Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
jueves, 19 de noviembre de 2009
34. ! MARANATA ELSEÑOR VIENE ¡ "La Nueva Jerusalén: Nuestro Hogar"
LA NUEVA JERUSALÉN: NUESTRO HOGAR
Mas os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado; porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. (Isa. 65: 18).
Allá está la Nueva Jerusalén, la metrópoli de la nueva tierra glorificada, "corona de hermosura en la mano de Jehová, y una diadema real en la mano de nuestro Dios" (Isa. 62: 3, VM). "Su luz era semejante a una piedra preciosísima, como piedra de jaspe, transparente como cristal" (Apoc. 21: 11, VM). "Las naciones andarán a la luz de ella: y los reyes de la tierra traen a ella su gloria" (vers. 24). El Señor dijo: "Me regocijaré en Jerusalén, y gozaréme en mi pueblo" (Isa. 65: 19). . .
En la ciudad de Dios "no habrá ya más noche". Nadie necesitará ni deseará descanso. No habrá quien se canse haciendo la voluntad de Dios ni ofreciendo alabanzas a su nombre. Sentiremos siempre la frescura de la mañana, que nunca se agotará. "No necesitan luz de lámpara, ni luz de sol; porque el Señor Dios los alumbrará" (Apoc. 22: 5, VM). El pueblo de Dios tiene el privilegio de tener comunión directa con el Padre y el Hijo. "Ahora vemos oscuramente, como por medio de un espejo" (1 Cor. 13: 12, VM). Vemos la imagen de Dios reflejada como en un espejo en las obras de la naturaleza y en su modo de obrar para con los hombres; pero entonces lo veremos cara a cara sin velo que nos lo oculte. Estaremos en su presencia y contemplaremos la gloria de su rostro.*
Allí conoceremos como somos conocidos. Allí hallarán aplicación más dulce y verdadera el amor y las simpatías que Dios ha implantado en el alma. La comunión pura con seres celestiales, la armoniosa vida social con los ángeles bienaventurados y los fieles de todas las épocas, el sagrado compañerismo que une "toda la familia en los cielos, y en la tierra" (Efe. 3: 15, VM), todas estas cosas se cuentan entre las experiencias del más allá. * 355
LA HERENCIA INMORTAL
Dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz. (Col. 1: 12).
El rescate ha sido pagado. Todos pueden acercarse a Dios y obtener la eternidad mediante una vida de obediencia. Cuán triste es, entonces, que el hombre se aparte de la herencia inmortal y viva para satisfacer el orgullo, el egoísmo y el afán de ostentación, y. . . pierda la bendición que podría recibir en esta vida y en la venidera. [Los hombres] podrían entrar en los palacios celestiales y alternar con libertad y en igualdad de condiciones con Cristo, los ángeles celestiales y los príncipes de Dios. Y aun así, por increíble que parezca, rechazan los atractivos celestiales.
El Creador de todos los mundos se propone amar a los que creen que su Hijo unigénito es su Salvador personal así como ama a su Hijo. Aun aquí y ahora nos concede en grado máximo su gracia y su favor. Ha dado a los hombres el don de la Luz y la Majestad del cielo, y con él les ha concedido todos los tesoros celestiales. Por mucho que sea lo que nos ha prometido para la vida venidera, también en esta vida nos concede magníficos dones, y como objetos de su gracia, permitirá que gocemos de todo lo que ennoblezca, expanda y eleve nuestros caracteres. Es su propósito prepararnos para las cortes celestiales. Pero Satanás está contendiendo por las almas de los hombres. . . No quiere que tengan una vislumbre del futuro honor y de las glorias eternas preparadas para los que serán habitantes del cielo, ni que prueben la experiencia que les daría un anticipo de la felicidad del cielo. . .
Los que aceptan a Cristo como su Salvador personal tienen la promesa de la vida presente y también de la venidera. . . El más humilde discípulo de Cristo puede llegar a ser un habitante del cielo, heredero de Dios, de una herencia incorruptible que jamás se marchitará. ¡Oh, que cada cual se decida a aceptar el don celestial, para que llegue a ser heredero de Dios, de esa herencia cuyo título está fuera del alcance de todo destructor, y que es un mundo sin fin! ¡Oh, no elijáis el mundo; elegid la herencia mejor! Apresuraos y esforzaos para alcanzar la meta que es el premio de vuestra elevada vocación en Cristo Jesús.* 356
LA IGLESIA TRIUNFANTE
Vi también como un mar de vidrio mezclado con fuego; y los que habían alcanzado la victoria sobre la bestia y su imagen, y su marca y el número de su nombre, en pie sobre el mar de vidrio, con las arpas de Dios. (Apoc. 15: 2).
La iglesia es ahora militante. Actualmente arrostramos un mundo en tinieblas, casi enteramente entregado a la idolatría. Pero se acerca el día cuando habrá terminado la batalla y la victoria habrá sido ganada. La voluntad de Dios ha de cumplirse en la tierra como en el cielo. Las naciones de los salvados no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia dichosa, unida, vestida con las prendas de alabanza y de acción de gracias, con el manto de la justicia de Cristo. Toda la naturaleza, en su incomparable belleza, ofrecerá a Dios tributo de alabanza y adoración. El mundo quedará bañado en la luz celestial. La luz de la luna será como la del sol, y la luz del sol siete veces más intensa que ahora. Los años transcurrirán alegremente. Y sobre todo las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de Dios clamarán de gozo, mientras que Dios y Cristo declararán a una voz que "ya no habrá más pecado, ya no habrá más muerte". . .
Deteneos en el umbral de la eternidad y oíd la misericordiosa bienvenida dada a los que en esta vida cooperaron con Cristo y consideraron como un privilegio y un honor sufrir por su causa. Con los ángeles, echan sus coronas a los pies del Redentor, exclamando: "El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza. . . Al que está sentado en el trono, y al Cordero sea la alabanza, la honra, la gloria, y el poder, por los siglos de los siglos" (Apoc. 5: 12, 13).
Allí los redimidos saludan a quienes los encaminaron hacia el Salvador. Se unen en alabanzas a Aquel que murió para que los humanos gozaran una vida tan duradera como la de Dios. Acabó el conflicto. Concluyeron las tribulaciones y las luchas; los cantos de victoria llenan el cielo, al rodear los rescatados el trono de Dios. Todos entonan el alegre coro: "Digno, digno es el Cordero que fue inmolado", y que nos rescató para Dios.* 357
INESPERADA RECOMPENSA
El bien que cada uno hiciere, ése recibirá del Señor. (Efe. 6: 8).
En esta vida el trabajo que hacemos por Dios parece a menudo casi infructuoso. Nuestros esfuerzos para hacer bien pueden ser fervientes y perseverantes, sin que podamos ver sus resultados. El esfuerzo puede parecernos perdido. Pero el Salvador nos asegura que nuestra obra queda anotada en el cielo, y que la recompensa no puede faltar. *
La viuda pobre que echó las dos blancas en la caja del Señor, poco sabía lo que estaba haciendo. Su ejemplo de abnegación ha influido y ha vuelto a influir sobre millares de corazones en todos los países y en todas las épocas. Esa ofrenda ha traído a la tesorería de Dios dones de parte de los encumbrados y los humildes, de los ricos y los pobres. Ha ayudado a sostener misiones, a fundar hospitales, a alimentar a los hambrientos, a vestir a los desnudos, a sanar a los enfermos, a predicar el Evangelio a los pobres. Multitudes han sido bendecidas por el acto de abnegación de esa mujer.* Y en el día de Dios se le permitirá ver el resultado de todas estas influencias. Lo mismo ocurrirá con el precioso don de María al Salvador. ¡Cuántos se han sentido inspirados a rendir un servicio de amor por el recuerdo de aquel vaso de alabastro roto! ¡Y cuánto se gozará ella cuando contemple todo esto!*
"De cierto os digo -declaró Cristo-, que dondequiera que se predique este evangelio, en todo el mundo, también se contará lo que ésta ha hecho, para memoria de ella". Mirando en lo futuro, el Salvador habló con certeza concerniente a su Evangelio. Iba a predicarse en todo el mundo. Y hasta donde el Evangelio se extendiese, el don de María exhalaría su fragancia y los corazones serían bendecidos por su acción espontánea. Se levantarían y caerían reinos; los nombres de los monarcas y conquistadores serían olvidados; pero la acción de esta mujer sería inmortalizada en las páginas de la historia sagrada. Hasta que el tiempo no fuera más, aquel vaso de alabastro contaría la historia del abundante amor de Dios para con la especie caída. * 358
ACTIVIDADES EN LA TIERRA NUEVA
Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán del fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. (Isa. 65: 21, 22).
No podemos suponer que cuando llegue el triunfo final y tengamos las mansiones que nos han sido preparadas, nuestra parte será permanecer ociosos y descansar en un estado de bienaventurada inactividad.*
En la tierra renovada, los redimidos participarán de las ocupaciones y los placeres que daban felicidad a Adán y Eva en el principio. Se vivirá la existencia del Edén, en huertos y campos.
"Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán del fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos".*
Allí vi bellísimas casas que parecían de plata, sostenidas por cuatro columnas engastadas de preciosas perlas muy admirables a la vista. Estaban destinadas a ser residencias de los santos. En cada una había un anaquel de oro. Vi a muchos santos que entraban en las casas y, quitándose las resplandecientes coronas, las colocaban sobre el anaquel. Después salían al campo contiguo a las casas para hacer algo con la tierra, aunque no en modo alguno para cultivarla como hacemos ahora. Una gloriosa luz circundaba sus cabezas, y estaban continuamente alabando a Dios.*
Toda facultad será desarrollada, toda capacidad aumentada. La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia ni agotará las energías. Las mayores empresas podrán llevarse a cabo, satisfacerse las aspiraciones más sublimes, realizarse las más encumbradas ambiciones; y sin embargo, surgirán nuevas alturas que superar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que agucen las facultades del espíritu, del alma y del cuerpo.* 359
MÚSICA INCOMPARABLE
Los redimidos de Jehová volverán, y vendrán a Sion con alegría; y gozo perpetuo será sobre sus cabezas; y tendrán gozo y alegría, y huirán la tristeza y el gemido. (Isa. 35: 10).
Habrá allí música y canto tales como, salvo en las visiones de Dios, ningún mortal ha oído ni concebido ninguna mente.
"Y cantores y tañedores en ella", "alzarán su voz, cantarán gozosos por la grandeza de Jehová". "Ciertamente consolará Jehová a Sion; consolará todas sus soledades, y cambiará su Paraíso en desierto, y su soledad en huerto de Jehová; se hallará en ella alegría y gozo, alabanza y voces de canto" (Isa. 51: 3).*
Se me mostró el orden, el perfecto orden del cielo, y me sentí extasiada cuando escuché allá esa música perfecta. Después de salir de la visión, el canto de aquí me parecía áspero y discordante. He visto grupos de ángeles, que formaban un rectángulo, cada uno de los cuales tenía un arpa de oro. En el extremo del arpa había un instrumento para afinarla o cambiar los tonos. Sus dedos no tañían las cuerdas con descuido, sino que tocaban diferentes cuerdas para producir distintos sonidos. Hay un ángel que siempre dirige, que toca primero el arpa y da la nota, y luego todos se unen en la rica y perfecta música del cielo. No se la puede describir. Es una melodía divina, celestial; en tanto que de todos los rostros resplandece la imagen de Jesús, que brilla con gloria indescriptible.*
¡Qué himno será aquel que se entonará cuando se reúnan los redimidos del Señor! Todo el cielo se llenará de música exquisita y de cantos de alabanza al Cordero. ¡Salvados, salvados para siempre en el reino de gloria! Tener una vida que se equipara con la vida de Dios; tal es la recompensa.
Las palabras son demasiado pobres para intentar una descripción del cielo. Siempre que se vuelven a presentar ante mi vista, el espectáculo me anonada de admiración. Arrobada por el insuperable esplendor y la excelsa gloria, dejo caer la pluma exclamando: "¡Oh! ¡qué amor, qué maravilloso amor!" El lenguaje más exaltado no bastaría para describir la gloria del cielo ni las incomparables profundidades del amor del Salvador.* 360
EL MAYOR HONOR DE NUESTRO SALVADOR
Y le preguntarán: ¿Qué heridas son estas en tus manos? Y él responderá: Con ellas fui herido en casa de mis amigos. (Zac. 13: 6).
"Vi un cielo nuevo y una tierra nueva; porque el primer cielo y la primera tierra han pasado" (Apoc. 21: 1, VM). El fuego que consume a los impíos purifica la tierra. Desaparece todo rastro de maldición. . .
Sólo queda un recuerdo: Nuestro Redentor llevará siempre las señales de su crucifixión. En su cabeza herida, en su costado, en sus manos y en sus pies se ven las únicas huellas de la obra cruel efectuada por el pecado. . . En sus manos y su costado heridos, de donde manó la corriente purpurina que reconcilió al hombre con Dios, allí está la gloria del Salvador, "allí mismo está el escondedero de su poder". "Poderoso para salvar" por el sacrificio de la redención, fue por consiguiente fuerte para ejecutar la justicia para con aquellos que despreciaron la misericordia de Dios. Y las marcas de su humillación son su mayor honor; a través de las edades eternas, las llagas del Calvario proclamarán su alabanza y declararán su poder.*
La cruz de Cristo será la ciencia y el canto de los redimidos durante toda la eternidad. En el Cristo glorificado contemplarán al Cristo crucificado. Nunca olvidarán que Aquel cuyo poder creó los mundos innumerables y los sostiene a través de la inmensidad del espacio, el Amado de Dios, la Majestad del cielo, Aquel a quien los querubines y los serafines resplandecientes se deleitan en adorar, se humilló para levantar al hombre caído; que llevó la culpa y el oprobio del pecado, y sintió el ocultamiento del rostro de su Padre, hasta que la maldición de un mundo perdido quebrantó su corazón y le arrancó la vida en la cruz del Calvario. El hecho de que el Hacedor de todos los mundos, el Árbitro de todos los destinos, dejase su gloria y se humillase por amor al hombre, despertará eternamente la admiración y la adoración del universo. Cuando las naciones de los salvos miren a su Redentor y vean la gloria eterna del Padre brillar en su rostro; cuando contemplen su trono, que es desde la eternidad hasta la eternidad, y sepan que su reino no tendrá fin, entonces prorrumpirán en un cántico de júbilo: "¡Digno, digno es el Cordero que fue inmolado, y nos ha redimido para Dios con su propia preciosísima sangre!"* 361
LA ESCUELA DEL MÁS ALLÁ
He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos. (Apoc. 21:3).
Entre la escuela establecida al principio en el Edén y la escuela futura, se extiende todo el período de la historia de este mundo, historia de la transgresión y del sufrimiento humano, del sacrificio divino, y de la victoria sobre la muerte y el pecado. En la escuela de la vida futura no se hallarán todas las condiciones de la primera escuela del Edén. Ningún árbol del conocimiento del bien y del mal ofrecerá oportunidad a la tentación.
No hay allí tentador ni posibilidad de injusticia. Todos los caracteres han resistido la prueba del mal, y han dejado de ser susceptibles a su poder. . . Restaurado a la presencia de Dios, el hombre volverá a ser enseñado por él, como en el principio. *
La educación empezada aquí no se completará en esta vida, sino que ha de continuar por toda la eternidad, progresando siempre, nunca completa. *
Todo principio correcto, toda verdad aprendida en una escuela terrenal, nos hará progresar en esa proporción en la escuela celestial. Como Cristo anduvo y conversó con sus discípulos durante su ministerio en esta tierra, así nos enseñará en la escuela celestial, guiándonos por las márgenes del río de aguas vivas y revelándonos verdades que en esta vida permanecerán ocultas como misterios debido a las limitaciones de la mente humana, tan perjudicada por el pecado.*
Será manifestada la historia del comienzo del pecado; de la fatal mentira y su perversa obra; de la verdad que, sin desviarse de lo recto, ha hecho frente al error y lo ha vencido. Será descorrido el velo que se interpone entre el mundo visible y el invisible y se revelarán cosas maravillosas.*
Toda facultad será desarrollada, toda capacidad aumentada. La adquisición de conocimientos no cansará la inteligencia ni agotará las energías. Las mayores empresas podrán llevarse a cabo, satisfacerse las aspiraciones más sublimes, realizarse las más encumbradas ambiciones; y sin embargo surgirán nuevas alturas que superar, nuevas maravillas que admirar, nuevas verdades que comprender, nuevos objetos que agucen las facultades del espíritu, del alma y del cuerpo. * 362
CRISTO SERÁ NUESTRO MAESTRO
Mi pueblo sabrá mi nombre. . . en aquel día; porque yo mismo que hablo, he aquí estaré presente. (Isa. 52: 6).
Restaurado a la presencia de Dios, el hombre volverá a ser enseñado por él, como en el principio.*
No tenemos la menor idea de lo que se abrirá entonces delante de nosotros. Con Cristo andaremos al lado de las aguas vivas. Nos revelará lo que él es para nosotros, y lo que somos para él. Conoceremos entonces la verdad que no podemos conocer ahora, por causa de nuestras limitaciones.*
En el mundo venidero Cristo guiará a los redimidos junto al río de la vida y les enseñará maravillosas lecciones relativas a la verdad. Desenvolverá ante ellos los misterios de la naturaleza. Entonces los redimidos comprenderán que hay una mano superior que mantiene los mundos en su puesto. Advertirán la habilidad desplegada por el gran Artista al vestir de color las flores del campo y comprenderán los propósitos del Padre misericordioso, que dispensa todo rayo de luz; entonces juntamente con los santos ángeles, los redimidos elevarán himnos de gratitud y alabanza en reconocimiento del supremo amor de Dios por un mundo ingrato.*
Se ofrecerá al estudiante una historia de alcance infinito y de riqueza inefable. . . la historia del comienzo del pecado; de la fatal mentira y su perversa obra; de la verdad, que sin desviarse de lo recto, ha hecho frente al error y lo ha vencido. Será descorrido el velo que se interpone entre el mundo visible y el invisible y se revelarán cosas maravillosas.*
Entraremos con inefable deleite en el gozo y en la sabiduría de los seres no caídos. Compartiremos los tesoros ganados durante siglos y siglos pasados en la contemplación de la obra de Dios. Y los años de la eternidad, a medida que transcurran, seguirán ofreciendo revelaciones más gloriosas. "Infinitamente más de todo cuanto podemos pedir, ni aún pensar", será para siempre la forma en que recibiremos los dones de Dios.*
En este mundo debemos adquirir una educación que nos capacite para vivir con Dios por la eternidad. La educación que iniciaremos aquí se perfeccionará en el cielo. No haremos más que entrar en un curso superior. * 363
NUESTRO ESTUDIO EN LOS SIGLOS FUTUROS
Para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús. (Efe. 2: 7).
La ciencia de la redención es la más grande de todas las ciencias; es la que estudian los ángeles y todos los seres de los mundos no caídos; es la ciencia que interesa al Señor y Salvador, y penetra en los propósitos madurados en la mente Infinita, mantenidos en silencio durante siglos eternos; es la ciencia que estudiarán los redimidos en el curso de la eternidad. Este es el estudio más elevado a que puede dedicarse un ser humano. Como ningún otro, avivará la mente y elevará el alma. . .
Los ángeles desean escudriñar el tema de la redención; que será la ciencia y el canto de los redimidos a través de los siglos sin fin de la eternidad. ¿No valdrá la pena que pensemos en él y lo estudiemos en esta vida?. . .
El estudio de la encarnación de Cristo, su sacrificio expiatorio y su obra mediadora, ocuparán la mente del alumno diligente mientras dure el tiempo; y al pensar en el cielo y los siglos innumerables, exclamará: "Grande es el misterio de la piedad".
En la eternidad aprenderemos lo que habría abierto nuestro entendimiento si hubiéramos recibido la luz que estaba a nuestro alcance en esta vida. Los temas de la redención henchirán el corazón y la mente y la lengua de los redimidos por todos los siglos eternos. Entenderán las verdades que Cristo deseaba explicar a sus discípulos, pero que éstos no podían captar por falta de fe. Se nos presentarán nuevos aspectos de la perfección y la gloria de Cristo por toda la eternidad. Y en el curso de la vida perdurable el fiel Amo sacará cosas nuevas y viejas de entre sus tesoros.*
Si nos fuera posible alcanzar aquí un conocimiento pleno de Dios y su verdad, no habría para nosotros nuevos descubrimientos con respecto a ella, ni mayores conocimientos, ni un desarrollo más amplio. . . Gracias a Dios, no es así. Puesto que Dios es infinito, y en él se encuentran todos los tesoros de la sabiduría, podremos continuar investigando durante toda la eternidad, aprendiendo siempre, sin agotar jamás las riquezas de su sabiduría, su bondad o su poder. * 364
TEMAS INAGOTABLES
Los profetas que profetizaron de la gracia destinada a vosotros, inquirieron y diligentemente indagaron acerca de esta salvación, escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. (1 Ped 1: 10, 11).
En esta vida apenas podemos empezar a comprender el tema maravilloso de la redención. Con nuestra inteligencia limitada podemos considerar con todo fervor la ignominia y la gloria, la vida y la muerte, la justicia y la misericordia que se tocan en la cruz; pero ni con el mayor esfuerzo de nuestras facultades mentales llegamos a comprender todo su significado. La largura y anchura, la profundidad y altura del amor redentor se comprenden tan sólo confusamente. El plan de redención no se entenderá por completo ni siquiera cuando los rescatados vean como serán vistos ellos mismos y conozcan como serán conocidos; pero a través de la edades sin fin, nuevas verdades se desplegarán continuamente ante la mente admirada y deleitada. Aunque las aflicciones, las penas y las tentaciones terrenales hayan concluido, y aunque la causa de ellas haya sido suprimida, el pueblo de Dios tendrá siempre un conocimiento claro e inteligente de lo que costó su salvación. . .
El misterio de la cruz explica todos los demás misterios. A la luz que irradia del Calvario, los atributos de Dios, que nos llenaban de temor respetuoso, nos resultarán hermosos y atractivos. Se ve que la misericordia, la compasión y el amor paternal se unen a la santidad, la justicia y el poder. Al mismo tiempo que contemplamos la majestad de su trono, tan grande y elevado, vemos su carácter en sus manifestaciones misericordiosas y comprendemos, como nunca antes, el significado de este conmovedor vocativo: "Padre nuestro".
Se echará de ver que Aquel cuya sabiduría es infinita no hubiera podido idear otro plan para salvarnos que el del sacrificio de su Hijo. La compensación de este sacrificio es la dicha de poblar la tierra con seres rescatados, santos, felices e inmortales. El resultado de la lucha del Salvador contra las potestades de la tinieblas es la dicha de los redimidos, la cual contribuirá a la gloria de Dios por toda la eternidad. * 365
NUESTRO TEMA DE ESTUDIO
¡Cuán innumerables son tus obras, oh Jehová! Hiciste todas ellas con sabiduría; la tierra está llena de tus beneficios. (Sal. 104: 24).
En este mundo sólo podemos comenzar a conocer las obras y los caminos de Dios; este estudio continuará a través de la eternidad. Él ha provisto para el hombre temas de reflexión que pondrán en actividad toda facultad de la mente. Podemos percibir el carácter de nuestro Creador arriba en los cielos y abajo en la tierra, lo que llena nuestro corazón de gratitud. Cada nervio y cada sensación responderán a las manifestaciones del amor de Dios revelado en sus obras maravillosas.*
¡Qué campo se abrirá allí a nuestro estudio cuando se quite el velo que oscurece nuestra vista y nuestros ojos contemplen ese mundo de belleza del cual ahora tenemos vislumbres por medio del microscopio; cuando contemplemos las glorias de los cielos estudiados ahora por medio del telescopio; cuando, borrada la mancha del pecado, toda la tierra aparezca en "la hermosura de Jehová nuestro Dios"! Allí el estudiante de la ciencia podrá leer los informes de la creación, sin hallar señales de la ley del mal. Escuchará la música de las voces de la naturaleza y no descubrirá ninguna nota de llanto ni voz de dolor. En todas las cosas creadas descubrirá una escritura, en el vasto universo contemplará "el nombre de Dios escrito en grandes caracteres" y ni en la tierra, ni en el mar, ni en el cielo, quedará señal de mal.*
La multitud de los redimidos incursionará de mundo en mundo, y empleará gran parte de su tiempo en la investigación de los misterios de la redención. Y durante toda la eternidad, este tema se estará abriendo continuamente ante sus mentes. Los privilegios de los que venzan mediante la sangre del Cordero y la palabra de su testimonio escapan a nuestra comprensión.*
Todos los tesoros del universo serán abiertos al estudio de los hijos de Dios. Entraremos con inefable deleite en el gozo y en la sabiduría de los seres no caídos. Compartiremos los tesoros ganados durante siglos y siglos pasados en la contemplación de la obra de Dios.* 366
INFINIDAD DE MUNDOS POR VISITAR
Yo, mis manos, extendieron los cielos, y a todo su ejército mandé. (Isa. 45: 12).
Parece que muchos tienen la idea de que este mundo y las mansiones celestiales constituyen todo el universo de Dios. No es así.*
Dios tiene infinidad de mundos que obedecen su ley. Esos mundos son gobernados teniendo en cuenta la gloria del Creador. Cuando los habitantes de esos mundos consideran el elevado precio que se pagó para salvar al hombre, se llenan de asombro.*
El Señor me mostró en visión otros mundos. Me fueron dadas alas y un ángel me acompañó desde la ciudad a un lugar brillante y glorioso. La hierba era de un verde vivo y las aves gorjeaban un dulce canto. Los moradores de aquel lugar eran de todas estaturas; eran nobles, majestuosos y hermosos. . .
Pregunté a uno de ellos por qué eran mucho más bellos que los habitantes de la tierra, y me respondió: "Hemos vivido en estricta obediencia a los mandamiento de Dios, y no incurrimos en desobediencia como los habitantes de la tierra". Después vi dos árboles, uno de los cuales se parecía mucho al árbol de la vida de la ciudad. El fruto de ambos era hermoso, pero no debían comer de uno de ellos. Hubieran podido comer de los dos, pero les estaba vedado comer de uno. Entonces el ángel que me acompañaba me dijo: "Nadie ha probado aquí la fruta del árbol prohibido, y si de ella comieran, caerían".
Después me transportaron a un mundo que tenía siete lunas; donde vi al anciano Enoc, que había sido trasladado. . . Le pregunté si aquel era el lugar adonde lo habían transportado. . . desde la tierra. Él me respondió: "No es éste. Mi morada es la ciudad, y he venido a visitar este sitio". Andaba por allí como si estuviese en su casa.
Supliqué a mi ángel acompañante que me dejara permanecer allí. No podía sufrir el pensamiento de volver a este tenebroso mundo. El ángel me dijo entonces: "Debes volver, y si eres fiel, tendrás, con los 144.000, el privilegio de visitar todos los mundos, y ver la obra de las manos de Dios". * 367
ESPECULACIONES CON RESPECTO A LA TIERRA NUEVA
Cuando resuciten de los muertos, ni se casarán ni se darán en casamiento, sino serán como los ángeles que están en los cielos. (Mar. 12: 25).
Hay quienes hoy día expresan su creencia de que habrá casamientos y nacimientos en la tierra nueva, pero los que creen en las Escrituras no pueden aceptar tales doctrinas. La doctrina de que nacerán niños en la tierra nueva no es una parte de la "palabra profética más segura" (2 Ped. 1: 19). Las palabras de Cristo son demasiado claras para ser mal entendidas. Debieran resolver para siempre la cuestión de los casamientos y nacimientos en la tierra nueva. Ni los que serán levantados de los muertos ni los que serán trasladados sin ver la muerte se casarán o serán dados en casamiento. Serán como los ángeles de Dios, miembros de la familia real.
Quiero decir a los que sostienen puntos de vista contradictorios a la declaración de Cristo: En tales asuntos, el silencio es elocuencia. Es presunción ocuparse de suposiciones y teorías acerca de asuntos que Dios no nos ha hecho conocer en su Palabra. No necesitamos entrar en especulaciones acerca de nuestro futuro estado. . .
"Que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo" (2 Tim. 4: 2). No pongáis en el fundamento madera, heno y hojarasca: Vuestras propias conjeturas y especulaciones que no pueden beneficiar a nadie.
Cristo no retuvo ninguna verdad esencial para nuestra salvación. Las cosas reveladas son para nosotros y para nuestros hijos, pero no debemos permitir que nuestra imaginación invente doctrinas acerca de cosas que no son reveladas.*
Se me presentó el hecho de que muchos están siendo seducidos por fábulas espirituales. . . A todos los que están dando rienda suelta a esas fantasías profanas quiero decirles: Deteneos; por el amor de Cristo, deteneos allí mismo donde estáis. Os encontráis en terreno prohibido.*
El Señor ha provisto todo para nuestra felicidad en la vida futura, pero no ha hecho revelaciones acerca de esos planes y no hemos de conjeturar en cuanto a ellos. Tampoco hemos de medir las condiciones de la vida futura por las condiciones de esta vida.* 368
EL REINO DE AMOR DE CRISTO
El reino, y el dominio y la majestad de los reinos debajo de todo el cielo, sea dado al pueblo de los santos del Altísimo. (Dan. 7: 27).
El gobierno del reino de Cristo no se asemeja a ningún gobierno terreno. Es un reflejo de los caracteres de quienes componen el reino. . . En su corte preside el amor santo, y sus cargos y funciones están adornados por el ejercicio de la caridad. Pide a sus siervos que incorporen compasión y benevolencia, sus propios atributos, en todas sus tareas. . .
Sólo el poder de Cristo puede obrar la transformación en el corazón y la mente a fin de que todos los que quieran puedan participar con él de la nueva vida en el reino de Dios. . . A fin de servirle rectamente, debemos nacer del Espíritu divino. Esto purificará el corazón y renovará la mente y nos dará una nueva capacidad para conocer y amar a Dios. Nos dará obediencia voluntaria a todos sus requerimientos. Esa es la verdadera adoración.
"Tus ojos verán a Jerusalén, morada de quietud, tienda que no será desarmada, ni serán arrancadas sus estacas, ni ninguna de sus cuerdas será rota. Porque ciertamente allí será Jehová para con nosotros fuerte, lugar de ríos, de arroyos muy anchos. . . Porque Jehová es nuestro juez, Jehová es nuestro legislador, Jehová es nuestro Rey; él mismo nos salvará. . . No dirá el morador: Estoy enfermo; al pueblo que more en ella le será perdonada la iniquidad" (Isa. 33: 20-24).
"Os gozaréis y os alegraréis para siempre en las cosas que yo he creado" asegura el Señor; "porque he aquí que yo traigo a Jerusalén alegría, y a su pueblo gozo. Y me alegraré con Jerusalén, y me gozaré con mi pueblo; y nunca más se oirán en ella voz de lloro, ni voz de clamor. . .Edificarán casas, y morarán en ellas; plantarán viñas, y comerán el fruto de ellas. No edificarán para que otro habite, ni plantarán para que otro coma; porque según los días de los árboles serán los días de mi pueblo, y mis escogidos disfrutarán la obra de sus manos. . . No afligirán, ni harán mal en todo mi santo monte, dijo Jehová" (Isa. 65: 18-25). * 369
EL SÁBADO EN EL MÁS ALLÁ
Porque como los cielos nuevos y la nueva tierra que yo hago permanecerán delante de mí, dice Jehová, así permanecerá vuestra descendencia y vuestro nombre. Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo [sábado], vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová. (Isa. 66: 22, 23).
Al principio, el Padre y el Hijo habían descansado el sábado después de su obra de creación. Cuando "fueron acabados los cielos y la tierra, y todo su ornamento" (Gén. 2: 1), el Creador y todos los seres celestiales se regocijaron en la contemplación de la gloriosa escena. "Las estrellas todas del alba alababan, y se regocijaban todos los hijos de Dios" (Job 38: 7). . . Cuando se produzca "la restauración de todas las cosas, de la cual habló Dios por boca de sus santos profetas, que ha habido desde la antigüedad", el sábado de la creación, el día en que Cristo descansó en la tumba de José, será todavía un día de reposo y regocijo. El cielo y la tierra se unirán en alabanza mientras que "de día de reposo en día de reposo [sábado]", las naciones de los salvos adorarán con gozo a Dios y al Cordero.*
Las naciones de los salvos no conocerán otra ley que la del cielo. Todos constituirán una familia feliz y unida, ataviada con las vestiduras de alabanza y agradecimiento. Al presenciar la escena, las estrellas de la mañana cantarán juntas, y los hijos de Dios clamarán de gozo. . .
"Y de mes en mes, y de día de reposo en día de reposo [sábado], vendrán todos a adorar delante de mí, dijo Jehová". "Y se manifestará la gloria de Jehová, y toda carne juntamente la verá". "Jehová el Señor hará brotar justicia y alabanza delante de todas las naciones". "En aquel día Jehová de los ejércitos será por corona de gloria y diadema de hermosura al remanente de su pueblo" (Isa 66: 23; 40: 5; 61: 11; 28: 5).*
Mientras duren los cielos y la tierra, el sábado continuará siendo una señal del poder del Creador. Cuando el Edén vuelva a florecer en la tierra, el santo día de reposo de Dios será honrado por todos los que moren debajo del sol. "De día de reposo en día de reposo [sábado]", los habitantes de la tierra renovada y glorificada, subirán "a adorar delante de mí, dijo Jehová" * 370
SEGURIDAD ETERNA
Jehová será rey sobre toda la tierra. En aquel día Jehová será uno, y uno su nombre. (Zac. 14: 9).
El gran plan de la redención dará por resultado el completo restablecimiento del favor de Dios para el mundo. Será restaurado todo lo que se perdió a causa del pecado. No sólo el hombre, sino también la tierra será redimida, para que sea la morada eterna de los obedientes. Durante seis mil años, Satanás luchó por mantener la posesión de la tierra. Pero se cumplirá el propósito original de Dios al crearla. "Tomarán el reino los santos del Altísimo, y poseerán el reino hasta el siglo, eternamente y para siempre" (Dan. 7: 18).
"Desde nacimiento del sol hasta donde se pone, sea alabado el nombre de Jehová" (Sal. 113: 3). . . Los sagrados estatutos que Satanás ha odiado y ha tratado de destruir, serán honrados en todo el universo inmaculado.*
Por medio de la obra redentora de Cristo, el gobierno de Dios queda justificado. El Omnipotente es dado a conocer como el Dios de amor. Las acusaciones de Satanás quedan refutadas y su carácter desenmascarado. La rebelión no podrá nunca volverse a levantar. El pecado no podrá nunca volver a entrar en el universo. A través de las edades eternas, todos estarán seguros contra la apostasía. Por el sacrificio abnegado del amor, los habitantes de la tierra y del cielo quedarán ligados a su Creador con vínculos de unión indisoluble. . .
Donde el pecado abundó, sobreabundó la gracia de Dios. La tierra misma, el campo que Satanás reclama como suyo, ha de quedar no sólo redimida, sino exaltada. Nuestro pequeño mundo, que es bajo la maldición del pecado la única mancha oscura de su gloriosa creación, será honrado por encima de todos los demás mundos en el universo de Dios. Aquí, donde el Hijo de Dios habitó en forma humana; donde el Rey de gloria vivió, sufrió y murió; aquí, cuando renueve todas las cosas, estará el tabernáculo de Dios con los hombres, "morará con ellos; y ellos serán su pueblo, y Dios mismo estará con ellos como su Dios" (Apoc. 21: 3). Y a través de las edades sin fin, mientras los redimidos anden en la luz del Señor, lo alabarán por su Don inefable: Emmanuel: "Dios con nosotros".* 371
LO QUE RESERVA LA ETERNIDAD A LOS REDIMIDOS
Lo saciaré de larga vida, y le mostraré mi salvación. (Sal. 91: 16).
Todos los tesoros del universo se ofrecerán al estudio de los redimidos de Dios. Libres de las cadenas de la mortalidad, se lanzan en incansable vuelo hacia los lejanos mundos a los cuales el espectáculo de las miserias humanas causaba estremecimientos de dolor, y que entonaban cantos de alegría al tener noticia de un alma redimida. Con indescriptible dicha los hijos de la tierra participan del gozo y la sabiduría de los seres que no cayeron. Comparten los tesoros de conocimientos e inteligencia adquiridos durante siglos y siglos en la contemplación de las obras de Dios. Con visión clara consideran la magnificencia de la creación: soles y estrellas y sistemas planetarios que en el orden asignado circuyen el trono de la Divinidad. El nombre del Creador se encuentra escrito en todas las cosas, desde las más pequeñas hasta las más grandes, y todas ostentan la riqueza de su poder.
Y a medida que los años de la eternidad transcurran, traerán consigo revelaciones más ricas y aún más gloriosas respecto de Dios y de Cristo. . . Así como el conocimiento es progresivo, así también el amor, la reverencia y la dicha irán en aumento. Cuanto más sepan los hombres acerca de Dios, tanto más admirarán su carácter. A medida que Jesús les descubra la riqueza de la redención y los hechos asombrosos del gran conflicto con Satanás, los corazones de los redimidos se estremecerán con gratitud siempre ferviente, y con arrebatadora alegría tocarán sus arpas de oro; y miríadas de miríadas y millares de millares de voces se unirán para engrosar el potente coro de alabanza.
"Y a toda cosa creada que está en el cielo, y sobre la tierra, y debajo de la tierra, y sobre el mar, y a todas las cosas que hay en ellos, las oí decir: ¡Bendición, y honra y gloria y dominio al que está sentado sobre el trono, y al Cordero, por los siglos de los siglos!" (Apoc. 5: 13, VM).
El gran conflicto ha terminado. Ya no hay más pecado ni pecadores. Todo el universo está purificado. La misma pulsación de armonía y gozo late en toda la creación. De Aquel que todo lo creó manan vida, luz y contentamiento por toda la extensión del espacio infinito. Desde el átomo más imperceptible hasta el mundo más vasto, todas las cosas animadas e inanimadas, declaran en su belleza sin mácula y en júbilo perfecto, que Dios es amor.*
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