martes, 31 de marzo de 2020

19. “SEMEJANZA A CRISTO”.


Amados, ahora somos hijos de Dios, y aún no se ha manifestado lo que hemos de ser; pero sabemos que cuando él se manifieste, seremos semejantes a él, porque le veremos tal como él es.
 (1 Juan 3: 2).

Pronto vendrá Cristo en las nubes de los cielos; por lo tanto, tenemos que estar preparados para encontrarnos con él; libres de toda mancha, arruga o algo semejante. Ahora debemos aceptar la invitación de Cristo: "Venid a mí todos los que estáis cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas" (Mat. 11: 28, 29).  

Las Palabras Dichas A Nicodemo Tienen Un Gran Valor Práctico Para Los Que Vivimos En Este Tiempo: "El que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo. El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu" (Juan 3: 5-8).


Nuestros corazones tienen que experimentar el poder de conversión de Dios. Debemos estudiar la vida de Cristo para imitar al Modelo divino.

 Es fundamental que nos apoyemos en la perfección del carácter de Jesús para transformarnos a su imagen. Nadie entrará en el reino de Dios a menos que sojuzgue sus pasiones y rinda su voluntad en cautiverio a Cristo.
El cielo está libre del pecado y de toda mancha e impureza.  Si deseamos vivir en esa atmósfera, y si contemplamos la gloria de Cristo, en virtud de su gracia y su justicia seremos puros de corazón y de carácter perfecto.

 NO DEBEMOS RELACIONARNOS con el placer o los pasatiempos, ya que nos estamos preparando para las gloriosas mansiones que Jesús fue a alistar para nosotros.

SI SOMOS FIELES, si buscamos ser una bendición para otros, y si somos pacientes en el bien hacer, cuando venga Cristo nos coronará con la gloria, La Honra Y La Inmortalidad.
Review ande Herald, 28 de abril de 1891. RP 100

sábado, 28 de marzo de 2020

18. UN CORAZÓN NUEVO.



Os daré corazón nuevo, y pondré espíritu nuevo dentro de vosotros; y quitaré de vuestra carne el corazón de piedra, y os daré un corazón de carne. Y pondré dentro de vosotros mi Espíritu, y haré que andéis en mis estatutos, y guardéis mis preceptos, y los pongáis por obra. 
(Ezequiel 36: 26, 27).

El corazón puede ser la residencia del Espíritu Santo, y así como es posible que la paz de Cristo, que supera toda comprensión, habite en el creyente gracias al poder transformador de su gracia, también puede habilitarlo para participar en las cortes de gloria.

Sin embargo, si el cerebro, cada músculo y cada nervio es utilizado para servir al yo, el tal no estará colocando a Dios y al cielo en primer lugar. Si las energías se invierten en el mundo, será imposible tejer en el carácter las gracias de Cristo.

Usted podrá tener éxito en amontonar fortunas para glorificar su yo. Sin embargo, recuerde que "donde esté vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón" (Mat. 6:21). 

Los asuntos de interés eterno pueden ser considerados de importancia secundaria.
Hasta es posible participar en las expresiones exteriores del culto y, sin embargo, el servicio ser una abominación para el Dios de los cielos.

Es imposible servir al Señor y a las riquezas. Es facultad de cada uno rendir el corazón para dedicar la voluntad, ya sea al servicio del Omnipotente, o poner todas las energías a disposición del mundo. Dios no acepta un servicio a medias.

"La lámpara del cuerpo es el ojo; cuando tu ojo es bueno, también todo tu cuerpo está lleno de luz"
 (Luc. 11: 34).
  Si el ojo es sincero y posee orientación divina, la luz celestial brillará en el interior del creyente que no siente atracción por las cosas terrenales.

  Los que depositan sus tesoros en el cielo experimentarán cambios en los propósitos del corazón; escucharán los consejos y las exhortaciones de Cristo, y también fijarán los pensamientos en la recompensa eterna. Harán todos los planes teniendo en cuenta el futuro y la vida inmortal. Usted será atraído por sus tesoros. No considere los intereses mundanales, sino más bien en todos sus quehaceres silenciosamente pregunte: "Señor, ¿qué quieres que yo haga?" (Hech. 9: 6).
 Review and Herald, 24 de enero de 1888. RP 51

miércoles, 4 de marzo de 2020

REFLEXIÓN 96. ¿CÓMO HALLAR LA SENDA CORRECTA?


13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;
14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan. Mateo 7.

Muchos son los que dicen
¿Quién nos mostrará el bien?... 
Salmo 4:6.
Por lo general la gente se pregunta: 
"¿Quién nos mostrará algo bueno? 
¿Dónde puede hallarse la verdadera felicidad? 
¿Qué es la verdadera felicidad?" 
Estas son las cínicas preguntas del impío materialista, preguntas que sólo pueden hallar respuesta en la vida de la persona piadosa. 3 CBA
Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre. 
Sal. 16: 11 
4 Muéstrame, oh Jehová, tus caminos; Enséñame tus sendas. 5 Encamíname en tu verdad, y enséñame, Porque tú eres el Dios de mi salvación; En ti he esperado todo el día. 8 Bueno y recto es Jehová; Por tanto, él enseñará a los pecadores el camino. 9 Encaminará a los humildes por el juicio, Y enseñará a los mansos su carrera. 10 Todas las sendas de Jehová son misericordia y verdad, Para los que guardan su pacto y sus testimonios. 11 Por amor de tu nombre, oh Jehová, Perdonarás también mi pecado, que es grande 12 ¿Quién es el hombre que teme a Jehová? El le enseñará el camino que ha de escoger. 13 Gozará él de bienestar, Y su descendencia heredará la tierra. Salmo 25.

Guíame por la senda de tus mandamientos, Porque en ella tengo mi voluntad. Salmos 119:35.
6 Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. Juan 14.
10 Si guardareis mis mandamientos, permaneceréis en mi amor; así como yo he guardado los mandamientos de mi Padre, y permanezco en su amor. Juan 15.
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. 4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él. 1 Juan 2.
12 Aquí está la paciencia de los santos, los que guardan los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Apocalipsis 14.
Los Diez Mandamientos. Éxodo 20:3-17.
22 También afirma el Señor:
«Así como el nuevo cielo y la nueva tierra que yo voy a crear durarán para siempre, así también durarán tus descendientes y tu nombre.
23 Y cada mes, en el día de la luna nueva,
y cada semana, en el sábado,
todos los hombres vendrán a postrarse delante de mí.
Yo, el Señor, lo he dicho. Isaías 66. DHH
14 Bienaventurados los que guardan sus mandamientos, para que su potencia sea en el árbol de la vida, y que entren por las puertas en la ciudad. Apoc. 22.
Ministerio Hno. Pio