Para toda persona, por lo general el fin de un año, es una experiencia de variadas emociones. Gente que se prepara desde los grandes y deliciosos platos, diversiones, viajes, distintos tipos de ritos para que el año siguiente sea mejor, productivo, y sobre todo se alcance los sueños dorados. Eso hace la gente común de un país generalmente.
Ahora el propósito de la reflexión de hoy es: Qué Hace un cristiano, un creyente en el gran Dios. Creador de los cielos y la tierra,
¿En el fin de año?
¿En el fin de año?
Primeramente hace una evaluación de todas las bendiciones que recibió en el año. Con sus experiencias de diferentes matices. Recuerda que todo lo que recibimos viene de Dios; porque así lo permite. Pero siempre querrá lo mejor para todos sus hijos. (Romanos 8:28).
Y seguidamente agradecerá por todo lo que recibió, gracias por la vida, por la familia, por el trabajo, por sobre todo el ser hijos e hijas de Dios, que es la mejor de todas las bendiciones recibidas. (Salmos 103; 1 Juan 3:1,2). Todo esto con un culto de acción de gracias en el hogar, o iglesia.
Y luego pedirá al Señor para que el año que llega sea un año en que nuestra fidelidad se acrecenté. “Porque es lamentable que en muchos hogares cristianos el culto familiar está olvidado. Y es, esta relación diaria con Dios lo que hará posible; que nuestros planes y sueños se cristalicen o modifiquen por su gran voluntad.
Por ejemplo el padre de la fe, Abraham, por donde pasaba en su peregrinaje, levantaba un altar de Adoración al Dios eterno. (Génesis 12:8; 13:4). Y esta costumbre saludable hizo que escuchara la voz de Dios en muchas ocasiones, ¡qué lindo privilegio! verdad? claro que sí,
Y más adelante el Señor mismo testifico de él, con bendiciones por su obediencia: “Multiplicaré tu descendencia como las estrellas del cielo, y daré a tu descendencia todas estas tierras; y todas las naciones de la tierra serán benditas en tu simiente, por cuanto oyó Abraham mi voz, y guardó mi precepto, mis mandamientos, mis estatutos y mis leyes”. (Génesis 26:4,5).
En el altar familiar radica el éxito del pueblo remanente.
¡No vivamos al azar!
Solo asistiendo a la iglesia el fin de semana, también hagamos que nuestro hogar, nuestras casas sean una iglesia familiar en la semana, el día a día, al iniciar el día y al terminar. De ese hábito de vida, hará que seamos cristianos fructíferos, y que tengamos los frutos del Espíritu Santo. (San Mateo 7:15-27; Gálatas 5:22-25).
Y así cuando llegue el fin del año; el agradecimiento será mayor y sobre todo fructífero, porque avanzamos, y diremos como Samuel al pueblo. “…Hasta aquí nos ayudó Jehová” (1Samuel 7:12).
Dios los bendiga a todos, y sea el Dios de todos en este nuevo año, porque su gran amor dice: ¡Quién diera que tuviesen tal corazón, que me temiesen y guardasen todos los días todos mis mandamientos, para que a ellos y a sus hijos les fuese bien para siempre!
(Deuteronomio 5:29 R60). Amén.
Ministerio: Hno. Pio.
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