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Entonces Pilato volvió a entrar en el pretorio, y llamó a Jesús y le
dijo: ¿Eres tú el Rey de los judíos? 34 Jesús le respondió: ¿Dices tú
esto por ti mismo, o te lo han dicho otros de mí? 35 Pilato le
respondió: ¿Soy yo acaso judío? Tu nación, y los principales sacerdotes,
te han entregado a mí. ¿Qué has hecho? 36 Respondió Jesús: Mi reino no
es de este mundo; si mi reino fuera de este mundo, mis servidores
pelearían para que yo no fuera entregado a los judíos; pero mi reino no
es de aquí. 37 Le dijo entonces Pilato: ¿Luego, eres tú rey? Respondió
Jesús: Tú dices que yo soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he
venido al mundo, para dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de
la verdad, oye mi voz. 38 Le dijo Pilato: ¿Qué es la verdad?
Juan 18:33-38
*Pilato estaba convencido de que un tenebroso complot había sido tramado para destruir a un hombre inocente
que estorbaba a los dignatarios judíos.
Volviéndose a Jesús, preguntó: "¿Eres tú el Rey de los judíos?"
El Salvador contestó: "Tú lo dices."
Y
mientras hablaba, su semblante se iluminó como si un rayo de sol
resplandeciese sobre él. Cuando oyeron su respuesta, Caifás y los que
con él estaban invitaron a Pilato a reconocer que Jesús había admitido
el crimen que le atribuían.
Con
ruidosos clamores, sacerdotes, escribas y gobernantes exigieron que
fuese sentenciado a muerte. A esos clamores se unió la muchedumbre, y el
ruido era ensordecedor.
*Pilato
estaba confuso. Viendo que Jesús no contestaba a sus acusadores, le
dijo: "¿No respondes algo? Mira de cuántas cosas te acusan. Mas Jesús ni
aun con eso respondió." De pie, detrás de Pilato, a la vista de todos
los que estaban en el tribunal, Cristo oyó los insultos; pero no
contestó una palabra a todas las falsas acusaciones presentadas contra
él.
*Todo
su porte daba evidencia de una inocencia consciente. Permanecía
inconmovible ante la furia de las olas que venían a golpearle. Era como
si una enorme marejada de ira, elevándose siempre más alto, se volcase
como las olas del bullicioso océano en derredor suyo, pero sin tocarle.
Guardaba silencio, pero su silencio era elocuencia. Era como una luz que
resplandeciese del hombre interior al exterior. La actitud de Jesús
asombraba a Pilato.
Se preguntaba: ¿Es indiferente este hombre a lo que está sucediendo porque no se interesa en salvar su vida?
*Al
ver a Jesús soportar los insultos y las burlas sin responder, sentía
que no podía ser tan injusto como los clamorosos sacerdotes. Esperando
obtener de él la verdad y escapar al tumulto de la muchedumbre, Pilato
llevó a Jesús aparte y le volvió a preguntar: " ¿Eres tú el Rey de los
Judíos?" Jesús no respondió directamente a esta pregunta. Sabía que675
el Espíritu Santo estaba contendiendo con Pilato, y le dio oportunidad
de reconocer su convicción. ¿Dices tú esto de ti mismo --preguntó,-- o
te lo han dicho otros de mí?"
*Es
decir, ¿eran las acusaciones de los sacerdotes, o un deseo de recibir
luz de Cristo lo que motivaba la pregunta de Pilato? Pilato comprendió
lo que quería decir Cristo; pero un sentimiento de orgullo se irguió en
su corazón. No quiso reconocer la convicción que se apoderaba de él.
*"¿Soy
yo Judío? --dijo.-- Tu gente, y los pontífices, te han entregado a mí:
¿qué has hecho?" La áurea oportunidad de Pilato había pasado. Sin
embargo Jesús no le dejó sin darle algo más de luz. Aunque no contestó
directamente la pregunta de Pilato, expuso claramente su propia misión.
Le dio a entender que no estaba buscando un trono terrenal. "Mi reino no
es de este mundo --dijo:-- si de este mundo fuera mi reino, mis
servidores pelearían para que yo no fuera entregado a los Judíos: ahora,
pues, mi reino no es de aquí.
*Díjole
entonces Pilato: ¿Luego rey eres tú? Respondió Jesús: Tú dices que yo
soy rey. Yo para esto he nacido, y para esto he venido al mundo, para
dar testimonio a la verdad. Todo aquel que es de la verdad, oye mi voz."
(Son como las ovejas que oyen la voz del pastor) (cap. 10: 3, 16).
*Cristo
afirmó que su palabra era en sí misma una llave que abriría el misterio
para aquellos que estuviesen preparados para recibirlo.
*Esta
palabra tenía un poder que la recomendaba, y en ello estribaba el
secreto de la difusión de su reino de verdad. Deseaba que Pilato
comprendiese que únicamente si recibía y aceptaba la verdad podría
reconstruirse su naturaleza arruinada. Pilato deseaba conocer la verdad.
Su espíritu estaba confuso. Escuchó ávidamente las palabras del
Salvador, y su corazón fue conmovido por un gran anhelo de saber lo que
era realmente la verdad y cómo podía obtenerla.
*"¿Qué
cosa es verdad?" preguntó. Pero no esperó la respuesta. El tumulto del
exterior le hizo recordar los intereses del momento; porque los
sacerdotes estaban pidiendo con clamores una decisión inmediata. EGWDTG
674-675
¿QUÉ ES LA VERDAD?
*Pilato
estaba impresionado por las palabras de Jesús y habría escuchado más
instrucciones, pero la turba de afuera clamaba pidiendo una decisión, y
Pilato no esperó una respuesta. Con esto menospreció una oportunidad
áurea. Al igual que Félix, esperaba una oportunidad más favorable
(Hech. 24: 25).
Si posteriormente el cielo le concedió otra oportunidad, también fue
descuidada como ésta.
*
La turba rápidamente se iba descontrolando y se estaba gestando un
motín por el cual Pilato tendría que dar cuenta a sus superiores en Roma
(cf. Hech. 19: 40). Pilato comenzó a ver que cada intento que había
hecho por conseguir que el pueblo y sus dirigentes dieran su
consentimiento para librar a Jesús, sólo había servido para aumentar la
furia irracional del pueblo.
Se lavó las manos.
Con referencia a la estrategia que finalmente llevó a Pilato a hacer
esto, ver Juan 19: 12-16. Pilato había declarado repetidas veces que
Cristo era inocente, y había procurado soltar a Jesús de ser eso
posible. De lo contrario, por lo menos deseaba evadir la responsabilidad
de pronunciar una sentencia (Juan 18: 38; etc.).
(1) Había intentado persuadir a los Judíos para que ellos mismos se
ocuparan del juicio de Jesús, dentro de los límites de la ley (Juan 18:
31).
(2) Había enviado a Jesús ante Herodes (Luc. 23: 7).
(3) Había intentado soltar a Jesús como el preso perdonado en ocasión de la pascua (Juan 18: 39).
(4) Había mandado azotar a Jesús con la esperanza de suscitar compasión
por él, y así salvarlo de la pena de muerte (Luc. 23: 22).
En comparación con otros pueblos de la antigüedad, los romanos eran
conocidos por su claro sentido de Injusticia al ocuparse de individuos
acusados, actitud que Pilato, sin duda, compartía.
Se sabe que el emperador Tiberio trataba con severidad a aquellos
funcionarios romanos que maltrataban a cualquiera de sus súbditos.
Pilato ya se había hecho acreedor del desagrado imperial por causa de su
trato brutal y falto de consideración para con los judíos; por este
mismo motivo se lo depuso cinco años más tarde, poco después de lo cual
se suicidó (DTG 687; cf. Josefo, Antigüedades xviii. 3. 2; 4. 1-2;
etc.). CBADTG MHP
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