domingo, 10 de noviembre de 2013

REFLEXIÓN 41. Defiende Tu Fe, En Todo Momento.


Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. Porque por ella alcanzaron buen testimonio los antiguos. Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la palabra de Dios, de modo que lo que se ve fue hecho de lo que no se veía. 
(R60 Hebreos 11:1-3). 

¿Cómo defender nuestra fe? 

Todo ser vivo ante la amenaza de su integridad se defiende. 
Lo vemos en un bebé y mientras va creciendo, empieza a defenderse, con sus pequeñas manitos. 
Nuestro cuerpo sufre ataques permanentes, de todo tipo de virus, bacterias, que los defensores, los glóbulos blancos batallan, y la muestra de que estamos sanos, es que la victoria fue favorable.

 La batalla por la vida es en todo momento. Por ejemplo podemos caminar aun por las calles sin sobre saltos, porque están cerca los que resguardan nuestra seguridad, y cuando ellos pierden la batalla, se ven asaltos, crimines... 

Y en la batalla de la fe no es la excepción. La santa biblia registra hechos que nos demuestran, que empezó una guerra en el cielo, y esa guerra se trasladó a la tierra. Y los actores en este gran conflicto, en esta grande conflagración son: 
El enemigo Satanás y Nuestro Dios. 

En principio el interés del gran rebelde fue quitar a Dios de su trono, pero no pudo y fue echado a la tierra juntamente con los millones de ángeles. Y en esta tierra el botín por así decirlo es la raza humana. 

En el Edén ganó la partida a nuestros primeros padres, y se apodero del título de propiedad de esta tierra confiada en concesión a los nuestros. (Apocalipsis 12:3, 4, 7-10; Génesis 3: 1-7).

 Desde ese momento la humanidad lejos de Dios, y envalentonado y unido a satanás en rebelión contra su creador, fue denigrándose. 
El intelecto era tan poderoso de esos habitantes, tenían tanta capacidad de raciocinio, que no tiene igual con la gente de hoy. Y ese poder lo usaron para luchar contra Dios. Solo para el mal. 

En esa apostasía casi generalizada, vivió un varón de Dios, que supo, defender sus fe y principios, que consiste en que toda criatura debe adorar solo al Dios verdadero. Por tanto eso agradó a Dios. Caminó, pues, Enoc con Dios, y desapareció, porque le llevó Dios. 
 (Gen 5:24 R60). 

Por la fe Enoc fue traspuesto para no ver muerte, y no fue hallado, porque lo traspuso Dios; y antes que fuese traspuesto, tuvo testimonio de haber agradado a Dios. Pero sin fe es imposible agradar a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que es galardonador de los que le buscan. (Hebreos 11:5, 6 R60). 

 Por tanto agradar a Dios es tener fe en él, confiar totalmente. Obedeciendo sus mandatos y preceptos. 

Enoc vivió confiando en Dios a pesar de los reveses de la vida, y venció la batalla. Y fue traspuesto, fue trasplantado de la tierra a un lugar mejor el cielo. (Debemos precisar que al cielo, solo se va vivo, así como Jesús, volvió, tanto cuando el día que resucito, y luego en su asunción pública).

 Enoc es un simbolismo, delos 144,000 que vivirán en los tiempos del fin, antes y durante el derramamientos de las siete plagas, propiamente durante la grande tribulación y el tiempo de angustia de Jacob. Donde se violentaran las conciencias y el estado de derecho, en un mundo donde; la democracia solo será un recuerdo, convirtiéndose en un sistema totalitario. Dando testimonio que es posible vivir en este mundo a pesar de las situaciones adversas, agradando a Dios. Por ende siendo un ganador por la fe en los méritos de Cristo nuestro Señor y Salvador. 

Y este grupo de elite, tampoco morirán, sino que serán traspuestos así como Enoc, en la segunda venida de Jesús. Todo esto será en el futuro inmediato o lejano; solo nuestro Padre lo sabe. Pero lo que debe preocuparnos es si hoy, en pleno siglo de las luces, y de mucho avance tecnológico y científico. Y con muchos materiales a libre disposición del creyente. 

¿Estamos viviendo agradando a Dios y defendiendo nuestra fe
 y principios? 

“Si, pues, coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios. (1Co. 10:31 R60). 

Defendemos nuestra fe en: 
1.- Nuestra forma de vestirnos y arreglarnos: El vestido y la ropa que usamos cumple los estándares celestiales y bíblicos de: 
a.- Decoro 
b.- Pudor y 
c.- Modestia  

¿Y tú arreglo es natural como la flor que es más bella y hermosa en su real estado, sin adiciones artificiales? 

O ¿ Es como de las mujeres del mundo; amadoras de placeres?. ¿Cuándo te ven; pueden ver a una autentica cristiana, que vive solo para agradar a Dios, y no vive para agradarse? ¿Libre de maquillajes y modas que denigran a la mujer, convirtiéndola en un objeto sexual? 

Con ropas que muestran exageradamente las líneas de tu cuerpo, dando a entender que parece que fueran mujeres de dudosa reputación, aunque no lo sean, como los presenta la moda actual. 

En el principio la ropa, fue dada por Dios, para cubrir el cuerpo y no para mostrar su sexualidad. 

 Caer en estas modas; es caer en un abismo que no tiene fin, y es posible que nunca salgas de esa prisión. Porque siempre encontrarás argumentos para defender tu habito y tendencia. Tener este habito es vivir caminando por la senda ancha. Si es tu caso, ruega a Dios que te libre de esta vida superflua y vana. Los que viven así no puede agradar a Dios, porque no podemos amar a dos señores. “…el mundo pasa, y sus deseos, pero el que hace la voluntad de Dios, permanecen para siempre. (1 Juan 5: 17). 

Por tanto defiende tu fe. Proponte ser una verdadera hija de Dios. 

2.- En Nuestra Comida Y Bebida: 
 ¿Tu dieta es conforme a la prescripción bíblica de Génesis 1:29; Levíticos 11, o comes todo lo que te ponen en la mesa? 

Una alimentación saludable hará de ti, un ser sensible a la influencia del Espíritu de Dios. Porque a nuestro paladar solo debe ingresar alimentos que agraden solo a Dios. 

Uno de los pecados por la cual fue destruido el mundo antediluviano fue por el comer y beber mal. (San Mateo 24: 36-39).

 Un cristiano real no bebe alcohol, ni fuma tabaco, ni bebida como él te y café. Bebe agua pura y no las bebidas con exceso de azucares que son dañinos para la salud. 

3.- En Nuestra Recreación:La palabra recreación y no diversión, son del agrado de Dios, porque son actividades que recrean nuevas fuerzas para dar vital al ser entero. Una caminata, trotar, correr, hacer ejercicio etc. El cine no es un lugar para recrear las fuerzas, el estadio durante una competencia deportiva tampoco lo es, nuestro único equipo es el equipo del bien. Escojamos lugares y ambientes que no anulen nuestra fe. 

Los video juegos, los dibujos animados de contenido espiritualista, las películas espiritistas, de violencia, de sensualidad, novelas, los programas concursos sensuales… etc. Son dañinos para la mente por donde Dios se comunica con sus hijos. 

 Lo más peligros de los sentidos, son los ojos y el oído. Jesús dijo: “Mirad lo que oís…Marcos 4:24. 

Por tanto pensemos bien, si lo que hacemos es del agrado de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 

4.- En Nuestro Centro Laboral: Un día el pastor de una iglesia fue a visitar a una de sus feligreses a su centro de trabajo. Como no se acordaba bien el nombre, describió sus rasgos físicos y de que era cristiana al agente de seguridad. Y el agente extrañado dijo que no había ninguna cristiana, pero la persona que busca está en la oficina tal y le indico como llegar. Y el pastor al encontrarla le dijo hermanita… y no le dejo terminar el saludo la hermanita al decirle Shitt… que bajara la voz. 

 Jesús dijo a sus seguidores y me seréis testigos… nuestra vida cristiana esta y debe estar basada en orar, estudiar su palabra, testificando y predicando su palabra, y no como el caso de la historia, era como un agente secreto, desconocido por todos.

 La razón principal es que no estaba defendiendo su fe, y no defenderla significa que sus fuerzas están en otra dirección. Perdiendo su identidad. No estamos para ponernos del lado más cómodo, estamos para defender nuestros principios y nuestra fe. 

Podemos seguir poniendo más casos de cómo y dónde defender nuestra fe. Como estudiante, como Maestros, como hijos, como Padres, cuando estás enamorada (o), o cuando estás de novio…etc. etc. Pero creo que lo más edificante será recalcar que ser cristiano es vivir las 24 horas del día de la mano de Jesús. Siendo fiel en todo lo que conocemos y sabemos de la verdad. Y así tendremos fuerzas y valor para defender nuestra fe. Así como Enoc, vivió en todo momento, en su comida y bebida, en su día a día, su afán era agradar siempre a su Dios. 

 Finalmente: Será posible lograrlo, la respuesta es sí, es posible, porque tenemos ejemplos, de grandes hombres que vencieron por la fe, pero el ejemplo máximo es nuestro amado Señor y Salvador Jesucristo que se hizo como uno de nosotros y viviendo en esta tierra, bajo condiciones desfavorables, vivió siempre agradando a su padre…”y que nada hago por mí mismo, sino que según me enseñó el Padre, así hablo”. (San Juan 8:28 R60). 

Hoy más que nunca debemos y tenemos que aprender a defender nuestra fe, porque sin fe es imposible agradar a Dios…

 Que nuestro Dios te bendiga y te guarde,
 y haga brillar su luz sobre ti 
y tenga de ti misericordia. Amen. 

 MINISTERIO: Hno. Pio Pablo Huamán Julca

REFLEXIÓN 40.- El Agua De La Vida


En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado. (San Juan 7:37-39 R60). 

Cuando era joven escuchaba mucho acerca de que el agua se va a acabar, porque la ciudad donde vivía era rodeada por desiertos. Ahorren el agua, porque gota a gota el agua se agota, decían. Algunos decían si no llueve, más fácil nos quedaremos sin este liquido vital. Han pasado muchas décadas, aun el agua no se agota. Solo era predicadores del caos, que no faltan en todas partes. Que bajo disfraz de ambientalistas lleva agua para su molino como dice ese antiguo dicho. 

Hasta en la iglesia se han predicado temas semejantes copiando casi todo el tiempo del sermón. Olvidando que nuestra misión y visión no es predicar temas que no están estipulados en nuestro contrato con el cielo. 

 En el principio de la historia de este mundo, no llovía por un periodo de más de 1600 años. 

“y toda planta del campo antes que fuese en la tierra, y toda hierba del campo antes que naciese; porque Jehová Dios aún no había hecho llover sobre la tierra, ni había hombre para que labrase la tierra, sino que subía de la tierra un vapor, el cual regaba toda la faz de la tierra”. (Génesis 2:5-6 R60).

 Por todo este periodo el agua fluyó libremente, sin necesidad de lluvia, ni de nevados por que no existían. 

 En el tiempo del profeta Elías, hubo sequia por más de 3 años y medio no llovió, pero aun así, había agua, escasa; pero había, de lo contrario todo el pueblo habría muerto. (1Reyes 17; 18). 

 En apocalipsis, se profetiza que el agua en los ríos y el mar, se convertirían en sangre. Pero no dice que se agotara el agua. (Apocalipsis 16:3,4). 

Pero basta con usar la lógica y la razón para echar por tierra esta malévola acción de atemorizar a la gente: 
1. En todo lo que existe en este planeta; el 70% es agua. Imagínense más agua que tierra. 
2. Es bien conocido el ciclo del agua: El gua corre por los ríos, y llega al mar, luego se evapora y se convierte en nubes, y vuelve a llover, y los ríos nuevamente lo llevan al mar. 
 3. La atmosfera está llena de agua. ¿De donde creen que en el frigider, congelador se forma cubos de hielo? 

Nuestro Señor Jesús predijo que antes de su venida, la gente viviría atemorizada por lo porvenir. 

“Entonces habrá señales en el sol, en la luna y en las estrellas, y en la tierra angustia de las gentes, confundidas a causa del bramido del mar y de las olas; desfalleciendo los hombres por el temor y la expectación de las cosas que sobrevendrán en la tierra; porque las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces verán al Hijo del Hombre, que vendrá en una nube con poder y gran gloria. Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca”. 
 (San Lucas 21:25-28 R60). 

He aquí vienen días, dice Jehová el Señor, en los cuales enviaré hambre a la tierra, no hambre de pan, ni sed de agua, sino de oír la palabra de Jehová. (Amos 8:11 R60). 

Entonces para todo creyente en el Dios creador; lo que está pasando es solo muestra que pronto viene el Señor. El temor crecerá para el mundo pero para el hijo e hija de Dios; ¡no! Lo que debe aumentar es nuestra confianza más y más en sus promesas. 

 Jesús el agua de vida suplirá 
las necesidades básicas de sus hijos. 

Porque Escrito está del que "camina en justicia" 
que "se le dará pan y sus aguas serán ciertas." 
"Cuando los pobres y los menesterosos 
buscan agua y no la hay, 
y la lengua se les seca de sed, 
yo, Jehová, les escucharé; 
yo, el Dios de Israel,
 no los abandonará."
 (Isaías 33: 15, 16; 41: 17). 
Amen. 

Ministerio: Hno. Pio

miércoles, 6 de noviembre de 2013

REFLEXIÓN 39. ¿Cómo Enfrentar A Los Enemigos?


Ahora entendemos que sabes todas las cosas, y no necesitas que nadie te pregunte; por esto creemos que has salido de Dios. Jesús les respondió: ¿Ahora creéis? He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo. (San Juan 16:30-33 R60). 

Cuando los problemas se presentan, afectan todo nuestro ser, nuestro derredor, deteniendo nuestro ritmo natural. Eso es lo normal que sucede siempre, que causa aflicción e irritabilidad, impotencia ante las injusticias… ante los enemigos cínicos. Enemigos que se presentan bajo distintos ropajes y circunstancias.

 ¿Qué hacer? ¿Cómo enfrentarlos? 
¿La palabra de Dios, tendrá alguna solución? 

 Lo hermoso es que siempre hay solución en su palabra, por eso es necesario por muchas razones alimentar nuestra mente día a día en cada momento con sus enseñanzas. Cuando se presenten actuaremos más sabiamente.

 No habido ser más perseguido en este mundo como Jesucristo; que en todo momento era acosado por el diablo con figuras humanas tratando en todo momento de desacreditar sus enseñanzas. A veces se presentaban por medio de los dirigentes religiosos, por personas enfermas con posesión, o también entre sus seguidores. Por eso fue un varón de dolores, despreciado, calumniado, considerado como enemigo de Dios, y ser siervo del mal… despreciado por familiares, y conocidos. Isaías 52: 13-15; 53: 1-12.

 Por todo eso lo mataron en la cruz, bajo conspiraciones de sus enemigos, entre ellos uno de sus discípulos. Que en ese momento lo llamó “Amigo, cuando le entregaba al enemigo con un beso. 
San Lucas 22:48. 

Ese beso es como hoy se dan los conocidos como seña de amistad, pero era un beso falso y por tanto un beso del enemigo. En el momento de su grande aflicción nadie estuvo con él; solo su Padre. Pero fue tanto el dolor, su angustia; que por momentos sintió que estaba olvidado por Dios. 

"Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios. Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar. Porque aún no habéis resistido hasta la sangre, combatiendo contra el pecado.  
(Heb 12:1-4 R60). 

Dice los Testimonios del Espíritu de Profecía en el Deseado de toda las gentes Pagina 640; que el sudor que caía del rostro de Jesús en el Getsemaní fue sangre en ves del sudor normal. 
“El Hijo de Dios volvió a quedar presa de agonía sobre humana, y tambaleándose volvió agotado al lugar de su primera lucha. Su sufrimiento era a un mayor que antes. Al apoderarse de él la agonía del alma, "fue su sudor como grandes gotas de sangre que caían hasta la tierra." Los cipreses y las palmeras eran los testigos silenciosos de su angustia”. 

Hasta aquí podemos ir sacando conclusiones primarias, que la base para enfrentar al enemigo no es la fuerza física, ni la habilidad intelectual, como dice el sabio salomón en Eclesiastés 9: 11. Me volví y vi debajo del sol, que ni es de los ligeros la carrera, ni la guerra de los fuertes, ni aun de los sabios el pan, ni de los prudentes las riquezas, ni de los elocuentes el favor…

 Sino la permanente comunión, por medio de su palabra y la bendita oración; la oración hizo la gran diferencia en esos momentos de gran aflicción y pesar en el Getsemaní; entre Jesús y sus discípulos. Mientras él se aferraba a su Padre con suplicas y ruegos; ellos dormían. 

 Cuantos duermen en la vida cristiana sin orar, se levantan sin orar. Viven de migajas, solo el fin de semana se sientan en la mesa del señor y mientras toda la semana duermen, solo soñando y realizando sus labores cotidianas como: trabajar, estudiar, ver videos, amigos… para todo esto hay fuerzas y sobretodo voluntad; pero para orar y meditar su palabra, están cansados o no hay tiempo. 

Lo que pasó después fue la natural consecuencia; a pesar de todo; Jesús siguió luchando y venció. pero sus discípulos fracasaron todos ante esa gran prueba. Por un lado victoria y por otro derrota. Eso es lo lógico en la vida. si confías en Dios o no. 

Como estas hoy; estas siendo atacado por tu enemigo por medio de: ¿Problemas familiares?
¿Perdida de un ser querido; arrebatado por la muerte?
¿ estas enfermo o alguien en casa?
¿Falta de empleo? ¿El dinero escasea? 
¿Tus servicios básicos cortados? 
¿Temes el futuro? ¿Te sientes culpable? 

 ¿Y no sabes qué hacer?
 ¿Piensas que de esta no sales? 

El clamor de tu alma puede ser como el poema siguiente:

Padre si tú eres rico, dueño de todo el universo; ¿Porque estoy necesitado? ¿Por qué estoy Afligido? 

 ¡Ayúdanos! ¡Auxílianos Ya! 

 Te he rogado, suplicado; y conforme a tu palabra he pedido, he buscado y he llamado, pero poco he conseguido, Auxíliame Señor. ¡Tú eres bueno, y compasivo! 

No mires mi pecado y mis rebeliones de mi juventud, actué así por mi necedad, creyendo buscar felicidad solo me hice daño lejos de ti. Me entristece pensar en el tiempo perdido. 

 Oh Señor, Padre Nuestro, solo mírame, por ese amor que te movió a dar a tu hijo por nosotros. 

Mi cuerpo, mi mente está agotado y cansado, he caminado tantas veces grandes distancias, buscando un milagro, pero poco hallé. He esperado tanto, y mi fe parece estar volviéndose en incredulidad. ¡Ayúdame Señor, Mi Padre! 

 A veces como el drogadicto que vuelve a las drogas, caía en las drogas de la aflicción y la desesperación. Pero; siempre me tuviste en tus manos, para levantarme y darme paz y esperanza. 

 ¡OH Señor, porque me amas tanto, ¿qué de valor hallas en mí? A pesar que tienes millones de hijos e hijas… 

En mi angustia te pedí, te suplique; que me libraras del cargo de ser tu hijo, pero solo me contestaste dándome paz. ¡Porque es imposible dejar de amarte!

 ¡¡¡Bendito Dios, cuan incomprensible y maravilloso es tu amor!!! 

Perdóname por no entenderte, ni comprenderte, por lo que quieres lograr en mí. 

Lo que te digo no es solo teoría, es también practica y al ciento por ciento efectiva. Prepárate cada día; en el Señor siempre pon tu confianza, persevera, deléitate pensando en el todo el día, mientras realizas tus labores diarias, y espera en él. Y saldrá vencedor. 

“Confía en Jehová, y haz el bien; Y habitarás en la tierra, y te apacentarás de la verdad. Deléitate asimismo en Jehová, Y él te concederá las peticiones de tu corazón. Encomienda a Jehová tu camino, Y confía en él; y él hará. Exhibirá tu justicia como la luz, Y tu derecho como el mediodía. Guarda silencio ante Jehová, y espera en él… (Salmos 37:3-7 R60).

 Otra palabra que surge en lo versículos tratados es “Carrera”.
 Jesús empezó su ministerio, su carrera mediante una prueba terrible en el desierto, pero venció, gracias a la comunión con su Padre. 

San Pablo también fue afligido, pero venció. Al principio sufría y dijo: “¡Miserable de mí! ¿Quién me librará de este cuerpo de muerte?... 
y al final dijo: He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su venida.
(Romanos 7:24; 2Timoteo 4:7-8 R60). 

Todo cristiano tiene un objetivo que lograr, y solo se alcanza ese objetivo corriendo, avanzando, creciendo en la fe. Los pesares, aflicciones… son una manera de madurar y crecer en la fe. Ante los enemigos de la vida, solo podemos enfrentarlos con las armas que nuestro salvador nos dejó: Su palabra, La oración. Y de estos se refleja: La Paciencia, consuelo y esperanza, si estos elementos están presentes; siempre saldrás airoso de toda prueba. 

Cuando los enemigos de la aflicción se presenten en tu vida de una manera inesperada, sabrás que hacer automáticamente y de seguro saldrás vencedor a pesar que sufras como Jesús, los apóstoles.

 Pablo y sillas ante la adversidad oraban y cantaban: “Después de haberles azotado mucho, los echaron en la cárcel, mandando al carcelero que los guardase con seguridad. El cual, recibido este mandato, los metió en el calabozo de más adentro, y les aseguró los pies en el cepo. Pero a medianoche, orando Pablo y Silas, cantaban himnos a Dios; y los presos los oían”… (Hechos 16:23-25 R60). 

Y cantar en el dolor; nos alivia y nos da más claridad de cómo lidiar con nuestro problema. La actitud de estos santos varones, demostraba también que Dios no era culpable de lo que estaban viviendo. Esa actitud debemos imitar siempre. 

Finalmente San Pedro nos dice por medio del Espíritu Santo, de cómo prepararnos. “vosotros también, poniendo toda diligencia por esto mismo, añadid a vuestra fe virtud; a la virtud, conocimiento; al conocimiento, dominio propio; al dominio propio, paciencia; a la paciencia, piedad; a la piedad, afecto fraternal; y al afecto fraternal, amor”. (2 Pedro 1:5-7 R60).

 Por tanto Jesús nos dice: En el mundo tendréis aflicción, pero confiad, yo he vencido.

 Para vencer necesitamos confiar y el que confía está tranquilo, sereno, porque tiene paz. Y tener paz es ver a Jesús a nuestro lado. Porque es el príncipe de paz. Amen. 

 Ministerio: Hno. Pio Pablo Huamán Julca 

martes, 5 de noviembre de 2013

REFLEXIÓN 38. La Multitud Mixta


Y la gente extranjera que se mezcló con ellos tuvo un vivo deseo, y los hijos de Israel también volvieron a llorar y dijeron: ¡Quién nos diera a comer carne! Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto de balde, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos; y ahora nuestra alma se seca; pues nada sino este maná ven nuestros ojos. Y era el maná como semilla de culantro, y su color como color de bedelio. El pueblo se esparcía y lo recogía, y lo molía en molinos o lo majaba en morteros, y lo cocía en caldera o hacía de él tortas; su sabor era como sabor de aceite nuevo. Y cuando descendía el rocío sobre el campamento de noche, el maná descendía sobre él. Y oyó Moisés al pueblo, que lloraba por sus familias, cada uno a la puerta de su tienda; y la ira de Jehová se encendió en gran manera; también le pareció mal a Moisés. (Números 11: 4-10 R60).

 MULTITUD MEZCLADA. 
Traducción del: 1. Heb. {êreb rab (Ex. 12:38), "mezcla", "gente mezclada", "pueblo", en el contexto de no judíos que acompañaron a los hebreos en el éxodo de Egipto (cf Nm. 11:4-6). No se aclara si eran egipcios u otros pueblos semíticos a quienes los faraones habían esclavizado. Algunos pudieron haber sido hijos de hebreos que se habrían casado con egipcios. 
 En Neh. 13:3 {êreb se usa también para no judíos que vivían en Jerusalén durante el tiempo de Nehemías (vs 1-3; cf vs 4-9). 

2. Heb. asafsuf (Nm. 11:4), "conglomerado", "colección", y de allí "gente extranjera" (RVR), "chusma" (BJ). Esta gente siempre fue la primera en "murmurar", en lamentar la salida de Egipto, y en desear su comida (vs 4, 5). En Jer. 25:20, 24 y 50:37 la expresión {êreb se refiere tal vez a mercenarios extranjeros en los ejércitos egipcio y babilónico; y en Ez. 30:5 a los árabes suponiendo que {êreb debería tener vocales diferentes para leer {arâb, "árabe". (Fuente: CBA). 

 Estos versículos pueden aplicarse a más de una lección. Pero esta vez solo nos ocuparemos. De este flagelo, que fue, es y será para el pueblo de Dios, un parasito destructor de la fe. Conocido como La multitud mixta. 

Primeramente: El Pueblo de Dios está caminando rumbo a la Canaán celestial, y hay una semejanza casi completa con la experiencia del pueblo de Israel. Que iban a la Canaán Terrenal. 

En Segundo lugar: El camino no está libre de obstáculos, desalientos, decisiones erradas, quejas, críticas, privaciones…. 
El punto es que actitud tomamos ante la dificultad, ante la carencia de lo más elemental en esta vida.
 Los israelitas aparentemente tenían necesidad de alimento, pero esta necesidad no era más que un deseo, un anhelo de una comida del pasado. Porque el alimento que Dios les daba, no les gustaba. Por eso andaban quejándose.

 Cada cristiano verdadero será probado, porque Dios quiere que crezcamos en la experiencia de fe en él. Y las pruebas al principio no son gratas pero si llegamos a entender el propósito de Dios, la siguiente será más fácil. Así llegaremos a la madurez cristiana. Ya que nada sucede en este mundo sin que él lo permita. 
(Santiago 1:2, 3, 12; 1 San Pedro 1: 5 – 7; 4: 12, 13; 
Apocalipsis 3: 10).

En Tercer Lugar: Ser agradecidos es saludable para el espíritu, pero el pueblo de Israel no era grato alas grandes bondades de Dios, no agradecían solo se quejaban a cualquier pequeña dificultad. En tu vida eres agradecido por el alimento que te sirven en casa, ¿Agradeces? ¿lo comes con ganas y placer?

 Este pueblo era un pueblo difícil. Tanto que la paciencia de Dios se colmó y quitó su protección y empezaron a morir.
 (Números 21: 4 – 9). 
             
Los israelitas se habían olvidado, que Dios los había protegido a cada paso, ya que en ese desierto inhóspito, habían serpientes que su picadura era mortal. (Deuteronomio 8: 14, 15). 

Valoras lo que tienes: ¿Cómo está tu relación con tus seres queridos? 

He encontrado el caso de Margot, era hija única y soltera, pero vivía en un departamento, sola por el hecho, que no se llevaba bien con su madre. Cada conversación siempre terminaba distanciándolos mas. A veces pasamos la vida, peleando con nuestros seres queridos, y cuando nos faltan recién los valoramos. Seamos agradecidos por lo poco o mucho que Dios nos da. Porque el arrepentimiento puede ser tarde. 

En Cuarto Lugar: La causa principal de la desgracia de este Pueblo liberado de siglos de esclavitud fue “La Multitud Mixta” que recordó y despertó en ellos el apetito no solo por los alimentos que daba su antigua Tierra, sino que querían volver físicamente, despreciando su grande legado y su herencia eterna. 
“Y salieron "como seiscientos mil hombres de a pie, sin contar los niños. Y también subió con ellos grande multitud de diversa suerte de gentes." (Éxodo 12: 34-39).

 Esta multitud se componía no sólo de los que obraron movidos por la fe en el Dios de Israel, sino también de un número mayor de individuos que trataban únicamente de escapar de las plagas, o que se unieron a las columnas en marcha por pura excitación y curiosidad. Esta clase de personas fue siempre un obstáculo y un lazo para Israel” (Patriarcas y Profetas Páginas 286). 

Podemos señalar a este grupo en la actualidad como cristianos que se unieron convencidos de recibir algún beneficio personal. Y que nunca fueron convertidos, y solo estaban convencidos. Ya que para ser un auténtico seguidor del Señor, tenemos que estar convencidos y convertidos.

 Convencidos: Es la información que recibimos, cuando estudiamos la biblia, y vamos descubriendo beneficios al seguirlo, modificando nuestra vida exteriormente. O puede ser también por alguna conveniencia personal, como la que motivó, a la multitud mixta. Sin un cambio total en sus vidas, como si, lo es la conversión. 

Y entonces ¿Cuál es tu motivación para seguir al Señor? 
¿Porque eres cristiano? Por agradar a la familia, o algún amigo (a), ¿O porque todos los que conocen lo hacen? etc. Si nuestras motivaciones no son correctas, perderemos, como perdió la multitud mixta y el pueblo de Israel en el desierto. 

La multitud mixta: Salieron de Egipto, un Egipto idolatra, de creencias panteístas, adoradores de la naturaleza como el sol, de animales…Pero Egipto no salió de sus corazones. Este grupo era gente indisciplinada, sin espíritu de abnegación y sacrificio, amantes de la comodidad, gente engreída y soberbia, sin fe, recubiertos de terror por las plagas que cayeron en esa tierra impenitente… 

Y los israelitas que se dejaron influenciar por este grupo, fueron casi el 100%. Ya que los que llegaron a la tierra prometida solo fueron dos personas, los demás murieron sin alcanzarlo. Tanto maldijeron su situación que sus palabras se hicieron realidad. (Números 14: 33 – 35). Y el resto que entraron a la Canaán fueron sus hijos, por los cuales se quejaban so pretexto que morirían en el desierto. 

Por eso es importante que tipo de amistades tenemos, aun en la iglesia, porque esa multitud mixta no está ausente hoy, estaban en la iglesia del desierto, habían sido bautizados…
al cruzar el mar rojo. (1 Corintios 10: 2). 
Pero eran una maldición para todos, su luz era tinieblas, y su presencia e influencia era una enfermedad contagiosa y mortal para la fe. 

Recuerden: Cristiano que se detiene, automáticamente volverá a mirar su antigua vida, al viejo hombre, la naturaleza carnal. Ejemplo tenemos lo que pasó con la mujer de Lot. (Génesis 19: 26). “Hay un cielo que ganar; y un Infierno que rehuir” Pidamos al Señor el Espíritu de discernimiento de espíritus, para saber si estamos en el camino correcto y haciendo la voluntad de Dios, ya que en el gran día de ajuste de cuentas habrá sorpresas ingratas. 
(San Mateo 7: 21 – 23). 

Hoy tenemos que tener la certeza de que somos hijos de Dios. (Romanos 8: 16, 17). Por lo cual, Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor, Y no toquéis lo inmundo; Y yo os recibiré, Y seré para vosotros por Padre, Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso. (2Co 6:17-18 R60).

 Dios te bendiga y brille su luz en ti. 
Y lo ames solo a él, y nada más que a él. Amen.

 MINISTERIO: Hno. Pio Pablo Huamán Julca 

lunes, 28 de octubre de 2013

REFLEXIÓN 37.- La Labor Pastoral En Tu Ministerio


Jesús reunió a su iglesia el nuevo Israel, y les dio la gran comisión de predicar su palabra: Haciendo Discípulos; Bautizándolos en el Nombre del Padre, del Hijo, y del Espíritu Santo. Además les dijo, enseñando todo lo que yo os he mandado. 
Si solo predicamos, y bautizamos, estaríamos desarrollando solo la labor Evangelística propiamente dicha, no seriamos completos en nuestro ministerio. Y nuestro Señor Jesús nos dejó más de una lección para imitarlo, ya que la otra cara de nuestro Ministerio es confirmar en la fe a los nuevos miembros y a los miembros de la iglesia. 

Porque se presentaran casos diversos en la lucha del creyente, y en sus luchas y pruebas buscarán de cómo salir de su actual estado. Ahí entra la labor pastoral, y este sostenimiento será permanentemente. San Pablo siempre volvía a visitar a los que había alcanzado con su ministerio: “Después de algunos días, Pablo dijo a Bernabé: Volvamos a visitar a los hermanos en todas las ciudades en que hemos anunciado la palabra del Señor, para ver cómo están. (Hechos 15:36 R60).
Esos es hacer un evangelismo completo. 

Hasta aquí hemos hablado de como ampliar nuestro alcance en nuestro ministerio, porque para bautizarlos dimos todo el esfuerzo, oración, paciencia, perseverancia, recursos... Ese mismo espíritu debemos seguir mostrando cuando ya son miembros de la familia de Dios. Así nos enseñó nuestro amado salvador y los santos apóstoles. 

El caso de San Pedro nos ampliara y enseñará de cómo cuidar, alimentar al rebaño del Señor, y como tratar al que yerra…etc. 

Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: 
Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? 
Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. 
Él le dijo: Apacienta mis corderos. 
Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. 
Le dijo: Pastorea mis ovejas.
 Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas.

 De cierto, de cierto te digo: Cuando eras más joven, te ceñías, e ibas a donde querías; mas cuando ya seas viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios. Y dicho esto, añadió: Sígueme. Volviéndose Pedro, vio que les seguía el discípulo a quien amaba Jesús, el mismo que en la cena se había recostado al lado de él, y le había dicho: Señor, ¿quién es el que te ha de entregar? Cuando Pedro le vio, dijo a Jesús: Señor, 
¿y qué de éste? Jesús le dijo: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú (San Juan 21:15-22 R60). 

 Cristo tenía otra lección que dar, especialmente relacionada con Pedro. La forma en que Pedro había negado a su Maestro había ofrecido un vergonzoso contraste con sus anteriores profesiones de lealtad. Había deshonrado a Cristo e incurrido en la desconfianza de sus hermanos. Ellos pensaban que no se le debía permitir asumir su posición anterior entre ellos, y él mismo sentía que había perdido su confianza. Antes de ser llamado a asumir de nuevo su obra apostólica, debía dar delante de todos ellos pruebas de su arrepentimiento. Sin esto, su pecado, aunque se hubiese arrepentido de él, podría destruir su influencia como ministro de Cristo. El Salvador le dio oportunidad de recobrar la confianza de sus hermanos y, en la medida de lo posible, eliminar el oprobio que había atraído sobre el Evangelio. 

 En esto es dada una lección para todos los que siguen a Cristo. El Evangelio no transige con el mal. No puede disculpar el pecado. Los pecados secretos han de ser confesados en secreto a Dios. Pero el pecado abierto requiere una confesión abierta. El oprobio que ocasiona el pecado del discípulo recae sobre Cristo. Hace triunfar a Satanás, y tropezar a las almas vacilantes. El discípulo debe, hasta donde esté a su alcance, eliminar ese oprobio dando prueba de su arrepentimiento. 

Mientras Cristo y los discípulos estaban comiendo juntos a orillas del mar, el Salvador dijo a Pedro, refiriéndose a sus hermanos: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos?" Pedro había declarado una vez: "Aunque todos sean escandalizados en ti, yo nunca seré escandalizado."* Pero ahora supo estimarse con más verdad. "Sí, Señor -¬dijo:-- tú sabes que te amo." No aseguró vehementemente que su amor fuese mayor que el de sus hermanos. No expresó su propia opinión acerca de su devoción. Apeló a Aquel que puede leer todos los motivos del corazón, para que juzgase de su sinceridad: "Tú sabes que te amo." Y Jesús le ordeno: "Apacienta mis corderos." 

 Nuevamente Jesús probó a Pedro, repitiendo sus palabras anteriores: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" Esta vez no preguntó a Pedro si le amaba más que sus hermanos. La segunda respuesta fue como la primera, libre de seguridad extravagante: "Sí, Señor: tú sabes que te amo." Y Jesús le dijo: "Pastorea mis ovejas." Una vez más el Salvador le dirige la pregunta escrutadora: "Simón, hijo de Jonás, ¿me amas?" Pedro se entristeció; pensó que Jesús dudaba de su amor. 

Sabía que su Maestro tenía motivos para desconfiar de él, y con corazón dolorido contestó: "Señor, tú sabes todas las cosas; tú sabes que te amo." Y Jesús volvió a decirle: "Apacienta mis ovejas." Tres veces había negado Pedro abiertamente a su Señor, y tres veces Jesús obtuvo de él la seguridad de su amor y lealtad, haciendo penetrar en su corazón esta aguda pregunta, como una saeta armada de púas que penetrase en su herido corazón. Delante de los discípulos congregados, Jesús reveló la profundidad del arrepentimiento de Pedro, y demostró cuán cabalmente humillado se hallaba el discípulo una vez jactancioso. 

 Pedro era naturalmente audaz e impulsivo, y Satanás se había valido de estas características para vencerle. Precisamente antes de la caída de Pedro, Jesús le había dicho: "Satanás os ha pedido para zarandaros como a trigo; mas yo he rogado por ti que tu fe no falte: y tú, una vez vuelto, confirma a tus hermanos."* Había llegado ese momento, y era evidente la transformación realizada en Pedro. 

Las preguntas tan apremiantes por las cuales el Señor le había probado, no habían arrancado una sola respuesta impetuosa o vanidosa; y a causa de su humillación y arrepentimiento, Pedro estaba mejor preparado que nunca antes para actuar como Pastor Del Rebaño. 

 La primera obra que Cristo confió a Pedro al restaurarle en su ministerio consistía en apacentar a los corderos. Era una obra en la cual Pedro tenía poca experiencia. Iba a requerir gran cuidado y ternura, mucha paciencia y perseverancia. Le llamaba a ministrar a aquellos que fuesen jóvenes en la fe, a enseñar a los ignorantes, a presentarles las Escrituras y educarlos para ser útiles en el servicio de Cristo.

 Hasta entonces Pedro no había sido apto para hacer esto, Ni siquiera para comprender su importancia. Pero ésta era la obra que Jesús le ordenaba hacer ahora. Había sido preparado para ella por el sufrimiento Y el arrepentimiento que había experimentado.

 Antes de su caída, Pedro había tenido la costumbre de hablar inadvertidamente, bajo el impulso del momento. Siempre estaba listo para corregir a los demás, para expresar su opinión, antes de tener una comprensión clara de sí mismo o de lo que tenía que decir. 

 Pero el Pedro convertido era muy diferente. Conservaba su fervor anterior, pero la gracia de Cristo regía su celo. Ya no era impetuoso, confiado en sí mismo, ni vanidoso, sino sereno, dueño de sí y dócil. Podía entonces alimentar tanto a los corderos como a las ovejas del rebaño de Cristo.

 La manera en que el Salvador trató a Pedro encerraba una lección para él y sus hermanos. Les enseñó a tratar al transgresor con paciencia, simpatía y amor perdonador. Aunque Pedro había negado a su Señor, el amor de Jesús hacia él no vaciló nunca. Un amor tal debía sentir el SUBPASTOR por las ovejas y los corderos confiados a su cuidado. 

Recordando su propia debilidad y fracaso, Pedro debía tratar con su rebaño tan tiernamente como Cristo le había tratado a él. La pregunta que Cristo había dirigido a Pedro era significativa. Mencionó sólo una condición para ser discípulo y servir. "¿Me amas?" dijo. Esta es la cualidad esencial. Aunque Pedro poseyese todas las demás, sin el amor de Cristo no podía ser pastor fiel sobre el rebaño del Señor. 

El conocimiento, la benevolencia, la elocuencia, la gratitud y el celo son todos valiosos auxiliares en la buena obra; pero sin el amor de Jesús en el corazón, la obra del ministro cristiano fracasará seguramente. 

Jesús anduvo a solas con Pedro un rato, porque había algo que deseaba comunicarle a él solo. Antes de su muerte, Jesús le había dicho: "Donde yo voy, no me puedes ahora seguir; más me seguirás después." A esto Pedro había contestado: "Señor, ¿por qué no te puedo seguir ahora? mi alma pondré por ti."* Cuando dijo esto, no tenía noción de las alturas y profundidades a las cuales le iban a conducir los pies de Cristo. Pedro había fracasado cuando vino la prueba, pero volvía a tener oportunidad de probar su amor hacia Cristo. A fin de que quedase fortalecido para la prueba final de su fe, el Salvador le reveló lo que le esperaba. 

 Le dijo que después de vivir una vida útil, cuando la vejez le restase fuerzas, habría de seguir de veras a su Señor. Jesús dijo: "Cuando eras más mozo, te ceñías, e ibas donde querías; mas cuando ya fueres viejo, extenderás tus manos, y te ceñirá otro, y te llevará a donde no quieras. Y esto dijo, dando a entender con qué muerte había de glorificar a Dios." Jesús dio entonces a conocer a Pedro la manera en que habría de morir. Hasta predijo que serían extendidas sus manos sobre la cruz. Volvió a ordenar a su discípulo: "Sígueme." Pedro no quedó desalentado por la revelación. Estaba dispuesto a sufrir cualquier muerte por su Señor. 

 Hasta entonces Pedro había conocido a Cristo según la carne, como muchos le conocen ahora; pero ya no había de quedar así limitado. Ya no le conocía como le había conocido en su trato con él en forma humana. Le había amado como hombre, como maestro enviado del cielo; ahora le amaba como Dios. Había estado aprendiendo la lección de que para él Cristo era todo en todo. Ahora estaba preparado para participar de la misión de sacrificio de su Señor. Cuando por fin fue llevado a la cruz, fue, a petición suya, crucificado con la cabeza hacia abajo. Pensó que era un honor demasiado grande sufrir de la misma manera en que su Maestro había sufrido. 

Para Pedro la orden "Sígueme" estaba llena de instrucción. No sólo para su muerte fue dada esta lección, sino para todo paso de su vida. Hasta entonces Pedro había estado inclinado a obrar independientemente. Había procurado hacer planes para la obra de Dios en vez de esperar y seguir el plan de Dios. Pero él no podía ganar nada apresurándose delante del Señor.

 Jesús le ordena: "Sígueme." No corras delante de mí. Así no tendrás que arrostrar solo las huestes de Satanás. Déjame ir delante de ti, y entonces no serás vencido por el enemigo. Mientras Pedro andaba al lado de Jesús, vio que Juan los estaba siguiendo. Le dominó el deseo de conocer su futuro, y "dice a Jesús: Señor, ¿y éste, qué? Dícele Jesús: Si quiero que él quede hasta que yo venga, ¿qué a ti? Sígueme tú." 

Pedro debiera haber considerado que su Señor 
quería revelarle todo lo que le convenía saber. 
Es deber de cada uno seguir a Cristo sin preocuparse por la tarea asignada a otros. 

Al decir acerca de Juan: "Si quiero que él quede hasta que yo venga," Jesús no aseguró que este discípulo habría de vivir hasta la segunda venida del Señor. Aseveró meramente su poder supremo, y que si él quisiera que fuese así, ello no habría de afectar en manera alguna la obra de Pedro. 

 El futuro de Juan, tanto como el de Pedro, estaba en las manos de su Señor. 
El deber requerido de cada uno de ellos era que le obedeciesen siguiéndole. 

 ¡Cuántos son hoy semejantes a Pedro! Se interesan en los asuntos de los demás, y anhelan conocer su deber mientras que están en peligro de descuidar el propio. Nos incumbe mirar a Cristo y seguirle. Veremos errores en la vida de los demás y defectos en su carácter. La humanidad está llena de flaquezas. Pero en Cristo hallaremos perfección. Contemplándole, seremos transformados. 

Juan vivió hasta ser muy anciano. Presenció la destrucción de Jerusalén y la ruina del majestuoso templo, símbolo de la ruina final del mundo. Hasta sus últimos días, Juan siguió de cerca a su Señor. 
 El pensamiento central de su testimonio a las iglesias era: "Carísimos, amémonos unos a otros;" "el que vive en amor, vive en Dios, 
y Dios en él."

Pedro había sido restaurado a su apostolado, pero la honra y la autoridad que recibió de Cristo no le dieron supremacía sobre sus hermanos. Cristo dejó bien sentado esto cuando en contestación a la pregunta de Pedro: "¿Y éste, qué?" había dicho: "¿Qué a ti? Sígueme tú." Pedro no había de ser honrado como cabeza de la iglesia. El favor que Cristo le había manifestado al perdonarle su apostasía y al confiarle la obra de apacentar el rebaño, y la propia fidelidad de Pedro al seguir a Cristo, le granjearon la confianza de sus hermanos.

 Tuvo mucha influencia en la iglesia. Pero la lección que Cristo le había enseñado a orillas del mar de Galilea, la conservó Pedro toda su vida. Escribiendo por el Espíritu Santo a las iglesias, dijo: "Ruego a los ancianos que están entre vosotros, yo anciano también con ellos, y testigo de las aflicciones de Cristo, que soy también participante de la gloria que ha de ser revelada: 
Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros, teniendo cuidado de ella, no por fuerza, sino voluntariamente; 
no por ganancia deshonesta, sino de un ánimo pronto; y no como teniendo señorío sobre las heredades del Señor, 
sino siendo dechados de la grey. 
Y cuando apareciere el Príncipe de los pastores, 
vosotros recibiréis la corona incorruptible de gloria." 
(1Pedro 5: 1-4). DTG 751 -756. Amen.
 MINISTERIO: Hno. Pio Pablo Huamán Julca