Los ministros del Evangelio, como mensajeros de Dios a sus semejantes, no deben nunca perder de vista su misión ni sus responsabilidades. Si pierden su conexión con el cielo, están en mayor peligro que los demás, y pueden ejercer mayor influencia para mal. Satanás los vigila constantemente, esperando que se manifieste alguna debilidad, por medio de la cual pueda atacarlos con éxito. OE17
jueves, 19 de noviembre de 2009
25 ! MARANATA ELSEÑOR VIENE ¡ "El Significado de la conversión"
EL SIGNIFICADO DE LA CONVERSIÓN. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. (2 Cor. 5: 17).
La vieja naturaleza, nacida de sangre y de voluntad de carne, no puede heredar el reino de Dios. Es necesario abandonar las sendas antiguas, las tendencias hereditarias, los viejos hábitos, pues la gracia no se hereda. El nuevo nacimiento consiste en tener nuevos motivos, gustos y tendencias. Los que han nacido a una vida nueva mediante el Espíritu Santo, son partícipes de la naturaleza divina y en todos sus hábitos y procedimientos dan testimonio de su relación con Cristo. Cuando los que se dicen cristianos conservan todos los defectos naturales de su carácter y disposición, ¿en qué se diferencia su situación de la de los mundanos? Los tales no aprecian la verdad como un elemento santificador, refinador. No han nacido de nuevo. . .
La verdadera conversión transforma las tendencias al mal hereditarias y cultivadas. La religión de Dios es un paño compacto integrado por innumerables fibras entretejidas con tacto y habilidad. Únicamente la sabiduría que proviene de Dios puede hacer perfecto ese tejido. Hay muchas clases de telas que al comienzo parecen finas, pero finalmente no pueden soportar la prueba. Se destiñen. Sus colores no son firmes. Se decoloran bajo el sol veraniego y se malogran. No pueden soportar el maltrato.
Lo mismo sucede con la religión de muchos. Cuando la trama y la urdimbre del carácter no soportan el embate de la prueba, significa que el material que lo compone es inservible. Los esfuerzos hechos para remendar la tela vieja con un trozo nuevo no mejoran la situación, pues el material viejo y endeble se desprende arrancado por el nuevo. Los remiendos no sirven. Lo único que se puede hacer es desechar la prenda vieja y conseguir una totalmente nueva.
El plan de Cristo es el único que ofrece seguridad. El Señor declara: "He aquí, yo hago nuevas todas las cosas" (Apoc. 21: 5). "Si alguno está en Cristo, nueva criatura es" (2 Cor. 5: 17). Una religión de remiendos no tiene el menor valor para Dios. El Señor demanda la entrega total del corazón.*
Pero Jesús dio su vida en sacrificio por nosotros, ¿y no le rendiremos nuestros mejores afectos, nuestras más santas aspiraciones, nuestro servicio más pleno?* 236
A QUIENES SE CONCEDE LA SANTIFICACIÓN
Acuérdate del día de reposo para santificarlo. . . El séptimo día es reposo para Jehová tu Dios; no hagas en él obra alguna. (Exo. 20: 8, 10).
Dios ha declarado en su Palabra que el séptimo día es una señal entre su Persona y su pueblo escogido: Una señal de la lealtad de ese pueblo. . . El sábado es el día que Dios ha elegido. El Señor no ha dejado este asunto en manos de sacerdotes, o dirigentes para que ellos lo modifiquen. Es demasiado importante para ser sometido al arbitrio humano. Dios vio que los hombres estudiarían sus propias conveniencias y elegirían el día que mejor se ajustara a sus inclinaciones, un día que no contara en absoluto con el apoyo de la autoridad divina; y el Señor ha manifestado claramente que el séptimo día es su día de reposo.
Cada habitante de este mundo está sujeto a las leyes del gobierno de Dios. El Señor ha puesto el sábado en el centro del Decálogo y ha hecho de él la norma de la obediencia por su intermedio podemos aprender acerca del poder divino según está manifestado e sus obras y en su Palabra. . .Los hombres no pueden oponerse más categóricamente contra la obra y ley de Dios que cuando apoyan un día que no tiene evidencia de santidad cuando profesan rendirle culto a Dios en ese día. Los que han adulterado la ley sustituyendo el santo sábado del Señor por un falso día de reposo, e imponen por la fuerza su observancia, se exaltan por encima de Dios y honran lo espurio poniéndolo sobre lo verdadero.
Los cristianos profesos que menosprecian el santo día de reposo de Dios y aceptan en cambio uno falso, hacen alarde de santidad. Pero el Señor declara que la santificación proveniente de él se concede sólo a los que lo honran obedeciendo sus mandamientos. La santidad que aseveran poseer quienes permanecen en la transgresión es una santidad espuria. De esta manera el mundo religioso es engañado por el enemigo de Dios y del hombre. . .
Los hombres han buscado muchas mentiras. Han tomado un día común, al cual Dios no ha santificado, y lo han investido de características sagradas. Lo han proclamado como día santo, pero este hecho no le confiere la menor señal de santidad. Deshonran a Dios aceptando instituciones humanas y presentando al mundo como día de reposo cristiano un día cuya observancia no está avalada por la autoridad de un "Así dice Jehová".* 237
TOCAD ALARMA.
Reconócelo en todos tus caminos, y el enderezará tus verdades. (Prov. 3: 6).
Deberíamos reconocer a Dios en todos nuestros caminos, y él dirigirá nuestra senda. Deberíamos consultar su Palabra con humildad de corazón, pedir consejos y someter nuestra voluntad a la suya. No podemos hacer nada sin Dios.
Existe la razón más elevada para que apreciemos y defendamos el verdadero día de reposo, porque es la señal que distingue del mundo al pueblo de Dios. El mandamiento que el mundo invalida es el que, por esa misma razón, el pueblo de Dios deberá honrar en gran manera. Se llama a los fieles Calebs en un momento cuando los incrédulos desprecian la Palabra de Dios. Entonces han de permanecer firmes en el puesto del deber sin ostentación y sin vacilar a causa de los vituperios. Los espías incrédulos estaban listos para dar muerte a Caleb. Este vio las piedras en las manos de los que habían dado un informe falso, pero no se atemorizó; tenía un mensaje y lo iba a dar. Los que hoy son fieles a Dios manifestarán ese mismo espíritu.
El salmista dice: "Tiempo es de actuar, oh Jehová, porque han invalidado tu ley. Por eso he amado tus mandamientos más que el oro, y más que oro muy puro" (Sal. 119: 126, 127). Cuando los hombres se acercan bien a Jesús, cuando Cristo mora en sus corazones mediante la fe, entonces su amor a los mandamientos de Dios se fortalece en proporción al desprecio que el mundo acumula sobre sus santos preceptos. Ahora debe ser presentado el verdadero día de reposo ante la gente mediante la pluma y la voz. Cuando el cuarto mandamiento y los que lo observan son ignorados y despreciados, los fieles piensan que no es el momento de ocultar su fe sino de exaltar la ley de Jehová desplegando el estandarte en el que están inscriptos el mensaje del tercer ángel, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús.
Los que poseen la verdad como ha sido revelada por Jesús, no deben aprobar ni aun con silencio la obra del ministerio de iniquidad. Jamás dejen de dar la nota de alarma. . . No hay que ocultar la verdad, no hay que negarla ni disfrazarla, sino que hay que presentarla plenamente y proclamarla con osadía.* 238
LA MARCA PURA DE LA VERDAD.
Y le dijo Jehová: Pasa por en medio de la ciudad, por en medio de Jerusalén, y ponles una señal en la frente a los hombres que gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen en medio de ella. (Eze. 9: 4).
Nótese esto con cuidado: Los que reciban la marca pura de la verdad desarrollada en ellos por el poder del Espíritu Santo y representada por el sello del hombre vestido de lino, son los que "gimen y que claman a causa de todas las abominaciones que se hacen" en la iglesia.*
Los que no sienten pesar por su propia decadencia espiritual ni lloran por los pecados, quedarán sin el sello de Dios. . . No todos los que profesan observar el sábado serán sellados. Aun entre los que enseñan la verdad a otros hay muchos que no recibirán el sello de Dios en sus frentes. Tuvieron la luz de la verdad, conocieron la voluntad de su Maestro, comprendieron todo punto de nuestra fe, pero no hicieron las obras correspondientes. Los que conocieron tan bien la profecía y los tesoros de la sabiduría divina, debieran haber actuado de acuerdo con su fe. . .
Ninguno de nosotros recibirá jamás el sello de Dios mientras nuestros caracteres tengan una mancha. Nos toca a nosotros remediar los defectos de nuestro carácter, limpiar el templo del alma de toda contaminación. Entonces la lluvia tardía caerá sobre nosotros como cayó la lluvia temprana sobre los discípulos en el día de Pentecostés. . .
Los que se unen con el mundo reciben su molde y se preparan para la marca de la bestia. Los que desconfían de sí mismos, se humillan delante de Dios y purifican sus almas obedeciendo a la verdad, son los que reciben el molde celestial y se preparan para tener el sello de Dios en sus frentes. Cuando se promulgue el decreto y se estampe el sello, su carácter permanecerá puro y sin mancha para la eternidad.
Ahora es momento de prepararse. El sello de Dios no será puesto nunca en la frente de un hombre o una mujer que sean impuros. Nunca será puesto sobre la frente de seres humanos ambiciosos y amadores del mundo. Nunca será puesto sobre la frente de hombres y mujeres de corazón falso o engañoso. Todos los que reciban el sello deberán estar sin mancha delante de Dios y ser candidatos para el cielo.* 239
¿QUIÉNES RECIBEN EL SELLO?
En sus bocas no fue hallada mentira pues son sin mancha delante del trono de Dios. (Apoc. 14: 5).
El sello del Dios vivo será puesto únicamente sobre los que tienen en su carácter la semejanza de Cristo. Así como la cera recibe la impresión del sello, así también el alma debe recibir la impronta del Espíritu de Dios y conservar la imagen de Cristo. Muchos no recibirán el sello de Dios porque no guardan sus mandamientos, es decir, no producen frutos de justicia.
La gran masa de cristianos profesos sufrirá una amarga desilusión en el día del Señor. No tienen en sus frentes el sello del Dios vivo. Por ser tibios e indiferentes deshonran a Dios mucho más que el incrédulo declarado. Se mueven a tientas, en tinieblas, cuando podrían andar en la claridad meridiana de la Palabra, guiados por Aquel que jamás se equivoca.
Aquellos a quienes el Cordero conducirá hacia fuentes de agua viva, y de cuyos ojos enjugará toda lágrima, son los que ahora están recibiendo el conocimiento y la sabiduría revelados en la Biblia, la Palabra de Dios. . .
No hemos de imitar a ningún ser humano. No existe ningún hombre suficientemente sabio que pueda servirnos de ejemplo. Debemos contemplar al Hombre Cristo Jesús, en quien habita plenamente la perfección de la justicia y la santidad. El es el Autor y el Consumador de nuestra fe. El es el Hombre modelo. Su experiencia es la medida de la experiencia que nosotros debemos obtener. Su carácter es nuestro modelo. Por lo tanto, apartemos nuestra mente de las perplejidades y las dificultades de esta vida, y fijémosla en él, para que mediante la contemplación podamos ser transformados a su semejanza. Podemos contemplar a Cristo con un fin elevado. Podemos volvernos a él con seguridad pues es omnisapiente. A medida que lo contemplemos y pensemos en él, se formará en nosotros él, la esperanza de gloria.
Esforcémonos con todo el poder que Dios nos ha dado para hallarnos entre los ciento cuarenta y cuatro mil. Únicamente los que reciban el sello del Dios vivo obtendrán el salvoconducto para entrar por las puertas de la Santa Ciudad.* 240
EL TIEMPO DEL SELLAMIENTO ESTÁ POR PASAR
Me es necesario hacer las obras del que me envió, entre tanto que el día dura; la noche viene, cuando nadie puede trabajar. (Juan 9: 4).
El tiempo del sellamiento es muy corto y pronto terminará. Ahora, mientras los cuatro ángeles están reteniendo los cuatro vientos, es el momento en que debemos asegurar nuestra vocación y elección. . .
Se me señaló la época en que terminaría el mensaje del tercer ángel. El poder de Dios había asistido a sus hijos, quienes después de cumplir su obra estaban preparados para sobrellevar la hora de prueba que les aguardaba. Habían recibido la lluvia tardía o refrigerio de la presencia del Señor y se había reavivado el viviente testimonio. Por todas partes había cundido la postrera gran amonestación, agitando y enfureciendo a los moradores de la tierra que no habían querido recibir el mensaje.
Vi ángeles que iban y venían de uno a otro lado del cielo. Un ángel con tintero de escribano en la cintura regresó de la tierra y comunicó a Jesús que había cumplido su encargo, quedando sellados y numerados los santos. Vi entonces que Jesús, quien había estado oficiando ante el arca de los diez mandamientos, dejó caer el incensario, y alzando las manos exclamó en alta voz: "Consumado es"...
Vi que muchos descuidaban la preparación necesaria, esperando que el tiempo del "refrigerio" y la "lluvia tardía" los preparasen para sostenerse en el día del Señor y vivir en su presencia. ¡Oh! ¡ y a cuántos vi sin amparo en el tiempo de angustia!. . . [Cuando Jesús salga del santuario] los santos y justos seguirán siendo santos y justos, porque todos sus pecados habrán quedado borrados, y ellos recibirán el sello del Dios vivo; pero quienes sean injustos e impuros, seguirán siendo también injustos e impuros, porque ya no habrá en el santuario sacerdote que ofrezca ante el trono del Padre las oraciones, los sacrificios y las confesiones de ellos. Por lo tanto, lo que deba hacerse para salvar almas de la inminente tormenta de ira, ha de ser hecho antes de que Jesús salga del lugar santísimo del santuario celestial.* 241
LOS ÁNGELES VEN LA SEÑAL DE DIOS.
Vi también a otro ángel que subía de donde sale el sol, y tenía el sello del Dios vivo; y clamó a gran voz a los cuatro ángeles a quienes se les había dado el poder de hacer daño a la tierra y al mar, diciendo: No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en su frente a los siervos de nuestro Dios. (Apoc. 7: 2, 3).
Todo en el mundo está alterado. Las naciones se han airado y se realizan grandes preparativos para la guerra. Una nación conspira contra otra y un reino contra otro. El gran día de Dios se apresura rápidamente. Pero aunque las naciones alistan sus fuerzas para la guerra y el derramamiento de sangre, todavía está en vigencia la orden dada a los ángeles de que retengan los cuatros vientos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes.*
Los cuatro vientos siguen retenidos hasta que los siervos de Dios sean sellados en sus frentes. Entonces los poderes de la tierra reunirán sus fuerzas para la gran batalla final. ¡Con cuánto cuidado deberíamos aprovechar, entonces, el corto período que resta de nuestra peregrinación!*
Mentes que se han entregado a pensamientos desordenados deben cambiar. . . Los pensamientos deben concentrarse en Dios. Ahora es tiempo de realizar un ferviente esfuerzo para vencer las tendencias naturales del corazón carnal.*
Precisamente antes de entrar en [el tiempo de angustia], todos recibiremos el sello del Dios vivo. Entonces vi que los cuatro ángeles dejaban de retener los cuatro vientos. Y vi hambre, pestilencia y espada; una nación se levantaba contra otra y el mundo se hallaba en confusión. . .
¿Cuál es el sello del Dios vivo que se pone en la frente de sus hijos? Es una marca que pueden ver los ángeles y no los ojos humanos, puesto que el ángel destructor debe percibir esa señal de redención. La mente inteligente ha visto la señal de la cruz del Calvario sobre los hijos e hijas que ha adoptado el Señor. El pecado de la transgresión de la ley de Dios es borrado. Están ataviados con el vestido de bodas y son obedientes y fieles a todos los mandamientos de Dios.*
Nos hallamos en el tiempo del zarandeo, cuando todo lo que pueda ser sacudido lo será. El Señor no excusará a los que conocen la verdad si no obedecen sus mandamientos en palabra y obra.* 242
LA SEÑAL QUE DISTINGUE AL PUEBLO DE DIOS.
Y les di también mis días de reposo, para que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico. (Eze. 20: 12).
Así como el sábado fue la señal que distinguía a Israel cuando salió de Egipto para entrar en la Canaán terrenal, así también es la señal que ahora distingue al pueblo de Dios cuando sale del mundo para entrar en el reposo celestial.
La observancia del sábado es el medio dispuesto por Dios para reservar el conocimiento de sí mismo y para establecer una distinción entre sus súbditos fieles y los transgresores de su ley.*
El sábado. . . pertenece a Cristo. . . Y como lo hizo todo, creó también el sábado. Por él fue apartado como un monumento recordativo de la obra de la creación. Nos presenta a Cristo como Santificador tanto como Creador. Declara que el que creó todas las cosas en el cielo y en la tierra, y mediante quien todas las cosas existen, es cabeza de la iglesia, y que por su poder somos reconciliados con Dios. Porque, hablando de Israel, dijo: "Díles también mis sábados, que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico", es decir, que los hace santos. Entonces el sábado es una señal del poder de Cristo para santificarnos. Es dado a todos aquellos a quienes Cristo hace santos. Como señal de su poder santificador, el sábado es dado a todos los que por medio de Cristo llegan a formar parte del Israel de Dios. . . A todos los que reciban el sábado como señal del poder creador y redentor de Cristo, les resultará una delicia. . . El sábado les indica las obras de la creación cómo evidencia de su gran poder redentor. Al par que recuerda la perdida paz del Edén, habla de la paz restaurada por el Salvador. Y todo lo que encierra la naturaleza, repite su invitación: Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar".*
El sábado es el broche áureo que une a Dios con su pueblo.* 243
IMPORTANCIA Y GLORIA DEL SÁBADO
Yo te haré subir sobre las alturas de la tierra, y te daré a comer la heredad de Jacob tu padre; porque la boca de Jehová lo ha hablado. (Isa. 58: 14).
El sábado pasamos un día magnífico, glorioso. . . que hizo que nos regocijáramos y glorificáramos a Dios por su extraordinaria bondad hacia nosotros. . . Fui arrebatada en visión. . .
Vi que percibíamos y comprendíamos escasamente la importancia del sábado. . . Vi que no sabíamos qué significaba subir sobre las alturas de la tierra y ser alimentados con la heredad de Jacob. Pero cuando desciendan de la presencia del Señor la refrescante lluvia tardía y la gloria de su poder, sí sabremos qué significa comer de la heredad de Jacob y estar sobre las alturas de la tierra. Entonces apreciaremos mejor la importancia y la gloria que tiene el sábado. Pero no lo veremos en toda su gloria hasta que se establezca el pacto de paz con nosotros al llamado de la voz de Dios, hasta que las puertas de perlas de la Nueva Jerusalén se abran de par en par y giren sobre sus resplandecientes goznes, y se perciba la bella y jubilosa voz del amante Jesús -más dulce que toda música que jamás haya llegado a oídos humanos- invitándonos a entrar. [Vi] que teníamos absoluto derecho de entrar en la ciudad porque habíamos guardado los mandamientos de Dios, y el cielo, el hermoso cielo es nuestro hogar.*
Vi en ellas [en las tablas] los diez mandamientos escritos por el dedo de Dios. En una tabla había cuatro, y en la otra seis. Los cuatro de la primera brillaban más que los otros seis. Pero el cuarto, el mandamiento del sábado, brillaba más que todos, porque el sábado fue puesto aparte para que se lo guardase en honor del santo nombre de Dios. El santo sábado resplandecía, rodeado de un nimbo de gloria. Vi que el mandamiento del sábado no estaba clavado en la cruz, pues de haberlo estado, también lo hubieran estado los otros nueve, y tendríamos libertad para violarlos todos, así como el cuarto. . . Vi que el santo sábado es y será, el muro separador entre el verdadero Israel de Dios y los incrédulos, así como la institución más adecuada para unir los corazones de los queridos y esperanzados santos de Dios.* 244
EL SÁBADO ES LA SEÑAL DE DIOS
Santificad mis días de reposo [sábados], y sean por señal entre mí y vosotros, para que sepáis que yo soy Jehová vuestro Dios. (Eze. 20: 20).
Los israelitas colocaron sobre sus puertas una señal de sangre para indicar que eran propiedad de Dios. Así también los hijos le Dios de este tiempo de llevar la señal que Dios ha especificado.*
Se pondrán en armonía con la santa ley de Dios. Sobre cada justo del pueblo de Dios se coloca una marca tan ciertamente como en tiempos pasados se puso una señal sobre las puertas de los hogares hebreos para preservar al pueblo de la ruina general. Dios declara: "Les dí también mis sábados, que fuesen por señal entre mí y ellos, para que supiesen que yo soy Jehová que los santifico".*
Cada alma que hay en este mundo es propiedad del Señor por creación y por redención. Cada alma, en forma individual, está en conflicto por su vida. ¿Le ha entregado a Dios lo que le pertenece? ¿Le ha sometido todo lo que es suyo, considerándolo como su posesión adquirida? Todos los que estiman al Señor como su porción en esta vida, permanecerán bajo su dominio y recibirá la señal, la marca de Dios, que los distingue como su posesión especial. La justicia de Cristo los precederá y la gloria del Señor será su retaguardia. El Señor protege a cada ser humano que lleva su señal.*
"Habló además Jehová a Moisés, diciendo: Tú hablarás a los hijos de Israel, diciendo: En verdad vosotros guardaréis mis días de reposo [sábados]; porque es señal entre mí y vosotros por vuestras generaciones, para que sepáis que yo soy Jehová que os santifico. . . Seis días se trabajará, mas el día séptimo es día de reposo [sábado] consagrado a Jehová; cualquiera que trabaje en el día de reposo [sábado], ciertamente morirá. Guardarán, pues, el día de reposo [sábado] los hijos de Israel, celebrándolo por sus generaciones por pacto perpetuo. Señal es para siempre entre mí y los hijos de Israel; porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, y en el séptimo día cesó y reposó" (Exo. 31: 12, 13, 15-17).
Esta actitud de aceptación y de reconocimiento de Dios por parte del ser humano es de un valor altísimo para él. Todos los que aman y sirven al Señor son muy valiosos a sus ojos. El desea que permanezcan en el sitio donde sean dignos representantes de la verdad tal como es en Jesús.* 245
ESTUDIEMOS EL TEMA DEL SANTUARIO
Y él dijo: Hasta dos mil trescientas tardes y mañanas; luego el santuario será purificado. (Dan. 8: 14).
Debemos ser fervientes estudiosos de la profecía; no debiéramos descansar hasta entender plenamente el tema del santuario, que aparece en las visiones de Daniel y de Juan. Este asunto esparce mucha luz sobre nuestro punto de vista actual y nuestra obra, y nos da una prueba irrefutable de que Dios nos ha dirigido en nuestra experiencia pasada. Explica nuestra desilusión de 1844, pues nos muestra que el santuario que debía ser purificado no era la tierra, como habíamos supuesto, sino que Cristo entró entonces en el lugar santísimo del santuario celestial, y allí está realizando la obra final de su misión sacerdotal, en cumplimiento de las palabras que el ángel dirigió al profeta Daniel.*
Se había comprobado que los 2.300 días principiaron cuando entró en vigor el decreto de Artajerjes ordenando la restauración y edificación de Jerusalén, en el otoño del año 457 AC. Tomando esto como punto de partida, había perfecta armonía en la aplicación de todos los acontecimientos predichos en la explicación de ese período hallada en Daniel 9: 25-27. . . Las setenta semanas, o 490 años, les correspondían especialmente a los judíos. Al fin del período, la nación selló su rechazamiento de Cristo con la persecución de sus discípulos, y los apóstoles se volvieron hacia los gentiles en el año 34 de nuestra era. Habiendo terminado entonces los 490 primeros años de los 2.300, quedaban aún 1.810 años. Contando desde el año 34, 1.810 años llegan a 1844. "Entonces -había dicho el ángel- será purificado el santuario".*
Nuestra fe con referencia a los mensajes del primero, el segundo y el tercer ángeles, era correcta. Los grandes hitos por los cuales hemos pasado son inamovibles. Aunque las huestes del infierno intenten sacarlos de sus fundamentos, y se entusiasmen con la idea de que han tenido éxito, no alcanzarán su objetivo. Estas columnas de la verdad permanecen tan firmes como las colinas eternas, inamovibles a pesar de todos los esfuerzos de los hombres combinados con los de Satanás y sus huestes. Podemos aprender mucho, y debemos estar constantemente escudriñando las Escrituras para ver si estas cosas son así.
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