viernes, 17 de mayo de 2013

REFLEXIÓN 33.- Vive Satisfecho Y Feliz, Con La Pareja, Que Dios Te Dio


Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo. ¿Se derramarán tus fuentes por las calles, Y tus corrientes de aguas por las plazas? Sean para ti solo, Y no para los extraños contigo. Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre. (Proverbios 5: 15 - 19) 

Hace un buen tiempo atrás conocí a Francisco. Estaba casado por más de 45 años.  Pero toda su vida matrimonial, vivió y vivía pensando que la mujer que había llegado a ser su esposa, no era la ideal; y que pensaba en encontrarla en cualquier momento. Y rehacer su vida, lo decía la última vez que lo vi y converse con él hace más de 6 años atrás. 

Pero puedo señalar que cada vez que conversaba con Francisco, me entraban unas ganas de ahorcarlo, porque sus palabras hacían mucho daño a su fiel esposa. Y no había nada que pudiera cambiar su modo de pensar.

 Pero a pesar de eso, él había llegado a tener varios hijos. A los cuales había amargado sus existencias con esta vida de insatisfacción.  Hace poco lo vi de lejos mientras cruzaba una calle, Francisco ya no está más fuerte, está débil, y lleva un bastón de apoyo, ¿y quién creen, que estaba a su lado Ayudándolo? Su Fiel y abnegada esposa.

 ¿Me pregunto a esta altura de su vida, habrá cambiado su modo de pensar y por fin llegó a aceptar su realidad? 

Pero esto es solo una perla en este mundo de insatisfacción. El caso de Max. No es diferente en su consecuencia, igual, hasta de anciano seguía de enamorador, porque quería rehacer su vida… pero ya está enfermo, jugándose los descuentos, y está solo, sin hijos que lo quieran. 
Lo que me preocupa es: ¿Qué pasará cuando ya no pueda valerse totalmente por sí mismo? 

Sembramos y estamos obligados a cosechar indefectiblemente. 

De los casos que les menciono, son personas que profesan ciertos principios elevadores. 
Claro debe haber otros casos, de esposas también inconformes, con su vida conyugal. Y en la primera oportunidad, huyen dejando atrás hijos abandonados y destruidos para siempre. 

Eso no debe ser novedad para ti también que de seguro los has visto de cerca. 

¿Entonces qué hacemos? 
¿Cómo vivir una vida plena? 

Algunos dicen me separo, 
porque nunca lo amé.  

 El Amor es la clave
 de este drama. 

Y Preguntamos: 
¿Podemos llegar a amar y querer,
 a nuestro cónyuge, habiéndonos casado sin estar enamorados? 
Puedo decir con contundencia, Si
¡Pero, solo cumpliendo ciertos estándares!

1.- El Amor Es Divino: Debemos partir de la base que el amor viene de Dios, y Dios es eterno. Y nunca termina. (1Juan 4: 8). 
Al contrario se va renovando y madurando cada vez más. Porque el amor no es solo pasión, es más principio. Que nunca cambia. 

2.- La Belleza es Innata: Debemos partir, de que toda persona, como creación de Dios, tiene su gracia. Por tanto es bello, o hermosa. 
Por ejemplo: el primer caso de Francisco. Tenía una linda esposa, pero no sabía valorarla, porque solo veía su pasado.

 3.- La Fidelidad y Lealtad: Todo estos pasos es posible, porque estamos hablando de una relación dentro de los parámetros normales. Si hay adulterio de por medio, las cosas cambian. Claro, pero todo dependerá de eso que se llama perdón, y en estos casos, el que decida perdonar, lo hará incondicionalmente y olvidar. 
Pero pocos matrimonios pasan por esta tragedia incólumes. Ya que el que falló una vez el voto matrimonial, es posible que vuelva caer. Tendría que haber un compromiso completo y seguir reconstruyendo la relación. Puedo decir que he visto casos así. Pero son mínimos.

 4.- Cuando el amor rebasa a la Pasión: Toda relación tiene un inicio, que va afianzándose con el tiempo. Nutriéndose, del respeto, consideración, cuidado, servicio, admiración, afecto, risas, confianza, discreción…etc.
 Entonces llegamos a amar más la belleza del espíritu, que del cuerpo, claro está; amar la belleza interior, es amar también lo físico, no hay duda. ¡Ese! es el verdadero amor. 

Entonces podemos concluir esta parte: Que es posible enamorarse y amar a nuestro cónyuge si Dios, pone su amor en nosotros y el resto solo será consecuencia natural. 
Que dará dicha, felicidad en el hogar.
 Claro el amor debe ser correspondido 
y así crecerá más y más. 

Recuerda el consejo del Señor:  
“Bebe el agua de tu misma cisterna, Y los raudales de tu propio pozo…Sea bendito tu manantial, Y alégrate con la mujer de tu juventud, Como cierva amada y graciosa gacela. Sus caricias te satisfagan en todo tiempo, Y en su amor recréate siempre”. 

Así vivirás satisfecho, y serás feliz y sobre todo harás feliz a tu familia, dejando una generación que será de bendiciendo en este mundo. Dios te bendiga, y te de sabiduría para valorar y amar lo que tienes.  

Con Afecto: Pio Pablo Huamán Julca 

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