusadores apartarse mudos y confundidos; luego cayeron en sus oídos estas palabras de esperanza: "Ni yo te condeno: vete, y no peques más". Su corazón se enterneció, confesando sus pecados con amargas lágrimas.

Comienzo de una vida nueva. Esto fue para ella el principio de una nueva vida, una vida de pureza y paz, consagrada al servicio de Dios. Al levantar a esta alma caída, Jesús hizo un milagro mayor que al sanar la más grave enfermedad física. Curó la enfermedad espiritual que es para muerte eterna. Esa mujer penitente llegó a ser uno de sus discípulos más fervientes. Con amor y devoción abnegados, retribuyó su misericordia perdonadora. En su acto de perdonar a esta mujer y estimularla a vivir una vida mejor, el carácter de Jesús resplandece con la belleza de la justicia perfecta. Aunque no toleró el pecado ni redujo el sentimiento de culpabilidad, no trató de condenar sino de salvar. El mundo tenía para esta mujer pecadora solamente desprecio y escarnio; pero Jesús le dirigió palabras de consuelo y esperanza. El Ser sin pecado se compadece de las debilidades de la pecadora, y le tiende una mano ayudadora. Mientras los fariseos hipócritas la denunciaban, Jesús le ordena: "Vete, y no peques más".

El amor cristiano es lento para censurar.- No es seguidor de Cristo el que, desviando la mirada, se aparta de los que yerran, dejándolos proseguir sin estorbos su camino descendente. Los que se adelantan para acusar a otros y son celosos en llevarlos a la justicia, son con frecuencia en su propia vida más culpables que ellos. Los hombres aborrecen al pecador, mientras aman el pecado. Cristo aborrece el pecado pero ama al pecador; tal ha de ser el espíritu de todos los que lo sigan. El amor cristiano es lento en censurar, presto para discernir el arrepentimiento, listo para perdonar, para estimular, para afirmar al errante en la senda de la santidad, para corroborar sus pies en ella.-DTG 426 427.

Jesús, amigo de pecadores.- Quisiera llamar la atención a las preciosas promesas de la Palabra de Dios. No todos los hijos de Dios poseen las mismas facultades, el mismo temperamento, la misma seguridad y determinación. Me alegra de veras saber que nuestros sentimientos no son evidencia de que no somos hijos de Dios. El enemigo nos tentará a pensar que hemos hecho cosas que nos han separado de Dios y que él ya no nos ama. Pero el Señor todavía nos ama, y debemos saberlo. Por eso nos ha dejado escritas soluciones para casos como el suyo. "Si alguno hubiera pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo" (1 Juan 2: 1). "Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad" (1 Juan 1: 9). Ahora bien, mi querida hermana, tengo evidencias de que el Señor la ama; y el preciado Salvador, que se dio a sí mismo por Ud. no la rechazará porque haya sido tentada y, en su flaqueza, haya sido vencida. El todavía la ama. Pedro negó a su Señor en la hora de la prueba, pero Jesús no abandonó a su pobre discípulo. Aunque Pedro llegó a odiarse a sí mismo, el Señor lo amaba y, después de la resurrección, lo llamó por su nombre y le envió un afectuoso mensaje. ¡Qué Salvador bondadoso, amante y compasivo tenemos! Nos ama aunque cometamos errores.

Dulces promesas de Dios.- No se angustie alejada de los brazos del querido Salvador, sino descanse en él confiadamente y con fe. El la ama; se preocupa por Ud. La está bendiciendo y le conferirá su paz y su gracia.  Le dice: "Tus pecados te son perdonados" (Mat. 9: 2). Ud. puede sentirse deprimida debido a flaquezas corporales, pero ello no es una evidencia de que el Señor no está obrando en su favor diariamente. La perdonará, y abundantemente. Una su alma a las dulces promesas de Dios. Jesús es nuestro amigo permanente, indefectible, y quiere que Ud. confíe en él. Dios está siempre activo, y lo mismo pasa con Satanás. Este tratará de desviar nuestras mentes del poderoso Ayudador, para que ponderemos la degradación de nuestras almas, sintamos que todas sus facultades han sido derrochadas y que Dios ha sido deshonrado. Mire fuera de Ud., a la perfección de Cristo.

Cristo nuestra justicia.- No podemos fabricarnos justicia. Cristo tiene en sus manos las vestiduras puras de justicia para vestirnos de ellas. Se expresará con palabras de perdón y promesa. Ofrece a nuestras almas sedientas la fuente de aguas vivas para que nos refrigeremos. Nos invita a acudir a él con todas nuestras cargas, pesares, y nos dice que hallaremos descanso. Si nos dirigimos a él, debemos creer que en su palabra hay perdón, que tenemos que ejercer nuestra fe y descansar en su amor.  El corazón es movido por todo lo que es tierno, puro y elevado: aspiración noble, gozo santificado, motivos puros, compasión y ayuda que se torna indispensable.

Ofrecimiento de perdón gratuito.- Jesús sabe de las culpas del pasado y nos ofrece perdón; no debemos deshonrarlo dudando de su amor. El sentimiento de culpa debe ser depositado al pie de la cruz del Calvario. La perversidad ha envenenado las fuentes de la vida y la verdadera felicidad. Jesús nos dice: "Pon todo sobre mí. Yo cargaré con tus pecados. Te daré paz. No desprecies más tu estima propia porque te he comprado con mi propia sangre. Eres mío, Fortaleceré tu voluntad debilitada y eliminaré tu remordimiento por el pecado". Vuelva luego a él su corazón agradecido, tembloroso de incertidumbre y tómese de la esperanza que le ofrece. Dios aceptará su corazón contrito y quebrantado, y le extenderá perdón gratuito. Le ofrece adoptarla en su familia y también su gracia para ayudarla en sus flaquezas. Tomada de su mano, déjese guiar; el querido Salvador la conducirá paso a paso. Busque las promesas del Señor. Si Satanás amenaza su mente, aléjese de él, aférrese a las promesas de Dios y conforte su alma con el esplendor de ellas. Las nubes pueden ser negras, pero cuando las invade la luz, se tornan como oro brillante debido a la gloria de Dios que las ilumina. Que el Señor la bendiga con las pocas palabras que me impulsó a escribirle.-Carta 99,1896.

Objetos del amoroso interés de Dios.-  Por medio de Jesucristo, el Señor tiende siempre su mano en señal de invitación a los pecadores y caídos. Quiere recibirlos a todos. A todos les da la bienvenida. Se gloría en perdonar a los mayores pecadores. Arrebatará la presa al poderoso, libertará al cautivo, sacará el tizón del fuego. Extenderá la cadena de oro de su gracia hasta las simas más hondas de la miseria humana y elevará al alma más envilecida por el pecado. Todo ser humano es objeto del amoroso interés de Aquel que dio su vida para convertir a los hombres a Dios. Como el pastor de su rebaño, cuida de las almas culpables y desamparadas, expuestas a la aniquilación por los ardides de Satanás.-MC 119.

(Testimonios acerca de la Conducta Sexual 285-291)

Excesos En El Matrimonio (Testimonios Acerca de La Conducta Sexual) EGW


El celibato no es recomendable en el matrimonio.
Querido hermano: Quisiera presentarle algunos asuntos relacionados con los peligros que actualmente amenazan a la obra. La labor de Anna Phillips no tiene la aprobación del cielo. *Sé de qué hablo. 
 En los comienzos de nuestra causa tuvimos que hacer frente a manifestaciones semejantes. 
Se nos presentaron muchas revelaciones de ese tipo, y tuvimos la más desagradable tarea de hacerles frente y no darles lugar. Algunas afirmaciones de tales revelaciones se cumplieron, y esto llevó a algunos a aceptarlas como genuinas. Mujeres solteras jóvenes sentían que tenían un mensaje para dar a los hombres casados, y de una manera no muy delicada y con franqueza, les hablaron de los abusos de los privilegios matrimoniales. 
 La carga del mensaje dado era la pureza, y por un tiempo parecía que se había logrado un elevado estado de pureza y santidad. 

Pero me fue presentada la verdadera naturaleza del asunto. Me fue mostrado cuál sería el resultado de tal enseñanza. Quienes se unieron en está tarea no eran personas superficiales, no pertenecían a la clase inmoral, sino que habían sido los obreros más devotos. Satanás vio una oportunidad para sacar ventaja de la situación y ocasionar desgracia a la causa de Dios. Algunos que pensaban que eran capaces de soportar cualquier tipo de prueba sin provocar sus propensiones carnales, fueron vencidos, y varios hombres y mujeres solteros se sintieron compelidos a contraer matrimonio.

Me siento preocupada por quienes llevan una gran carga al trabajar en esa dirección. Satanás obra sobre la imaginación, de manera que el resultado es la impureza en vez de la pureza.- Carta 103, 1894.

Jesús no impuso el celibato a clase alguna de hombres, No vino para destruir la sagrada institución del matrimonio, sino para exaltarla y devolverle su santidad original. Mira con agrado la relación familiar donde predomina el amor sagrado y abnegado.- Ms 126, 1903; (HAd 106).

Consumo de La Energía Vital. 
 Son muchos los padres que no han obtenido el conocimiento que deberían respecto de la vida matrimonial.
No se cuidan para que Satanás no saque ventaja de ellos y controle su mente y su vida. No se dan cuenta de que Dios requiere de ellos que controlen todo exceso en la vida matrimonial. Son pocos los que consideran que es deber religioso gobernar sus pasiones. Se unieron en matrimonio con quien eligieron, y concluyen que tal matrimonio santifica la complacencia de las bajas pasiones. Aun los hombres y las mujeres que profesan piedad dan rienda suelta a sus pasiones concupiscentes, y no quieren ni pensar que Dios los hace responsables del consumo de la energía vital que debilita las reservas de la vida y enerva todo el organismo.

Excesiva Complacencia Sexual.
El compromiso matrimonial cubre pecados del matiz más oscuro. Hombres y mujeres que profesan piedad rebajan sus propios cuerpos por medio de la indulgencia de pasiones corruptas, y descienden así por debajo del nivel de los brutos de la creación. Abusan de las facultades que Dios les ha dado para que sean preservadas en santificación y honor. La salud y la vida misma son sacrificadas sobre el altar de las bajas pasiones.
 Las facultades superiores y más nobles son colocadas bajo el dominio de las propensiones animales. 
 Quienes así pecan, no están familiarizados con los resultados de tal manera de conducirse.

Si pudieran darse cuenta de la cantidad de sufrimiento que se causan a ellos mismos por sus propias indulgencias pecaminosas, se alarmarían; y algunos, por lo menos, tratarían de evitar esa manera de conducirse en relación con el pecado que produce tan terribles resultados. Esto le acarrea una existencia tan miserable a tanta gente, que les sería preferible la muerte antes que la vida, y muchos acaban muriéndose prematuramente y sin gloria a causa de la excesiva complacencia de las pasiones animales. 
 Piensan que, por el hecho de estar casados no están cometiendo pecado alguno.

Hombres y mujeres: un día sabrán qué cosa es la lujuria, y cuál es el resultado de gratificarla.
Pasiones de tan baja calidad pueden ser halladas en el estado matrimonial tanto como fuera de él.-
RH, 19 de septiembre de 1899.

Dignidad y Respeto Que Merece La Esposa.
Muchos profesos cristianos que he conocido parecen destituidos del control moral. Poseían una naturaleza más animal que divina. En realidad, poseían una naturaleza casi totalmente animal. Hombres de este tipo degradan a sus esposas, a quienes prometieron alimentar y cuidar. La esposa se transforma en un instrumento para la gratificación de las pasiones bajas y lujuriosas. Y muchas mujeres se someten y llegan a ser esclavas de las pasiones concupiscentes; no mantienen sus cuerpos en santificación y honor. La esposa deja de retener la dignidad y el respeto propio que poseía antes de casarse.

Esta institución sagrada debería preservar y acrecentar el respeto y la dignidad femeninas. Pero la femineidad casta, dignificada y deforme de la mujer ha sido consumida en el altar de las bajas pasiones; ha sido sacrificada para complacer al marido. Pronto perderá el respeto por el esposo, quien ni siquiera toma en cuenta las leyes a las cuales rinde obediencia la creación bruta.

La vida matrimonial llega a ser un yugo irritante, pues el amor se desvanece
y frecuentemente toman su lugar la desconfianza, los celos y el odio.

Desconfianza Entre Esposos.
Ningún hombre puede amar verdaderamente a su esposa cuando ésta se somete, pacientemente y como una esclava, proporcionándole todo lo que requieran sus pasiones depravadas. En esa sumisión pasiva, ella pierde el valor que poseía una vez ante sí misma. El esposo la ve como arrastrada a un bajo nivel, alejada de todo lo que podría ser elevado; y pronto sospecha que ella puede ser sometida dócilmente y degradada por otro hombre de la misma manera como lo hizo él. 

 Entonces comienza a dudar de su fidelidad y pureza; se cansa de ella y termina buscando otros objetos que eleven la intensidad de sus pasiones infernales. La Ley de Dios deja de ser objeto de consideración...

La esposa, por su lado, se pone celosa y sospecha que, de presentarse la oportunidad, su esposo se dirigirá a otra mujer de la misma manera como lo hace hacia ella. Percibe que él no está bajo el control de una conciencia temerosa de Dios; todas las barreras santificadas son derribadas por sus pasiones Injuriosas; todo lo que tiene de semejante a Dios se torna en servidumbre de las pasiones bajas y embrutecidas...

Naturaleza Destructiva de Los Excesos Sexuales.
Cuando una esposa rinde su cuerpo y su mente al control del esposo, sometiéndose a su voluntad en todo, sacrificando su conciencia, su dignidad y su identidad, pierde la oportunidad de ejercer sobre él la poderosa influencia para bien que debería poseer para elevar a su esposo. No puede suavizar su naturaleza tosca y ejercer su influencia de tal manera que logre suavizarlo, refinarlo y purificarlo, ayudándole a luchar seriamente para que gobierne sus pasiones, y posea una mente más espiritual que le permita participar de la naturaleza divina, huyendo de la corrupción que impera en el mundo debido a la concupiscencia.

Es Muy Grande el poder de la influencia que puede guiar la mente hacia temas elevados y nobles, 
por encima de la complacencia sensual, que el corazón no renovado por la gracia no puede lograr naturalmente. Si la esposa siente que, para satisfacer a su esposo, tiene que rebajar sus normas, cuando las pasiones animales llegan a constituirse en la base principal del amor, desagrada a Dios porque falla al no ejercer una influencia santificadora sobre su esposo. Si siente que debe someterse a sus pasiones animales sin protestar, revela que no entiende cuáles son sus deberes hacia Dios tanto como hacia su esposo. 

 Los excesos sexuales destruyen el amor por la ejercitación devocional, le quitan al organismo la sustancia necesaria para nutrirlo, y consumen en forma efectiva la vitalidad. Ninguna mujer debería ayudar al esposo en esta obra de autodestrucción. No lo hará si está iluminada y lo ama de veras...

Preservación de La Mente y El Cuerpo.
Que los hombres y las mujeres temerosos de Dios despierten al deber. Muchos profesos cristianos sufren de parálisis nerviosa y cerebral debido a la intemperancia en estos asuntos. Surge una descomposición ósea y medular en muchos que son considerados como hombres buenos, que oran y lloran, que ocupan posiciones elevadas, pero cuyos esqueletos no traspasarán jamás los portales de la ciudad celestial.

¡Ojalá yo pudiera lograr que todos entendiesen la obligación que tienen ante Dios de preservar sus facultades físicas y mentales en la mejor condición posible para poder rendirle un servicio perfecto a su Creador!...

Transmisión del Vicio de Padres a Hijos.
Desde su juventud han debilitado el cerebro y extraído la savia de la constitución física por la gratificación de las pasiones animales. La abnegación y la temperancia deberían ser el santo y sería de la vida matrimonial; entonces, los hijos que trajeron al mundo no correrían el peligro de poseer órganos morales e intelectuales débiles y una naturaleza animal fuerte. El vicio en los hijos ha llegado a ser casi universal. 

¿No existe acaso causa para ello? ¿Quién les proporcionó la estampa del carácter? ¡Que Dios abra los ojos de todos para que puedan darse cuenta de que están de pie en lugares resbaladizos!

De acuerdo con el cuadro que me ha sido presentado acerca de la corrupción de hombres y mujeres que profesan piedad, he llegado a temer que perderé totalmente mi confianza en la humanidad. He podido notar que un pavoroso estupor se cierne sobre la mayor parte de la gente. Se ha tornado casi imposible incitar a los que deberían ser despertados, para que tengan un sentido adecuado del poder que Satanás ejerce sobre la mente de la gente. No se dan cuenta de la prolífica corrupción que los rodea. Satanás ha cegado su mente y los ha adormecido en la seguridad carnal.

Los fracasos de nuestros esfuerzos por instruir a otros para que entiendan los grandes peligros que acosan a las almas, me han llevado a pensar a veces que mis ideas en relación con la depravación del corazón humano son exageradas. Pero cuando confrontamos los hechos que revelan la triste deformidad de alguien que se atreve a ministrar las cosas sagradas en tanto que su corazón es corrupto, y cuyas manos manchadas de pecado han profanado los vasos del Señor, una se siente segura de que no se ha formado un cuadro demasiado grave. RH, 26 de septiembre de 1899.

Abuso de Los Privilegios Sexuales.
Que en la vida matrimonial, ambos esposos den pruebas de que uno es para el otro una ayuda y una bendición. Den debida consideración al costo de cada complacencia, intemperancia y sensualismo. Estas complacencias no aumentan el amor, ni ennoblecen, ni elevan. Quienes se permiten las pasiones animales y gratifican la concupiscencia, estamparán sobre su posteridad, con toda seguridad, esas prácticas degradantes y la desvergüenza de su propia contaminación física y moral.- Ms 3, 1897.
Llevar al exceso lo legítimo constituye un grave pecado.- 1JT 575.

Quienes profesan ser cristianos... deberían dar debida consideración a las consecuencias de cada privilegio de la relación matrimonial, y el principio santificado debería constituir la base de toda acción.- 2T 380.

Importancia Vital de Un Buen Ejemplo.
Las pasiones animales, alimentadas y consentidas, han llegado a ser muy fuertes en este tiempo, y las consecuencias sobre la vida matrimonial son incontables males. En vez de permitir que la mente se desarrolle y ejerza una energía controladora, las propensiones animales rigen sobre las facultades más elevadas y nobles hasta que éstas son colocadas bajo la sujeción de las propensiones animales.

 ¿Cuáles son los resultados? Los delicados órganos de la mujer se gastan y enferman; el tener hijos deja de ser seguro; se abusa de los privilegios sexuales. Los hombres corrompen su propio cuerpo; y las esposas, en la cama, se convierten en esclavas de sus desordenadas concupiscencias, hasta que pierden el temor a Dios.

Ninguna otra cosa sino la verdad puede hacer o mantener sabio a un hombre. Si hay una vida inmortal que obtener, si se tiene que desarrollar un carácter santo para lograr la entrada a la presencia del Señor nuestro Dios y la compañía de los santos ángeles, entonces, ¿por qué los maestros, médicos y predicadores no actúan de acuerdo con lo que creemos por medio del ejemplo en lo que enseñan? ¿Por qué no manifiestan más celo por el Maestro? ¿Por qué no poseen un amor ardiente por las almas por las cuales Cristo murió?

Si el hombre ha de ser transformado en inmortal, su mente debe mantenerse en armonía con la de Dios. El verdadero discípulo en la escuela de Cristo, cuya mente actúa en armonía con la mente de Dios, no sólo se mantendrá aprendiendo constantemente, sino también enseñando y reflejando luz; enseñando por encima y lejos de los errores comunes prevalecientes en esta generación perversa y adúltera...

El cristiano debe mantenerse contemplando constantemente al Modelo e imitar el ejemplo santo de Jesús. Entonces, se permearía un espíritu de rectitud en la vida y el carácter de los demás. Si Dios fuera buscado por medio de oración persistente y humilde, y se le pidiera luz y dirección, con toda seguridad se podrían lograr descubrimientos en la conducta individual; podrían ser reprimidas las prácticas y los planes no santificados, y Jesús llegaría a ser la norma de la vida.- Ms 14, 1888.

Bajas Pasiones y Salud Mental Deficiente.
Las pasiones bajas tienen que ser estrictamente vigiladas. Cuando se deja que fluyan desordenadamente, las facultades perceptivas son atropelladas y terriblemente ultrajadas. Cuando las pasiones son consentidas, la sangre, en vez de circular por todo el organismo proporcionando descanso al corazón y clarificando la mente, es llevada en cantidades indebidas a los órganos internos. Como resultado, se manifiesta la enfermedad.
La mente no puede gozar de salud hasta tanto el mal no sea localizado y remediado.- Ms 24, 1900.

Indulgencia Que Debilita Las Facultades Morales.
Dijo Pablo: "Con la mente sirvo a la ley de Dios" (Rom. 7:25). Cuando se nubla la mente por la satisfacción de los apetitos y las pasiones animales, las facultades morales se debilitan de tal modo que lo sagrado y lo común son colocados al mismo nivel.- Carta 2, 1873; (1MCP 235).

(Testimonios Acerca de La Conducta Sexual 125-133) EGW

sábado, 16 de abril de 2011

"Desobediencia del Séptimo Mandamiento" Testimonios acerca de la Conducta Sexual. EGW


Texto Base: Éxodo 20:14)
La Ley de Dios es el camino a la felicidad
Antes de la destrucción del mundo antiguo por el diluvio, sus habitantes estaban ennegrecidos de corrupción. Prevalecían el pecado y los crímenes de toda clase. La condición actual del mundo está llegando rápidamente al punto cuando Dios dirá, como dijo en la antigüedad: "Mi espíritu no contenderá para siempre con el hombre". Uno de los pecados más graves que prevalece en esta era degenerada por la corrupción es el adulterio. Este vergonzoso pecado está siendo cometido en forma alarmante.

El sábado y la institución matrimonial fueron establecidos por Dios en el Edén, para que fueran perpetuados en forma sagrada y santa. Ambas instituciones, de origen divino, han sido despreciadas y consideradas sin ningún valor por hombres y mujeres cuyos corazones están determinados a ejecutar solamente el mal.

El adulterio es un pecado "cristiano "
Si se encontraran transgresores del séptimo mandamiento únicamente entre los que no profesan ser seguidores de Cristo, el mal sólo sería grave en una décima parte de lo que es hoy; pero el delito del adulterio es cometido, en gran medida, por los profesos cristianos. Tanto pastores como miembros de iglesia cuyos nombres figuran en los registros como si estuvieran en regla, son igualmente culpables. Muchos de los que aseveran ser ministros de Cristo son como los hijos de Elí, que ministraban en los oficios sagrados y se aprovechaban del ministerio para envolverse en crímenes y cometer adulterio, llevando así al pueblo a transgredir la Ley de Dios. Los tales tendrán que rendir una terrible prestación de cuentas cuando los casos de todos sean presentados delante de Dios y juzgados de acuerdo con las acciones realizadas contra el cuerpo... El adulterio es uno de los pecados más terribles de nuestro tiempo. Y este pecado prevalece en los profesos cristianos de todas las clases sociales...

Los cristianos son llamados a presentar sus cuerpos como un sacrificio vivo sobre el altar de Dios. "No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia"
(Rom. 6: 12, 13). Si los cuerpos colocados ostensiblemente sobre el altar de Dios tuvieran que pasar por el escrutinio por el cual pasan los sacrificios judíos, ¡cuán pocos pasarían la prueba y serían declarados perfectos delante de Dios, preservados en santidad, libres de manchas de pecado y contaminación! Dios no recibirá ningún sacrificio defectuoso. No aceptará ofrenda dañada o enferma. Se requería que la ofrenda fuera perfecta, sin mancha, valiosa.

Origen de los actos impuros
Nadie puede glorificar a Dios en su cuerpo, tal como él lo requiere, mientras viva en abierta transgresión a la Ley de Dios. Si el cuerpo viola el séptimo mandamiento, es por lo que le dicta la mente. Si la mente es impura, el cuerpo, naturalmente, se ocupará en actos de impureza. La pureza no puede existir en el alma de alguien que rinda su cuerpo a los actos impuros. Si el cuerpo sirve a la concupiscencia, la mente no podrá mantenerse consagrada a Dios. Con el fin de preservar una mente santificada, el cuerpo debe ser mantenido en santificación y honor. La mente servirá, pues, a la Ley de Dios, y le rendirá obediencia voluntaria a todos sus requerimientos... Entonces, como el apóstol, el tal podrá presentar sus miembros a Dios como instrumentos de justicia...

No hay gozo real en la vida de los pecadores
El Señor hizo al hombre recto, pero éste pecó y se ha degradado, porque rehúsa rendir obediencia a las demandas sagradas de la Ley de Dios. Si las pasiones del hombre son apropiadamente controladas y correctamente orientadas, contribuirán para el bien de su salud física y moral, y le asegurarán felicidad en abundancia. El adúltero, el fornicario y el incontinente no gozan de la vida. No hay placer auténtico para el transgresor de la Ley de Dios. Sabiendo esto, el Señor ha puesto restricciones al hombre. El dirige, comanda y categóricamente prohibe... El Señor sabe muy bien que la felicidad de sus hijos depende de la sumisión a su autoridad, y de vivir en obediencia a su norma de gobierno santa, justa y buena.

Pensamientos y acciones abiertos delante de Dios
Muchos podrán engañar por un tiempo, y encubrir que son adúlteros; no obstante, el ojo de Dios está sobre ellos. Los tiene señalados. No pueden ocultar de Dios sus crímenes. Hay quien aparentemente se conduce bien ante su familia y la comunidad, y es estimado como hombre bueno. ¿Será que se engaña a sí mismo con el pensamiento que el Altísimo nada sabe de sus hechos? El tal expone su corrupción ante la vista de la Majestad del cielo. El alto y sublime, cuyo ropaje de gloria llena el templo, está al tanto aun de los pensamientos, intenciones y propósitos del corazón del transgresor que se degrada a la vista de los ángeles puros e inmaculados que registran todas las acciones de las personas. Y no sólo es visto su pecado, sino que es anotado por el ángel registrador. El transgresor de la Ley de Dios puede engañar durante algún tiempo y lograr que su violación no sea conocida, pero tarde o temprano será sorprendido en el hecho, expuesto y condenado. Cualquiera que se atreva a violar la Ley de Dios, llegará a saber, por experiencia, que "el camino de los pecadores es duro".-  RH, 8 de marzo de 1870.
El ojo de Dios lo ve todo 
Si abrigáramos habitualmente la idea de que Dios ve y oye todo lo que hacemos y decimos, y conserva un fiel registro de nuestras palabras y acciones, a las que deberemos hacer frente en el día final, temeríamos pecar. Recuerden siempre los jóvenes que doquiera estén, y no importa lo que hagan, están en la presencia de Dios. Ningún acto de nuestra conducta escapa a su observación. No podemos esconder nuestros caminos del Altísimo. Las leyes humanas, aunque algunas veces son severas, a menudo son violadas sin que tal cosa se descubra; por lo tanto, las transgresiones quedan sin castigo. Pero no sucede así con la Ley de Dios. La más profunda medianoche no es cortina para el culpable. Puede creer que está solo; pero para cada acto hay un testigo invisible. Los motivos mismos del corazón están abiertos a la divina inspección. Todo acto, toda palabra, todo pensamiento están tan exactamente anotados como si hubiera una sola persona en todo el mundo, y como si la atención del Cielo estuviera concentrada sobre ella.- PP 217.

Profesos observadores de los mandamientos, culpables
Aun algunos de los que profesan guardar todos los mandamientos de Dios son culpables del pecado de adulterio. ¿Qué puedo decir para despertar su sensibilidad embotada? Los principios morales, aplicados estrictamente, son la única salvaguardia del alma.- 1JT 259.

Cuanto mayor el conocimiento, mayor el pecado
No todos los que profesan guardar los mandamientos de Dios mantienen sus cuerpos en santificación y honor. El mensaje más solemne alguna vez encomendado a los mortales ha sido confiado a este pueblo, y podría ejercer una poderosa influencia sobre otros si fueran santificados por él. Algunos adventistas del séptimo día pretenden estar establecidos sobre la elevada plataforma de las verdades eternas y guardar todos los mandamientos; por lo tanto, si consienten el pecado, si cometen fornicación o adulterio, su delito es, en magnitud, diez veces mayor que el de las personas que no reconocen la obligatoriedad de la Ley de Dios. En un sentido peculiar, los que profesan observar la Ley de Dios deshonran al Señor y causan vituperio a la verdad por la transgresión a los preceptos de esa ley.

El triste ejemplo de Israel
La prevalencia de este pecado en el antiguo Israel fue lo que atrajo sobre ellos una señalada manifestación del desagrado de Dios. Sus juicios cayeron enseguida sobre su nefando pecado, miles sucumbieron y sus cuerpos contaminados fueron abandonados en el desierto... "Y estas cosas les acontecieron como ejemplo, y están escritas para amonestarnos a nosotros, a quienes han alcanzado los fines de los siglos. Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga"(1 Cor. 10: 11, 12). Los adventistas del séptimo día, más que otros pueblos del mundo, deberían ser modelos de piedad, santos de corazón y píos en su conversación.- 2T 450, 451.

(Testimonios acerca de la Conducta Sexual 111-116  de Elena G. de Whithe)

El Pecado de la Permisividad


Rescatado del pecado y la impureza.-  Cuando la Ley de Dios está escrita en el corazón, se manifiesta en una vida pura y santa. Los mandamientos de Dios no son letra muerta. Son espíritu y vida, y llevan la imaginación y los pensamientos a sujetarse a la voluntad de Cristo. El corazón en el cual se hallen escritos, será guardado con toda diligencia, porque de él mana la vida. Todos los que amen a Jesús y guarden sus mandamientos, tratarán de evitar aun la apariencia del mal; no porque sean constreñidos a hacerlo, sino porque los tales transcriben un modelo puro y se sienten renuentes a cualquier cosa contraria a la Ley escrita en sus corazones. No confiarán en sí mismos, sino que su confianza estará puesta en Dios, quien es el único capaz de guardarlos del pecado y la impureza. La atmósfera que los rodea es pura; no corromperán su alma ni las de los demás. Se gozan en obrar con justicia, en amar la misericordia y en andar humildemente delante de Dios.
Peligros de los últimos días.- El peligro que se presentará ante los que vivan en los últimos días es la ausencia de religión pura, de santidad de corazón. El poder de conversión de Dios no ha obrado en la transformación de los caracteres de muchos. Profesan creer verdades sagradas, como hizo la nación judía; pero por su carencia de práctica de la verdad, se tornan ignorantes de las Escrituras y del poder de Dios. El poder y la influencia de la Ley de Dios se manifiesta alrededor de ellos, pero no renuevan su alma en santidad pura; por lo tanto, el Señor les dirige una súplica para estimularlos en la práctica de lo que es correcto. Las súplicas de su Espíritu son objetos de negligencia y rechazo. Las barreras son derribadas. El alma es débil y, por falta de fuerza moral para sobreponerse, acaba siendo contaminada y degradada. Se están atando a sí mismos en manojos, como haces listos para ser consumidos en el día final.

Deberes y obligaciones de los ministros.- Se requería de los sacerdotes judíos que fueran personas simétricas y bien equilibradas para que pudieran reflejar una gran verdad. "Límpiense los que llevan los vasos de Jehová". El Señor requería del ministerio judío en el sagrado oficio, no sólo una mente bien equilibrada y un cuerpo simétrico, sino también conciencias puras e incorruptibles. Hoy no requiere menos de nosotros que estamos en el ministerio evangélico en esta dispensación. Quienes han sido llamados y elegidos por él deben ser exponentes de la reputación de Aquel que los ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. La misma Biblia que contiene los privilegios del pueblo de Dios y las promesas de Dios al pueblo, también contiene los deberes sagrados y las solemnes obligaciones que él requiere del pastor a cargo del rebaño de Dios, de manera que el pueblo pueda ver, al comparar el predicador viviente con el pastor divino, que posee las credenciales del cielo y la semejanza de Aquel que es el Príncipe de los pastores. Dios ha designado que el que enseña la Biblia debería ser, en carácter y vida familiar, un ejemplo de los principios de la verdad que enseña a sus semejantes.

El carácter verdadero es un reflejo de la vida interior.- Lo que un hombre es ejerce una influencia mayor que lo que dice. La vida apacible, consistente, piadosa, es una epístola viviente, conocida y leída de todos los hombres. Una persona puede hablar y escribir como un ángel, pero ser un demonio en su vida práctica. Dios hará que los que creen la verdad sean celosos de buenas obras.  A medida que ocupen posiciones más elevadas, serán sometidos a prueba por normas más elevadas. Serán zarandeados y examinados para ver si hay vicios y defectos, porque si los tales existieran, podrían manifestarse en palabras y comportamiento. El verdadero carácter no es algo que se modela desde afuera, o que uno se pone encima, sino que se irradia desde adentro. Si la bondad auténtica, la pureza, la mansedumbre y la humildad habitan en el corazón, se reflejarán en el carácter; y un carácter tal será poderoso.
Faltas y prácticas impuras de algunos.- Los guardianes del templo que fueron enviados para prender a Jesús informaron. "Jamás hombre alguno ha hablado como este hombre". Pero la razón de ello era que nunca hombre alguno había vivido como ese Hombre; porque si así no hubiera vivido, no podría haber hablado como habló. Sus palabras llevaban en sí un poder convincente, porque procedían de un corazón puro, santo, cargado de amor, simpatía, caridad y verdad. ¡Cuánto se alegran los que odian la Ley de Dios cuando pueden encontrar una mancha en el carácter de uno cuya vida refleja esa ley! Se alegran mucho cuando pueden causar oprobio a quienes son leales y auténticos, por causa de las faltas e impurezas de unos pocos. Hay elocuencia en la vida sosegada y consistente de un cristiano puro, verdadero, auténtico. Tendremos tentaciones todo el tiempo que estemos en este mundo, pero en vez de perjudicarnos, se convertirán en ventajas si las resistimos. Se han establecido límites que Satanás no puede trasponer. El prepara la hornalla que consume la escoria pero, en vez de perjudicar, sólo puede lograr que el oro del carácter brille más puro, y en una posición más ventajosa que antes de la prueba.

En Baal-peor.- El crimen que atrajo los juicios de Dios sobre Israel fue el de la licencia. El avance de las mujeres para entrampar las almas no terminó en Baal-peor. A pesar del castigo que sobrevino a los pecadores de Israel, el delito se repitió muchas veces. Satanás se mostró muy activo en su intento de derrotar por completo a Israel. Balac armó la trampa por consejo de Balaam. Israel pudo vencer a sus enemigos en batalla con bravura, los resistió y salió vencedor; pero cuando las mujeres comenzaron a llamarles la atención a buscar su compañía y seducirlos con sus encantos, no pudieron resistir la tentación. Fueron invitados a fiestas idólatras, y la complacencia del vino nubló sus mentes ofuscadas. No pudieron conservar el dominio propio ni su lealtad a la ley de Dios. Sus sentidos fueron embotados por el vino, y sus pasiones no santificadas los dominaron de tal manera que todas las barreras fueron rotas; ellos mismos invitaron las tentaciones al punto de hacerse presentes en esas fiestas idólatras. Aquellos hombres valientes, que no titubearon en las batallas, no habían puesto vallas a sus almas para resistir la tentación de gratificar sus bajas pasiones. La idolatría y la licencia marcharon juntas. Comenzaron manchando sus conciencias con lascivia, y luego se apartaron aún más del Señor por medio de la idolatría, de mostrando desprecio por el Dios de Israel.

Las estratagemas de Satanás se repiten.- Cuando se acerque el fin de la historia de esta tierra, Satanás obrará con todo su poder, de la misma manera y con las mismas tentaciones que usó con el antiguo Israel cuando estaba por entrar a la tierra de la promesa. Tenderá trampas a los que afirman que guardan los mandamientos de Dios, que se hallan en los límites mismos de la Canaán celestial. Hará uso de sus poderes al máximo, para entrampar a las almas y sorprender al profeso pueblo de Dios en sus puntos débiles. Satanás está determinado a destruir, por medio de sus tentaciones, y a contaminar con la permisividad las almas de quienes no han logrado poner en sujeción de las facultades superiores de su ser a su baja naturaleza; a los que han permitido que sus mentes avancen por el cauce carnal de la indulgencia de las bajas pasiones.

Satanás no tiene puesta su mira en los blancos más bajos y menos importantes, sino que tiende sus trampas mediante los que se alistan como sus agentes para seducir o atraer a los hombres para que se tomen libertades condenadas por la Ley de Dios. Es contra los hombres que ocupan posiciones de responsabilidad, que enseñan las demandas de la Ley de Dios y cuyas bocas están llenas de argumentos para vindicar esa ley, que Satanás ha irrumpido. Sobre ellos descarga sus poderes y agencias infernales, y los derriba atacando sus puntos débiles de carácter, sabiendo que quien ofende en un punto es culpable de todo. De ese modo obtiene completo dominio sobre el ser entero. Así, mente, alma, cuerpo y conciencia son llevados a la ruina. Y si se trata de un mensajero de justicia que posee mucha luz, o si el Señor lo ha utilizado como uno de sus obreros especiales en la causa de la verdad, ¡cuán grande termina siendo el triunfo de Satanás! ¡Cómo se alegra! ¡Y cómo Dios es deshonrado!

La licencia es uno de los encantamientos satánicos.- Las prácticas licenciosas de los hebreos consiguieron lo que ni los combates guerreros ni los encantamientos de Balaam pudieron lograr: que se apartaran de su Dios. Les fueron retiradas la cobertura y la protección. Dios se tornó en su enemigo. Fueron tantos los culpables de conducta licenciosa entre los príncipes y el pueblo, que el pecado llegó a ser nacional, pues Dios se airó con toda la congregación. El mismo Satanás está operando hoy para tratar de lograr idéntico fin: debilitar y destruir el pueblo que afirma observar los mandamientos de Dios, cuando está justamente en los límites de la Canaán celestial. Satanás sabe que ésta es su oportunidad. Le queda poco tiempo para trabajar y obrará con gran poder para entrampar al pueblo de Dios en sus puntos débiles de carácter.

Las mujeres como tentadoras.- Habrá mujeres que se tornarán tentadoras, que tratarán de hacer todo lo que puedan para atraer hacia ellas la atención de los hombres. Tratarán, en primer lugar, de ganarse la simpatía, el afecto, y luego los inducirán a violar la sagrada Ley de Dios. Aquellos que han deshonrado sus mentes y sus afectos colocándolos en lo que Dios prohibe, no tendrán escrúpulos en deshonrar a Dios mediante las variadas formas de idolatría. Dios los abandonará a sus afectos viles. Es necesario vigilar los pensamientos, levantar vallas en torno del alma con los preceptos de la Palabra de Dios; y ser cuidadosos con cada pensamiento, palabra y acción para no ser traicionados por el pecado. Es necesario guardarse con el fin de no cultivar la complacencia de las bajas pasiones, pues éstas no son el fruto de pensamientos y corazones santificados. Es deber del pueblo de Dios que guarda sus mandamientos velar y orar, escudriñar diligentemente las Escrituras, atesorar en el corazón la Palabra de Dios, no sea que peque contra Dios con pensamientos idólatras y prácticas degradantes, y de ese modo la iglesia de Dios se desmoralice como las iglesias caídas que aparecen representadas en la profecía como llenas de toda clase de aves sucias e inmundas.-RH, 17 de mayo de 1887.

Apto para la traslación.- Debe haber un pueblo apto para la traslación, representado por Enoc. Ese pueblo aguarda y espera la venida del Señor. La obra irá adelante con todos los que colaboren con Jesús en la tarea de la redención. El se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad, y limpiar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras. Dios ha hecho todo tipo de provisión para que seamos cristianos ilustrados, llenos del conocimiento de su voluntad y de toda sabiduría y entendimiento espiritual. Es esencial poseer un conocimiento teórico de la verdad, pero el conocimiento de las mayores verdades no nos Salvará; nuestro conocimiento debe ser práctico. El pueblo de Dios no sólo debe poseer un conocimiento de su voluntad, sino que tiene que poner en práctica ese conocimiento. Muchos serán eliminados de entre los que conocen la verdad porque no han sido santificados por ella. La verdad debe ser introducida en sus corazones para santificarlos y limpiarlos de toda mundanalidad y sensualidad en la vida privada. El templo del alma tiene que ser purificado. Cada acto secreto es como si se llevara a cabo en la presencia de Dios y de sus santos ángeles, todas las cosas están abiertas delante de Dios, y nada se le puede ocultar.

Prácticas desmoralizadoras en el matrimonio.- En el mundo de esta época los compromisos matrimoniales son desatendidos. Dios nunca pretendió que el matrimonio cubriera la multitud de pecados que en él se practica. La sensualidad y las bajas costumbres en las relaciones matrimoniales forman la mente y el gusto moral para prácticas desmoralizadoras fuera del matrimonio. Dios está purificando un pueblo para que tenga manos limpias y corazones puros para comparecer delante de él en el juicio. La norma debe ser elevada, la imaginación purificada; el apasionamiento que acompaña las prácticas degradantes debe ser abandonado y el alma elevada a pensamientos puros y prácticas santificadas. Todos los que soporten las pruebas que se les presenten llegarán a ser participantes de la naturaleza divina, y escaparán de la corrupción que está en el mundo a causa a la concupiscencia, por no haber participado de ella.

Fuente de poder espiritual.- Las operaciones satánicas no son ni medianamente discernidas, debido a que la pureza y la santidad no marcan la vida y el carácter de los que declaran ser ministros de Cristo. Fortalecidos con todas las energías, de acuerdo con su poder glorioso, somos así fortalecidos para hacer frente a las tentaciones de Satanás. Cristo, su pureza, y sus incomparables encantos deben constituirse en el motivo de contemplación del alma. Hay poder espiritual disponible para todos; pueden tenerlo si lo desean, para resistir la tentación, cumplir con sus deberes y para que su alma mantenga firme su integridad. Los que sientan necesidad de ser fortalecidos por el poder del Espíritu de Dios que obra en el hombre interior, no perderán su integridad. Además, la oración ferviente y la vigilancia los conducirá a través de las tentaciones. Tenemos que permanecer unidos a Cristo por medio de una fe viviente.

Semejantes a Cristo en carácter.- Estamos ahora justamente en medio de los peligros de los últimos días. Satanás ha descendido con gran poder para obrar sus engaños. Amarra la mente y la imaginación a las cosas impuras e ilícitas. Los cristianos llegan a parecerse a Cristo espaciándose en el Modelo divino. Todo aquello con lo cual se pongan en contacto ejerce una influencia modeladora sobre la vida y el carácter. Leí una vez acerca de un pintor que no quería, ni por un momento, contemplar una pintura imperfecta para que ésta no ejerciera una influencia deteriorante en su vista y su modo de concebir las cosas. Lo que nos permitimos mirar, muy a menudo -por no decir la mayoría de las veces- nos es transferido de alguna manera. La imaginación, acostumbrada a la contemplación de Dios y sus encantos, no podrá hallar placer en la contemplación de las escenas creadas por la imaginación excitada por la concupiscencia...

La sabiduría infernal de Satanás.- Satanás opera ahora como lo hizo en el Edén y como ha operado a lo largo de todas las generaciones que se han sucedido. El archienemigo conoce bien el material con el cual trabaja. Conoce los puntos débiles de cada carácter; y si esos puntos débiles no son fortalecidos, él pondrá en juego toda su sabiduría infernal en el intento de derribar a los hombres más fuertes, a los príncipes del ejército de Israel. En todas las generaciones se han producido naufragios de caracteres que fueron destruidos porque el alma no estaba bien guarnecida. Y ahora, a medida que nos acerquemos al fin del tiempo, Satanás obrará con actividad magistral para minar los principios y corromper el carácter moral. Muchos cometen pecados imaginándose que su delito permanece perfectamente escondido. Pero hay Uno que dice: "Yo conozco tus obras... Nada hay encubierto que no haya de ser manifestado; ni oculto que no haya de saberse". Cuando la mente es infatuada con la idea del pecado, se practican engaños y se oculta la verdad. Quienes cometan estos pecados, tampoco serán lerdos en mentir. Pero todos los pecados serán revelados.

No podemos ocultar de Dios los pecados.- Dios observa al pecador, El ojo que nunca dormita sabe todo lo que hacemos.  Está escrito en su libro. Alguien podría ocultar su pecado del padre, la madre, la esposa, o los amigos; no obstante, todo permanece abierto delante de Dios y es consignado en su libro de registro... David fue un hombre que se arrepintió y, aunque confesó y detestó su pecado, no pudo olvidarlo. Exclamó: "¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano... Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día" (Sal. 139: 7-12). Dios está en todas partes. Ve, sabe todas las cosas, y entiende las intenciones y determinaciones del corazón. Intentar ocultar el pecado de su atención es tarea vana. Vio cuando nuestros primeros padres pecaron en el Edén.  Vio cuando Caín levantó su mano contra Abel para matarlo. Observó los pecados del mundo antiguo, determinó sus días, y los castigó con el diluvio. También vio los pecados de su propio pueblo del pacto, los judíos, cuando se confabularon en contra del Hijo de Dios.

El libro de memorias de Dios.- De la misma manera como es registrada cada transgresión, todo asunto secreto será traído a juicio. Pueden haber estado ocultos a los mortales, pueden haber estado encubiertos de los buenos, de los puros, de los santos, de los amigos y los enemigos; no obstante, Dios los ve. Todos los pecados serán revelados en el día del juicio y, a menos que hayan sido objeto de arrepentimiento previo, serán castigados de acuerdo con su magnitud, porque en el libro de memorias de Dios se lleva un registro de todos los hechos humanos. Todas las acciones de la vida, buenas o malas, se hallan registradas. Es tan terrible el hecho que los pecados acumulados sean registrados y, finalmente, expuestos, como que los profesos hijos e hijas de Dios se aventuren a pecar contra sus propias conciencias, y por sus pecados involucren a otros en la misma ruina, a pesar de la luz y el conocimiento. Esto es un misterio. ¿Será que alguna vez han gustado de las virtudes del reino por venir? ¿Habrán gozado alguna vez de la dulce comunión con Dios? Por consiguiente, ¿cómo pueden volverse a esas prácticas sensuales, condenadas y degradantes?

El día de las revelaciones de Dios.- El último día se aproxima. Todos deberíamos considerar el hecho que Satanás está luchando, justamente ahora, por el dominio de las almas. Está jugando la partida de la vida por nuestras almas. ¿Será que cometeremos pecados en los límites mismos de la Canaán celestial¡Cuántas revelaciones! El esposo llegará a saber, por primera vez, acerca de los engaños y la falsedad practicados por la esposa, a quien consideraba inocente y pura. La esposa, por primera vez, llegará a conocer el caso de su esposo. Y los familiares y amigos podrán saber cómo el error, la falsedad y la corrupción los había estado rodeando; pues los secretos de todos los corazones serán revelados. La hora del juicio se aproxima largamente demorada debido a la bondad y la misericordia de Dios. Pero la trompeta de Dios sonará, para consternación de los que estén vivos y sin preparación, y despertará las pálidas moradas de los muertos. Aparecerá el gran trono blanco, y todos los justos muertos surgirán inmortales. Cualesquiera sean los pecados gratificados, considerados menores, arruinarán el alma a menos que sean vencidos. Los pecados menores se harán grandes. Los pensamientos y acciones impuros, sensuales, privados, el dar rienda suelta a las bajas pasiones dentro del matrimonio, conducirán a muchos otros pecados, a la transgresión de todos los mandamientos de Dios.

Crecimiento tiránico de las flaquezas humanas.- Hombres a quienes Dios ha confiado nobles talentos, se harán culpables de grandes flaquezas; y al no contar con la gracia de Cristo en el alma, llegarán a conectarse con los mayores delitos, a menos que se mantengan íntimamente unidos a Dios. Ello sucede porque no han hecho de la verdad divina una parte de ellos mismos. Su disciplina ha sido defectuosa; la cultura del alma no ha avanzado de un estado al siguiente, las tendencias congénitas no han sido restringidas, sino que han degradado el alma. Jesús ha hecho provisión para todas esas debilidades naturales. Pero si esas flaquezas no son vencidas, se constituirán en un tirano, un conquistador que al fin dominará, y la luz del cielo terminará anublándose y extinguiéndose.

La grandeza intelectual no es suficiente.- Me siento compelida a escribir con seriedad sobre este asunto, porque puedo percibir el peligro que se cierne sobre nosotros. La historia nos presenta los ejemplos más dolorosos acerca del peligro que corrieron hombres que ocuparon posiciones elevadas y luego se corrompieron. Hombres de mentes magistrales, de talento e influencia, pero que no depositaron su confianza totalmente en Dios, sino que se permitieron ser alabados, mimados y loados por grandes hombres del mundo, perdieron el equilibrio y llegaron a pensar que los pecados de los grandes hombres no son vicios. La dirección divina los abandonó y se despeñaron con rapidez hacia la corrupción y la perdición. Perdieron de vista por completo la norma justa de honor y la capacidad para distinguir entre el bien y el mal, entre el pecado y la justicia. Hay partes iluminadas y sombreadas en el carácter y, con seguridad, unas u otras obtendrán el triunfo.

Pero Dios, desde los cielos, pondera el valor moral. juzgará con justicia. El impío no permanecerá sin ser confrontado para siempre. Nada sino la verdad, llevada a la vida íntima, grabada en el carácter, será suficiente para mantener moralmente erectos a los hombres más grandes y talentosos. Si la grandeza intelectual hubiera sido suficiente, sus caracteres habrían sido firmes como una roca. Pero necesitaban caracteres virtuosos. Pablo dice: "Soy lo que soy por la gracia de Dios que está en mí".  El pueblo de Dios debe levantarse y revestirse con toda la armadura de justicia.- RH, 24 de mayo de 1887.

Razones del fracaso de Israel.- Muchos en el antiguo Israel cayeron justo frente a la tierra prometida. ¿Cuál fue su pecado? La licencia, la permisividad. Esas pasiones de corazones no santificados controlan con poder magistral a muchos de los que afirman ser seguidores de Cristo. Las palabras y las obras de muchos de los que conocen la verdad, son corruptas. Tienen facultades para razonar, entienden la verdad, pero no se han convertido del todo; no han sentido en sus almas el poder de la verdad. No hospedan en sus hogares a Jesús como huésped de honor. La gratificación sensual corroe la persona por completo, tiñendo y corrompiendo así a toda la familia... La pureza y la santidad de las relaciones matrimoniales, establecidas en el Edén para que fueran guardadas en forma sagrada y elevada, han sido rebajadas para administrar la concupiscencia.- Ms 31, 1885.

Cuando David se alejó de la rectitud.- Dios eligió a David, un humilde pastor, para que gobernara su pueblo. Era estricto en todas las ceremonias relacionadas con la religión judía, y se distinguió por su intrepidez y firme confianza en Dios. Fue notable por su fidelidad y reverencia.  Su firmeza, humildad, amor a la justicia y carácter decidido lo calificaron para llevar a cabo los grandes propósitos de Dios, para instruir a Israel en sus devociones, y para gobernarlos como un monarca generoso y sabio. Su carácter religioso era sincero y ferviente. Fue cuando David era fiel a Dios y poseía estos elevados rasgos de carácter que el Señor lo llamó "hombre según el corazón de Dios". Cuando fue elevado al trono, su comportamiento ofrecía un agudo contraste con los reyes de las demás naciones. Aborrecía la idolatría y guardaba celosamente al pueblo de Israel de ser seducido por la idolatría de las naciones circundantes. Era muy querido y honrado por su pueblo. A menudo conquistó y obtuvo triunfos. Su riqueza y su grandeza fueron acrecentadas. Pero su prosperidad influyó para que se apartara de Dios. Las tentaciones a las que se vio sometido fueron muchas y grandes.

Funestas consecuencias de la poligamia.- Finalmente cayó en la práctica común de los reyes que estaban a su alrededor: la pluralidad de esposas; y su vida fue amargada por los malos resultados de la poligamia. Su primer error fue el de tomar más de una esposa, alejándose así de la sabia disposición de Dios. Esta desviación de lo recto preparó el camino para errores mayores. Las naciones idólatras consideraban que poseer muchas mujeres constituía una adición a su honor y dignidad, y David llegó a considerar como un honor para su trono poseer muchas esposas. Pero pudo ver la desdichada consecuencia de tal decisión en la infeliz discordia, la rivalidad y los celos que se manifestó entre sus numerosas esposas y el gran número de hijos.

El arrepentimiento de David.- Su crimen en el caso de Urías y Betsabé fue grave a la vista de Dios. Un Dios justo e imparcial no podía sancionar o excusar estos pecados en David, por eso le dirigió una reprensión y una dura denuncia por intermedio de Natán, su profeta, quien dibujó con vivos colores su grave ofensa. David había sido ciego a su nefasto alejamiento de Dios. Había excusado su conducta pecaminosa hasta que su proceder le pareció inocuo a su propia vista. Un paso equivocado preparó el camino para el siguiente, hasta que sus pecados atrajeron la reprensión de Jehová por medio de Natán. David se despertó como de un sueño. Percibió el significado de su pecado. No trató de excusar su conducta, o paliar su pecado como hizo Saúl; sino que inclinó su cabeza ante el profeta de Dios sintiendo remordimiento y pesar sinceros, y reconociendo su culpa. Natán entonces le dijo que, a causa de su arrepentimiento y confesión humilde, Dios le perdonaría su pecado, quitaría parte de la amenaza de calamidad que pesaba sobre él, y libraría su vida.

Transgresión y castigo.- Sin embargo, debía ser castigado, porque había dado una gran oportunidad para que los enemigos de Dios blasfemaran. El asunto ha sido explotado por los enemigos de Dios desde los días de David hasta nuestros días. Los escépticos han atacado al cristianismo y ridiculizado la Biblia porque David les dio ocasión para ello. Traen a colación a los cristianos al caso de David y Betsabé, su poligamia y la declaración de que David es llamado "hombre según el corazón de Dios"; y dicen que si el registro bíblico es correcto, Dios justificó a David por sus delitos. Me fue mostrado que cuando David era puro y seguía el consejo de Dios, el Señor lo llamó "hombre según el corazón de Dios". Cuando David se apartó de Dios y manchó con sus crímenes su carácter virtuoso, dejó de ser el hombre según el corazón de Dios. Dios no justificó sus delitos en lo más mínimo, sino que le envió a Natán, su profeta, con terribles denuncias, porque había transgredido los mandamientos del Señor.

Dios reveló su reprobación a David por haber tenido pluralidad de esposas, y lo hizo objeto de sus juicios, permitiendo que el mal se levantase contra él en su propia casa. La terrible calamidad que Dios permitió que le sobreviniera a David es una evidencia, para las sucesivas generaciones, de que Dios no justificará a ninguno que transgreda sus mandamientos, sino que castigará seguramente al culpable, no importa cuán recto y favorecido de Dios pudiera haber sido mientras seguía al Señor con pureza de corazón. Cuando los justos se vuelven de sus justicias para hacer el mal, sus justicias del pasado no los librarán de la ira de un Dios justo y santo.

Los pecados de los santos en la Biblia.- Hombres prominentes de la historia bíblica han pecado gravemente. Sus pecados no han sido encubiertos sino fielmente registrados en la historia de la iglesia de Dios, con el consecuente castigo que siguió a la ofensa. Estos casos fueron registrados para beneficio de las futuras generaciones, y deberían inspirar fe en la Palabra de Dios como historia fidedigna. Los hombres que quieran dudar de Dios, del cristianismo y de la Palabra de Dios, que no juzgan con candidez e imparcialidad, sino con mentes prejuiciadas, urgarán en la vida y el carácter de quienes han sido los más prominentes dirigentes de Israel, para detectar defectos. En Dios se originó la idea de que se presente, en la historia inspirada, una fiel delineación del carácter de los mejores y más grandes hombres de los días bíblicos. Esos hombres eran mortales, sujetos a las tentaciones diabólicas. Sus flaquezas y pecados no fueron encubiertos, sino fielmente registrados, con la reprobación y el castigo consiguientes. "Y estas cosas... están escritas para amonestarnos a nosotros, quienes hemos alcanzado los fines de los siglos".

No es el propósito de Dios que lo que se dice en su Palabra sea para exaltar a los mejores hombres que han vivido sobre esta tierra. Todos sus triunfos, sus grandes y buenas obras deben ser atribuidas a Dios. El es el único que debe ser glorificado. El solo debe ser exaltado. El fue todo en todo. El hombre ha sido apenas un agente, un instrumento frágil en sus manos. El poder y la excelencia proceden de Dios. Dios ha visto en el hombre una disposición continua a apartarse de él, a olvidarlo y a adorar a la criatura antes que al Creador. Por lo tanto, Dios no consintió que se registrara mucho relacionado con la alabanza de los hombres en las páginas de la historia sagrada.

Los salmos penitenciales.- David se arrepintió de su pecado en saco y ceniza. Suplicó el perdón de Dios y no ocultó su arrepentimiento de los grandes hombres ni de los servidores en su reino, Compuso un salmo penitencial en el que relata su pecado y su arrepentimiento. El sabía que ese salmo sería cantado por generaciones. Quería que otros fueran beneficiados por la triste historia de su vida. Los cantos compuestos por David eran entonados por todo Israel, particularmente en presencia de la asamblea de la corte, ante sacerdotes, ancianos y señores. Sabía bien que la confesión de su culpa informaría a otras generaciones de sus pecados. Presenta su caso para mostrar en quién confiaba y de quién esperaba perdón. "Ten piedad de mí, oh Dios, conforme a tu misericordia; conforme a la multitud de tus piedades borra mis rebeliones. Lávame más y más de mi maldad, y límpiame de mi pecado... Líbrame de homicidios, oh Dios, Dios de mi salvación" (Sal. 51: 1, 2, 14). David no manifiesta el espíritu de un inconverso. Si hubiera poseído el espíritu de los líderes que lo rodeaban, no habría soportado el cuadro de su crimen en sus verdaderos y horribles colores; sino que le habría quitado la vida a quien fielmente lo reprobara. No obstante, la elevada posición de su trono y su poder ilimitado, el reconocimiento humilde de todas las acusaciones, es una evidencia de que todavía temía y temblaba ante la Palabra del Señor.

Resultados de los errores de David.- David tuvo que sentir amargamente los frutos de su mal proceder. Sus hijos actuaron aprovechándose de su pecado. Amón cometió un gran crimen, y Absalón se vengó matándolo. De esa manera, el pecado de David estaba siempre presente en su mente, y tuvo que sentir todo el peso de la injusticia hecha a Urías y a Betsabé.- 4SGa 85-89.

Advertencias a causa de los pecados de otros.- Dios ha lanzado claras reprensiones contra los hombres y las mujeres que han pecado al corromper sus cuerpos y mancillar sus almas con la lascivia. Conocen las advertencias dirigidas a otros que, en circunstancias similares, fueron vencidos por la tentación, y saben que el desagrado de Dios cayó sobre ellos... Dios ha expresado que condena el pecado en todas sus formas. Reprende y condena claramente el pecado de lascivia. Los hombres y las mujeres serán juzgados de acuerdo con la luz que les ha sido dada por Dios.- TM 437.

Controlados por una razón santificada.- Cada pasión no santificada debe ser puesta bajo el control de la razón santificada mediante la gracia abundantemente otorgada por Dios en cada emergencia. Pero no permita que se cree una emergencia, que haya un acto voluntario que lo ponga donde será asaltado por la tentación, o dé la menor ocasión para que otros piensen que es culpable de indiscreción.- Carta 18, 1891; (1MCP 243).

Visión correcta del yo a la luz de la Palabra de Dios.- Las continuas tentaciones de Satanás están designadas a debilitar el gobierno del hombre sobre su propio corazón, para minar su poder de dominio propio.  Conduce al hombre a romper los lazos que lo conectan con una unión santa y feliz con su Hacedor, Entonces, cuando está desconectado de Dios, la pasión obtiene el control sobre la razón, y el impulso sobre los principios, y llega a ser pecaminoso en pensamientos y actos, se pervierte el juicio, su razón parece estar debilitada, y necesita volver a ser él mismo para regresar a Dios por medio de una correcta autoimagen a la luz de la Palabra de Dios.- Carta 24, 1890; (1MCP 234).

El poder de la religión.- ¿Por qué medios podrían los jóvenes reprimir las propensiones al mal y desarrollar en el carácter lo que es noble y bueno?  La voluntad, el intelecto y las emociones son transformados cuando son controlados por el poder de la religión.  "Si, pues, coméis o bebéis o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios" (1 Cor. 10: 31). Este es un principio que subraya toda acción, pensamiento y motivo cuando el ser entero está bajo el control de la voluntad de Dios. La voz y las pasiones deben ser crucificadas. "Todo lo puedo en Cristo que me fortalece"(Fil. 4: 13). La voluntad, los apetitos y pasiones clamarán por complacencia, pero Dios ha implantado en nosotros el deseo por cosas más elevadas y santas; así que no es necesario que la voluntad, los apetitos y las pasiones se degraden. Esto es así sólo cuando rehuimos someternos al control de la razón y la conciencia. Tenemos que controlar nuestras pasiones y negarnos al yo.

Acosamiento satánico a los jóvenes.- La mente no santificada deja de recibir la fortaleza y el consuelo que Dios provee a todos los que acuden a él. Se produce un desasosiego, un deseo ardiente por lo nuevo que gratifique, que deleite y fascine la mente, y a esta complacencia se la llama placer. Satanás posee encantos seductores para captar el interés y excitar la imaginación juvenil, y así asegurarlos en su trampa. No construyamos el carácter sobre arena.- Ms 59, 1900.

(Testimonios acerca de la Conducta Sexual de Elena G. de White  93 - 111)